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espectáculos
| Jueves 6 de septiembre de 2012
Los jóvenes y el cine nacional debaTe. Si bien el 95 por ciento de los adolescentes afirma preferir las películas como forma de
entretenimiento, el 45 por ciento de los encuestados reconoció no haber visto jamás una producción local
Pensar en los adolescentes, un buen comienzo opinión Roxana Morduchowicz PARA LA NACiON
Los menores de 18 años consumen mucho cine, pero poco del hecho en casa Viene de tapa
La Encuesta de Consumos Culturales Adolescentes, realizada en 2011 por el Ministerio de Educación de la Nación, consigna que a los jóvenes de nuestro país mayoritariamente les gusta el cine. Sin embargo, ese mismo estudio revela que a casi la mitad de esos jóvenes no le interesa el cine nacional y, a un 20 por ciento al que sí, le llama poco la atención. A la hora de alquilar películas en DVD, por ejemplo, el 80 por ciento de los encuestados elige los títulos provenientes de Estados Unidos y solo un 15 por ciento se inclina por las nacionales. El primer disparador para pensar la problemática fue de Juan José Campanella, cuando expresó: “Estaría bueno que el cine argentino logre lo que logró el rock nacional. No sé
las cifras, pero estoy seguro de que si no se escucha más rock nacional que extranjero, por lo menos el consumo está a la par”. Más adelante, el director de El secreto de sus ojos sostuvo que habría que dejar de opinar sobre la totalidad del cine por una sola película. “Cuando uno ve un film yanqui malo dice: «Esta película es una porquería», pero no dice: «Nunca más vuelvo a ver cine yanqui». Con el cine nacional no pasa lo mismo. Si uno ve una película argentina que no le gusta sale jurando del cine que nunca más verá una película nacional.” La primera jornada La mesa que abrió el primer día de debate se llamó “Hacer cine pensando en los jóvenes” y estuvo formada por los cineastas Daniel Burman, director del corto que abrió la jornada
(fotos), y Santiago Mitre, que filmó El estudiante. Ambos directores coincidieron en que a la hora de filmar nunca piensan en el público que va a ir a ver la película. Ante la consulta de si hay que hacer cine pensando en los jóvenes, Burman destacó que piensa al público como a un tipo como él. “Cuando hago una película no pienso: «Esto a los jóvenes les va a encantar». La voy construyendo para un público que se divierte y se emociona con lo que yo me divierto y me emociono. Si después eso empata con alguien de quince años, bienvenido”, sostuvo. A su turno, Mitre completó la idea: “Cuando uno piensa en filmar lo hace porque quiere y no imagina siquiera que alguien después va a ver lo que uno hace”. La primera jornada se completó con la mesa redonda “Atraer
a los jóvenes a las salas”, de la que participaron el presidente de Distribution Company, Bernardo Zupnik; el gerente de Cinemark, Martín Álvarez Morales y el productor y gerente artístico de Patagonik, Juan Vera. Ellos –distribuidores, productores y exhibidores– afirmaron que aquí no se le da la importancia suficiente (y el presupuesto necesario) al marketing, lo que impide que buena parte del público se entere del estreno de un film. Debates de cierre Los debates de ayer se abrieron con la mesa “Los cineastas jóvenes y el cine para jóvenes” de la que participaron el rector de la Universidad del Cine, Manuel Antín, los cineastas Alberto Lecchi y Anahí Berneri y el ex director del Bafici, Sergio Wolf.
