La búsqueda de Candela, un drama repetido

26 ago. 2011 - La ministra [Nilda] Garré emite órdenes y llegan con 10 días de retraso”, contó Cash. La burocracia también afecta a las personas que tienen ...
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INFORMACION GENERAL

I

Viernes 26 de agosto de 2011

Nada se sabe de ellas

➷ Candela Sol Rodríguez

Falta de su hogar desde el 22-8-2011

➷ María Cash

Falta de su casa desde el 6-6-2011

➷ Sofía Yasmín Herrera

Falta de su hogar desde el 30-9-2008

➷ Frida Natalia Torrilla

Falta de su casa desde el 15-7-2008

➷ Erica Soriano

Falta de su hogar desde el 21-8-2010

➷ Marita Verón

Tiene 11 años y desapareció el lunes pasado cuando iba a la iglesia, en Hurlingham. El gobierno bonaerense ofrece una recompensa por datos firmes.

Tiene 29 años y es diseñadora. Desapareció en la provincia de Salta y sus padres la buscan por todo el país desde hace 50 días.

Tiene 6 años y vive en Río Grande, Tierra de Fuego. Se extravió en un camping de esa ciudad. Llamar al 0800-333-5500 o a [email protected]

Tiene 17 años y vive en la ciudad bonaerense de General Rodríguez. Si tiene alguna información llamar al 0800-3335500 o a [email protected]

Tiene 30 años y vive en Lanús. Se iba a reunir con su hermana en la casa de su madre, en Villa Adelina. Llamar al 47957330 o a [email protected]

Hoy tendría 32 años y vivía en San Miguel de Tucumán cuando fue vista por última vez. Llamar al 4795-7330 o a [email protected].

Falta de su casa desde el 3-4-2002

ESTADISTICAS ALARMANTES s DENUNCIAN POR DIA LA DESAPARICION DE TRES CHICOS

La búsqueda de Candela, un drama repetido Continuación de la Pág. 1, Col. 5 mación sobre el paradero de la niña. Pero esa política no se da en todos los casos. María Cash, de la que nada se sabe desde hace casi 50 días; Erica Soriano, la embarazada que acaba de cumplir un año desde que se fue de su casa y nunca más volvió a ser vista, y Florencia Penacchi, la estudiante que desapareció el 16 de marzo de 2005 sin dejar rastros, son los nombres conocidos de un fenómeno preocupante. Durante 2011, en la provincia de Buenos Aires, han sido denunciados 26 casos de desapariciones de niñas y adolescentes de entre 10 y 17 años, según informó ayer el gobierno provincial, que habilitó la línea 0800-333-5502 para recibir aportes y denuncias. En la Capital, según el Registro de Chicos Perdidos, hay cuatro menores que son buscados, tres de ellos mujeres. El número habilitado para recibir información es el 102. “Hay provincias de las que no recibimos ninguna denuncia, como San Juan, La Rioja o Formosa, algo que nos resulta llamativo”, contó Sellán, que pidió que cualquiera que pudiera aportar datos se comunicara al 0800-333-5500. Mala relación con los padres, problemas en la escuela o la búsqueda de aventura son las causas más frecuentes de la desaparición de menores. “En la gran mayoría de los casos, los chicos se escapan de sus casas por problemas propios de la adolescencia. Diciembre y marzo son dos meses en que estos casos aumentan por el tema del colegio. La gran mayoría de las veces, en una semana aparecen”, contó Sellán. Según la Red Solidaria, de cada diez personas que están siendo buscadas –incluidos adultos y menores– seis son mujeres. Pero si se considera la franja de 18 a 30 años, casi todas pertenecen al sexo femenino. “Hay una franja de mujeres perdidas de 18 a 30 años, que es la que más creció. Hoy son 42 las chicas de esas edades que están desaparecidas. El temor es que hayan caído víctimas de una red de trata, pero lo cierto es que en más de 3000 búsquedas que coordinamos, tuvimos muy pocos casos, a lo sumo 30. La trata creció mucho en América latina, aunque en la Argentina no tanto”, contó Carr. Entre los niños perdidos, la mayoría

