Investigador de la UC nos habla de la historia de la sociología en ...

de la sociología en Colombia. Camilo Insuasty Obando. Construyendo puentes entre el arte y la ciencia. Fernando Rosas Manrique. Un semillero al alcance.
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Nexos ISSN: 2463-2430

N°. 2, enero-junio de 2016

Construyendo puentes entre el arte y la ciencia Fernando Rosas Manrique

Un semillero al alcance de los ingenieros industriales Luisa Victoria Álvarez Gómez

Investigador de la UC nos habla de la historia de la sociología en Colombia Camilo Insuasty Obando

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Nexos N°. 2, enero-junio de 2016

Nexos: Gaceta de Divulgación Científica es una publicación semestral de la Coordinación de Investigación.

Contenido

ISSN: 2463-2430 Ediciones Universidad Central Varios autores Universidad Central Coordinación de Investigación Calle 21 n.º 4-40, Bogotá, D. C., Colombia Conmutador: 323 9868, exts. 1503 y 1509 www.ucentral.edu.co/investigacion Correo de contacto con Nexos: [email protected]

Nota editorial “Romper” los muros de la academia

Consejo superior

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Grupos

Jaime Arias Ramírez (Presidente) Fernando Sánchez Torres Jaime Posada Díaz Rubén Darío Llanes Mancilla (Representante de los docentes) José Sebastián Suárez Rodríguez (Representante estudiantil)

Construyendo puentes entre el arte y la ciencia

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Semilleros

Rector Rafael Santos Calderón

Consejo editorial

Un semillero al alcance de los ingenieros industriales

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Siticuc: una oportunidad de realizar un proyecto de vida y emprendimiento

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Proyectos

Milena Zamora Esteban Quesada Fernando Rosas Manrique

La enseñanza también aprende 10

La generación de valor  desde 13 el marketing

Periodistas

Las masculinidades de hoy 15

Camilo Insuasty Obando Carlos Andrés Caicedo Duarte Diego Cárdenas Fernanda Gutiérrez Luisa Victoria Álvarez Gómez Robinson Bohórquez Duarte

Investigador de la UC indaga sobre la historia de la sociología en Colombia 18 Perfil “Es posible soñar con la literatura”: Aleyda Gutiérrez 22

Coordinación editorial Héctor Sanabria R.

Lenguaje entre sujeto‑máquina: la clave del ingeniero mecánico 24

Coordinador

Jorge Enrique Beltrán Vargas Asistente editorial

Reseña

Patricia Salinas Garzón

Una reinvención del pensamiento juvenil 26

Diseño y diagramación

César Saavedra Forero Corrector de textos

Las imágenes empleadas en esta publicación que no tienen pie de foto pertenecen al catálogo fotográfico de pixabay.com.

Fotografía de cubierta: Tom Beddard, fractal 3D de la serie Fabergé, http://sub.blue/.



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distribución gratuita

Nota Editorial

“Romper” los muros de la academia

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mediados de junio pasado, la firma británica Quacquarelli Symonds (QS) publicó el QS University Rankings: Latin America 2016, que ubica a dos universidades colombianas entre las diez primeras de la región por su actividad académica e investigativa: la Universidad de los Andes y la Universidad Nacional de Colombia, en 8.ª y 10.ª posición, respectivamente. Dentro de los países que conforman el listado, el nuestro ocupó el tercer lugar, con 41 plazas, solo por debajo de Brasil (76) y México (45). En el caso de Brasil, 29 universidades escalaron posiciones respecto al año anterior, mientras que Argentina presenta un avance significativo con el ascenso de 19 de sus 34 universidades evaluadas. En Colombia, la Nacional ascendió tres posiciones, la Universidad de Antioquia escaló cinco, mientras que los Andes y la Javeriana bajaron un puesto, por solo mencionar a las mejor posicionadas. Pueden parecer números tan lejanos e irrelevantes como los listados musicales de las emisoras que miden el impacto de los artistas en el público, pero los indicadores de QS, que están diseñados para evaluar las Instituciones de Educación Superior (IES), se apegan a la gestión de estas en cuanto a la producción de conocimiento, según criterios como los siguientes: el impacto de la IES en la web, su reputación académica, las publicaciones de cada facultad, los artículos académicos citados, la cantidad de docentes activos con nivel de doctorado y las condiciones laborales. ¿Qué nos queda para reflexionar como actores y constructores de la academia? El fortalecimiento de Colombia en este aspecto, si bien depende en gran proporción de cada institución, se produce fundamentalmente gracias al interés de estudiantes y profesores para que la investigación adquiera vigencia social, a través de proyectos enfocados a entender, proponer y mejorar procesos en las ciencias exactas, en las ciencias sociales, en las humanidades y en las artes. La investigación en la Universidad Central se sigue fortaleciendo gracias a la creatividad, la curiosidad y la conciencia creciente respecto a su papel determinante para mejorar el mundo (por utópico que parezca), desde las diferentes áreas del conocimiento. En este sentido, los grupos activos de investigación realizan esfuerzos para generar nuevos saberes, apoyados por la Vicerrectoría Académica y la Coordinación de Investigación, pero el éxito de estas iniciativas debe nutrirse de nuevas ideas. ¿Dónde hallarlas? En los cerebros de estudiantes, docentes y profesionales fundamentados en sus conocimientos, combinados con capacidad de análisis y espíritu propositivo. Las IES, en general, proveen espacios físicos, presupuestos y formación académica. De nosotros, quienes realmente damos sentido y propósito a los muros que albergan el saber, depende romperlos simbólicamente con el fin de crear, de cuestionar de manera constructiva y reconquistar el prestigio y relevancia en una sociedad cambiante. Vale la pena, entonces, “romper” los muros de la academia, para que esta vuelva a ser cuna de las transformaciones que nuestra sociedad necesita, más que la empresa en la que compramos un título que en el futuro nos representará comodidad financiera o sustento, mientras se olvida en el cotidiano laboral que la razón de ser del conocimiento es modificar la realidad, más que ser un engranaje adicional dentro de una maquinaria; aquella que nos corresponde mejorar.

