jorge humberto garcía - Editorial Endira

mentos, pero carecen de mucha información; necesi- tan más experiencia y enfocarse en conocer .... mento o compromiso... Ah, y por cierto, ¿mencioné el valor ...
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JORGE HUMBERTO GARCÍA

JEFES TIRANOS

¡Gracias por empezar a leer las primeras páginas de este título! Te doy un trato preferente porque lo mereces, disfruta de esta lectura y no te pierdas la oportunidad de tener este gran libro en tus manos.

Saludos, Editorial Endira

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Prólogo Agradecimientos Cómo tratar con jefes tiranos ¿Vales por lo que haces o por lo que sabes? La diferencia entre líder y jefe (seguramente tirano) Lo mejor de dos mundos Los jefes también lloran El pinchi genio, el de El Genio No es líder, porque el líder inspira, no nos mantiene asustados A ver de qué humor está el patrón De trabajos y arbolitos felices -Remuneración -Prestaciones -El tiempo -Jornadas -Flexibilidad en el horario -Vacaciones y viajes de trabajo -Home office -Nivel de competitividad -Responsabilidad (y estrés) -Estabilidad y recontratabilidad -Actualízate siempre -Outsourcing -Desarrollo profesional -Fama y prestigio -Diversión No eres tú, soy yo Pero mi jefe, sí es tirano Glosario ¡Adquiere este libro!

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EPISODIO I

Fábulas de Godínez 4

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Primera regla para tratar con jefes tiranos: No hablamos de jefes tiranos. Segunda regla para tratar con jefes tiranos: No hablamos de jefes tiranos... Porque no hace falta pregonar que eres un lacayo.

Tienen un jefe tirano aquellas personas que: realmente tienen un jefe tirano. Si esta es tu situación, la solución es simple, cambia de trabajo. También tienen un jefe tirano aquellas personas que: Por no considerarse a sí mismas factor de cambio, merecen trabajar en esas condiciones. Son personas que, por alguna razón, creen que están condenadas a permanecer ahí, ya sea porque tuvieron la mala fortuna de que el sueldo sea lo suficientemente bueno como para no arriesgarse a buscar otro empleo o porque la inercia, el miedo y/o la pereza mental los imposibilitan para buscar otras opciones. Tienen que “aguantar” esa situación. ¿Cómo tratar con jefes tiranos? Para estas personas, es simple... deben de responder, ante cualquier solicitud de su jefe con un “Sí, señor”. Y definitivamente son víctimas de la tiranía aquellas personas que: ¡Adquiere este libro!

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Se encuentran en una etapa laboral en la que aún les falta madurar. No necesariamente son malos elementos, pero carecen de mucha información; necesitan más experiencia y enfocarse en conocer más ángulos de vista. Para empezar, ¿reconoces a tu jefe como tu jefe?, ¿respetas su jerarquía y eres consciente de que, sin ser perfecto, cumple con los méritos necesarios para estar ahí? • Probablemente, tu jefe llegó ahí sólo porque heredó el puesto o porque conoce a la persona adecuada. En cualquier caso, él tiene los recursos para ser jefe y tú no –la vida es así, sólo supéralo–. • O quizás, cuenta con todas las credenciales académicas, pero no tiene tanta experiencia en el ramo como tú. Como les pasa a las enfermeras con los doctores jóvenes. • O bien, viene desde abajo; nació con el don para identificar oportunidades y con el coraje para aprovecharlas. Aquí, sólo hazte a un lado –y aprende todo lo que puedas–. No es rara aquella persona que piensa contar con las mismas cualidades o superiores que las de su jefe para desarrollar ciertas actividades, pero ¿puedes con el paquete completo? Vamos a hacer un micro autodiagnóstico: • ¿Tu hora de llegada a trabajar está relacionada con “no llegar muy tarde” o llegar lo suficientemente temprano para aprovechar el día? • Cuando el equipo no cumple sus objetivos, ¿estás conforme por haber cumplido con tu parte o te afecta 6