Antín sostuvo que, cuando hace cine, más que pensar en el público lo concibe como un diálogo con el espectador. Concepto con el que hubo coincidencia, pero al que todos agregaron que es mejor que ese diálogo se haga con muchos espectadores. A su vez, Berneri sostuvo que el gusto por el cine es algo que se construye con el tiempo y propició que en la escuela, así como se incentiva el gusto por los libros, debería impulsarse el gusto por el cine. La última mesa fue la llamada “La televisión y el cine para jóvenes”, de la que participaron Axel Kuschevatzky (Telefé), Alejandro Mouján (TV Pública) y Walter Sequeira (Artear). Más allá de las diferencias, hubo coincidencia en que la TV es un buen difusor del cine nacional y un aliado a la hora de producir.ß
A los jóvenes les gusta el cine. Ven películas en la pantalla grande, en televisión (las eligen antes que a las series y novelas), las buscan en internet y las miran en DVD. Sin embargo, ven poco cine nacional. La mitad de ellos no vio ninguna película argentina en el último año. ¿Por qué? ¿Qué es lo que tiene el cine norteamericano –el que más eligen– que no encuentran en el nacional? ¿Y qué hacer para que más jóvenes vean cine argentino? Las jornadas que organizó la Academia de Cine y de las que participaron cineastas, guionistas, productores, gerentes de salas, distribuidores, escuelas de cine y programadores de televisión, arrojaron conclusiones. Los panelistas propusieron promover el cine nacional desde la escuela primaria para que lo descubran desde chicos. Generar más espacios para el cine nacional en las salas o en programas de televisión. Pensar en nuevos géneros –como el terror y la ciencia ficción– que tanto atraen a los jóvenes. Trasladar series televisivas de éxito entre los jóvenes al cine. Pensar en el marketing antes de un estreno para que más gente se entere de la película. Utilizar más las redes sociales para llegar a las nuevas generaciones. No son los efectos especiales –dicen los adolescentes– lo que más les atrae de un film. Lo eligen por la historia, porque los divierte y porque los emociona. El cine argentino –afirman– genera identificación y pertenencia: se reconocen más en la historia y los actores son familiares. Habrá que pensar entonces, cómo utilizar ese plus para que más adolescentes vean películas nacionales. Entre tantas preguntas hay una buena señal: los profesionales de cine están pensando en los jóvenes. Y éste es sin duda el mejor comienzo. ß Coordinadora de las jornadas Los jóvenes y el cine nacional, de la Academia de Cine
Tan irreverente como creativa
Toronto, el festival de festivales más que hollywood. A partir de hoy, en el cada vez más influyente encuentro
canadiense comenzará a descubrirse cuáles son los films que aspirarán al Oscar
Ted (esTados unidos/2012). dirección : Seth MacFarlane.
Habrá una nutrida presencia argentina
Marcelo Stiletano ENViADO ESPECiAL
TORONTO.– Como ocurre cada año en el comienzo de la “temporada alta” de festivales con la que se cierra el año y que precede, en el hemisferio norte, el tan esperado tiempo de la entrega de premios y consagraciones a lo mejor de la temporada, esta ciudad se transforma a lo largo de diez días en una gigantesca y apasionante vidriera de todo lo que puede ofrecer de atractivo el cine alrededor del mundo, incluyendo a buena parte de lo mejor de la producción argentina de los últimos tiempos. A partir de hoy, Toronto ratificará una vez más su condición de “festival de festivales”. Un espacio en el que los títulos más atractivos y comentados en su paso por las grandes muestras europeas (Cannes y Berlín) conviven con el primer adelanto de aquellos films que todos ya califican, aún sin haberse presentado en sociedad ante el público, como los primeros y fundados candidatos a competir en pocos meses por el Oscar. Del mismo modo, esta oferta multitudinaria (que en un 90 por ciento comprende estrenos mundiales o premières norteamericanas) se pondrá en consideración de un no menos gigantesco mercado de compradores y vendedores llegados de todo el mundo. Aquí se decide el destino comercial de buena parte de los títulos de los que hablará el mundo cinematográfico en los próximos meses. Dejar el festival dentro de diez días con lo más selecto de la programación ya visto promete ser una tarea sobrehumana. Hay un total de 372 películas programadas, entre largometrajes (289) y cortos (83), una cifra que supera significativamente las 337 de 2011. Un total acumulado de 30.918 minutos de película llegados de 72 países que exigirán de los espectadores, invitados, participantes y medios acreditados un gran esfuerzo de selección. Por tratarse de un festival no competitivo (los premios son menores, casi simbólicos y de atención casi excluyente para los títulos de producción canadiense), el interés aparece genuinamente diversificado, sin que una pe-
