Patrick Modiano, un tímido al que sorprendió el Nobel

10 oct. 2014 - hizo la Academia Sueca, cuando de- cidió coronar con el máximo galar- dón literario una prolífica y singular obra comenzada hace 40 años. ß.
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cultura | 27

| Viernes 10 de octubre de 2014

CuLtura

Edición de hoy a cargo de Pablo Gianera y Constanza Bertolini www.lanacion.com/cultura | @LNcultura | Facebook.com/lanacion [email protected]

los 5 esenciales del “Proust contemporáneo” Ha publicado una treintena de libros; aquí, los principales

PRIMAVERA DE PERROS / flORES DE RuInAS 1993 / 1991

Dos novelas cortas, compendiadas en un volumen, que se refieren a la memoria

tRIlOgíA DE lA OcuPAcIón

cAllE DE lAS tIEnDAS OScuRAS

2012

1978

Está compuesta por Los bulevares periféricos (1977), La ronda de noche (1979) y El lugar de la estrella (1989)

Mereció el Premio Goncourt, en 1978. Fue traducida al español en 2009

un PEDIgRí 2004

Fue traducida al español en 2007 y antes de fin de año estará impresa en la Argentina

MáS Allá DEl OlVIDO 1996

La ocupación nazi en Francia y los recuerdos de la niñez infeliz del escritor en París están plasmados en esta obra y en El horizonte (2010)

Literatura | otro francés que sedujo a la academia sueca

Patrick Modiano, un tímido al que sorprendió el Nobel

Siluetas detrás de un cristal empañado opinión Débora Vázquez PARA LA NACioN

P

El autor recibió el máximo premio de las letras por una obra que se funda en la memoria y sigue los destinos anónimos Luisa Corradini

CoRRESPoNSAL EN FRANCiA

PARÍS.– Su obsesión por el pasado terminó por dar sus frutos. Para la Academia Sueca, que le otorgó ayer el premio Nobel de Literatura, Patrick Modiano es “el Marcel Proust contemporáneo”. El célebre escritor francés fue recompensado por “el arte de la memoria con el cual evoca en su obra los destinos humanos más esquivos y desvela el mundo de la ocupación” nazi, afirma el comunicado oficial. Visiblemente conmovido, Modiano confesó que el premio, “totalmente inesperado”, le provocó “como un desdoblamiento. Como si se tratara de otra persona. Como si fuera un sonámbulo a quien alguien viene a despertar”. Eternamente titubeante, inseguro, presa de una legendaria timidez que lo llevó incluso a rechazar su incorporación a la Academia Francesa, Modiano explicó que recibió la noticia cuando paseaba por los jardines de Luxemburgo, en pleno corazón de París, gracias a una llamada de su hija. “Estoy realmente feliz, pero todavía no caigo bien en la cuenta. Es un sentimiento muy extraño”, confesó. Salvo su editor francés, Antoine Gallimard, nadie había podido contactarlo hasta bien entrada la tarde. Modiano, que huye de las cámaras y de la actualidad, ni siquiera pudo ser prevenido por la Academia Sueca: “Nunca pudimos contactarlo”, confirmó Peter Englund, secretario perpetuo de la institución. “Calificarme de Proust contemporáneo es una enorme indulgencia de parte de los miembros de la Academia Sueca”, dijo anoche con humildad en rueda de prensa. Sin embargo, desde El lugar de la estrella, que escribió en

1968 cuando tenía 22 años, hasta la más reciente Para que no te pierdas en el barrio –que acaba de aparecer en francés–, pasando por su premio Goncourt en 1978 por Calles de las Tiendas Oscuras, su obra es una eterna búsqueda del pasado y de los rastros que puede dejar. “En realidad, Modiano es más bien un estudioso de las sombras que se esfuerza por descifrar ese pasado lacerante, escribiéndolo”, anota el vespertino francés Le Monde. El escritor tiene su explicación: “Es como si escribiendo, soñara con poder regresar atrás y revivir, pero bien, todo lo que viví tan mal en aquella época. Como si pudiera atravesar el espejo y reparar el pasado”. Una vida al desnudo A los 69 años, Modiano sigue sintiéndose acosado por la falta de amor de su infancia. Sería legítimo, incluso, preguntarse si toda su obra no es, en realidad, una larga carta escrita a sus padres. Su madre era una belga que ganaba su vida como actriz. Su padre, un judío italiano violento, hizo fortuna durante la guerra probablemente como miembro de la milicia francesa que colaboraba con la Gestapo y finalmente murió en misteriosas condiciones. Después de años de encontrarlo en ignotas estaciones de tren o en grandes hoteles, siempre apurado, siempre mezclado en negocios turbios, el hijo decidió dejar de verlo a los 17 años. ¿Por qué sus padres fueron tan indiferentes? ¿Por qué abandonaron a sus hijos regularmente en pensionados de provincia? ¿Cómo superar la muerte de su hermano menor, fulminado en 1957, cuando tenía nueve años, por una enfermedad de la sangre? Todas esas preguntas se transformaron para el autor en una