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realmente la idea de que el proyecto esté en riesgo? • ¿El equilibrio entre tu trabajo, familia, amigos y tiempo personal es un objetivo presente en tu vida o no importa lo que pase, el proyecto debe de seguir adelante? Es muy fácil gritar desde las gradas, “hasta yo hubiera metido ese balón”, pero ese hubiera es exclusivo de un club muy selecto. En muchas ocasiones, el jefe tirano es producto de nuestra percepción. ¡Claro que el jefe le carga más la mano a quienes le complican el trabajo! La situación económica, política, los cambios en el mercado, el avance tecnológico y la competencia ya son factores suficientes para entretener a cualquier equipo laboral. ¡Es muy frustrante lidiar también con el enemigo en casa! • Hasta hoy no he conocido a nadie que se queje porque algún colaborador siempre llega a tiempo. • Se valora mucho a los integrantes del equipo que siempre están y están disponibles, en su defecto, dispuestos. • Es de admirar a quienes siempre están buscando la manera de superarse, ya sea porque se preparan formalmente o simplemente porque tienen el hábito de estar buscando la forma de hacer mejor sus tareas. • Entregar las cosas bien, y a la primera. El error humano siempre está al acecho, pero la creación del “ctrl + z” ha creado una cultura de “no importa, luego lo arreglo...” Creo más en la existencia del “hubiera” que del “luego lo arreglo”. Entonces, ¿tu jefe es tirano o “no es tu culpa ser una persona normal”? ¡Adquiere este libro!

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as personas quieren formar parte de una empresa que comprenda que:

• La perfección es para los robots. • Reconozca y recompense su calidad humana... simplemente porque tienen calidad humana. • Que les pague por lo que saben, no por lo que hacen. Este último punto resulta muy interesante. Con seguridad ya conoces la historia del relojero que cobró una elevada cantidad de dinero por mover un pequeño tornillo para resolver un problema. El cliente preguntó: ¿por qué cobraba ese monto si sólo había movido un tornillo? A lo que él respondió: “No cobro por lo que hago, sino por lo que sé”. Vas a encontrar una versión mucho mejor de esta historia en Google, pero el punto aquí es que si bien la moraleja del cuento puede aplicar en muchos casos, la realidad es que no es para todos. Desconozco la experiencia que se requiera para poder participar en el diseño de una medalla o moneda conmemorativa para El Vaticano, pero puedo intuir que no es un trabajo para becarios inexpertos; me atrevería a decir que debe ser alguien con cierto renombre y, sobre todo, alguien que “sabe”, a quien se le encomiende dicha actividad. En 2013 se fabricaron más de seis mil medallas para conmemorar el primer aniversario del papado de Francisco con un ligero detalle, el nombre de Jesús lo escribieron con “L” y no con “J”. Definitivamente, Lesús, abandonó un pequeño instante al infortunado creador de la mone¡Adquiere este libro!

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da, que, si bien “sabe”, lo que hizo. fue cometer un error grave. Como “en la tele”, ahora todos quieren convertirse en millonarios con una idea, sí, sólo por tener la idea. Quieren cobrar a los clientes por la experiencia que tienen... también, sólo por la experiencia, quieren que el jefe los valore por lo buenos que son, también, el argumento es que “son buenos”, sin más fundamento o compromiso... Ah, y por cierto, ¿mencioné el valor agregado de que tienen “calidad humana”? Pues cómo no va a merecer más si es re buena gente. Quien no conozca a un recién egresado que pretenda volverse millonario haciendo una nueva red social, que tire la primera piedra. Pero... ¿y si buscamos la recompensa por lo que hacemos como “resultado” de nuestra creatividad y nuestra experiencia? La palabra mágica fue: resultado. Los clientes pagan por resultados. Es decir, ¡tu jefe necesita resultados! Por cierto, el esfuerzo sin resultados tampoco es muy valorado. En esta época en la que todos somos iguales y libres, en la que las ideas brotan y se comparten por montones y en la que todos tenemos acceso a una fuente inagotable de información y conocimientos como lo son el canal de Youtube y la página Web Google, la diferencia, la hace, lo que hacemos. Mi experiencia en la industria creativa jamás me 10 ¡Adquiere este libro!

ha permitido ver a un cliente derramar una lágrima porque el programador no ha dormido en tres días; tampoco he visto que se den felicitaciones por un proyecto que aún presenta fallas, aunque sea evidente que se requirieron muchos conocimientos y dedicación; y mucho menos he visto a un cliente agradecido con un diseñador que, sin solicitarlo, modifique el logo y le borre para siempre ese rosa chillón porque el otro logo estaba medio ranchero y no era creativo. ¿Y quién le dijo que el cliente no se dedicaba a vender productos para rancheros chidos? A las personas nos gusta que, cuando presionamos el interruptor de luz, se encienda el foco; cuando nos sentemos en una silla, que ésta no se rompa; y las manzanas las pagamos por kilogramo. ¿Te imaginas cuánto costaría una manzana si la compraras del jardín feliz-libre de gluten-jamás tocado por mosquito transgénico-innovador-creativo de un hípster con los mejores pensamientos del mundo? Por supuesto que la experiencia cuenta, lo mismo que la materia gris que apliquemos y la creatividad; pero al final del día, los clientes de nuestra empresa sólo pueden utilizar o beneficiarse de lo que “es”, no de lo que pudiera ser.