Fernando Rosas Manrique Comunicador social y periodista, Universidad Central

nexos: gaceta de divulgación científica n°.

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Grupos

Construyendo puentes entre el arte y la ciencia Fernando Rosas Manrique

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l Grupo de Investigación en Estéticas y Poéticas cuenta con cinco líneas de investigación. Estudiantes y profesores trabajan en conjunto para generar nuevas dinámicas de producción de conocimiento académico a través del arte.

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ste grupo de investigación, que pertenece a la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte, tiene como apuesta‑propuesta encontrar dinámicas de diálogo y concertación en la producción de conocimiento. “Dichas dinámicas surgen de la inquietud por la investigación‑creación; por cómo se genera investigación en artes diversas como la música, la plástica y la dramaturgia y cuáles de las singularidades en los procesos de cada una pueden converger para alcanzar objetivos en la producción académica”. Así lo explica Natalia Castellanos, docente del programa de Estudios Musicales vinculada al proyecto “Shakespeare y Cervantes”, presentado por el grupo ante Colciencias. Este espacio surgió de la inquietud de varios actores académicos de la Facultad por entender cómo se produce conocimiento en las disciplinas artísticas. El grupo es liderado por Camila Aschner, historiadora de la Universidad Javeriana, doctora en estudios interdisciplinarios de la Universidad Emory y profesora de tiempo completo del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco).

Aiesthetiké y Poiesis: ¿por qué y cómo entenderlas para investigar en el siglo xxi? Poética y estética son dos conceptos que han variado con el paso del tiempo y la evolución social, así que es necesario en-

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Universidad Central • Coordinación de Investigación

tenderlos para deducir la importancia y alcances de esta forma convergente de investigación. Etimológicamente, estética se deriva del griego aiesthetiké, que significa dotado de percepción o sensibilidad, relacionado con la percepción de la belleza y sus efectos sobre el ser humano. En nuestro tiempo, este concepto se refiere tanto al placer del contacto con lo bello como a las teorías de la belleza y la filosofía del arte, sin obviar las normas estilísticas de un movimiento artístico particular. Por su parte, poética viene del griego poiesis, que se refiere a la acción creadora en cualquier entorno, incluyendo la práctica lúdica; pero actualmente es común que se relacione directamente con la escritura creativa y, en particular, con la poesía. Para estos investigadores, es importante rescatar su significado original, entendido como la creación humana, artística o no, y su relación con las condiciones de creación y de recepción de la obra.

Aclarado esto, podemos deducir que el grupo se orienta a observar cómo las prácticas creativas generan también discursos reflexivos para plantear y repensar teorías, al mismo tiempo que lo teórico puede expresarse y resolverse a través de prácticas creativas.

Las líneas de investigación: hacer y aprenderaaaaaaaaaa El Grupo de Investigación en Estéticas y Poéticas cuenta con cinco líneas para desarrollar propuestas nuevas, así como para que estudiantes y docentes se integren al trabajo que adelanta cada una:

• Investigación‑creación: estudia el quehacer del artista y del investigador, así como los procesos de investigación‑creación en prácticas como partituras físicas y sonoras, materialidad del lenguaje, investigación para la producción cinematográfica y el cuerpo en las artes. También se enfoca en proyectos de curaduría. • Historia y teoría de las artes: se enfoca en estudios teóricos y filosóficos, movimientos, colectivos, escuelas y estilos y las artes en la historia, a través de la musicología, los estudios de área, estilo, región, corriente, movimiento y la historia de los desarrollos técnicos y tecnológicos asociados. • Investigación en artes, archivos y memoria: se ocupa del arte‑archivo como género, la construcción de archivos para investigar las artes, prácticas de

Tom Beddard, fractal 3D de la serie Venetian Masquerade I. Fuente: http://sub.blue/.

archivar registros artísticos, materiales de la creación y el papel de la memoria en la creación artística. • Performance y performatividades: se ocupa del mundo como escenario, de la estética de lo cotidiano, de las prácticas interdisciplinares y de las nuevas construcciones visuales y mediáticas en la era digital. Esta línea trabaja en colaboración con el Instituto Hemisférico de Performance y Política de la Universidad Nacional. • Educación artística: se orienta a las prácticas de investigación‑creación dentro del salón de clase, como promoción, apoyo y sistematización. Cuenta también con el Semillero de Jóvenes Investigadores, que trabaja en investigación y creación. Además, adelanta proyectos con el Programa de Investigación‑Creación.

La profesora Natalia Castellanos sostiene que uno de los grandes objetivos de este grupo de investigación es generar nuevos modelos de interdisciplinariedad que favorezcan nuevas formas de investigar, documentar, crear y trabajar en conjunto, para beneficio de la generación de conocimiento. “Somos pocos y hay mucho por hacer”, dice la docente. Asimismo, recuerda que la participación de más estudiantes y docentes es bienvenida, ya que el grupo requiere de conocimientos distintos e ideas vanguardistas, para lograr convertirse en referente de estudios interdisciplinares para América Latina y el mundo.

