Partir para contar

desde su Dákar natal hasta Sevilla, pasando por el Sahel, Libia o el desierto del Sahara. Una odisea de más de tres años en la que el protagonista comprueba ...
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Pepitas de calabaza editorial "Partir para contar" Reseña del libro ‘Partir para contar’ de Mahmud Traoré y Bruno Le Dantec ‘Cuaderno de lluvia, Abril 2014]

La Europa oficial mira hacia otro lado cuando se habla de inmigración. Quizá nosotros también, ya sea por ingenuidad o, simplemente, por haber aceptado las manchas en los discursos oficiales con respecto a este problema. Casi a diario, a la hora de comer nos encontramos con un nuevo salto a la valla de Melilla o de Ceuta: una hilera de ropa mutilada y de esperanzas atrancadas, el parte médico pertinente con su asepsia gubernamental, la conexión del enviado especial de turno hilando datos, miradas que traen al recuerdo ecos de siglos pasados.¿Verdad que siempre decimos lo mismo cuando vemos estas imágenes? Yes esto algo tan habitual (una respetuosa indiferencia) que hemos llegado a perder la perspectiva necesaria con la que mirar el problema. E incluso, a alguno le ha calado de más ese eurocentrismo rancio y cínico a la hora de justificar lo que jamás se podrá justificar: esa pulsión salvaje de quitarse el hambre como sea, como le sucede a Mahmud Traoré, el protagonista de Partir para contar.Pero, ¿cómo es la vida de una persona que lleva años preparando el salto a la valla? ¿Cuáles son las motivaciones que le llevan a jugarse la vida, a dejar atrás a una familia, a los amores de la infancia, a ese mapa sentimental tejido de amistades, con tal de poner pie en Europa? Desde una edad temprana miles de subsaharianos se sienten atraídos por “el canto de sirenas del mundo globalizado, se lanzan a las rutas del exilio en autobús, en tren, en caminos de ganado, en cayucos o a pie”, comenta el periodista francés Bruno Le Dantec, encargado de recoger y ordenar el testimonio de Mahmud en Partir para contar. Muchos nacen casi con la única misión de idear esa huída inevitable hacia Europa para tener una vida distinta a sus familias. Es ese hábitat doméstico y la falta, cómo no, de oportunidades lo que les empuja desde pequeños a soñar con la vida del viejo continente. Es en esta crónica de más de 270 páginas donde se relata, con una nitidez expositiva elogiable, el viaje heroico de Mahmud desde su Dákar natal hasta Sevilla, pasando por el Sahel, Libia o el desierto del Sahara. Una odisea de más de tres años en la que el protagonista comprueba la dureza de las fronteras de la región, los saqueos, los robos y las vejaciones de la policía en los controles. Un viaje que se complica también por el racismo interior del norte de África. Tres años de contrariedades inesperadas que se tatuaron en la vida de Mahmud, pero que no impidieron que su empresa llegara a buen puerto (fluvial en su caso), Sevilla. Un libro que enseña a mirar hacia abajo que, si no es la dirección correcta sí que ayuda a entender ciertas leyes humanas que Occidente tiene olvidadas: el hambre quiebra cualquier frontera