Mario Negri.“El primer cepo que instaló el Gobierno fue

1 feb. 2014 - fue el relato: se metieron adentro y tiraron la llave” ... le abre las puertas a la nacion. En pocos ... Dentro de ese cepo se metieron, se ataron y ...
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POLÍTICA

| Sábado 1º de febrero de 2014

El jefe del bloque de diputados de la UCR dice que la Presidenta está “en fuga de la realidad” y que el kirchnerismo está practicando un “progresismo invertido” al devaluar sin atacar la inflación

Mario Negri. “El primer cepo que instaló el Gobierno fue el relato: se metieron adentro y tiraron la llave” Texto Marcelo Veneranda | Foto Guadalupe Aizaga

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CARILÓ

ace horas que llueve en Cariló y el departamento que los Negri alquilan sobre las playas de Hemingway apenas si se altera cuando el presidente del bloque de diputados nacionales de la Unión Cívica Radical, mate en mano y termo bajo la axila, le abre las puertas a la nacion. En pocos segundos queda en claro que el departamento no alberga a un búnker de campaña de un político en gira de verano, sino a una familia en vacaciones: una hija del legislador duerme la siesta en un sillón del living; su esposa, en otra habitación, acomoda ropa que no se salvó del temporal, y Cristóbal, el nieto que “casi, casi” fue bautizado como Hipólito, va y viene de cuarto en cuarto. Sólo se detiene cuando su padre, Juan Hipólito, lo toma en brazos para escuchar mejor al “abuelo”, Mario Negri, que habla de política. El ex vicegobernador cordobés describe a la Presidenta como una persona “en fuga de la realidad”, argumenta que –esta vez sí– el kirchnerismo enfrenta su “fin de ciclo” porque “el populismo sólo se sostiene cuando hay dinero”. Cuando le preguntan por las idas y venidas del cepo cambiario, corrige: “El primer cepo que instaló el kirchnerismo fue el relato. Dentro de ese cepo se metieron, se ataron y tiraron la llave afuera”. No por eso niega las internas “exacerbadas” de la UCR, pero prefiere esas fricciones a las transformaciones de un peronismo “que vive de un proyecto de poder, sin importar

ningún tipo de valor y a cualquier precio”. En ese mismo tren, minimiza las fugas de su partido hacia las filas del Frente Renovador, de Sergio Massa, y se anima a poner las manos en el fuego por el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, de que no abandonará la UCR detrás del tigrense. –¿Qué sensación le dejó el regreso de la Presidenta? –Hago dos lecturas. Por una parte, tuvo un acto de sincericidio: reconoció que hay un millón y medio de chicos que ni estudian ni trabajan. Es positivo que reconozcan el problema y se hagan cargo, soy partidario de esos programas. Habría que seguir el que hace Brasil, que es cuatro veces más amplio, abarca a la familia e incluye tutorías y seguimiento, porque el problema es mucho más complejo. –¿Y la segunda? –¿Viste el revuelo que se armó con el tema de las estampillas de la “década ganada”? Bueno, esta problemática de los jóvenes debería estar representada en esas estampillas, porque muestra a las claras una década que perdió oportunidades enormes. Esos chicos tenían ocho años cuando empezó este gobierno y la década de mayor crecimiento que tuvo la Argentina en 50 años les pasó por encima, por el costado. El Gobierno se ocupó mucho de la publicidad y poco de ellos. –Tampoco se habló de la inflación, los saqueos, los cortes de luz… –Creo que Cristina está en fuga de la realidad y piensa que los dos años

