Espectáculos
Página 10/Sección 4/LA NACION
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Domingo 11 de enero de 2009
MUSICA POPULAR (Grabaciones)
(La compactera)
la página de los discos
Canção do amor demais
Los intérpretes que hicieron otro tango
Elizete Cardoso
Para los oyentes, que un artista pase de un sello discográfico a otro, o que una empresa discográfica se fusione con otra (o compre catálogo) no tiene importancia. Mientras que sigan saliendo buenos discos, las cuestiones comerciales quedan al margen. Lo bueno de estas fusiones es que el oyente podrá disfrutar de colecciones más amplias. No en el caso de los lanzamientos del estilo “20 grandes éxitos” o “Lo mejor de”, sino de aquellas series bien pensadas y producidas. En 2007 salió a través de Sony/BMG la colección La resistencia del tango, producida por Mariano del Mazo y Andrés Casak y durante el último año se publicó, con la dirección de estos dos periodistas, otras serie muy interesante: Renovadores del tango. Habrá que decir primero que son colecciones hermanas, o que una es, de algún modo, continuación de la otra ya que la segunda presenta registros tangueros de los sesenta y los setenta y cuenta con discos de artistas que fueron (en mayor o menor medida, según el caso) renovadores que resistieron en la trinchera tanguera en una época en la que el género iba cediendo su trono para darle lugar a la música beat, al Club del Clan y al naciente rock nacional. El tango no dejó de ser bailable ni se transformó en algo totalmente elitista, pero aquellos fueron años que permitieron la aparición de otro tipo de expresiones. Piazzolla no fue el único renovador. Hubo otros que renovaron a su manera y esta colección, de la que ya se publicaron todos sus volúmenes, es un buen documento. Vale empezar por el Primer Cuarteto de Cámara del Tango, que se editó en 1964 por el sello Microfón. Era liderado por Leo Lipesker (violinista que venía de una numerosa familia de músicos) y además lo integraron Hugo Baralis, Mario Lalli y José Bragato. El LP tiene temas como “La cumparsita”, “Recuerdo”, “Lo que vendrá”, “Loca bohemia” y algunas rarezas. Los arreglos le pertenecen al bandoneonista Pascual Mamone y, un par, a José Bragato. Su condición de “primer” cuarteto clásico para un programa tanguero
Atilio Stampone cerró la colección con tres CD
El gran Leopoldo Federico Eduardo Rovira, con Tango vanguardia
hoy sería apenas una anécdota si no se pudieran rescatar unas cuantas muy buenas versiones. Sin duda, hay una cuantas joyitas en este álbum. Esta colección de 14 CD, que comenzó con dos lanzamientos de la orquesta de Horacio Salgán y terminó con la publicación, a fines de 2008, de tres volúmenes de Atilio Stampone –El sonido de Buenos Aires, Tango y Buenos Aires y Hora tango– tiene varias particularidades. El hecho de que aparezca la reedición de un disco grabado por el trío de Osvaldo Manzi es todo un acto de justicia. ¿Por qué? Porque este Manzi, pianista, es de los que tocó con todos. Tocó en las orquestas de Troilo y Pugliese (aquellas veces en las que debió reemplazar a su “tocayo”, cuando éste, por su pensamiento político, no le era permitido actuar).
Andrés Pilar
Chega de saudade, Serenata do adeus, As praias desertas, Caminho de pedra, Luciana, Janelas abertas, Eu não existo sem você, Outra vez, Medo de amar, Estrada branca, Vida bela, Modinha, Canção do amor demais (RP Music).
Terminó de publicarse la colección de renovadores
También compartió experimentos con Eduardo Rovira e integró un par de formaciones de Piazzolla. Otra de las singularidades de esta colección es que para cada disco hay un comentario de un músico diferente. Esto es lo que Juan Cedrón y Miguel Priano cuentan de Manzi: “Fue creador, compositor, generador de grupos
y un músico demasiado importante para la cultura argentina. Pero para nosotros era simplemente Osvaldito”. Ese tono coloquial pero respetuoso, seguramente consecuencia de la admiración y el cariño, desemboca en alguna vieja anécdota. Otra publicación para prestarle atención es Tango vanguardia, de Eduardo Rovira, que abre con un tema de Osvaldo Manzi, “Simple” e incluye piezas como “Serial dodecafónico” inspirada, justamente, en el serialismo dodecafónico (pero sin ceñirse del todo al sistema cultivado en aquella famosa escuela vienesa) a la manera tanguera y con cierto toque contrapuntístico. “Trialogo” es otra gema de este repertorio. Sigamos el encadenamiento. Sí en ese grupo de Rovira estaban Manzi y Reynaldo Nichele, ¿por qué no escuchar también algo de este violinista? La colección tiene un par de títulos de Nichele: Tango de etiqueta y Los solista del tango. En esta serie también hay tres títulos de Leopoldo Federico: Milonguero de hoy, con su orquesta, otro más con orquesta y los cantantes Roberto Ayala y Gari y un par de tracks en los que aparece el guitarrista Roberto Grela (dos momentos magistrales) y Tango x 3, con Berlingieri. Otras de las producciones es Circulo de amigos del buen tango, un compilado con temas de muchos de los artistas mencionados en estas líneas ya que fue ese círculo el que propició la publicación de estos renovadores.
