Los motivos para celebrar, cada vez más espontáneos y ...

de un pilar de la geografía porte- ña y del lujo en una experiencia intergeneracional.ß ideas y personas. Julieta Sopeña. Salidas. El mapa de la cocina francesa.
3MB Größe 11 Downloads 51 vistas
8

|

SÁBADO

Hábitos

objeto de culto

Pedalear en el paraíso hasta que el cuerpo resista

Además de los clásicos, hoy se festejan un ascenso, la compra de un auto o una nueva mascota

LA nACiOn

Seis materias a febrero. Y el día antes de que empezaran las clases su hijo todavía tenía que dar tres. Si no aprobaba ninguna, ella tenía que salir a buscar colegio. Por fin llegó la llamada: dos adentro, una a julio. Las dos semanas de vacaciones de invierno el chico las pasó abocado al estudio. Tres horas por día con profesoras, pero no aprobó. Octubre, última chance para cerrar tercer año. Otra vez horas y horas de profesoras particulares y toda la familia pendiente del resultado. Corina Savich llamaba a su marido, pero tampoco él tenía novedades. Recién después de las 12 se enteraron: había aprobado. La idea surgió enseguida: “Esto hay que celebrarlo”, dijo ella. ¿Por qué no? Fueron meses de incertidumbre y de esfuerzo de su hijo. Había motivo suficiente para que toda la familia festejara el logro con una cena en el mejor restaurante. El festejo contagió al resto de la familia. Ahora, cuando alguien se saca de encima todas las previas se celebra: el protagonista elige el lugar. “De alguna manera se convirtió en una tradición, aunque la verdad es que, si no tenemos esta excusa para celebrar, ¡mejor!”, dice Corina. A los festejos ya tradicionales como cumpleaños, aniversarios o el fin de curso, les sumaron en los últimos años otros más atípicos, como éste de las previas o un cambio de trabajo. Como el que organizaron después de que Corina renunció a un empleo donde no la pasaba bien. Ésos no son los únicos motivos por los que hoy los argentinos improvisan un festejo en casa, un bar o un restaurante. Puede movilizarlos un logro material, como haber comprado un auto; otros más caprichosos, como celebrar la amistad sin un número redondo que lo imponga, el desahogo de haber terminado de pa-

Agustina Rodríguez y sus amigos festejan algo cada domingo

gar una hipoteca, o brindar cada vez que un amigo vuelve de viaje aunque haya sido sólo por un par de meses... Tan diversos como el criterio que tenga cada uno para decidir que algo sea festejable o no. Siete por año Son motivos más íntimos, espontáneos y caprichosos, con el objetivo de asegurarse el disfrute de un logro cotidiano sin la necesidad de reservar los festejos exclusivamente para las grandes ocasiones. A esta conclusión llegó un estudio realizado en hombres y mujeres de entre 25 y 48 años que le propuso Hellmann’s a la consultora Trendsity bajo la premisa: ¿Cómo festejan los argentinos? Según el estudio, organizamos de seis a siete celebraciones por año, que tienden a ser cada vez más informales y espontáneas. Entre las novedosas se mencionan como más habituales los logros laborales, como cambios de trabajo o ascensos (el 38% de los consultados asistió a

uno en los últimos dos años) o los relativos a la adquisición de bienes, como una nueva casa o un auto (25% de los encuestados). Pero también citan otros más particulares: “Los ocho años de amor con mi mujer y la familia que formamos”; “el nacimiento de los cachorros de mi perra”; “el cumpleaños de mi equipo de rugby” o “que conservo los mismos amigos desde hace 25 años”. La primera vez que María Berdeal, médica clínica de 36 años, decidió con sus dos grandes amigas del colegio celebrar un logro laboral fue cuando una cobró el primer sueldo. Después de esa primera invitación a comer ya surgía de forma natural festejar por el primer trabajo, después por el aumento de sueldo, y por cada ascenso, y por los cambios, incluso por algunas renuncias...en fin; decisiones que merecían ser celebradas. “Fue una forma de acompañarnos en cada etapa de nuestras vidas –cuenta María–. Alguna vez hemos sumado a nuestros maridos, pero