Shakespeare y Cervantes: un ejemplo interdisciplinar El proyecto “Shakespeare y Cervantes” integra a docentes de los programas de Arte Dramático, Creación Literaria y Estudios Musicales. Se basa en elementos de investigación y creación colectiva para la producción de nuevos documentos académicos, que incluyen artículos científicos y una obra de teatro que recogerá, a través de la creación artística, los elementos claves producidos en el proceso investigativo. Este proyecto ya se encuentra inscrito ante Colciencias. nexos: gaceta de divulgación científica n°.

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Semilleros

Un semillero al alcance de los ingenieros industriales Luisa Victoria Álvarez Gómez

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l Semillero de Investigación de Producción y Operaciones (SIPO), del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad Central, promueve la investigación a través de cuatro diferentes líneas. Este grupo, que inició sus actividades en 2008, tiene como objetivo promover la investigación al interior de los programas de ingeniería, a través de soluciones teórico‑prácticas que estén encaminadas a la enseñanza y el aprendizaje.

Imagen de cubierta del ebook Jugar, aprender e innovar con la ingeniería (2011). Fuente: Universidad Central.

El profesor Cepeda no duda en enfatizar la importancia de la participación estudiantil en los semilleros para fortalecer este tipo de espacios académicos e investigativos de la Universidad. 6

Universidad Central • Coordinación de Investigación

Coordinado por el profesor Óscar Cepeda, cuenta con tres líneas investigación: “lúdica de aprendizaje”, “agroindustria” y “modelamiento matemático y simulación”. Esta última, liderada por el profesor Víctor Díaz, tiene como propósito hacer más fácil el aprendizaje del programa de ingeniería industrial por medio de lúdicas. Un ejemplo de ello es un juego similar al lego, que ayuda a comprender el funcionamiento empresarial. Este se puede aplicar a las finanzas, operaciones, producción, organización y demás campos. En este sentido, el profesor Cepeda señala que “esta línea es transversal en el Semillero, porque abarca, de alguna manera, todos los temas tratados en cada línea de investigación desde la mirada lúdica”. Por otra parte, la línea de “agroindustria” busca enfocar la ingeniería industrial a todos los procesos agrícolas, para mejorar métodos de producción de abastecimiento, bien sea de alimentos o muebles y, de esa manera, facilitar y optimizar el trayecto desde la obtención de las materias primas hasta que los productos lleguen a los consumidores. Finalmente, la línea “modelamiento matemático y simulación” busca aplicar las matemáticas en la solución de problemas empresariales, organiza-

Theoretical and Computational Biophysics Group Beckman Institute University of Illinois at Urbana-Champaign. Fuente: http://www.ks.uiuc.edu/Research/translocon/.

cionales, sociales, tomando herramientas como la estadística. Así, se llevan los problemas estructurales de una organización a un lenguaje matemático‑ lógico, con el fin de conseguir instrumentos que ayuden a proyectar y mejorar los procesos de sus organizaciones. En este sentido, se identifica un problema empresarial, se recolectan datos para analizarlos y se crea un modelo, un aplicativo para la solución de dicho problema, con un fin no solamente investigativo; también se busca que la empresa pueda usarlo. Por otra parte, se desarrollan formulaciones teóricas de problemas que se han documentado y modelos generales que, sabemos, pueden aplicarse en una gran cantidad de empresas para solucionarlos. A estos modelos se suman diferentes propuestas y herramientas. A lo anterior, agrega profesor Cepeda que “nosotros, como ingenieros industriales, partimos de solucionar problemas en la industria, es decir, para las empresas”. Un ejemplo de lo anterior es un proyecto adelantado en el semillero que se ocupa del abastecimiento de alimentos en Bogotá. Este proyecto busca traer los productos agrícolas que están en los alrededores o fuera de Bogotá para abastecer la ciudad. Para ello, parten de una formulación matemática que les permita saber con precisión cada cuánto deberían traer los productos, cuántos vehículos se necesitan, cuántos se deberían producir para abastecer toda la ciudad y cómo se deberían organizar todas las personas que participan en la producción, entre otros, para decidir cuál es el costo final. Todo esto con el

fin de mejorar el proceso industrial —en este caso agrícola— para que no haya pérdidas de ningún tipo y haya optimización en la industria. Felipe Jiménez, estudiante de séptimo semestre de ingeniería industrial y miembro del semillero, trabaja en la línea de “Modelamiento matemático y simulación”. El considera que “es importante para la Universidad y para la academia, en general, tener espacios para la investigación, para el avance científico de esta, porque nos permiten crecer profesionalmente”. Y es precisamente en escenarios externos donde SIPO se ha encargado de representar a la Universidad. Por ejemplo, lo ha hecho ante algunas redes académicas como la Red Nacional GEIO y la Red Colombiana de Semilleros de Investigación (RedColsi) y en eventos universitarios de la Fundación del Área Andina y de la Universidad Sergio Arboleda, entre otras, presentando ponencias y artículos sobre el avance de sus investigaciones. Para concluir, el profesor Cepeda no duda en enfatizar la importancia de la participación estudiantil en los semilleros a fin de fortalecer este tipo de espacios académicos e investigativos de la Universidad. Para él, el profesional de la ingeniería industrial es un agente encargado del mejoramiento continuo de la productividad de bienes y servicios, mediante el diseño de sistemas integrados, que implican aspectos principales de la empresa, que van desde los recursos humanos, tecnológicos, financieros y materiales hasta los recursos informativos, con el fin de llegar un desarrollo socioeconómico óptimo del país.

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Siticuc: una oportunidad de realizar un proyecto de vida y emprendimiento Carlos Andrés Caicedo Duarte

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ste semillero de la Universidad Central busca que los estudiantes elaboren un trabajo de grado que se enlace con su futura trayectoria profesional.

