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Diario del AltoAragón - Lunes, 10 de agosto de 2015

Personajes El museo diocesano es un acopio de espiritualidad, delicadeza, silencio y exquisitez en cada rincón. Contemplo joyas del Renacimiento y el Barroco. Me detengo unos minutos ante El juicio Final de Ruiz de Morlanes y la sillería del coro. En el Museo provincial me atraen las pinturas de Ramón Acín, Cardedera y Bayeu junto a dignas pinturas góticas.

La Confianza. Huesca

Madres altoaragonesas Joaquín CALLABED Doctor en Medicina. De la Real Academia de Bellas Artes de San Luis UESCA siempre me ha parecido una ciudad apacible, luminosa, discreta y acogedora. Y con serena elegancia. El diseño urbanístico está bien elaborado y es de agradecer que muchas plazas nos inviten a un alto en el camino, al reposo, a la charla, a humanizar un poco la vida. Tiene bellas iglesias y buenos museos. La riqueza románica de la provincia es grandiosa. A veces uno se encuentra con viajeros ilustrados que son capaces de abrirnos los ojos en algunos detalles de nuestra historia este fue el caso de una historiadora francesa con raíces maternas altoaragonesas que está investigando sobre madres olvidadas de esta tierra, como violetas silenciosas del camino. Un paseo por huesca En mis frecuentes paseos acostumbro recorrer el casco antiguo con sus plazas y comercios de época: el barrio de la Catedral, San Pedro el Viejo, San Lorenzo y los museos Diocesano y Provincial. En la plaza López Allué hay dos puntos que siempre me han merecido una atención especial: el Museo pedagógico que capta perfectamente con sus luces y penumbras la atmósfera social y educativa de los años 50, recordando las escuelas rurales, con pupitres y tinteros, mapas y estufas de leña. Allí está documentado cómo José de Calasanz fundó en la capilla Santa Dorotea de Roma la primera escuela popular gratuita de Europa. En 1617 se fundaron las Escuelas Pías. Mi mejor recuerdo para Tomás PaúDAA

les, de Jaca, maestro durante mi infancia en la Escuela Municipal de Biescas. Nunca falla mi visita a Ultramarinos La Confianza, fundada en 1871 y guardando todas sus esencias históricas. En el sótano hay un restaurante que recuerda un museo etno-antropológico bien logrado. El chocolate que se vende en el comercio es pura delicia y en una anterior visita la atenta propietaria del comercio me aceptó la frase de Oscar Wilde “la mejor forma de evitar la tentación es caer en ella”. -Ya le recuerdo, me dice, como verá la frase que me apuntó en un papel sobre la tentación del chocolate... está colocada en el escaparate y bien rotulada. Y por supuesto que se vende más chocolate-... Gracias. El techo del establecimiento está decorado con una pintura de León Abadías y Santolaria que fue maestro de dibujo de Santiago Ramón y Cajal en su

etapa oscense. La pintura representa a Hermes o Mercurio con su caduceo o serpiente enroscada, a quien se le considera dios del comercio y también de la Medicina. Siguiendo el paseo hay que tomar un café en Correos y descansar un poco y reflexionar. Después hay que entrar en Pastelería Ascaso, que tiene mas de 100 años de historia, para comprar “colinetas” un bizcocho de almendra muy molida. La tradición es la tradición. Mas allá en la plaza de Navarra hay que mojarse las manos con el agua de “La Fuente de las Musas”, para que siempre nos inspiren. El Casino es una magnífica muestra de arte modernista y lugar muy adecuado para presentar libros y dar conferencias según muchos amigos que allí han intervenido. Tomo nota para el futuro. Sería un honor. Recuerdo algunas conferen-

cias en el Auditorio de IberCaja sobre adolescentes, que dirigía Teresa Arroyo y presentado por el buen amigo y excelente periodista y escritor Antonio Angulo y otra conferencia en el Colegio de Farmacéuticos con el buen amigo y excelente farmacéutico Edgar Abarca Lachén, que también me presentó en la UNED de Barbastro en una conferencia sobre el pediatra Andrés Martínez Vargas. Gracias a todos. Cordialidad, sosiego, amistad, acogida y señorío es lo que acude a mi memoria en estos momentos recordando a Huesca mis viajes a Huesca. Gracias Iglesias y museos En San Lorenzo tuve la suerte de coincidir con el profesor Francho Nagore y su esposa. Allí volví a ver el cuadro de Berdusán con su logrado “Martirio del Santo”. Es difícil encontrar ciudades que no rindan culto a este santo universal. La catedral muestra el retablo de alabastro de Damián Forment. Allí me informé que en Gelsa de Ebro está uno de los mayores yacimientos de alabastro de Europa.