las últimas veces también vinieronnuestros hijos.” Mariela Mociulsky y Ximena Díaz Alarcón, de Trendsity, creen que esta tendencia tiene que ver con un cambio de clima social, en el que el paradigma de los grandes relatos con momentos cúlmines y grandes logros socialmente instituidos ha cambiado. “Hoy los caminos laborales no son tan lineales, ni las familias tan unívocas. Se valora mucho más el recorrido que los grandes logros. Hoy lo que se festeja son los pequeños logros de este camino”, dicen. Estos cambios los observan con más fuerza en los últimos diez años. Una década que describen como más acelerada y demandante, en la que los momentos de pausa, de reparo, de festejarse a sí mismos son más valorados que el gran y único festejo. Todo marcado, también, por la autosatisfacción. De alguna manera, entonces, hoy ya no haría falta el reconocimiento desde afuera para decidir que algo sea festejable, sino que predominaría el criterio personal, la propia vara, con el riesgo, sí, de que en ciertos casos se lleve esa celebración a un festejo desproporcionado. ¿Se justifica, por ejemplo, invertir más de 20.000 o 30.000 pesos en el cumpleaños de un niño de un año? El motivo de festejo semanal de Agustina Rodríguez, licenciada en comunicación de 25 años, y su grupo de amigos, es mucho más simple y austero: juntarse los domingos para combatir el “bajón” que genera este día. Al principio eran cenas en las que contaban anécdotas de las salidas del día anterior. Después sumaron películas, y más comida rica que va variando dependiendo de quién ponga la casa. incluso, abrieron la invitación a otros grupos de amigos para hacerlo multitudinario. Lo que nunca cambió es la idea de que siempre hay un buen motivo para festejar. incluso, los domingos.ß

EXPERIENCIAs Loreley Gaffoglio

Los motivos para celebrar, cada vez más espontáneos y caprichosos Fernando Massa

Sin entrenamiento previo, una cronista se embarca en una carrera de mountain bike de 110 km a través de los lagos del Sur

H Sólo para entendidos Diseñado por Daniel Wolf y Marco Sanguinetti, el Vaso Mareado ya llegó a las 20 mil unidades vendidas y se ha transformado en un fetiche para los amantes del whisky. Su principal atractivo (además de los premios recibidos y de integrar la colección permanente del Museo de Arte Moderno) radica en su base convexa, que permite que se balancee solo. Al tener la boca en ángulo cerrado, el líquido no se vuelca con el movimiento. ¿El plus? Una cubetera para hacer “hielo en bolas”, que tarda mucho más en derretirse. Se consigue en tiendas de diseño o por Internet.

san martín de los andes

ay veces en que uno peca por exceso de fe en sí mismo. Este es el caso, me digo, mientras recorro en auto, perpleja y en pánico, el primer tramo de la ruta 40, en la salida de villa La Angostura (vLA). vine aquí a reconocer el terreno que en 48 horas recorreré como novata participante de La unión 7 Lagos: una carrera de mountain bike de 110 km por paisajes abrumadores que serpentean por la cordillera y unen vLA con San Martín de los Andes (SMA). Es una ruta escénica, con pronunciadas subidas, bajadas, curvas y contra curvas a 90°, llanos de asfalto, 25 km de ripio, baches y barro. Del Nahuel Huapi al Lacar, el trayecto atraviesa la postal cambiante de dos parques nacionales. El botón de

muestra me deja estupefacta. ¿Qué ego inflamado me indujo a semejante desatino? Sólo 20 km de estas cuestas para que el “vehículo escoba”, el que cierra la carrera, barra con mis restos. Aclaremos que estamos a tiempo: soy ciclista urbana, de planicies y cortas distancias. Jamás pedaleé en la montaña. Nunca participé en una carrera. Tengo reducida mi capacidad pulmonar por el asma. Sobrellevo el peor estado físico que recuerde. ¿Hay salida de emergencia para los desertores? La naturaleza, sin embargo, me llama. Como un imán, me invita a una interacción más íntima. Cuando mirar la belleza ya no alcanza, uno busca sentirse parte. Transpirar el paisaje con los poros, el cuerpo, el alma. Mañana agarro mi trek y tanteo