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l Semillero de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad Central (Siticuc) tiene como objetivo principal formar jóvenes investigadores con capacidad y criterio para pensar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como disciplina de naturaleza científica, a través del análisis y discusión de diversos esquemas tecnológicos. Se busca que los estudiantes generen reflexiones de carácter publicable en el ámbito académico estudiantil. Orlando Cristancho, profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas y fundador del Semillero, iniciativa que nació hace cerca seis años, comenta que “está conformado por un grupo de estudiantes que tienen unas ideas y preguntas para desarrollar un proyecto, en el cual

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Universidad Central • Coordinación de Investigación

hay un seguimiento por parte de los docentes, con el fin de que el proceso de construcción sea exitoso”. El profesor Cristancho inició su tarea como delegado de la Universidad ante la Red Colombiana de Semilleros de Investigación (RedCOLSI), para conformar y orientar a los diferentes grupos de estudiantes interesados en ingresar y presentar proyectos de este y otros semilleros de la Universidad. En estos años, el Semillero ha obtenido resultados exitosos, como es el caso de un proyecto de 2009, que fue avalado como trabajo de grado, sobre la creación de un servidor de video de alta definición para la Universidad Central. Asimismo, un estudiante realizó un canal de televisión vía internet, mediante el cual se transmitían torneos de billar, proyecto que le permitió formar una empresa de transmisión de este tipo de eventos, vendiendo las transmisiones a otros países. Entre los casos que más recuerda el profesor, está el proyecto de los estudiantes Gonzalo Joya y Diego Bueno, quienes propusieron crear un curso virtual que permitiera renovar las metodologías de aprendizaje tradicional. Sus altos puntajes en los

Profesor Orlando Cristancho. Fotografía: Fernando Rosas.

encuentros de la Red fueron reconocidos con una invitación a la Universidade de São Paulo para exponer su idea. Allí tuvieron una destacada participación. Dentro del proceso de formación del semillero, lo primero que se le enseña al estudiante es a escribir y leer textos académicos adecuadamente para lograr una investigación exitosa. Y, a partir de este proceso, lograr que realicen una revisión bibliográfica y construyan marcos teóricos y metodologías, necesarios para orientar sus proyectos de investigación. El profesor Cristancho considera que “el semillero busca abrir puertas a los estudiantes y que ellos, a través de su potencial, trabajen sus proyectos no solo como una opción de grado, sino como una opción para su vida laboral y profesional”. Por ello, el semillero no tiene ningún impedimento para los estudiantes, pues no importa si son de primer o de último semestre. Lo que importa es que tengan ideas y quieran recibir una formación para convertirlas en proyectos de investigación que se destaquen en el entorno académico. Según afirma Cristancho, “hay estudiantes que, en el momento de su graduación, le dan gracias al Semillero, porque en él aprendieron a escribir de forma académica y de acuerdo a la presentación de un proyecto, además de mezclar los temas de la carrera con otros que son afines a su gusto y los desarrollan mutuamente”. Finalmente, estos resultados generan satisfacción moral en el grupo por saber, como afirma Cristancho, que “colaboran en el proceso de formación de proyectos de vida de estudiantes, que servirán no solo para mejorar sus posibilidades en el mundo laboral, sino también para obtener un reconocimiento personal de que su paso por el semillero dejó una experiencia que pueden aplicarla en su vida cotidiana”.

Lo primero que se le enseña al estudiante es a escribir y leer textos académicos adecuadamente para lograr una investigación exitosa.

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Proyectos

La enseñanza también aprende Camilo Insuasty Obando

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anto impartir como recibir clases requiere de una serie de factores que son determinantes para el éxito de estas actividades.

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unque puedan percibirse como polos opuestos, los estudiantes y el maestro poseen un hilo conductor entre ellos: el conocimiento. El interés general de la academia es que los estudiantes salgan de las clases con un mínimo de conceptos y postulados básicos para que luego los puedan poner en práctica. Sin embargo, no es muy claro qué tipos de modelos de enseñanza son los más acertados o siquiera cuántos modelos de enseñanza existen. Por supuesto, ese desconocimiento es más generalizado en el estudiantado que en la docencia.

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Un innovador proyecto, que ya ha sido llevado a la práctica, se desarrolla en la Universidad Central a cargo Cristian Díaz, docente y director del programa de Ingeniería Ambiental, quien en 2014 recibió el reconocimiento como el mejor docente de toda la Universidad. El proyecto se denomina “Mapas mentales y estilos de aprendizaje, dinámica de la representación gráfica del conocimiento”. Es una interesante apuesta por cambiar el modelo pedagógico tradicional por un esquema de enseñanza más eficaz, flexible e, incluso, más cómodo para los estudiantes.

Universidad Central • Coordinación de Investigación

El profesor Díaz tiene once años de experiencia como docente y manifiesta que los principales antecedentes de su proyecto se remontan a su época de estudiante en la Universidad Nacional, en donde dos de sus principales mentores le inculcaron la necesidad de evitar caer en “espacios formativos aburridos”. Uno de sus mentores fue el docente Lorenzo Paniza, de la Universidad Nacional. Según Díaz, Paniza le inculcó la importancia de representar gráficamente el conocimiento, ya que consideraba que “las imágenes entran me-