Modiano, ayer, en la conferencia de prensa que ofreció en la editorial Gallimard obsesión, en heridas que se sitúan en el centro de su obra. “Cuando se tienen recuerdos enigmáticos, uno necesita comprender”, confiesa. “No soy para nada nostálgico. Tengo horror de mi infancia. Pero estoy habitado por imágenes que me golpearon y se incrustaron en mi memoria”, explica. En todo caso, Modiano es una de las mejores voces de la literatura francesa que se ve recompensada con el principal premio a las letras del mundo. “Su voz es una música acompañada de palabras simples y numerosos silencios”, precisa el periodista y crítico francés Jérôme Garcin. “Resulta difícil descubrir cuál es el arte de magia por el cual el autor de Dora Bruder consigue crear esa atmósfera cargada de misterio y melancolía e iluminar esos personajes anónimos que, además, convierte en seres queribles”, agrega. Esa tarea, que consiste en armar un rompeca-

bezas, es el corazón mismo de la obra del autor: Modiano es el biógrafo de los anónimos, el agente de búsqueda de personas que desaparecieron sin dejar rastros. o tan pocos. Modiano trabaja justamente sobre ese “tan poco”: la fecha y el lugar de nacimiento, un registro de conducir, una chequera. “Yo anotaba todos esos detalles que con frecuencia son los únicos testimonios del paso de un ser humano por la Tierra”, dice su detective que deja al descubierto, al mismo tiempo, la forma de funcionar del novelista. Y agrega: “Ante todo, determinar con la mayor exactitud posible los itinerarios que sigue la gente, para comprenderlos mejor”. Modiano afirmó ayer que, desafiando su timidez, irá a Estocolmo en diciembre a recibir el premio, dotado de cerca de unos 880.000 euros: “A condición de que se trate de leer un texto previamente preparado, única forma de superar el miedo”.

reuters

Para él, en todo caso, no había otra forma de existir: “Escribir es lo único que siempre fui capaz de hacer”, reconoció. Tampoco parece ser consciente de la magnitud de su obra: “Me sorprende cuando la gente me pregunta cuál de mis 30 libros prefiero. Para mí es como si hubiese escrito siempre el mismo durante décadas”. Sin duda, no fue ése el análisis que hizo la Academia Sueca, cuando decidió coronar con el máximo galardón literario una prolífica y singular obra comenzada hace 40 años. ß

del editor: qué significa. El premio a Modiano asombra porque ya un francés, Le Clézio, lo había ganado en 2008 y porque es un escritor para escritores que no hace concesiones.

Repercusiones en el ambiente

Manuel Vicent. Escritor y periodista Para mí, el Nobel es un premio que rompe el principio de Arquímedes: desplaza muchísimo más de lo que pesa. No en todos los casos. Ha habido casos que no lo han roto, sino que han desplazado lo que pesaban, y otros que han desplazado infinitamente más de lo que pesaban. Y eso pasó con escritores, artistas, mucha gente pública: que muchas veces se desplaza muchísimo más de lo que se pesa, y rompés el principio de Arquímedes por arriba, y otras veces por abajo, que uno pesa mucho y desplaza poco. Y eso pasa en la vida. ¿Sobre Patrick Modiano? Ni idea.ß

Es una gran alegría este premio.Siento por Modiano un especial entusiasmo. Se comenzó a publicar en español por los años 80 en la etapa dorada de la editorial Alfaguara de Jaime Salinas, pero por entonces tenía muy pocos lectores y no funcionó. Luego pasó por Seix Barral, Debate y varios sellos, y cuando cayó en mis manos Un pedigrí era prácticamente un autor sin editor en castellano. Ese título es una breve obra maestra, una verdadera joya autobiográfica que me deslumbró. Decidí publicarla y continuamos con el siguiente, En el café de la juventud perdida, que tuvo una muy buena recepción de la crítica y de los lectores. Se produjo un redescubrimiento de Patrick Modiano en los últimos años, y eso nos permitió recuperar su obra anterior. El jueves pasado terminé de leer Para

que no te pierdas en el barrio, que aún no hemos comenzado ni a traducir. Pasé una oferta por los derechos a Gallimard, la editorial francesa, el viernes me la aceptaron y recibe el Nobel. La responsable de derechos bromeaba hoy: si hubieras tardado un poco más, te habría pedido el triple. Además, tenemos en preparación otros dos títulos que saldrán en el primer semestre de 2015: Accidente nocturno y Libro de familia. Modiano es uno de mis autores franceses favoritos. Me entusiasma la minuciosa creación de una atmósfera, la reconstrucción del París de su infancia –con una cartografía obsesiva– y disfruto con la música Modiano en cada frase. Es inconfundible. Así como el Premio Nobel tiene el hobby de desconcertar, y no siempre de manera pertinente, esta vez también nos ha desconcertado, pero al premiar la buena literatura y a un grandísimo escritor.ß

La autora es crítica y traductora

Apostar... ¡a los caballos!