Una tribu globlal que comparte sus logros opinión Roberto Sivak PARA LA nACiOn

L

a recuperación del festejo promueve y refuerza vínculos saludables de las redes sociales. Es un factor que ya ha demostrado ser fundamental en la calidad de vida y el afrontamiento de las dificultades, con disminución del riesgo de depresión, ansiedad y enfermedad física. Si se toman en cuenta aportes de autores como Bauman, la sociedad se ha globalizado en sus comunicaciones y ha generado “nuevas tribus”, donde se comparten intereses

y logros. Por otra parte, el consumo por sí mismo es generador de nuevas “satisfacciones” vividas como logros en la vida. Se han acortado las estadías en los trabajos, se han generado posgrados educativos, y las parejas y las familias presentan ciclos de inicio o cambio con nuevas expectativas. Esos cambios se viven con menor dramatismo y menor culpa. Se tiende a festejar logros narcisistas, mostrando incluso las separaciones como nuevas oportunidades y difundiendo imágenes a través de las redes sociales por la adquisición de una mascota, un crucero o una vacación. En la historia existen ciclos de nacimiento, crecimiento y muerte.

Así como la naturaleza atraviesa estaciones, la navidad, la Pascua, el Año nuevo, la Pachamama, el Carnaval son ritos colectivos de festejo y cambio. En la actualidad, los motivos son personales y en una cultura que privilegia el “vive ya, llama ya, viaja ya o disfruta ya” todo parece festejable. Pero a veces no son tantos los motivos de festejo. Muchas personas solas evitan la depresión y pasan a sentirse útiles, valiosas y acompañadas a partir de tener una mascota o aumentar su cría. ¿Por qué no festejarlo? A la vez, se incrementan motivos para recuperar la tradición familiar y barrial de encuentro. O en momentos de incertidumbre e inflación, ¿por qué

no festejar cada logro para darse ánimo? Como riesgo se puede mencionar el bajón posterior luego del gran festejo cuando éste es desproporcionado. Desde el punto de vista ético, se podría referir el riesgo de seguir hipertrofiando la cultura narcisista y el “show” en desmedro de auténticas muestras de solidaridad e interés por el otro. Después de todo, los autos pasan, los ciclos económicos pasan, y quedan los afectos, los vínculos, los amigos. Y si esos amigos duran 25 años, ¿por qué no reunirse para festejarlo con un asado o unas pizzas?ß El autor es médico psicoterapeuta

Salidas

ideas y personas

El mapa de la cocina francesa Desde hoy y durante la semana, el ciclo Cuisine des Chefs recorrerá las influencias geográficas que conforman la actual gastronomía gala Sebastián A. Ríos LA nACiOn

Un viaje, el periplo de la gastronomía francesa. Pero no aquel que recorre a través sus platos la geografía del país galo, sino más bien ese otro que refleja las travesías de ultramar, las rutas de intercambio cultural. Una etnografía culinaria que pone a descubierto las distintas raíces de las que nutrió a través de los siglos esa cocina: ese es el viaje que propone la última edición del año de Cuisine des Chefs, que organiza la asociación gastronómica francesa en Argentina, Lucullus. “La cocina francesa recibió influencias de sus vecinos más cercanos, como por ejemplo italia o Austria, pero fue radicalmente transformada después del descubrimiento de América y a través de los navegantes de la rutas de las especias –cuenta Ode Vergos, de Lucullus–. Es por eso que el ciclo de la Cuisine des Chefs dibuja el mapa de los grandes ejes de intercambio culinario que Francia tiene con el mundo.” De lo que se trata es de encuentros que combinan dos elementos: el aprendizaje y la degustación, de la mano de experimentados guías de la talla de Beatriz Chomnalez,