Se verán lo nuevo de Sorín y los films de Trapero y Piterbarg
Looper, con Joseph Gordon-Levitt lícula pueda prevalecer sobre otra. Por supuesto, los títulos más comentados (junto a sus estrellas, la mayoría de ellas rostros muy conocidos) desfilarán en galas y proyecciones especiales. Pero junto a ellas el público de esta ciudad abierta y de espíritu multicultural encontrará un amplio panorama del cine contemporáneo internacional, así como muestras de vanguardia, estrenos infantiles, documentales y hasta tesoros especialmente restaurados para esta ocasión, como Tess (Roman Polanski), Stromboli (Roberto Rossellini) y La llamada fatal, el único título rodado en 3D por Alfred Hitchcock. Entre los films más esperados figuran varios estrenos mundiales. La muestra se abrirá con el thriller futurista Looper, de Rian Johnson, con Joseph Gordon-Levitt y Emily Blunt, tan esperado como Argo, de Ben Affleck (que ya se vislumbra, tras su paso por el Festival de Telluride, como el primer gran candidato a los Oscar), con el propio Affleck y Bryan Cranston; Cloud Atlas, de los hermanos Wachowski y Tom Twyker, con Tom Hanks y Halle Berry; Silver Linings Playbook, de David O. Russell, con Bradley Cooper y Robert de Niro, y Anna Karenina, de Joe Wright, con Keira Knightley y Jude Law. El inacabable (e inabarcable) panorama de Toronto incluye también las
Foto: sony
nuevas películas de Michael Haneke (Amour, última ganadora de Cannes), David Cronenberg, Wes Anderson, Ken Loach, Abbas Kiarostami, Bernardo Bertolucci, Chris Mungiu, Alain Resnais, Walter Salles, Robert Redford, Neil Jordan, Costa-Gavras, Marco Bellocchio, Laurent Cantet, Joss Whedon, Sally Potter, Noah Baumabch, Margarethe von Trotta, François Ozon, Terrence Malick, Barry Levinson, Spike Lee, Brian de Palma, Paul Thomas Anderson, Patrice Leconte, Derek Cianfrance, Thomas Winterberg, Goran Paskaljevic y Michael Winterbottom. La lista de actores y actrices es igual de imponente: además de los citados estarán Bruce Willis, Bill Murray, Joaquin Phoenix, Dennis Quaid, Penélope Cruz, Marion Cotillard, Colin Firth, Kiefer Sutherland, Gwyneth Paltrow, Viggo Mortensen, James Franco, Adam Sandler, Helen Hunt, Joseph Gordon Levitt, Emily Blunt, Jennifer Lawrence, Saoirse Ronan, Selena Gomez, Julianne Moore, Naomi Watts, Will Smith, Vanessa Redgrave, Ryan Gosling. Habrá charlas y conferencias a cargo de Jackie Chan, Johnny Depp, Javier Bardem y Danny Glover, y una clase magistral a cargo de Olivier Assayas. Con todo y para todos, un verdadero mundo de cine girando casi sin detenerse durante los próximos diez días.ß
TORONTO.– El cine argentino tiene la más alta estima en la consideración de los programadores del festival. Un año atrás, Toronto dedicó una sección entera (City to City) a revisar títulos clásicos y contemporáneos que hablan desde el cine sobre una ciudad específica (esta vez le tocará a Bombay). Pero si bien no será tan amplia como en 2011, la oferta de títulos de nuestro país garantiza muchos atractivos. Esta muestra, por ejemplo, será el escenario del estreno mundial de Días de pesca, de Carlos Sorín (que llegará hasta esta ciudad), programada en carácter de presentación especial. Lo mismo ocurrirá con Elefante blanco (se espera aquí a Pablo Trapero y Martina Gusmán) y con Todos tenemos un plan, presentada por Viggo Mortensen y la directora Ana Piterbarg. También estará presente en Toronto Benjamín Ávila, que trae Infancia clandestina (pocos días antes de su lanzamiento en Buenos Aires) en la sección Contemporary World Cinema. La chica del sur, de José Luis García, integra la programación de documentales, y Viola, de Matías Piñeiro, hace lo propio dentro de Wavelenghts, un espacio para el cine de vanguardia. Hasta habrá lugar para el estreno mundial de Ahí viene el diablo, del especialista en el cine de terror Adrián García Bogliano. Junto a estos títulos se instalará una importante delegación del Incaa.