también son mujeres: “Se calcula que tres de cada cuatro son nenas”, afirmó Sellán. Otro caso que creció en los últimos tiempos es el secuestro parental, es decir, cuando uno de los padres se va con los hijos y desaparece. “El robo de bebes no es muy común; apenas registramos 11 casos y, en general, se resuelven rápidamente”, comentó el fundador de la Red Solidaria. El dato positivo es que el 90% de los niños y el 70 % de los adultos vuelve a sus casas. “El tiempo que permanece desaparecida una persona es variable: pueden pasar días o años”, consideró Carr. Quienes han sufrido la desaparición de un familiar critican la forma en que se lo busca. Federico Cash, padre de María, la joven diseñadora de 29 años que viajó Jujuy el 4 de julio para encontrarse con un amigo, dijo a LA NACION: “El método de búsqueda de desaparición de personas no sirve. Me muevo más rápido yo que cualquiera de las fuerzas”. Cash, que ayer se encontraba siguiendo la pista de María en el norte del país, agradeció el apoyo de las autoridades, pero pidió más coordinación en la búsqueda. “El principal problema es la burocracia. De una provincia a otra, hay que mandar un exhorto que demora cinco días en llegar. Así, se pierde la pista de la persona buscada. La ministra [Nilda] Garré emite órdenes y llegan con 10 días de retraso”, contó Cash. La burocracia también afecta a las personas que tienen voluntad de colaborar con la búsqueda. “La gente tiene solidaridad, pero no quiere complicaciones. Hay que facilitarle las cosas. Si tiene que trasladarse 200 km para testimoniar, no lo hace; hay que simplificar”, objetó Cash. “En Humahuaca tengo un pequeño escuadrón de búsqueda que encabeza un lugareño, y en San Salvador también me dieron alojamiento gratis. Encarar la búsqueda por cuenta propia es muy costoso”, agregó el papá de María. Carr reconoció que hay una acción poco coordinada para la búsqueda de personas, pero consideró que se mejoró mucho. “En este momento, estamos redactando la ley de alerta nacional por chico perdido, para crear una oficina que concentre todo. Es el próximo paso, hay buena voluntad para solucionar el problema.”

Una comunicación y una denuncia Maira, una adolescente de 17 años que permanecía desaparecida desde hacía 12 días y cuya búsqueda se hizo pública anteanoche, en la localidad bonaerense de Hurlingham, “está embarazada” y se fue por sus propios medios de su hogar, luego de una discusión con un familiar, informaron ayer fuentes policiales. La chica se comunicó con su madre. Además, la ONG La Casa del Encuentro denunció que el 8 de este mes desapareció, cuando iba a la escuela, en Villa Lugano, Sandra Mamani Llanos, una niña de 14 años. Sus familiares anunciaron que hoy realizarán una movilización para pedir por su aparición.

EL ESCENARIO

La excepción que confirma la regla FERNANDO RODRIGUEZ LA NACION

FABIAN MARELLI

Unos 500 vecinos se reunieron frente a la casa de la menor para pedir por su aparición

“Vos sabés que mamá te está buscando, te voy a encontrar” Lo dijo Carola Labrador, la madre de la niña desaparecida en Hurlingham Desesperada por la falta de noticias sobre el paradero de su hija, de 11 años, desaparecida desde el lunes pasado, Carola Labrador, rogó: “Candela, te quiero hablar a vos, hija. Yo sé que vos me estás mirando. Llamame. Vos sabés, mandame un mensajito. Te quiero hablar a vos. Vos sabés que yo no voy a parar, mi vida. Vos sabés que mamá te está buscando. Yo sé que te voy a encontrar”. Las horas pasan y no hay noticias de Candela Rodríguez. La familia está desesperada. Ayer, en el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, se dispuso que se ofreciera una recompensa de 100.000 pesos para quien aportara datos de relevancia para la investigación. El fiscal Marcelo Tavolaro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 6 de Morón y a cargo de la causa, destacó que hasta el momento no se descartó ninguna hipótesis ya que “todas son válidas” y consideró que en principio no se trataría de un secuestro. Ayer, Alfredo Rodríguez, el padre de la niña, que está detenido en el penal de Magdalena cumpliendo una condena por integrar una banda de piratas del asfalto, declaró ante el fiscal de la causa.