jor que el texto” por su alto nivel de receptividad. Otro de sus mentores fue el docente Pablo Leiva, también de la Universidad Nacional. El principal postulado de este docente era “la necesidad de ser crítico”. Para ello, se debe “reconocer la divergencia de los imaginarios de las personas”, es decir, tener siempre presente (especialmente a la hora de impartir clases) que en un espacio de reunión van a existir diferentes perspectivas de la realidad y que es un error que el docente se crea portador de una verdad absoluta. Para llegar a un consenso, Díaz manifiesta que “no se debe quedar en la posición personal de las cosas” y cita al anterior rector de la Universidad Central, Guillermo Páramo, quien planteaba que “siempre hay n mundos posibles en función de los n cerebros que se encuentran interactuando” para concluir que las realidades, en conjunto, son las que articulan una verdad y no un docente que llena todo un tablero de texto. Otro de los antecedentes del proyecto se remonta al año 2004, cuando Cristian Díaz empezó a impartir clases en la Universidad Central. De entrada, se encontró con “un modelo pedagógico distinto al de la formación que tuvo” y con varios inconvenientes “extraclase” que le significaron todo un reto. Dictar clases en la jornada nocturna fue uno de sus mayores problemas, ya que los estudiantes llegaban tarde y cansados, en su mayoría porque salían luego de una jornada laboral. Además, tenía la obligación de enseñar de acuerdo al “esquema tradicional”, por el que “llevaba siempre dos libros a clase”. Díaz cuenta como anécdota que estas situaciones causaron la pérdida del 80  % de los estudiantes de su curso, y que notaba un alto grado de

resistencia por parte de estos, debido a la forma como estaba enseñando. A partir de estas dificultades, el profesor Díaz empezó a reformular su método de enseñanza, creando un modelo alternativo que les permitiera a los estudiantes salir de cada clase con “conceptos básicos, fundamentales y claros”. Este modelo debía articularse con la necesidad de distensionar a la población: “Que el estudiante vea las clases más relajado”. Desde ese momento (2005), Díaz cambió radicalmente su forma de impartir clases: “Fue una situación progresiva”, afirma, reconociendo que el proceso le llevó cinco años, y su principal recurso fue “el uso de herramientas básicas para representar el conocimiento”. Así pues, se salió del texto y del tablero para construir colectivamente con los estudiantes el conocimiento. Los resultados fueron muy positivos. El cambio de método le brindó flexibilización al desarrollo de la clase, ya que le quitó el peso del texto y la repetición mecánica del conocimiento. La preparación de clases se facilitó mucho, pues se hizo con base en un modelo en el que todos participaban. Así se logró que los conceptos se impartieran con mayor claridad y dinamismo en la clase. Díaz manifiesta que lo peor que le puede pasar a un docente es aburrirse con lo que está enseñando, hecho muy común cuando se sigue el esquema tradicional de enseñanza. “El profesor dicta las mismas clases, los mismos temas, el mismo parcial durante 20 años”. Esto representa una gran debilidad de la academia por la falta de innovación. Díaz, por su parte, reconoce que al cambiar de modelo no hay riesgo alguno de repetición y monotonía para el docente.

El estudiante, por su parte, al enterarse de que el examen final es un mapa mental, se distensiona, maneja la atención de forma distinta y sabe que el mapa debe hacerlo bien, en un estado y entorno de calma.

Asimismo, el examen final ahora es diferente: la forma en que Díaz evalúa a sus estudiantes ya no es por medio del parcial tradicional, sino que les pide un mapa mental del contenido temático del semestre: “El mapa mental es como tomarle una fotografía a lo que les quedó en el cerebro, desde ahí se pueden ver los conceptos que quedaron claros y las debilidades del alumno”. El estudiante, por su parte, al enterarse de que el examen final es un mapa mental, se distensiona, maneja la

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Los activos son aquellos que se sienten más cómodos con actividades de laboratorio; los teóricos, los que aprenden, en mayor medida, leyendo los libros; los pragmáticos, aquellos que se preguntan cómo funciona y para qué sirve lo que están aprendiendo, y los reflexivos, que se encaminan en un contexto sociocultural de las cosas. atención de forma distinta y sabe que el mapa debe hacerlo bien, en un estado y entorno de calma. Los mapas mentales también contienen un elemento primordial en la formación de las personas. A través de su intercambio, ayudan a exponer y argumentar, ya que contribuyen a expresar mejor las ideas. En el 2010, con base en su experiencia como docente, Díaz planteó que “no todo el mundo aprende de la misma manera”. Para sustentarlo, se basó en los postulados de Alonso Honey y sus cuatro estilos fundamentales de aprendizaje: los activos, los teóricos, los pragmáticos y los reflexivos. Estos cuatro estilos de estudiantes están presentes en todas las clases de cualquier programa.

Aunque reconoce que en las ingenierías predominan los estudiantes pragmáticos, Díaz empezó a establecer dispositivos pedagógicos, con el fin de que estos cuatro estilos tuvieran cabida en su curso. 12

Aunque reconoce que en las ingenierías predominan los estudiantes pragmáticos, Díaz empezó a establecer dispositivos pedagógicos, con el fin de que estos cuatro estilos tuvieran cabida en su curso. Estos dispositivos son los siguientes: dejar artículos en inglés y español (con estos, los teóricos tienen ventaja sobre los demás); realizar laboratorios en donde los pragmáticos y los activos son los que más aprovechan; y realizar discusiones de país en clase, propicio para los reflexivos. Para equilibrar el desbalance de actividades que puede significar tanto para unos como para otros, Díaz no califica por notas (exceptuando las finales de cada corte) sino que diseñó un sistema de puntos en los cuales cada estudiante puede tomar ventaja de acuerdo a su estilo de aprendizaje. Este largo y fructífero proceso (que incluye el uso de diferentes tipos de esquemas gráficos como mapas mentales, conceptuales y redes mentales) ha permitido que, del 80 % de estudiantes que perdían la materia, el porcentaje disminuyera a un 30 %. El factor clave, dice Díaz, es “el reconocimiento del otro”. Frente a su nuevo modelo de enseñanza‑aprendizaje, Díaz ha percibido un cambio total. Él manifiesta que “en los primeros dos años hubo una resistencia gigante por parte de los estudiantes”. Asegura que el nivel