que le quedan de gobierno son sólo para dar buenas noticias. Si no habla de la Argentina real, va a continuar la idea de que nadie se hace cargo del Gobierno. –¿Y la UCR, desde el Congreso, qué puede hacer? –Creo que tenemos que tratar de garantizar la gobernabilidad de un ciclo que está en los finales y de una forma muy desordenada. Y en segundo lugar, controlar que no hipotequen el futuro. Y levantar la voz. Ahora necesitamos reabrir las puertas del Congreso de manera urgente para rediscutir un presupuesto que, con un dólar a 6,33 pesos y una inflación del 10,4%, ya denunciamos como ficticio en diciembre. Es urgente que el ministro de Economía y el jefe de Gabinete expliquen los alcances de las últimas medidas. –¿Cómo observa la liberación del cepo al dólar? –En realidad, el primer cepo que instaló el kirchnerismo fue el relato. Dentro de ese cepo se metieron, se ataron y tiraron la llave afuera. Después vinieron los otros: el cepo cambiario, al trigo, al turismo, ¿no? Pero consecuencia de un relato al que se abrazaron. Acá la enfermedad es la inflación y sin un plan antiinflacionario no hay medida económica que funcione. El populismo se mueve muy bien cuando puede gastar. Aunque, por lo general, distribuye con absoluta iniquidad. Ahora el Gobierno está practicando un “progresismo invertido”: están devaluando sin plan antiinflacionario. Es un combo explosivo en contra de los que menos tienen.

Negri, desde el balcón, a resguardo de la lluvia de Cariló –Si ésa es la situación, ¿por qué las alternativas mejor posicionadas hoy para la pelea de 2015, Scioli y Massa, vienen del kirchnerismo y no de la UCR? –Hay que romper ese principio conservador. [Carlos] Corach decía que el peronismo tenía ofertas electorales para todos los momentos. Así que hubo un peronismo menemista que desguazó el Estado, un peronismo kirchnerista que hizo populismo y desperdició una década y ahora vendrá alguien que dirá que no conoce a los que están. Romper ese principio es nuestra responsabilidad. –¿No es un mérito funcional del PJ como partido? –Funcionalmente no es un mérito: simplemente se vive de un proyecto de poder, sin importar ningún tipo de valor y a cualquier precio. El radicalismo podría perder, pero no transita ese camino. Nuestra tarea es construir una coalición con socios que compartan ideas y valores, trasladarlos a un programa de propuestas, porque la idea es construir una coalición para gobernar, no sólo para competir. Y en tercer

lugar, homogeneizar una mayoría parlamentaria que sostenga ese programa y ese gobierno. Después se resuelven las candidaturas. La experiencia de la Alianza nos ha enseñado eso. –Mientras eso pasa, Massa les roba dirigentes… –Producto de la crisis política hay una pequeña franja de dirigentes que muta para todos lados. Buscadores de destinos sin ideas. –¿Pone las manos en el fuego por el intendente de Córdoba, Mestre, de que no se va con Massa? –No tengo ninguna duda de que no se va del radicalismo, ninguna duda. No debo ni agregar una palabra. Del otro lado, bueno… hay viajeros que ofrecen ilusiones y en política la libertad es elemental. Nadie te obliga a estar en un lugar, pero tampoco se puede hacer de un partido una puerta giratoria. –¿Y una interna permanente? Por ejemplo, que Ernesto Sanz se junte con Hermes Binner y no invite a Julio Cobos, que se va con Fernando Solanas… –[Ríe] Sí, está un poquito exacerba-

do eso, innecesariamente. ¿Y en el peronismo? El que se enoja se va y arma otro rancho. –Mencionaba el final de ciclo. ¿El kirchnerismo no tuvo otros finales de ciclo anunciados? –Es el final de ciclo porque es inimaginable el kirchnerismo sin Cristina ni Néstor, sin la construcción de enemigos: el campo, los medios, la Justicia. Esa mentira se ha ido develando, ha caído. Porque, además, el populismo sólo se sostiene cuando hay dinero. Caen las inversiones, las reservas, el trabajo, se multiplican las contradicciones. Además, ya hay una parte del kirchnerismo que vivió de sus beneficios, que dice que no los conoce. –¿A quién se refiere? –A muchos de los que están en el Frente Renovador. Igual, nuestro desafío es construir la alternativa. –¿Y el suyo? –A mí me gustaría ser el cinco de la coalición. –¿Un cinco tapón? –Hubo una época en que hacía de tapón. Los cinco buenos son armadores.ß