Jean-Paul Bondoux, Jérôme Mathe, Paul Azema, Antonio Soriano, Jean-Baptiste Pilou, Valentina Avecilla, Sébastien Fouillade, Karina Gao, Bruno Gillot y Olivier Hanocq, que compartirán el timón con chefs invitados como la filipina-americana Christina Sunae o la marroquí Khaira Mehuyddine. “Son clases degustaciones –precisa Ode–: los chefs cocinan y los participantes degustan. Son momentos donde se comparten recetas, conocimientos, eventos conviviales durante los cuales le gente viene a encontrarse con otras personas con los mismo gustos.” Hoja de ruta Para quienes estén dispuestos a emprender este viaje sin equipaje, el periplo comienza hoy, a las 10.30, cuando Beatriz Chomnalez interprete las raíces franco-italianas en la Ecole de Cuisine. Más tarde, a las 20.30, la ruta lleva hacia el Café des Arts de Pilar Golf, donde Jean-Paul Bondoux y Jérôme Mathe darán una clase magistral sobre las influencias del Mediterráneo en la gastronomía francesa. Ya en altamar, la semana transcurrirá en distintos puertos, con una serie de cenas únicas, siempre a las 20. Pasado mañana, el anfitrión se-

rá Paul Azema en su Exotic Bistró, que abordará los delicados matices de las islas francesas. El martes, el puerto será la isla de La Reunión, que será recreado por Jean-Baptiste Pilou y Valentina Avecilla en su restaurante Fleur de Sel. El miércoles, la influencia de Francia en el sudeste asiático será interpretada por Antonio Soriano y Christina Sunae en el restaurante Astor. El jueves estará dedicado a la cocina de Louisiane, a cargo de Sébastien Fouillade, nuevo chef ejecutivo de la cocina del Hotel Club Francés. El viernes, la protagonista será la cocina de marruecos, a cargo de la chef invitada Khaira Mehuyddine y el lugar de encuentro será la Escuela Vatel. El sábado, de 7 a 14 horas, en el Espacio Azai, el periplo conducirá hasta las fusiones francochinas, de la mano de la cocinera china Karina Gao. Finalmente, el tour etnogastronómico de la Cuisine des Chefs culmina el domingo 8, a las 10, en la boulangerie L’Epi. Allí, los panaderos Bruno y Olivier se referirán a la influencia de los sabores europeos en la pastelería francesa. La participación en todas y cada una de las escalas requiere previa inscripción. informes en www.lucullus.com.ar.ß

Julieta Sopeña

Bodas de plata para el Patio más lujoso

E

l jueves por la tarde hubo alboroto en el barrio de Recoleta. De esos que no se quedan a mitad de camino. Había un porqué: el Patio Bullrich festejaba sus bodas de plata. Un poco de historia: el palacio Bullrich fue construido en 1867 por el arquitecto inglés Waldorp. Allí se erigía una casa de remates de toda clase de objetos de colección, ganado y hasta caballos pura sangre. En 1988 se transformó en lo que hoy conocemos como el Patio Bullrich. ¿Qué son 25 años, sino la construcción de un emblema? Refugio de las mejores boutiques nacionales e internacionales, “el Patio” (como lo suelen llamar los clientes habitués) se ha transformado en el paseo de compras de lujo por excelencia, compitiéndole directamente a la avenida Alvear. Para celebrar, el shopping prefirió la inclusión. Sus puertas permanecieron abiertas de par en par, de modo tal que básicamente cualquiera se transformó en testigo y protagonista de la ce-

SÁBADO | 9

| Sábado 30 de noviembre de 2013

| Sábado 30 de noviembre de 2013

lebración. La ausencia de listas, precintos o vallas despertó simpatía y gratitud, tanto de quienes se acercaron a conciencia como de quienes pasaban por casualidad. Había barras de café, champagne, cerveza, pochoclos y golosinas para todos. Lo cierto es que el lujo supone exclusividad, pero el jueves se mostró apto para todo público. Tres intervenciones le agregaron osadía a un espacio comúnmente asociado a lo tradicional. La primera fue la banda Coming Soon. Su sonido electrónico regocijó al público joven, aunque aturdió a alguna que otra señora. También cosechó suspiros la cantante Cereza –una especie de pin up girl– que, al estilo Marilyn, cantó el “Happy Birthday Patio Bullrich” con una enorme torta de chocolate (y escote profundo), mientras subía por la escalera mecánica. Pero quienes robaron todos los aplausos fueron los bailarines de Club 69: aproximadamente diez hombres y mujeres, vestidos con trajes espectacula-