Universidad Central • Coordinación de Investigación

de exigencia se mantiene, pero ahora se transfiere información de manera más accesible, lo que permite que el estudiante no vaya simplemente porque le toca, sino porque siente expectativas frente a la clase. Además, al parecer, ahora le resulta más fácil evaluar qué quedó y qué no quedó claro de sus clases. Para Díaz, la resistencia a un nuevo modelo no la impone la academia, sino los docentes, “quienes conservan el modelo tradicional de enseñanza, lo cual es normal porque ellos tuvieron esa misma experiencia cuando cursaron sus profesiones”. Para él, la academia ha reconocido que “es necesario cambiar de método, la forma de enseñar y la forma de interactuar con los estudiantes, pero lamentablemente esa es la intención de muy pocos”, pues hay profesores que no desean cambiar, ya sea por tiempo o por disposición. En esta fase del proyecto, Díaz está ideando cómo los mapas mentales pueden acoplarse en función al modelo de aprendizaje de los estudiantes, pues la forma en que los teóricos hacen sus mapas es muy diferente a la forma que lo realizan los pragmáticos. Por otro lado, el docente y director de Ingeniería Ambiental quiere crear el plan curricular de esta carrera bajo una lógica de mapas: “no hay plan de estudios en Colombia diseñado en función al cerebro de los estudiantes”. Según Díaz, tampoco hay interrelación entre las materias que los estudiantes cursan, lo cual dificulta, en gran medida, que lo visto en la Universidad realmente quede en el cerebro de los estudiantes. Sin embargo, el docente manifestó que esta decisión es de carácter ejecutivo, lo cual dificulta su realización: “El problema es que a la mayoría de las personas no les gusta pensar”, concluye.

La generación de valor        desde el marketing Robinson Bohórquez Duarte

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l estudio de los mercados siempre está vigente. Tanto así que la Real Academia Sueca de las Ciencias le otorgó el Premio Nobel de Economía 2014 al francés Jean Tirole “por su análisis sobre el poder de los mercados”. Por esta razón, dos investigadores y docentes de la Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables de la Universidad Central tienen una propuesta encaminada, precisamente, a discutir y dar bases académicas en el marketing.

Los profesores e investigadores Fernando Ernesto Martínez Díaz y Carlos Eduardo Cortés Camacho son los creadores de un proyecto de investigación formativa llamado “Generación de valor desde el marketing”, que pretende identificar y relacionar, desde un enfoque de “orientación al mercado”, los procesos para la generación de valor, en los que tienen como preocupación identificar el concepto de valor y sus aplicaciones desde los contextos académicos, filosóficos, psicológicos, económicos y administrativos, además de precisar los fundamentos y alcances del marketing orientados al mercado. Por otro lado, la investigación también está enfocada en categorizar el sentido mercadológico del concepto valor, con el que relaciona sus significados y los alcances de otras tradiciones académicas.

Fernando Ernesto Martínez Díaz, uno de los investigadores del proyecto, comenta que “la generación de valor en el marketing manifiesta que el enfoque general de la investigación está dirigido a la contextualización del valor, desde el punto de vista de diferentes disciplinas, teniendo en cuenta que este concepto se puede tomar en la óptica objetiva o subjetiva del marketing, siempre con la claridad de cuál va ser su teoría de valor”. Teniendo en cuenta lo anterior, un primer texto que fue entregado por los investigadores a la Universidad Central para presentar la propuesta investigativa aclara que los valores pueden considerarse desde dos perspectivas: la subjetiva y la ontológica. Según la visión subjetivista, los valores son realidades personales y, por lo tanto, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes los crean y atribuyen, dependiendo del grado de beneficio que perciban en el objeto valorado. La perspectiva objetivista explica que el valor es aquello con que se identifica cada cosa. Según el profesor Martínez Díaz “el marketing corresponde a un concepto que busca el bienestar de la sociedad, pues permite que las diferentes organizaciones puedan crear intercambios nexos: gaceta de divulgación científica n°.

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Los valores son realidades personales y, por lo tanto, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes los crean y atribuyen, dependiendo del grado de beneficio que perciban en el objeto valorado.

para suplir sus necesidades. En ellos, las organizaciones que no logran hacer intercambio con sus consumidores, no tienen ninguna perspectiva, no tienen ningún futuro”. Debido a que, en la actualidad, la competencia es supremamente fuerte y las organizaciones deben tener en cuenta mecanismos, no solo para conquistar usuarios, sino también para retenerlos, el marketing cumple un papel fundamental. En este sentido, lo que les llamó la atención a estos dos investigadores es que, estando en la carrera de mercadología, debían tener la capacidad de llegar a la parte epistemológica del marketing, en la que, como señala el profesor Martínez, “una de las realidades es que la gente, cuando va comprar algo, previamente le ha dado un valor, y cuando hay mucha competencia, el problema es ¿qué compra, qué va a elegir de las diferentes alternativas? La que será elegida es aquella en la que la organización le ha generado a ese consumidor el máximo valor”. Tratar de indagar sobre ese origen de valor en los consumidores es el objetivo de este proyecto. “En la actualidad, el marketing se ha vuelto una función de tipo organizacional, es decir, ha dejado de ser solo para empresas con ánimo de lucro, para entrar a empresas de todo género. Por eso, se habla más de organizaciones que de empresas; de tal manera que los conceptos se han venido clarificando para darle cabida a organizaciones que no tienen ánimo de lucro, pero que requieren, dadas las situaciones del mercado, que se haga marketing en función de darle sostenibilidad”, argumenta el profesor. La investigación es de tipo analítico‑descriptivo y puede considerarse como cualitativa de carácter exploratorio, ya que analiza el valor y su generación desde el enfoque de orientación al mercado, en la que los investigadores utilizarán las siguientes técnicas de recolección de datos: el análisis documental, el estudio de caso y el grupo de discusión.