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No mi barbado amigo, el capitalismo en sí, no es el problema; tomar decisiones y ejecutar acciones por ideas de moda, si lo es.

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e patos y escopetas...

La idea del jefe tirano se intensifica también porque por ahí está rondando una idea de liderazgo muy errónea. Seguramente has visto circular un supuesto comparativo entre un líder y un jefe. La propuesta es hacer ver al jefe como un “jefe tirano” y al líder, como una especie de ángel de la guarda que “como usted lo vio en la TV”, te hace productivo sin que eso implique compromiso o esfuerzo de tu parte. Pintan a un líder cuya razón principal de ser en la empresa es supervisar tu desempeño, aconsejarte y guiarte, inspirarte, crearte sentido de pertenencia, fomentar tu desarrollo profesional; está al pendiente de tus necesidades como persona, encargado de integrarte al equipo, ver que cumplas tus metas, corregir (cariñosamente) tus fallas... Como diría el compadre: “¡Ni mi vieja!” Si identificamos al chofer de un autobús como el encargado de llevarnos a nuestro destino, esta idea de liderazgo pregona que el chofer debería: girar su asiento hacia los pasajeros y no hacia el camino; además, deberá de hacer ameno el viaje, ser hábil en el canto y conocer canciones aptas para el recorrido; su capacidad de líder será evaluada según el entusiasmo con el que participen los pasajeros de dicha dinámica, e incluso tendrá un bono extra si logra que además hagan coreografías; aunque, bueno... debe de comprender que si algunos prefieren viajar con sus audífonos, eso está bien, porque se debe de respetar su individualidad; si al recoger a alguno de estos pasajeros, no están a 14 ¡Adquiere este libro!

tiempo, habrá que esperarlos pacientemente y motivarlos a que el día siguiente hagan un esfuerzo para que esa dilación no se repita; obvio, esto no puede afectar el tiempo que le tome llegar a su destino; otros participantes podrán ir más pendientes de sus redes sociales y entre los entusiastas participantes sin duda estarán: tres que están grabando la dinámica con sus teléfonos celulares y otros dos que, con cierta dificultad de coordinación, estén tratando de aplaudir y cantar al mismo tiempo... Necesitamos entender que: • El líder va, no te lleva. • El líder no pierde de vista la meta ni descuida el camino. • El líder tiene seguidores, no lastres. • El trabajo del líder es “ser”, no motivarte. (¿Ya te había hecho alguna recomendación respecto a que si no encuentras motivación en el proyecto en el que estás?). • El líder te permite formar parte de su proyecto, pero es responsabilidad tuya contar con lo necesario para sumarte y mantener el paso. La delegación inversa es un grave problema para tu desarrollo como profesionista, fuiste contratado para hacer más fácil la misión de tu jefe y, por ende, la de la empresa; sin embargo, quieres que sea la empresa la que genere las condiciones óptimas para tu permanencia en ésta. Te visualizas como un ente ajeno al éxito o al fracaso del proyecto, pero a la vez como un gran merecedor de los frutos que de allí se produzcan. La delegación inversa es aquella en la que tú pones a trabajar a tu jefe por ti, haciéndole responsable de tu ¡Adquiere este libro!

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motivación, de tu capacitación, de tu superación, de que no cometas errores, de que cumplas tus compromisos... Para tratar con un líder y no con un jefe tirano, necesitamos claridad, y para ello debes de asimilar algunos conceptos: • Cómo funciona un equipo. • Que NO (necesariamente) es un líder, para entender mejor lo que es un líder. • Conocer tus funciones y habilidades técnicas y las de integración y eficiencia en el equipo, tu razón para ser y estar ahí. Empecemos por la conformación de un equipo, un equipo puede estructurarse asi: • En función de nuestras competencias técnicas; lo que sabemos y lo que podemos hacer. • En función de nuestras actitudes y valores; cómo nos comportamos y cómo interactuamos con los demás; a esto vamos a llamarle competencias de integración y eficiencia. Es común que el mejor carpintero sea el jefe de los carpinteros, pero es un error que éste sea el único criterio; también es muy común que los carpinteros no reconozcan al jefe de carpintería si éste no es hábil con las herramientas. Así que lo ideal es elaborar un organigrama basado en dos dimensiones: competencias técnicas y competencias de integración y eficiencia. Para analizar un organigrama de competencias téc16 ¡Adquiere este libro!