Qué le dijeron a la nacion sobre el ganador del Nobel escritores, editores y críticos literarios

Jorge Herralde. Editor de Anagrama

ara recuperar el pasado hace falta más que una buena memoria, sobre todo cuando la memoria que interesa va más allá de la propia. Las novelas de Patrick Modiano –si uno tuviera que simplificarlas brutalmente– tratan sobre la búsqueda de la identidad, y esa identidad no se remonta a su nacimiento en 1945, sino al fortuito encuentro de sus padres. Modiano está obsesionado con la ocupación alemana en Francia (un tabú para muchos franceses) en la que se conocieron sus progenitores, y menos por su aspecto heroico que por el marginal del colaboracionismo, en el que se movía su padre. La ausencia del padre durante la infancia es uno de los temas recurrentes de Modiano. A los diecisiete años decide no verlo más, pero nunca deja de escribir sobre él. Los personajes de Modiano están obsesionados por los rastros que dejan las personas y las cosas. Persiguen lugares que dejaron de existir. Son gente que duda hasta de su lengua materna. Son como sabuesos que olfatean un trozo de vestimenta para correr hacia donde el olfato los lleve. Muchas veces hacia una pista falsa. Es un mundo de guías telefónicas, mapas desplegables, libretas, indicaciones equívocas. Personajes que deambulan por la ciudad, o aguardan en el descanso de una escalera al igual que detectives, o doble agentes de la vida propia y ajena, sin saber bien a quién esperan ni sobre qué le van a preguntar. Sus protagonistas ven en los demás rasgos propios, como si no pudieran sino vivir con avatares de ellos mismos. Son siluetas que dan vuelta la cara cuando se les pregunta el nombre. Modiano es un escritor que se parece más a una ciudad que a un hombre. Es un París interior, más próximo a los sueños, un París que por momentos parece filmado en blanco y negro, por su atmósfera de policial de época. Su prosa es simple, directa, un buen contrapeso para la hipnótica ambigüedad de sus tramas. Alguna vez dijo Modiano que escribía bajo una campana de cristal. Lo que omitió aclarar es que el cristal de esa campana siempre está empañado. ß

Damián Tabarovsky. Escritor

Jorge Asís. Escritor Lo peor que puede hacer uno es criticar al que gana. He leído un par de obras de él en francés, entre ellas El Arco de Triunfo, que nadie cita a estas horas. Hay oscilaciones sobre las mismas ideas. Si bien la ocupación alemana ha sido un tema que a mí también me fascinó, uno cree que desde la ocupación nazi hasta acá, según la obra de Modiano, no pasó nada en Francia. Dejé de leerlo. Tal vez fue una injusticia de mi parte. Tampoco me gustó mucho el anterior Premio Nobel francés, Le Clézio. ß

Con mucha vergüenza, reconozco que leí un solo libro de Modiano. No me gustó y nunca más lo leí. Sólo podría decir que lamento que ahora a Jean Echenoz, otro francés, no le darán nunca el Nobel.ß

Pedro B. Rey. Periodista Aunque pueda parecer lo contrario, Modiano es un inclasificable, casi un outsider dentro de la literatura francesa. Detrás de su tono monocorde, en ocasiones melancólico, hay un fabulador completo: por su capacidad para narrar sin estridencias y por su talento para hacer pasar por verdadero aquello incomprobable, como su propia historia personal.ß

^b^b^ Durante la última semana, casi a diario, el tema de las apuestas a los escritores que podrían ganar el Nobel se instaló con gran curiosidad en medios y redes sociales. Un par de autores africanos (el keniata Ngugi waThiong’o, la argelina Assia Djebar), la bielorrusa Svetlana Alexijevich, otra vez el candidato de Japón, Murakami, y el gran clásico, Philip Roth, eran los favoritos en la casa de apuestas Ladbrokes, donde uno puede jugarse o bien por un tenista, un caballo o un político. Horas antes de que la Academia fallara, Modiano ingresó en el puesto # 5 de la lista. En libras, hace un mes, su nombre pagaba 100/1; ayer cerró 11/1.