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Universidad Central • Coordinación de Investigación

• El análisis documental: permitirá obtener información sobre diferentes fenómenos, sean en orden histórico, psicológico, sociológico, económico, etc. • El estudio de caso: pretenderá tener uno o varios escenarios de observación y seguimiento del fenómeno de intercambio, tomado en su contexto, de tal manera que permita estudiar las interrelaciones naturales entre este y el valor. • El grupo de discusión: se utilizará para entablar conversaciones cuidadosamente planeadas en torno a los hallazgos investigativos, de tal manera que, al relacionarlos, se produzcan otros y se logre obtener interpretaciones coherentes y específicas que permitan identificar los procesos para la generación de valor desde el marketing. Finalmente, la participación de los estudiantes será fundamental, pues actuarán como observadores de los casos de estudio seleccionados y en la conformación de grupos de discusión en torno a los hallazgos investigativos.

Las masculinidades de hoy Fernanda Gutiérrez



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l grupo de investigación Conocimiento e Identidades Culturales, del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco), lleva varios años trabajando en temáticas relacionadas con la cultura en Colombia y en toda Latinoamérica, partiendo de dos referentes: por un lado, los diferentes conocimientos que circulan en las grandes culturas y, por otro, las identidades que configuran los sujetos que las habitan, centrándose, principalmente, en la relación que se teje entre poder y cultura. El profesor Manuel Roberto Escobar asumió la dirección de este grupo de investigación desde febrero de 2015.

Fotografía: guianifantil.com.

‘Machos en Bogotá’: masculinidades afirmativas para una cultura de paz” es el nombre del proyecto que actualmente adelanta el grupo de investigación Conocimiento e Identidades Culturales, en cabeza del profesor Manuel Roberto Escobar. Con este, se busca afectar subjetividades por medio de la imagen, partiendo de la realidad actual del país.

El actual proyecto de investigación‑creación, “‘Machos en Bogotá’: masculinidades afirmativas para una cultura de paz”, se desarrolla con base en dos maneras contemporáneas de hacer arte: audiovisual y mapping. Esta última es la técnica en la que se proyectan diferentes imágenes sobre diversos espacios, junto con efectos tanto visuales como sonoros, teniendo como producto final una instalación resultante de un gran proceso de investigación, referente a las diferentes sensibilidades que abarcan los modos de ser hombres actualmente, que se alejan de la perspectiva guerrista y violenta que prevalece en la sociedad de hoy.

Para el profesor Escobar, tener como producto final la realización de una instalación sirve para tomar parte de otras disciplinas y enriquecer su labor: “Es un proyecto que lo inscribimos como de creación. Yo no soy artista, pero yo sí creo que la expresión artística y estética es algo que podemos hacer todos y, en colectivo, aprender y apoyarnos. Además, los artistas pueden aprender un poco de investigación de nosotros y viceversa”. Este proyecto se ha convertido en un trabajo mancomunado entre una investigadora del grupo de jóvenes y profesores de diferentes disciplinas, pertenecientes los Departamentos de Cine, de Música y de Ciencias Sociales, entre otros.

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“Es un proyecto que lo inscribimos como de creación. Yo no soy artista, pero yo sí creo que la expresión artística y estética es algo que podemos hacer todos, y, en colectivo, aprender y apoyarnos. Además, los artistas pueden aprender un poco de investigación de nosotros y viceversa”.

Para Escobar, se trata de una apuesta que no está encaminada a la investigación y realización de un artículo escrito, sino a obtener como resultado un trabajo audiovisual que impacte y llegue a los sujetos: “Imaginarnos en algunos de los escenarios públicos de la universidad, arriesgarnos a pasar alguna propuesta estética tipo mapping, donde, sin el discurso escrito ni el taller, sino por medio del arte, por medio de una pieza visual y sonora, el transeúnte que esté pasando pueda entender que existen íconos de la masculinidad guerrerista que Fotografía: Mindo Cikanavicius, de la serie Bubbleissimo, www.mindo-c.com.

podrían ser replanteados y que puede haber otros íconos también guerreristas pero reflexivos o menos violentos; es decir, una forma más variada de ser masculinos y orientada a reflexionar un poco en el hecho de que los procesos de convivencia futuros parten de nosotros también”. El proyecto está enfocado en la configuración de otro tipo de masculinidad. Se parte del momento coyuntural que vive el país debido a la firma del tratado de paz que se discute en La Habana (Cuba). Se trata de pensar un poco en las acciones cotidianas, en la perspectiva de guerra implícita en estas acciones con las que se han construido las subjetividades, especialmente de los hombres en Colombia. Para el profesor Escobar, se deben tejer nuevas formas de convivencias culturales. “La preocupación, en este caso, es por la identidad de género. Casi siempre que decimos género, pensamos en mujeres. Pero el género también nos toma a los hombres. Entonces, si estamos entrando en estas dinámicas de posconflicto, tenemos que empezar a construir y a tejer formas culturales en las que el asunto de la convivencia de personas diferentes y lo que llamamos paz empiecen por las formas diarias, por la cotidianidad, no solo por la firma del acuerdo de paz, sino por las formas en que nos relacionamos en las ciudades, en las familias, en los distintos territorios. Debe empezar por los hombres que, en particular, hemos animado la guerra”.