res a rayas o lunares, pelucas de colores, plumas en las pestañas y zapatos brillosos que recorrieron el shopping con gracia y montones de globos con helio. Recibieron como en su casa las diseñadoras María Cher, Carmela Achaval y Teresa Calandra. Ana Rusconi y Rosella della Giovampaola también se acercaron a la calle Posadas. Las actrices Dolores Fonzi y Cecilia Roth oficiaron de madrinas del evento, impecables, vestidas de negro y teces pálidas. Quien estuvo encargada de retratar a todas estas mujeres fue la fotógrafa colombiana Marité de Jesús, ese personaje cada vez más recurrente de la vidriera local. irónicamente, era ella quien recibía más flashes por parte de los visitantes. Vestía un mono negro, ceñido a la cintura y con la espalda transparente, y unas sandalias de taco de, por le menos, 10 centímetros. Un peinado con jopo prolijamente recogido, labios color fucsia y excéntricos anteojos completaban su estilo, femenino pero atrevido. Marité acomodaba su saco negro en el piso una y otra vez, y lo usaba de manta para tirarse cuerpo a tierra a tomar fotos en plano contrapicado. Por último, cien mil mariposas: ese fue el número de mariposas multicolores que colgaron del techo o se posaron en arcadas, faroles y columnas del lugar, vistiendo al shopping de magia e ilusión. Todos disfrutaron de un momento histórico: la refundación de un pilar de la geografía porteña y del lujo en una experiencia intergeneracional.ß

gentileza la unión 7 lagos

hasta dónde puedo llegar, me ordeno. Si alcanzo la primera posta, a los 50 km, me lleno de gloria. Pero mi angustia se acrecienta porque el sábado diluvia todo el día. Domingo, 9.30 AM, Día D. Guetta es la fanfarria del ciclismo. Clima de fiesta en el área de largada. Más de 300 corredores, entre profesionales y gente entrenada. Hay una estrella, La Cobra Di Lorenzo. una heroína: pedalea en tándem junto a su padre ciego. También un duelo: alumnos del fallecido ciclista Ariel Caucamán, embestido en un camino neuquino, hacen campaña para que los vehículos no toquen bocina y pasen a una distancia de 1,5 m en las rutas. El despliegue organizativo de la carrera es perfecto. veinte vehículos abocados a la seguridad. Los locales apoyan y ocupan las veredas para ver al pelotón pasar. Me acomodo tímidamente del medio para atrás en la línea de largada. Me siento una impostora. Mi máscara caerá con la primera fatiga. Sé que mi resistencia dependerá más de mi cabeza que de mis piernas. Me impongo cambiar el switch a “positivo”. Da resultado. Es tal mi avidez por empezar a rodar en el paraíso que ningún papelón importa. Cuando la camioneta que lidera acelera, comienza la carrera. No me desanima que, ya en las primeras cuadras, muchos se adelanten. No hago ningún esfuerzo extra. Pedaleo a mi ritmo. Debo administrar la energía. Necesitaré potencia y cabeza para la sucesión de trepadas. y para acompañar al paisaje lo más que pueda. En la edición pasada, Di Lorenzo, el hombre flecha, unió el trayecto en 3,15 horas. Al último corredor le insumió ocho horas de carrera. La salida de vLA es onírica. Siento un regocijo energético. Es el del cuerpo en movimiento en medio de un escenario idílico, invadido por un aroma dulce, a duraznos. Proviene de los racimos amarillos de las de retamas en flor. Están flanqueadas por las espigas violácias de lupinos