Dolores Blanc y José María Escribá de Balaguer, padres del fundador del Opus Dei

María Dolores Albiac y Blanc fue la madre de Jose María Escribá de Balaguer, fundador del Opus Dei

San Pedro el viejo(2) Hay lugares singulares en todas las ciudades y san Pedro el viejo es algo especial para mí. Algo por encima de sus bellísimas líneas y proporciones. Bellos capiteles en su claustro sobre “La muerte de los inocentes” y una misteriosa bailarina que ha dado paso a numerosas interpretaciones. Flota una magia especial en todo el recinto. En la capilla de san Bartolomé hay panteón real con los restos de Alfonso I el Batallador, Ramiro II el Monje, El Infante Don Fernando y el Abad del monasterio de Montearagón. También los niños mártires Justo y Pastor. Therese y Jean Pierre. Unos viajeros franceses Unos viajeros “maduros” con mochilas , calzado deportivo y acento francés del sur me piden una fotografía con San Pedro el Viejo como fondo. -Es una verdadera perla arquitectónica, un momento dulce del arte,- me dicen con cierta emoción. -Creo que coincidimos -les respondo-. Esta iglesia tiene una magia escondida -les respondo. Invita a volver muchas veces. Es un imán para el espíritu. -¿Podemos sentarnos en su mesa para compartir un café con usted? -Me preguntan con exquisita educación. -Por supuesto -les digo-. Un placer y un honor. Aprecio mucho a Francia. -Gracias, muchas gracias. Therèse y Jean Pierre han visitado Huesca y los Pirineos en varias ocasiones. Viven en Lyon. Therèse dirige un hotel y colabora literariamente en revistas de viajes. Es Licenciada en Historia. Jean Pierre es profesor jubilado de Historia del Derecho. Cambiamos impresiones sobre el bello museo de Bellas Artes de Lyon y la gran tradición de su ciudad en el mundo de la imprenta donde trabajó y editó un oscense ilustre como fue Miguel Servet. Han vuelto a recorrer Gavín, Oros Bajo, Oliván, San Juan de Busa, Lárrede. -Me gusta la desnudez y la sencillez de san Juan de Busa -dice Therèse-. Un amigo arquitecto que viajó con nosotros dijo que hay problemas arquitectónicos muy bien resueltos. Desde Huesca, donde tienen el punto de referencia, han recorrido Ayerbe visitando el museo dedicado a Santiago Ramón y Cajal, Riglos y los Mallos, Belsué, Nocito, Gorjas de San Julián, Loarre, Jaca, San Juan de la Peña, Santa Cruz de la Serós. Son fervientes enamorados de esta tierra. -Mis antepasados eran de estos

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valles pirenaicos que migraron a Francia, dice Therèse. Los genes son los genes, -dice sonriendo-. Y las madres altoaragonesas tienen un sello especial. Es como “El canto de la tierra” de Gustav Mahler. Me cede un escrito que publicará próximamente sobre las Madres altoaragonesas. Me indica que solo es un borrador a perfeccionar en muchos puntos. Habla de la importancia del vínculo materno infantil a la vista de los avances en Psicología del pasado siglo para el desarrollo de los hijos y lo poco que se ha profundizado en muchas madres con hijos ilustres. Tiene un hijo médico que ejerce en �ancy.. Madres altoaragonesas Catalina Conesa y Zaporta, de Villanueva de Sijena se casó con Antón Servet Urroz y tuvo tres hijos. Miguel Servet fue médico y teólogo de proyección internacional y trágico final en la hoguera por orden de Calvino. Pedro fue notario y eligió la carrera eclesiástica. La vida de Servet discurrió en Francia. María Martínez Gil, natural de Graus, fue la madre de Joaquín Costa Martínez. Casó con Joaquín Costa Larrégola en segundas nupcias. Mujer con una cuidada educación. Animó a su hijo para que cursara estudios universitarios en Madrid donde se doctoró en Derecho y Filosofía y Letras, no dejando nunca la lucha contra la pobreza, la enfermedad y una política humana y social. Cuidó mucho la salud de su hijo ya que padecía de Atrofia Muscular Progresiva. Narcisa Ruata y Sitjar, natural de Binéfar, casó con Manuel Pano y Lizaso natural de Monzón. Fue la madre de Joaquin de Pano y Ruata, ingeniero de caminos que construyó el primer puente metálico. También filósofo y políglota. Mariano de Pano y Ruata publicó numerosas monografías históricas, como las de Sijena, condesa de Bureta, y “El Fuero de Monzón”. Dirigió la Real Academia de San Luis de Zaragoza durante 37 años. En casa Ruata de Binéfar se conserva un retrato de �arcisa Ruata. María Gastón, de Peralta de la