nicas, vamos a imaginar un restaurante en el que podemos encontrar puestos como chef, cajero, capitán de meseros, mesero, garrotero, cantinero, anfitrión y gerente. En este ejemplo nos queda claro que el capitán de meseros es jefe de los meseros, pero ¿podrías estar seguro de que el gerente es “jefe/líder” del chef, o podrías asegurar el caso contrario? En la dinámica de funcionamiento de un restaurante, lo que está muy claro es qué le toca hacer a cada rol técnico, pero en un lugar en el que el trabajo de anfitrión podrá ser realizado por el mismo gerente y en otros casos, el trabajo de anfitrión lo desempeña alguna “chavita” que aún no haya concluido sus estudios de preparatoria, no siempre es evidente quién es el aclamado líder. es?

Entonces, ¿quién es el líder? O ¿qué es? O ¿cómo

Vamos a revisar otro caso que nos puede favorecer a identificar un organigrama más completo, un equipo de futbol: • El dueño: encargado de fijar las metas y de proveer los recursos para que éstas se alcancen. • Director técnico: responsable de la planeación y toma de decisiones. • Preparador físico: debe encargarse de que los jugadores alcancen su potencial físico máximo; que corran más y más rápido, que brinquen más alto, que aprendan a pasar mejor el balón y que aprendan a recibirlo, etcétera. • Reclutador o caza talentos: está buscando quién, ¡Adquiere este libro!

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que no está en el equipo, debería estarlo. • Asistente técnico: recaba información para el director técnico con miras a... • Recoge balones: cuando en un partido sale la pelota del campo de juego, es el encargado de devolverla a la cancha. • Fanáticos: son las personas que, si bien no forman parte directa del equipo, se dedican a animarlo en la cancha y a promoverlo fuera de ésta; aunque la mayoría de nosotros nacimos con un equipo favorito, por ser el equipo local; muchas veces, por otro fanático, nos enteramos de que en algún lugar en el mundo existe tal otro equipo en el que hay un jugador fantástico, y gracias a esa persona también nos hicimos seguidores de ese otro equipo. ¿Te has percatado de cuántos roles llevamos y aún no llegamos a los jugadores? • Ya en los jugadores tenemos al portero, a los defensas, a los medios y los delanteros (y en cada uno de ellos hay aún más divisiones). • Capitán del equipo: esta función debe asimilarla alguien. • Y también en los jugadores encontramos a la banca y a las fuerzas básicas; la banca la componen aquellos que están disponibles para entrar al juego en cualquier instante y en las fuerzas básicas están quienes podrán integrarse al equipo principal en algún futuro cercano o lejano según las necesidades o circunstancias. El organigrama anterior nos facilita identificar también roles técnicos, y aunque podemos intuir la jerar ¡Adquiere este libro!

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quía, quedan muchas situaciones cuya solución no es totalmente clara; por ejemplo: • Si un defensa quiere ser portero, ¿a quién debe acudir? • Si un jugador se lesiona, ¿quién evalúa si debe regresar a la cancha o no? • ¿Quién da (o autoriza) los aumentos de sueldo? • Y una un poco más interesante: cuando pierde un partido, un jugador desmoralizado ¿a quién debe recurrir? • ¿Quién es el líder? El dueño, el director técnico, el preparador físico, el capitán del equipo o el mejor jugador. Cada que cualquier integrante del equipo se involucra en una situación en la que no hay claridad, empiezan a surgir los problemas. Entonces vamos a desarrollar un organigrama paralelo, un organigrama de “competencias de integración y eficiencia” que evidencie quiénes deben hacer qué: • Dueño / Patrocinador: es quien se responsabiliza de poner y/o facilitar los recursos del proyecto. • Planeador / Toma de decisiones: provisto de la información correcta, decide el mejor uso que se le dará a los recursos del proyecto y cómo se utilizarán para llegar a las metas fijadas.

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