Danza Del 55, Sanjuanino soy, Merlo, De mi bagual, Carnavalito del duende, La enroscada, El mercedino, La flor de sapo, Rodar la sombra, y otros (Edición independiente).
Era la edición que faltaba en los 50 años de bossa nova: aquella en la que se oyó por primera vez la batida única de la guitarra de João Gilberto (en dos temas: “Chega de saudade” y “Outra vez”, y sin que se lo mencionara); la que precedió en algunos meses el disco fundacional del bahiano y que constituye, por eso y por su contenido –trece obras, casi todas inéditas entonces, de Vinicius y Jobim–, su antecedente necesario y fundamental. Es una valiosa pieza de colección, pero no sólo por su valor histórico sino porque además rescata el canto admirable de Elizeth (o Elizete Cardoso) y porque el estilo depurado y la tendencia al dramatismo de la “Divina”, aun sin ajustarse al intimismo cool de la bossa, propone un lectura diferente de esos dos clásicos del género y realza la belleza de otras grandes canciones.
Tener buenos maestro no es garantía de nada. Pero ayuda. Y si esto se conjuga con talento, mejor todavía. El joven pianista Andrés Pilar tiene talento y demuestra dedicación (el tiempo dirá en qué medida cada cosa) y la buena guía de maestros como Juan Falú, Hilda Herrera y Ricardo Hegman. La suma da como resultado este disco, pensado desde el concepto “Música argentina en piano”, que no es otra cosa que la música popular de nuestro país escrita o transcripta para el teclado. Aquí Pilar plasma, mediante obras de Cuchi Leguizamón y Manuel Castilla, Manzi y Piana, Hilda Herrero, Juan Falú, los Hermanos Abalos, los Nuñez y Atahulapa Yupanqui su destreza técnica, simpleza para crear arreglos y buen gusto. A esto le agrega composiciones propias y de Fernando Lernoud que están en perfecta sintonía con el resto.
Fernando López
Mauro Apicella
Trinidad
Cada uno cada cual
Ricardo Cavalli
Pablo Porcelli Ensamble
El Tata, Rapsodia nigeriana, Inmersión atemporal, Palo Brasao, La desazón, Tonos y formas, Por la paz en el mundo, Trinidad, La luz en el balcón (Producción independiente).
Reunión primera, Soledades, Libertango, Nada, De ensueño, Cada uno cada cual, Profundidad, Indigo, Alfonsina y el mar, El chocorito (Tipica Records).
Este tercer trabajo del saxofonista Ricardo Cavalli es fiel reflejo de un espíritu creativo en busca de nuevas fronteras. Hardbopper de alma, el músico exhibe la intensidad de sus convicciones espirituales. En su música se alcanza a percibir ese componente que hace de este arte un elemento insustituible de la vida. Cavalli aborda con tres tríos diferentes, un puñado de composiciones originales, que revelan una faceta en la cual la dinámica y los climas son cambiantes. Explora y encuentra; aborda, por momentos de manera cautelosa, el núcleo melódico; en otros, muestra un frenesí místico que lo lleva hacia lugares que suenan a refriega callejera. Trinidad habla de la espiritualidad práctica de Cavalli.
El saxofonista Pablo Porcelli viene explorando dentro del tango desde hace algún tiempo. Mientras que en otras producciones o escenarios se lo escuchó abordando temas tradicionales, en este trabajo, Cada uno, cada cual apuesta en buen porcentaje a la propia composición. Excepto por algunas piezas de Piazzolla, Dames y Ariel Ramírez, el resto es invención de Porcelli. Se trata de un puñado de instrumentales (varios con acentuación piazzolleana) en los que sin sorpresas ni innovaciones dentro del género ni en su acercamiento a la instrumentación jazzística, las melodías quedan en primer plano, probablemente por la condición de saxofonista del protagonista. Se destacan algunos climas surgido a partir de la improvisación.