“Contestó todas las preguntas que le hizo el fiscal, pero no aportó ningún dato que sirviera para encarrilar la investigación”, afirmó ayer a LA NACION una fuente judicial. La madre de la niña estuvo ayer en la fiscalía y después acompañó al jefe de la policía bonaerense, comisario general Juan Carlos Paggi, a distintos allanamientos que resultaron negativos. A la noche, Labrador se reunió en la Casa Rosada con la presidenta Cristina Kirchner. El encuentro se confirmó después de que la madre de la niña pidiera una audiencia por medio de una nota.

Sin pistas firmes La investigación, que según el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, contó hasta el momento con 500 uniformados de la policía bonaerense, aún no ha arrojado pistas firmes sobre el paradero de la menor. El Departamento Interpol de la Policía Federal difundió ayer una circular para que los países limítrofes estén informados de que la menor es buscada. Unos 500 vecinos se reunieron ayer en la casa de la familia de la niña,

situada en Coraceros al 2500, en Hurlingham, para pedir la aparición con vida de Candela. Desde el techo de la casa de la menor, cuatro hombres desplegaron una bandera verde sobre la fachada con la leyenda: “Con los hijos no. Devuelvan a Candela”. Un súbito aplauso se propagó entre los vecinos. Los familiares continuaron recibiendo llamadas de personas que aportaban datos del presunto paradero de la niña. “Hay que decirles a los padres que no dejen a sus hijos usar los teléfonos celulares. Atendí el llamado de tres nenes que decían que habían visto a Candela”, dijo a LA NACION Sabrina Labrador, tía de la menor desaparecida. El lunes pasado, a las 15.30, Candela se despidió de su mamá y salió de su casa. Sus compañeras del grupo de scouts la esperaban en la esquina, en el cruce con la calle Bustamante. Al salir de su casa dobló a la derecha y cruzó una vivienda con rejas negras, un negocio de tartas, otra casa y llegó a la rotisería de la esquina. Son unos 20 metros los que separan el inmueble en el que vive Candela del lugar donde su familia asegura que desapareció.

El ministro de Justicia y Seguridad de la provincia está junto a la madre de Candela desde el minuto cero. Cientos de policías van de acá para allá, hacen allanamientos, preguntan, revisan, rastrillan. La propia Presidenta recibió anoche a la dolida mujer que, desde el lunes pasado, no sabe dónde está su hija. El gobierno bonaerense, sensibilizado, ofrece una recompensa de 100.000 pesos para quien aporte datos que permitan encontrar a la chica. Todo eso es muy bueno. Lo malo es que se produzca sólo en este caso, y en contados otros, cuando, en verdad, hay decenas de niños y jóvenes a los que parece habérselos tragado la tierra, chicos y chicas a los que nadie parece buscar con tanto empeño como el que las autoridades muestran ahora en el caso de Candela Sol Rodríguez, seguramente acicateados por la amplia cobertura periodística del caso y por el estado de movilización permanente de los vecinos de Hurlingham. El aporte de todos los recursos del Estado alineados en pos de encontrar a una persona es necesario y bienvenido. No en un caso, en todos. Este nuevo episodio desnuda dos gravísimas situaciones: una, la confirmación de que en la Argentina cualquiera puede desvanecerse sin dejar rastros, a plena luz del día, con el riesgo de que esos desaparecidos hayan caído en las peligrosas redes de trata de personas, cuyos tentáculos no conocen de fronteras. De ésa se desprende la otra situación grave: la carencia de un sistema centralizado de alcance nacional que sea capaz de agrupar y ordenar la investigación de los casos para aportar a las búsquedas la eficacia (que hoy no tienen) y reunir en un solo comando toda la información disponible, recogida de distintas fuentes. La “nacionalización” de las búsquedas choca con la necesidad de que se la convierta en objeto de la jurisdicción federal. La trata de personas lo es; la búsqueda simple de una persona, no: es patrimonio de las provincias y de sus departamentos judiciales. Semejante atomización de recursos, al cabo, dificulta la pesquisa y da lugar a confusiones que alejan del fin deseado: que los chicos vuelvan a casa.