La que se viene encima (si no le ponemos ... - El Siglo de Europa

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TRIBUNA Por José Luis Centella*

La que se viene encima (si no le ponemos remedio) en 2017

A

pesar de la euforia que reina entre algunos dirigentes del PP, que incluso se permiten sobreactuar y hablar de que Rajoy repetirá como candidato en unas supuestas elecciones en 2024, la realidad es que iniciamos 2017 con muchas más preguntas que respuestas o, mejor dicho, con muchas mas incógnitas que certezas. A nivel internacional, el inicio de la nueva Administración de los EE UU con Trump a la cabeza, el desarrollo del Brexit o las elecciones francesas con la amenaza del neofascismo marcarán la confrontación entre un capitalismo nacionalista que pretende dar por terminada la globalización y las viejas élites que han dominado el planeta desde el final de la URSS. No es una confrontación trivial, y se nos viene a la cabeza una pugna similar por el dominio de las materias primas a nivel planetario que nos llevó a dos guerras mundiales el siglo pasado. En este contexto, la izquierda no puede resignarse a ver cómo el futuro de Europa se disputa entre la derecha neoliberal y la extrema derecha nacionalista. Debe plantearse construir una alternativa solidaria, justa y democrática desde los valores que representaron quienes a lo largo de la Historia han luchado por una Europa social, desde los defensores de la Comuna de París. En España, parece que el ‘regalo de Navidad’ por adelantado que recibió el PP de manos de la Gestora del PSOE en forma de abstención para facilitarle el Gobierno ha puesto la iniciativa institucional en manos de un Rajoy que,

F. MORENO

hoy por hoy, puede manejar la aritmética parlamentaria en favor de su continuidad, sacar adelante los Presupuestos de 2017 con el PNV, aprobar otras cuestiones fundamentales también con los socialistas como socios y mantener lo fundamental de las leyes laborales, educativas o sociales. Le han puesto en bandeja que espere a que una buena parte de la sociedad se acostumbre a una nueva forma de vida, más precaria, más insegura, con menos libertades públicas y derechos sociales. Pero todo no es aritmética parlamentaria. A pesar de la imagen que nos quieren hacer creer, la realidad es que hoy la mayoría de la ciudadanía vive en peores condiciones, con menos derechos y con menos libertades públicas que hace seis años. El reto que tenemos en este momento quienes no nos resignamos a ponerle las cosas fáciles al PP es evitar que una parte importante de la población asuma la derrota y piense que para apuntalar la economía es inevitable perder derechos, cobrar menos por trabajar

No todo es aritmética parlamentaria. A pesar de lo que nos quieren hacer creer, la mayoría de la ciudadanía vive en peores condiciones, con menos derechos y con menos libertades públicas que hace seis años

más horas, que se pueden perder libertades públicas para sentirse más seguro, aunque sólo sea en teoría y, sobre todo, que se le anule su capacidad de rebelarse contra la injusticia que supone la cada vez más flagrante desigualdad provocada y premeditada. Los debates que en este año van a mantener todos los partidos deben verse influenciados por la presión social de quienes consideren que la crisis de régimen no puede cerrarse con un pacto de élites a costa de los intereses de la mayoría social. Por el contrario, debe encaminarse a la construcción de un nuevo Proyecto de País, con una democracia social y económica que ponga los recursos que genera la economía al servicio de mejorar las condiciones de vida de la mayoría. Por muy complejo que nos lo traten de presentar, se trata de ver si triunfa la afirmación que hacía Warren Buffett sobre que la lucha de clases la estaban ganando ellos, los ricos. Las incógnitas que nos presenta este año se resolverán, como tantas otras veces en la historia, con la confrontación entre quienes pretenden el fin de las ideologías para imponer su pensamiento único y quienes hoy más que nunca ponen en primer plano el debate de las ideas, el debate sobre si la legitimidad social la da el valor del trabajo o, por el contrario, se impone el valor del dinero, el valor del capital. l *Coordinador de la Asamblea Político y Social de Izquierda Unida.

nº 1182. 9–15 de enero de 2017

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