Verano 2014

Arte para abrir la temporada El próximo fin de semana, Art Experience, en los mejores hoteles y restaurantes de Punta del Este, combinará arte con gastronomía El arte y la gastronomía comienzan a abrirse camino como los dos clásicos ingredientes con que Punta del Este abre su temporada, dos semanas antes del comienzo formal del verano. Es que el próximo fin de semana se llevará a cabo la segunda edición del Art Experience Tour, un original encuentro que propone recorrer los más atractivos escenarios gastronómicos del Este y permite a los amantes del arte compartir con prestigiosos pintores y escultores de la Argentina, Brasil y uruguay los procesos creativos de sus obras. Desde el viernes y a lo largo de tres días, los asistentes podrán dejarse llevar por esta inusual propuesta, que combina el privilegio de alternar con los artistas mientras ellos trabajan en la creación de sus obras. Pero si bien el arte será el protagonista principal de la experiencia, los visitantes disfrutarán, además, de excelentes opciones gastronómicas, de degustación de vinos y de música en vivo. Este año, Art Experience Tour se desarrollará bajo el lema “ vivir el arte” y convocará a más de 30 artistas de la región. Su selección estuvo a cargo de un comité curatorial integrado por Diana Saiegh; el director de Fundación Deloitte,

Fernando Haehnel, y los organizadores del evento, Pablo Lamaison y ruben Frattini. Entre los 30 artistas que han comprometido su presencia figuran Alejandro Debonis, Andrea de Souza rocha, Antonia Guzman, Carlos Musse, Febo Aycardo, Fernando rossia, Gaby Grobo, Ignacio Zuloaga, Janine Altman, Lara Campiglia, Laura Subise, Marcelo Aguirre, Marina Olmi, Marisa Bernotti, Mauricio Sbarbaro, Mercedes Bernárdez, Pilar Lacalle Pou, Pato Gil villalobos, raúl Sampayo, roberto riverti, Simone Trombini, Silvia Basso, vero Molina, veronica Puiggari y victoria Güiraldes. Ambiente único “Desde la primera edición del Art Experience Tour, comprobamos la necesidad de que un evento de esta magnitud ocurriera en Punta del Este –comenta Pablo Lamaison, emprendedor uruguayo y creador también de TEDxPunta del Este–. La interacción entre los artistas y los amantes del arte crea un ambiente único, mágico, energético. Estamos convencidos de que esto será a futuro un gran encuentro del arte latinoamericano y logrará atraer la atención del mundo al balneario.”

La agenda de esta edición contempla seis de las locaciones más emblemáticas y destacadas de Punta del Este: El viernes 6, a las 12, la cita será en Narbona, y, a las 20, en Barra Brava Casa del Mar, en La Barra. El sábado, la experiencia continúa, a las 12, en el hotel Fasano Las Piedras y, a las 20, con la exhibición de obras para subasta, en Espacio Bertoni. Por último, el domingo, el Art Experience 2013 seguirá en Colinas de Garzón, y, a las 20, finalizará con un cóctel y una subasta privada a cargo de la casa de remates Castells en los jardines del hotel Conrad. El remate permitirá a los coleccionistas, empresarios y otras personalidades adquirir las obras de todos los artistas que participarán del evento. Asimismo, el Centro Cultural Kavlin realizará una exposición fotográfica de alto impacto, juntamente con Fundación Deloitte, que premiará al artista que se haya destacado durante el evento. Por otra parte, en el marco de las actividades que tendrán lugar en la planta boutique Colinas de Garzón se presentará una disertación del especialista en arte Adrián Gualdoni Basualdo.ß

La carrera que une ciudades En su segunda edición, La Unión 7 Lagos unió San Martín de los Andes con Villa La Angostura a través de la ruta 40. La travesía duró entre 4 y 8 horas, según los participantes. Más datos: launionsietelagos.com.ar