Mauro Apicella
César Pradines
Mauro Apicella
Reediciones y estrenos en la Argentina
Sonidos “aflamencaditos” Interesantes publicaciones locales de Kiko Veneno y Son de la Frontera Todo vuelve al mismo punto de fusión. Dos discos, editados en nuestro país, revelan ese camino circular que viene transitando la movida del nuevo flamenco. Esa corriente con nuevos himnos, que cambiaron la cara del cante jondo y dieron paso a toda una nueva generación de músicos gitanos y mestizos, nació en 1975 cuando se encontraron Kiko Veneno y los hermanos Raimundo y Rafael Amador. Esa reunión cambio el curso de la historia del flamenco moderno y coincidió en coordenadas y estudio de grabación con una participación en el disco La leyenda en el tiempo de Camarón de la Isla. Como autor, Kiko Veneno le echó al cante su gusto por el rock y la ironía de una nueva prosa urbana. De su pluma salieron himnos del nuevo flamenco como “Volando voy”, “En un Mercedes blanco”, “Los delincuentes”, “Veneno” y “Joselito”, que el sello Crack Discos, edita ahora en un compilado seleccionado por el propio Kiko Veneno, que en 2000 se liberó de su compañía BMG. En estos 18 tracks aparecen sus canciones más significativas, desde su primer disco con el grupo Veneno de 1977, donde militaban los Amador, hasta su último trabajo en solitario El hombre invisible (2005).
Distribución nacional En este tiempo, además de usi-
El grupo Son de la Frontera
na creativa Kiko Veneno apadrinó a otros grupos del nuevo flamenco como Mártires del Compás y fue el colaborador creativo de Martirio en sus primeros tres discos. De esa misma factoría, aunque de otro riñón flamenco como la región de Morón en Sevilla, surgió el grupo Son de la Frontera. La banda, con dos discos editados por Nuevos Medios, el último distribuido en Argentina por el sello Ultrapop, está formada desde 1998 por los músicos que acompañaban a Martirio: Raúl Rodríguez (tres cubano), Paco de Amparo (guitarra flamenca), Pepe Torres (baile, compás y percusión), Moi de Morón (cante y compás) y Manuel Flores (compás con palmas).
Ellos son la nueva sangre flamenca surgida de la escuela de toque de Morón creada por el mítico guitarrista Diego del Gastor. Aunque en su propuesta mestiza y abierta a otros ritmos Son de la Frontera combina el toque ancestral de los palos flamencos con sonidos del tres cubano. En julio de 2004 sacan su primer disco Son de la Frontera y en 2007 Cal, con once temas donde recorren palos serios y festeros como tarantos, bulerías tradicionales, sevillanas, malagueñas y composiciones imperdibles de Diego del Gastor: una joyita del flamenco de ayer y de hoy.
Gabriel Plaza
(Tracks) Lizarazu, retrospectiva. Durante un recital en el Teatro Opera, la cantante Hilda Lizarazu repasó los temas de su carrera solista, con invitados como Charly García, David Lebón y Lito Vitale. Esa función quedo registrada para ser editada en el CD y en el DVD que lanzó a fines de diciembre. Durante esa actuación también recordó su pasó por el grupo Man Ray, junto al guitarrista Tito Losavio e interpretó otras canciones más cercanas a su repertorio actual. El DVD se completa con extras como videos donde canta “Mañana en el Abasto”, de Sumo (con Ricardo Mollo), y “Whole lotta love”, de Led Zeppelin,
además de videoclips, fotos y el backstage del show.
Hilda Lizarazu
Reediciones. Terminados los lanzamientos de fin de año, algunos sellos decidieron reeditar sus materiales. De la cantante de folklore Suna Rocha, por ejemplo, se relanza Maldición de Malinche, su último CD, un viejo álbum, Madre tierra, que estaba fuera de catálogo. Por su parte, el sello DBN, que además es distribuidora, relanza las placas A voces, de Alberto Cortez, Circo criollo, de Raly Barrionuevo, Amor, sangre y silencio, de Roxana Carabajal y un álbum en vivo de Víctor Heredia.