Belice
4 de octubre
¿LA IGLESIA O EL FÚTBOL? Este trimestre, presentaremos relatos de personas que viven en Belice y Jamaica, dos de los países que forman parte del territorio de la División Interamericana [muestre el mapa de este territorio], que cuenta con un total de 3.714.790 miembros. Esta es la División con mayor número de adventistas de todo el mundo. Belice [señale este país en el mapa] es un pequeño país que hace frontera al noroeste con México, y al oeste y al sur con Guatemala. Toda la costa este está bañada por el mar Caribe. Belice tiene una población de 335.000 habitantes, de los que alrededor de 40.000 son adventistas. La mayoría de los adventistas de Belice son jóvenes (70%). Para que se hagan una idea, si se pidiera a diez adventistas de Belice que se pusieran de pie, siete de ellos serían jóvenes [maestros, pídanles a diez alumnos de su clase que se pongan de pie y que siete de ellos den un paso al frente].
TYSON Y ALEXANDRO
Nuestro relato de hoy trata acerca de dos hermanos, Tyson y Alexandro,* que viven en la ciudad de Belice. A los dos les gusta mucho ir a la escuela, y sobre todo les encanta jugar al fútbol, cosa que solían hacer todos los martes por la tarde. Un día, los dos hermanos iban camino a casa cuando pasaron frente a una iglesia adventista. Sus puertas estaban abiertas, así que pudieron ver y oír a los jóvenes que estaban dentro, cantando y hablando.
A la semana siguiente, cuando regresaban a su casa, Tyson y Alexandro vieron de nuevo a aquellos jóvenes, y en esta ocasión Tyson sintió curiosidad y le dijo a su hermano: –Acerquémonos para echar un vistazo. Alexandro no estaba muy convencido de que aquella fuera una buena idea, de todas maneras, acompañó a su hermano hacia el templo, esperando pasar desapercibidos. Pero no lo lograron; el director de jóvenes los vio y los invitó a pasar: –Por favor, entren –les dijo cortésmente. Así que ellos entraron y se sentaron, y enseguida se sintieron como en casa. Ambos disfrutaron mucho. Una vez finalizada la actividad, los invitaron a regresar a la semana siguiente. Los dos hermanos llegaron corriendo a casa y le contaron a su mamá dónde habían estado y qué habían hecho: –Fue de lo más interesante –le dijeron–. Cantamos himnos, jugamos y leímos la Biblia. Había muchos niños, y nos invitaron a volver la semana que viene. ¿Podemos ir el próximo martes? –preguntaron.
MISIÓN NIÑOS DIVISIÓN INTERAMERICANA
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CÁPSULA INFORMATIVA
• El idioma oficial de Belice es el inglés, porque el país es una ex colonia británica. Pero también se hablan otras lenguas como el español, el criollo beliceño y lenguas indígenas como el maya y el garífuna. Además, se habla una que es una especie de mezcla entre el criollo, el español y el inglés. • Durante más de un siglo, Belice fue conocido como la “Honduras Británica”, porque el Golfo de Honduras lo separa de ese país.
PREFERIMOS IR A LA IGLESIA
La mamá de Tyson y Alexandro conoce bien a los adventistas, porque ella misma creció en un hogar adventista, pero cuando se hizo mayor se enamoró de un hombre que no creía en Jesús, se casó con él y dejó de ir a la iglesia. Pero no le importaba que sus hijos fueran a las actividades de jóvenes; únicamente les dijo: –Recuerden que ustedes juegan al fútbol todos los martes después de la escuela. Entonces, los hermanos se miraron uno al otro y dijeron: –Es verdad, el fútbol... –y suspiraron. ¿Qué iban a hacer ahora? Lo pensaron un ratito y decidieron que preferían ir a la iglesia que jugar al fútbol. –Nos trataron tan bien, todos nos parecieron tan agradables, y nos diverti-
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mos tanto con las actividades, que queremos repetir –le dijeron a su mamá. Así que el martes siguiente, después de la escuela, los dos hermanitos fueron directamente a la iglesia en lugar de ir a jugar al fútbol. En la iglesia, otro muchacho los invitó a que asistieran a la Escuela Sabática ese mismo sábado, y así lo hicieron. Desde aquel primer sábado en adelante, no han dejado de ir a la iglesia adventista todas las semanas. Pronto, su madre también estaba asistiendo a la iglesia con ellos. Tras recibir estudios bíblicos durante un tiempo, los dos fueron bautizados, su mamá asiste de nuevo a la iglesia de su infancia, y sirve al Señor. También el papá los acompaña casi todos los sábados. Los jóvenes de Belice se toman muy en serio eso de hablar a los demás acerca de Jesús, y les encanta juntarse para cantar, estudiar la Biblia y aprender cosas muy útiles. La dificultad que tienen es que no cuentan con un lugar lo suficientemente amplio y apropiado donde se puedan reunir los jóvenes adventistas de todo el país. Necesitan un campamento de jóvenes en el que puedan juntarse, aprender, divertirse y evangelizar. Tú puedes ayudarlos a lograrlo siendo generoso con tus ofrendas del decimotercer sábado. Gracias por ayudar a nuestros hermanos de Belice.
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* Se han cambiado los nombres para mantener la privacidad de los protagonistas.
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