guión :
Seth MacFarlane, Alec Sulkin y Wellesley Wild. fotografía :
Michael Barrett. música: Walter Murphy. edición: Jeff Freeman. diseño de producción : Stephen Lineweaver . elenco: Mark Wahlberg, Mila
Kunis, Joel McHale, Giovanni Ribisi y Seth MacFarlane. distribuido ra :
UIP. duración: 108 minutos. calificación: Apta para mayores de
16 años. ★★★★
E
s Seth MacFarlane de esos artistas que dividen aguas, que generan legiones de incondicionales seguidores, pero al mismo tiempo no pocos detractores. A sus fans, no habrá que explicarles quién es el creador de shows televisivos como The Cleveland Show, American Dad o Family Guy (Padre de familia), pero quienes no lo conocen deberán saber que sus propuestas animadas se ubican entre lo más provocativo y políticamente incorrecto del panorama actual. Con semejantes antecedentes, este referente insoslayable de la cultura pop contemporánea incursionó por primera vez en el cine con Ted, película que combina actores reales con un pequeño personaje construido con la técnica de captura de movimiento: se trata del osito del título –con voz y “gestos” a cargo del propio MacFarlane–, que se transformó en una de las revelaciones del año. Tal es así que el film ya se convirtió en la comedia para adultos más exitosa de todos los tiempos en el mercado norteamericano. El film arranca como una suerte de cuento navideño con solemne voz en off a cargo de Patrick Stewart. Vemos a John Bennett, un niño de ocho años segregado (y hasta maltratado) por sus compañeros de escuela. En el seno de su familia disfuncional, recibe de regalo para las fiestas al muñeco Ted y, milagro mediante, su deseo de que se vuelva su amigo “real” e “inseparable” se convierte en realidad. En ese falso documental (brillante la secuencia de la participación de Ted en el talk show de Johnny Carson), apreciaremos también el oso pasa de fugaz celebridad mediática a un antihé-
roe con todas las letras: borracho, drogadicto, mujeriego, haragán... Lo único que no cambia (27 años más tarde) es su lealtad a John (Mark Wahlberg). La película tiene en su comienzo algo de la reciente Los Muppets y poco después remite a Toy Story a la hora de elaborar la relación entre Ted y John, aunque también maneja elementos y situaciones típicas de la nueva comedia americana sobre personajes adultos con dificultad para dejar de ser eternos adolescentes y comprometerse afectivamente (su novia, la hermosa Mila Kunis, lo conmina a separarse del muñeco y apostar a la pareja) y por momentos está más cerca del delirio y del descontrol de la saga de ¿Qué pasó ayer? Los críticos de MacFarlane hablan de un solo chiste (el osito que cobra vida) explotado durante toda la película. No es cierto: ése es el punto de partida, la plataforma de lanzamiento para una película que quizás exagera en las referencias nostálgicas (como la de Flash Gordon) o en las burlas algo obvias a las estrellas juveniles del momento, pero que funciona casi siempre muy bien como buddy-movie, como exponente del humor físico (brillante la escena de lucha entre los dos protagonistas) o incluso como comedia romántica. Hasta los habituales cameos (como el de Norah Jones) son ingeniosos. Estamos lejos de un film revolucionario. Ni siquiera es ciento por ciento eficaz, pero entretiene y divierte con un espíritu irreverente y creativo, que genera por momentos un mar de carcajadas en la platea. ¿Se puede pedir más en el adocenado y previsible panorama del Hollywood actual?ß Diego Batlle