La Zaranda de Ideas 2 - 2006
EDITORIAL La publicación de este segundo número es para nosotros una gran satisfacción ya que hemos alcanzado uno de nuestros principales objetivos: brindarle a La Zaranda de Ideas una continuidad (indispensable en más de un sentido) pese a las condiciones generales que, por conocidas, su enumeración resulta por demás ociosa. Luego de trabajo duro y grandes experiencias sentimos que hemos crecido y aprendido cosas que ni pensábamos cuando recién empezamos hace dos años y medio. La recompensa a este esfuerzo llegó (lejos de las kilocalorías y los viajes por el mundo) en forma de un reconocimiento hacia la revista más allá de lo que, en principio, hubiéramos supuesto para nuestro primer número, y más allá también de nuestra injerencia directa. En este sentido, a falta de un sistema de prensa masivo (intentamos vestirnos de hombres-zarandas…pero los hombres-empanadas son irreductibles en la disputa por las esquinas de trabajo), la difusión se inició con el clásico de boca en boca y se consolidó al contar con un grupo de estudiantes y de graduados que, en sus respectivas provincias, nos ayudaron con la publicidad y la distribución. Pero si de esfuerzo y solidaridad hablamos, muchas son las personas que brindaron su trabajo, su tiempo y mucho más. Un papel fundamental en el sostenimiento de nuestra labor fue cubierto nuevamente por los seminarios de actualización en temáticas arqueológicas, que además de ser fuente de recursos, cumplieron múltiples propósitos. Por un lado, permitieron el intercambio de nuevos saberes con estudiantes que se encontraban en diversos momentos de su carrera de grado; arqueólogos con problemáticas afines, enfoques similares o intenciones de conocer perspectivas diferentes; profesionales de otras disciplinas y espíritus curiosos en general. Por otro lado, posibilitaron que la experiencia docente sirviera, en algún punto, como aprendizaje y como mérito en distintas instancias curriculares. Para este número los docentes que colaboraron fueron: en 2005, la Lic.Verónica Lema y el Lic. Marco Giovanetti (“Arqueología y restos vegetales: aproximaciones al abordaje arqueobotánico”); en 2006, la Arql. Sara M. L. (Marisa) López Campeny (“Las múltiples caras de un textil: perspectivas de análisis arqueológico”), el Arq. Jorge Tomasi (“Aproximaciones a la Arquitectura Vernácula”), la Lic. María Soledad Gheggi (“Aportes de la bioarqueología al conocimiento de las sociedades del pasado”), y finalmente el Dr. Salomón (Shilo) Hocsman (“Abordaje de artefactos líticos tallados: una aproximación morfológico-descriptiva”). A todos ellos, agradecemos su gran esfuerzo y ayuda. Pero nuestras deudas espirituales no terminan acá (ni en la Tierra ni en el Purgatorio). Muchas personas nos ayudaron en más de una oportunidad, y a veces, de indescriptibles formas. Queremos agradecer a los miembros de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Antropología, y en especial a su Secretario Javier Nastri, por brindarnos constante apoyo en nuestras tareas. Asimismo a Myriam Tarragó, directora del Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”, y al personal del mismo, muy especialmente a Micaela Pereyra, Mónica Ferraro y Alejandra Reynoso. También a Hernán Lerose, Juan Sosa y Bernardo Cáceres.
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Editorial
Agradecemos a los autores de este número por su disposición constante y por la confianza y el respeto depositado en nuestra propuesta. Así también una especial mención es para nuestros evaluadores, por su colaboración, sus valiosos e imprescindibles comentarios, y sobre todo por tanta paciencia ante nuestra insistencia. De ahora en adelante al Comité Evaluador lo llamaremos Comité Zen. Deseamos resaltar la participación de los representantes en distintas ciudades que, con gran responsabilidad, facilitaron la distribución y difusión de nuestra revista en todo el país. Ellos son: Álvaro Martel (Tucumán), Verónica Lema y Marco Giovanetti (La Plata), Valeria Espiro (Catamarca), Alejandra Gasco (Mendoza), Laura López (Córdoba), Nuria Sugrañes (Rosario), Natalia Fernández (San Juan), Norma Rosas (Bariloche) y Franco Illescas (Olavarría). Marta Icely, Tomás Dostal Freire, Norma Pérez, Débora Kligmann, Mariana Romiti, Fátima Zalazar, Bruno Catania y Mónica Berón nos ayudaron de variadas formas en estos meses de proceso editorial. Cabe mencionar que los organizadores del IX Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología, llevado a cabo en Córdoba en el 2005, nos brindaron un espacio para presentar la revista y realizar el foro de debate publicado en el presente número. Otras tantas personas comparten con nosotros cosas dentro y fuera de la revista: Jennifer Grant, María José Lucero, Lorena Grana, Mariana Vigna, Mathias de Breyne, Marisa Kergaravat, Pablo Ochoa, Daniela Aime, Laura Caruso y Agustín Alvarez. Finalmente agradecemos los comentarios de nuestros lectores, porque creemos que la valoración crítica de nuestra propuesta posibilita que La Zaranda de Ideas crezca y se convierta en un medio activo de comunicación de nuestra disciplina. Por eso La Zaranda, por eso los aplausos.
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