Sal, casada con el herrero Pedro Calasanz y de familia de infanzones. Dio a luz a José de Calasanz, pedagogo y santo y seis hijos más. En 1779 se bendijo el oratorio en el mismo lugar donde nació el santo. La fundación del colegio calasancio de Peralta tuvo lugar en 1695. Leonor Negro, de Fonz, casada con Juan Cerbuna, fue la madre de Pedro Cerbuna del �egro, catedrático de Teología. Obispo de Tarazona donde fundó un colegio de Jesuitas. Fundador de la Universidad de Zaragoza y “alma mater” de la cultura aragonesa. Ana María de Montserrat y Ustáriz, natural de Altafulla (Tarragona) era hija del IV marqués de Tamarit. Casó con Miguel Esteban Ric y Pueyo barón de Valdeolivos e hijo de Fonz. Fue la madre de Pedro María Ric y seis hijos más. Pedro María Ric fue rector de la Universidad de Huesca y poseyó numerosos títulos. Se distinguió en los Sitios de Zaragoza. María Parera, de Barbuñales, fue la madre de Félix de Azara y cinco hijos más. Félix de Azara fue gran naturalista que escribió “Viajes a través de la América Meridional desde 1781 a 1801” motivo por el que Darwin le consideró como predecesor suyo y maestro en Zoología. �icolás de Azara, su hermano, fue embajador en París. María Dolores Albiac y Blanc, de Barbastro, casó con José Escribá de Balaguer y Corzán del pueblo de Fonz. Su familia era oriunda de Aínsa y los Escribá de �arbona (Francia). Fue la madre de José María Escribá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Siempre estuvo a su lado en Logroño, Zaragoza y Madrid donde se instalaron definitivamente, apoyándole moral y espiritualmente. María Fleta Esparraguerri, de Albalate de Cinca, casada con Vicente Burro Gayán fue la madre de Miguel Fleta y 13 hijos más. Su hijo Miguel eligió su apellido para una gran carrera, gloria de la lírica mundial como tenor lírico spinto. Andrea Garcés Laspalas fue maestra que casó con José Sender Chavanel, secretario de Chalamera de Cinca. Después se

Monasterio de San Pedro El Viejo. Huesca DAA

trasladaron a Alcolea de Cinca de donde eran oriundas las familias. Fue madre del gran escritor Ramón José Sender y 10 hermanos más. Escribió algunos relatos. Sender sintió verdadera pasión por su madre. Antonia Cajal, de Larrés, dio a luz a Santiago Ramón y Cajal en Petilla de Aragón. Su hijo le rega-

Antonia Cajal madre de Santiago Ramón y Cajal

ló algunas páginas en su obra: “ Mi pobre madre, ya muy económicamente hacendosa, de suyo hacía enormes sacrificios para eliminar cualquier gasto superfluo y allanarse a aquel régimen de exagerada previsión. Era preciso a toda costa hacer economías. Amainó las iras de mi padre y me enviaba alimentos cuando estuve castigado a pan y agua por mis travesuras”. Jean Pierre Jean Pierre escucha con atención a su esposa y asiente todo el relato. Está enamorado de la colegiata de Bolea donde pudo escuchar algún concierto, Alquézar que le dejó enamorado, Aínsa y su plaza porticada y Torla por la pureza del paisaje rural que ha sabido mantener y su fabuloso Parque �acional. Jean Pierre es hombre reflexivo y prudente. Tiene un cierto aire de filósofo. Ha leído sobre Derecho aragonés y halaga la participación importante de Aragón en la figura del Defensor del

Antonia Cajal, de Larrés, dio a luz a Santiago Ramón y Cajal en Petilla de Aragón. Su hijo le regaló algunas páginas

Pueblo. Conoce ese dicho sobre leyes en Aragón: Justicia fueron tus leyes Siervos de la ley tus reyes Esclava tuya la gloria Habla de la Ilustración francesa y el Derecho francés e internacional. Dice que “las leyes las deben crear el buen sentido de los ciudadanos, la vida buena”. �o hay que perder nunca la reflexión crítica y por eso no comprende muy bien la leyenda de la campana de Huesca y las decisiones de un monje que tuvo que reinar contra su voluntad, ni las cabezas de los reyes moros de la batalla de Alcoraz que están en el escudo de Aragón. La Hermenéutica sirve para estudiar el pasado y en muchos casos mejorarlo, dice como punto final. Tiene muy presente la leyenda del Justicia de Aragón que leyó en el museo Provincial “para ser justo, olvida dos cosas: el odio y la amistad”. Es la hora de partir. Jean Pierre me obsequia con una frase escrita en un aceptable español sobre una servilleta de papel, que según dice le ayuda a caminar por el mundo y “lleva siempre en su mochila”. Es de Dworkin. “Si logramos llevar una vida buena, haremos de nuestras vidas pequeños diamantes en la arena del cosmos”. “Au revoir”, Joaquín. “Au revoir”, mes amis. Un bello encuentro.