Mazzarello, el hombre al que le gusta hacer reír

17 oct. 2014 - rock & roll, la exitosa tira de Under- ground por la pantalla de ... El actor de Viudas e hijos del rock & roll estrenó una obra de autogestión en la ...
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| Viernes 17 de octubre de 2014

Mazzarello, el hombre al que le gusta hacer reír unipersonal. El actor de Viudas e hijos del rock & roll estrenó una

obra de autogestión en la que hace lo que más le gusta: divertir alejandro rapetti PARA LA NACiON

Antes de dedicarse a la actuación, Marcelo Mazzarello hizo un poco de todo. Dio clases de manejo, fue paseador de perros, estudiante de veterinaria, despachante de aduana en el puerto y asistente de fotografía en la revista Playboy. “Fue fantástico –rememora con la mirada en lontananza–. Era el crédito del barrio. Mis amigos me decían «sos un fenómeno, contame cómo es ese mundo». Yo bajaba fondos, ponía luces, asistía al fotógrafo, cambiaba los rollos. Fue hermoso, era Gardel”, recuerda con ojos soñadores. En cualquier caso, la constante era escaparles a los trabajos convencionales, de oficina, con distintos rebusques. Luego se fue a vivir una temporada a El Bolsón, en medio de la montaña, con su hermana. “Hicimos una experiencia comunitaria y estuvimos una buena temporada autoabasteciéndonos con una huerta y trabajos compartidos.” Descubrió su vocación de comediante a los 17 años, cuando hizo su primera obra de teatro en el colegio secundario. Se ofreció como actor porque le permitían salir de las horas de literatura. Ahí cayó en la cuenta de que era gracioso, al menos el público se reía. A los veinte terminó haciendo unos cursos con Norman Briski. “Me gustaba hacer reír, aunque no entendía muy bien de qué se reían. Tampoco me veía estudiando actuación, me parecía raro todo eso del arte dramático. Hasta que hice ese curso de comicidad con Norman y descubrí que era eso lo que quería hacer. Es que el comediante es una especie diferente al actor convencional. Es una cosa rara. Nosotros estábamos tratando de entendernos a nosotros mismos y experimentar con el mundo”, sigue Mazzarello con los ojos abiertos como platos, la nariz prominente y dos hoyue-

Gran trabajo de Néstor Villa (izquierda)

teatro

Una reflexión sobre lo absurdo del poder el banco (título original: Die JuDenbank). ★★★ buena. autor: Reinhold Massag. dirección y puesta en escena: Daniel Teveles. intérpretes: Néstor Villa, Carolina Luaces, Pablo Spigardi, Sergio Faya y Juan Cruz Ruax. traducción: Ruth Weinberg y Andrés y Mónica Caro. sala: El Tinglado (Mario

“Siempre trato de correr mis límites”, dice los en las mejillas que conforman esa suerte de caricatura gestual que lo catapultó como un gran comediante. Hoy, con una amplia trayectoria en cine, teatro y televisión, se lo puede ver en Viudas e hijos del rock & roll, la exitosa tira de Underground por la pantalla de Telefé. Allí se pone en la piel de El Polaco, un profesor de gimnasia que vino de Rusia, fanático del culto del cuerpo y la buena alimentación. Pero además, acaba de estrenar Mazzarello no chilla, unipersonal creado y dirigido por él mismo en

En el diván De muy pequeño, le hicieron un psicodiagnóstico de hipersensibilidad y, con el paso del tiempo, descubrió que es un componente de su personalidad. “Creo que en nuestra sociedad hay demasiado de psicoanálisis y psicología. Pero a mí no me agarran más.”

fabián marelli

el emblemático Teatro El Picadero. “El unipersonal tiene mucho de trabajo artesanal. Como cuando vivía en El Bolsón, creo que hay algo de nobleza en esa artesanía. Me gustan esas raíces, las del oficio más que de la profesión. Eso sí: cuando te metés detrás del telón antes de cada función, te quedás solo como Bonavena arriba del ring. Es una experiencia inigualable”, asegura Mazzarello. Y concluye: “Como actor, siempre trato de correr mis límites y los que impone la mirada del otro. Elijo el humor porque me parece una manera de reflexionar que apela a la inteligencia. La risa invita a encontrarle una vuelta más a la realidad, a aquello que nos está sucediendo. Pero el humor no es algo que manejás del todo. A veces la gente se ríe y no entiendo qué le causa tanta gracia Es como si me hubiesen regalado una nave espacial y nunca sé bien qué botones tengo que apretar para salir volando”.ß alejandro rapetti

Mazzarello no chilla De Marcelo Mazzarello Viernes, a las 23. El Picadero, Pje. E. S. Discépolo 1847.

Bravo 948). funciones: viernes, a las 23.15. duración: 90 minutos.

E

l banco, de Reinhold Massag, es una pieza reciente del teatro alemán (1995) escrita en forma de monólogo. Así comienza y así culmina, con un soliloquio, esta adaptación de Daniel Teveles, quien decidió que en su versión los personajes que aparecen en el libro sean materializados a través de ac-

tores. Este esfuerzo desde la dirección y la puesta (en un escenario pequeño se construye la estación de tren, un granero, un comedor y otros ambientes) resulta un acierto. De este modo el espectador puede construir de modo instantáneo un mosaico con distintas voces y almas que habitaban Alemania antes

y durante el nazismo. Así asoman un ama de casa, el oficial de carrera ascendente, una mujer de dudosa reputación y un adolescente, entre otros personajes. Dominikus Schmeinta es un anciano enfermo cuya vida gira en torno a ver pasar los trenes en una estación. Un día su banco preferido, al que visitó diariamente durante 20 años, amanece con un cartel: “Sólo para judíos”. Schmeinta afronta un dilema ante esta norma ridícula: ¿Obedecer o continuar con su rutina haciendo caso omiso a ese cartel? Negador y ciego, por momentos y, en otros, lúcido e intrépido, el protagonista analiza convertirse al judaísmo, y así, regresar a su armonía original sin incumplir la ley. El banco es una reflexión profunda sobre la discriminación y sobre lo absurdo del poder, sus órdenes y sus consecuencias. Éste es un destacado trabajo de Néstor Villa, quien compone a Schmeinta, una exigente tarea, desde la postura física y el desplazamiento con la discapacidad de esta criatura, y su dicción con acento alemán (el resto del elenco no adopta este acento, algo que quizá genera cierto ruido en el espectador). Villa logra una gran complicidad con el público, a quien mira a menudo cuando piensa o comete una picardía. Carolina Luaces y Sergio Faya, ambos con dos personajes diametralmente opuestos sobre sus hombros, Pablo Spigardi, y una gran interpretación de Juan Cruz Ruax pueblan a El banco con todo su talento.ß Laura Ventura