bordeando la ruta. Maitenes, ñires y coihues altísimos custodian el azul cobalto de Nahuel Huapi. un par de trepadas que encaro con seguridad y templanza, y clavo la vista en las aguas turquesas del Correntoso. Atravieso un viejo puente a toda velocidad y escucho el bramido de su río cristalino. Aún más fuerte cantan los cauquenes. Hay pesca con mosca que desearía poder observar ,pero la escena queda atrás. El paisaje es un estímulo fuerte. En mí tiene efecto paradójico: me distrae y me oxigena, y me concentra a la vez. Le pongo piernas a una larguísima cuesta y enseguida sobreviene el vértigo de un descenso con curva y contracurva a 90 grados que no podré cortar. Eso supone la descalificación. Medito cada suceso que enfrento. viajo a tal velocidad que además de una caída, temo reventar una cámara. De golpe, parpadeo del asombro: encajonada, como rehén del bosque, en el lago Espejo se refleja la cordillera nevada. Hay todavía cenizas del Puyehue, en cimas y a los costados de la ruta. yo sigo en éxtasis. No vivo esta travesía como una competencia de velocidad sino como un desafío físico personal, donde la meta es el disfrute. Sólo ruego que el cuerpo acompañe el goce. En el abismo de una pared casi vertical, me estremece ver a un competidor bajarse de la bici y empujar-

la en la cuesta. Con lo que me queda de aire, le pregunto si está bien. Sin oxígeno, asiente. Celebro la osadía de ese espíritu joven, aún con largos 60 años de edad. Pasados los primeros 30 km, el camino se bifurca a la altura de villa Traful y comienza el ripio. Está nublado, húmedo y hace frío. El suelo supone otro desafío. Hay innumerables baches con agua y el terreno por momentos parece un serrucho. Las cuestas enruladas en el ripio suponen el peor desafío. Me compenetro en ese esfuerzo cuando siento un motor en mi nuca. ¿Será el vehículo escoba? Desde que largué, me impuse jamás mirar atrás. No desvelarme por ver quién o cuántos vienen detrás. Tampoco si quedo rezagada. Mi meta es clara: resiliencia para llegar lo más lejos posible. Lamento no poder medir mis pulsaciones exaltadas. Cuando bajan, me pongo a charlar con Anahí Fox. Es otra participante porteña. Tiene mi edad. Conversar con ella hace la carrera más llevadera. Me cuenta que se entrena tres veces por semana con una corredora de elite: Gaby Castillo. Se quedarán luego una semana para explorar la montaña sobre ruedas. Anahí está bien equipada. Me dice que llevamos 45 km recorridos y que si mantengo entre 110 y 150 las pulsaciones podré pedalear hasta ushuaia. Charlamos sobre la vocación periodística de su hija cuando un oasis se abre en medio de la nada. Es el primer puesto de hidratación. También la posta para los que corren en equipos. Siento ese punto como un triunfo impensado. recargo la caramañola. Como almendras y gajos de naranjas. La gente del puesto me alienta y acompaña. Esas palabras hacen la diferencia. Supongo que me detengo más de la cuenta. No por cansada. Más bien por colgada. Castillo pasa en su camioneta y arenga a Anahí a continuar la carrera. yo parto después. Faltan otros 20 km para la segunda posta. El ripio muta por barro. Los descensos tienen su vérti-

en algún lugar del mundo Hernán Iglesias Illa

El triunfo del hombre, y de sus máquinas

¿Q

NuEvA yOrK

uién juega mejor al ajedrez, los humanos o las máquinas? Desde 1997, cuando Garry Kasparov perdió su famoso match contra Deep Blue, la computadora de IBM, aquella pregunta parecía respondida: ya ningún ser humano podría volver a ganarles a las mejores máquinas de ajedrez. Las computadoras, decía este diagnóstico fatalista, habían derrotado al hombre por el resto de la eternidad. En los últimos años, sin embargo, el desarrollo del llamado ajedrez freestyle ha modificado esta respuesta. En los torneos de freestyle, jugadores amateurs que no son buenos ajedrecistas, pero saben usar el software correspondiente, combinan su inteligencia e intuición con las enormes bases de datos y capacidad de análisis de las computadoras. La respuesta, ahora, es que el mejor ajedrecista del mundo no es un humano ni una máquina: es un equipo formado por un humano y una máquina. Esta evolución ha servido a dos

