“Muere un cura 4 x4 y un gran amigo. Ha hecho felices a muchas ...

21 ene. 2015 - ... un cura 4 x4 y un gran amigo. Ha hecho felices a muchas personas. A mí, entre todas ellas”. JUAN PÁRRAGA BARRANCO de Mengíbar. H.
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DIARIO JAÉN. SÁBADO 17 DE ENERO DE 2015

JAÉN | 16 | NECROLÓGICAS J UAN P ÁRRAGA B ARRANCO de Mengíbar

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OBITUARIO

“Muere un cura 4 x4 y un gran amigo. Ha hecho felices a muchas personas. A mí, entre todas ellas” ace seis meses llamé por teléfono a don Juan Párraga para decirle que me acababan de trasladar a una nueva parroquia y que se viniera conmigo a pasar los últimos años de su vida y que yo le cerraría los ojos antes de morir. Y me dijo sonriendo que aceptaba encantado. Esta tarde, estaba yo comprando en un supermercado, cuando me han llamado para comunicarme que los planes de Dios eran otros y que don Juan había cerrado los ojos él solo después de sufrir un infarto. Al acabar la compra, me he ido a llorar y a rezar, junto al mar, por este amigo, padre y maestro, como Dios manda. Uno de sus últimos planes era venirse a mi parroquia, en

H

la segunda quincena de febrero, y echarme una mano dando charlas a padres y madres para la primera Comunión de sus hijos, pero me ha dejado tirado. A don Juan lo queremos mucho, mucha gente, y le debemos más. Ha pasado por este mundo como un cura feliz haciendo felices a muchas personas, a mí entre ellos. Yo lo conozco desde que tengo 17 años, y ya me parecía un hombre especial. Dios le había elegido para que me pescara para ser sacerdote y, como a mí, ha pescado a cientos de “merluzos y merluzas”. Me enseñó a ser un cura feliz y a pescar almas. Gracias a él conocí el Opus Dei y la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, a la que pertenezco,

como él. Me enseñó a ser cura diocesano 100% del Opus Dei y muchas pillerías de cura santo y alegre. Hace un par de meses, ha estado viviendo conmigo, y me ha estado ayudando a preparar a los novios que se casarán este año. Tuve el privilegio esos días de ponerle los calcetines, porque su artrosis y su barriguilla no se lo permitían y, como no tengo televisión, pasábamos los almuerzos y las cenas charlando deliciosamente sobre la pesca de almas,

“Decía que su mejor tesoro éramos sus amigos. Con ese aval habrá llegado a Dios”

como un viejo capitán de barco con su joven grumete. Mi última gran travesura fue liarle, hace dos años, para que escribiera sus memorias y le dije que le ayudaría, pero le dejé tirado, aunque en el fondo le encantaban los líos. El título de sus memorias lo elegí yo: “Vida y aventuras de un cura feliz”, porque eso ha sido su vida, la de un sacerdote feliz que sabía “hacer felices a los demás”. Esta es para mí la mejor definición de la vida de un cura. Don Juan decía que su mejor tesoro éramos sus amigos y, con ese aval, se habrá presentado ante su Padre Dios, donde muchos de esos amigos le estaban esperando para gozar eternamente. ¡Gracias, don Juan, por su vida y aventuras! Gracias por lo bien que lo hemos pasado estos años, por habernos ayudado a encontrar el camino que lleva al cielo. Pronto nos veremos para siempre. Me alegro mucho por usted, porque ya le tocaba descansar en el cielo. Ahora

“¡Gracias por su vida y aventuras. Gracias por lo bien que lo hemos pasado” interceda mucho ante la Trinidad Santísima por nosotros. Si puede le da a la Virgen un beso de mi parte y pídale que nos ayude a ser tan “liantes” como usted, el tiempo que Dios nos deje en este mundo. Por Antonio Cobo, cura discípulo y amigo de don Juan