autores contemporáneos para ilustrar su visión de la tecnología y lo que nos espera en el resto del siglo. En su último libro, el economista Tyler Cowen dice que en el futuro sólo prosperarán aquellos que sepan complementarse con las máquinas: a los otros les pronostica una vida de puro estancamiento y videojuegos. En el más reciente Smarter Than You Think (Más inteligente de lo que crees), el periodista Clive Thompson dice que los humanos llevamos varios siglos complementádonos con las máquinas, pero que las computadoras e Internet han acelerado este proceso. “La tecnología está cambiando la forma en que pensamos –dice Thompson–. Pero para mejor”. La primera reacción de comentaristas y analistas ante la ola tecnológica es casi siempre negativa. Leibniz, matemático y filósofo, protestó hace 400 años ante la “horrible masa de libros que no para de crecer”. Los contemporáneos de Leibniz temían que la imprenta de Gutenberg bajara la calidad promedio de los libros, dificultara

go. voy concentrada. Temo caerme. Pero estoy secundada: el auto escoba viene detrás. El paisaje cambia ahora por asfalto, praderas, caballos, ovejas y vacas. Se me cruza una liebre. Luego, una pareja de avutardas. Soporto un calambre en el aductor, pero sigo. Llevo más de cuatro horas de carrera y estoy agotada. Me topo con Julio Sánchez. Es de Chubut. viudo, de 73 años. Gracias a la bici, me dice, él pudo enfrentar su duelo. Creo que el destino me lo puso como ejemplo. Me resulta inverosímil, pero llego al segundo puesto de hidratación. Luego, los lagos villarino y Falkner se enfrentan. Poder hacer esto es un ambiguo privilegio, pienso. Desde una camioneta me dicen que falta poco. Sigo y sigo pedaleando y a la hora descubro la mentira piadosa. El de adelante es el tramo más exigente. Del agotamiento, encaro las subidas con los ojos cerrados. No doy más. Siento de golpe un fortísimo dolor en la rodilla. Se irá acrecentando hasta volverse insoportable. un viento gélido me hace ahora titiritar de frío. Llevo guantes, pero me congelo. “Dos subidas más y ya estás. vienen los últimos 15 km en descenso”, me gritan, otra vez, desde una camioneta. Pero las cuestas se multiplican al infinito. Delante tengo otros tres competidores. No puedo mover la pierna del dolor. Los autos que pasan en dirección contraria me saludan con bocinazos; me arengan sin conocerme. Entré en la recta final. veo el azul del Lago Lacar. Luego, conos, policías, fardos en el suelo y una multitud en la plaza central. Tras ocho horas de carrera, cruzo la línea de llegada. Efusivos aplausos. Aunque terminé penúltima, para mí fue un goce y un gran triunfo. La unión 7 Lagos no me sirvió para medirme con el resto. El mundo entero está lleno de ciclistas más veloces que yo. Aquí nomás hay 300. Pero también hay una nueva persona. La que sabe ahora que puede llegar. y sentirse en la gloria.ß

distinguir a los buenos de los mediocres e hiciera imposible leer todos los publicados. En estas tres cosas tenían razón, pero no en su diagnóstico principal: la popularización de la imprenta no devolvió a Occidente a la Edad Media sino que la empujó hacia la modernidad. Siglos después, cambios parecidos están generando respuestas parecidas, según Thompson. Los grandes recursos que ofrece la vida digital (almacenamiento infinito, capacidad para hacer conexiones y la facilidad para publicar) han sorprendido a buena parte de los analistas contemporáneos. Autores recientes, científicos y no científicos, dicen que Internet y los teléfonos inteligentes nos están haciendo más tontos y peores personas. “Lo que me permite ser optimista sobre nuestro futuro cognitivo es nuestro pasado cognitivo”, dice Thompson. Es decir que las advertencias anteriores han fallado. Cada vez que una tecnología fue denunciada como portadora de un virus mortal para la cultura, la cultura reaccionó deglutiéndola y transformándola en parte de su organismo. XKCD, una divertidísima tira cómica en Internet, publicó una lista con las típicas preguntas que se le hacen a cada nueva tecnología. Dejando el nombre en blanco, la tira se pregunta “¿Destruirá __ al arte?” (No), “¿Transformará __ a todos en idiotas?” (No), “¿Provocará __ una alienación generalizada y un mundo de experiencias vacías?” La última respuesta de XKCD es medio seria y medio humorística: ya estábamos alienados.ß