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Históricamente, la guerra se ha configurado como la ideología de muchos pueblos alrededor del mundo y ha estado ligada fuertemente a la masculinidad. Culturalmente, Colombia se ha conocido por ser un país violento, en el que la guerra se convierte en el mecanismo principal para solucionar muchos desacuerdos. Según el profesor Escobar ahí radica todo: “Es tratar de afectar lógicas, como que la menor discusión se resuelve a gritos o a golpes, para demostrar quién es más o también afectar lógicas relacionadas con que la experiencia más gozosa de la familia pasa por nuestras maneras paternales, y no solo dejárselas a nuestras mujeres, o responder por nuestros hijos, o por entender que somos hombres provenientes del campo, o afros en Bogotá, o que eso implica unas nuevas maneras de relacionarnos en la ciudad y también unas historias particulares de memoria de la guerra”. Por medio de la estética, el proyecto intenta poner a la gente a pensar, que logre hacer su propio análisis sobre cotidianidad, guerra y masculinidad, lo que el profesor Escobar define como afectar sensibilidades: “Entonces, lo que se busca es que a través de una perspectiva estética intentemos afectar, por lo menos en Bogotá, sensibilidades masculinas para ponernos a pensar qué tanto hemos interiorizado prácticas bélicas de guerra en nuestras formas cotidianas”.

Fotografía: Marcelo Monreal, collage digital instagram.com/marcelomonreal.

Y agrega: “Esto, con la idea de que todos los procesos de posconflicto nos atraviesan, que no somos ajenos a eso. Es un poco pensar en que, primero, en Bogotá convergemos muchos hombres, que venimos de distintas regiones. Muchos vienen con vivencias de la guerra. Son ciudadanos que pasan por la calle y traen un montón de historias, de experiencias, de huellas y cicatrices que nos hacen, digamos, hombres masculinos, de una cierta manera. Entonces, debemos ponernos a pensar en eso y afectar sensibilidades”. Para Leonardo Gutiérrez, sociólogo de la Universidad Santo Tomás, se trata de transformar las dinámicas de lo que ser hombre significa: “Me parece que el proyecto es interesante en un sentido específico y es el hecho de resignificar el tema del género dentro del conflicto. Desde su nombre, ya nos plantea la necesidad de resignificar el papel del hombre dentro del mismo, la necesidad de reconocer el papel del hombre como

víctima y victimario. Por ejemplo, son los hombres los que van a la guerra y para quienes, desde niños, existe un modelo de guerra a partir de sus juegos y de los contenidos informativos comunicativos. Desde entonces, ya lo están perfilando a uno como un sujeto encaminado a la violencia”. Y complementa: “En ese momento, por medio de juegos bélicos, uno crece y debe preocuparse por ir a prestar el servicio militar obligatorio y ya se marca como un agente para la guerra por el género y sin justificarlo se manifiesta en comportamientos de género, agresiones, violencia psicológica, agresiones que expresan un modelo social patriarcal y es allí cuando encara el conflicto y a la solución pacífica del mismo. Es un imperativo concebir nuevas masculinidades, para sobrepasar ese concepto de feminismo y machismo y, por ende, los modelos de comportamiento según cada género. Los hombres también podemos amar, proteger, cuidar, brindar afecto”.

... se trata de transformar las dinámicas de lo que ser hombre significa.

Asimismo, para José Moreno, diseñador gráfico de la CUN, el manejo y la importancia que se le da a la imagen expresada en la instalación es un mecanismo para que el mensaje llegue de mejor manera: “El uso de la imagen, de lo audiovisual, se convierte en una forma mucho más dinámica y atrayente para que los sujetos absorban el mensaje y tomen una actitud crítica con respecto a la problemática que se les presenta, ya que la imagen llega a todos”. Es así como “‘Machos en Bogotá’: masculinidades afirmativas para una cultura de paz” se convierte en una nueva forma de entender las subjetividades masculinas.

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Investigador de la UC indaga sobre la historia de la sociología en Colombia Camilo Insuasty Obando

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aime Eduardo Jaramillo lidera un proyecto de investigación en el que se retrata el paso de la sociología por Colombia. “Los estudiantes de ciencias sociales en Colombia (1959-1974); escenarios e hitos de su socialización académica y cultural” es un proyecto de investigación realizado por Jaime Eduardo Jaramillo, sociólogo de la Universidad Nacional y magíster en historia de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente, es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Central. La investigación se enmarca específicamente en la primera facultad de sociología en la historia del país. Dicha facultad nació en la década de los años sesenta en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. De ella, se han analizado las dinámicas sociales, culturales y políticas que la rigieron, así como el contexto nacional de los años sesenta. En ese momento, ocurrió lo que se llamó Frente Nacional, proceso en el que los partidos tradicionales —a saber, conservador y liberal— alternaban la presidencia de la república cada cuatro años, sin dar lugar a otras manifestaciones políticas. En ese mismo periodo histórico, se gestaba la revolución cubana y fenómenos internos, como las repúblicas independientes de Marquetalia. Las ideas socialistas llegaban y hacían eco en el pensamiento de las universidades,

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Camilo Torres. Fuente: http://www.americateve.com/.

especialmente en las públicas, lo que constituyó, según Jaramillo, “la dimensión histórica de la sociología en Colombia” en la década de los sesenta.

Este sociólogo precisó que su investigación es de carácter cualitativo, ya que muchas de las fuentes corresponden a material histórico, como la revista Frente Unido, la cual fue creada por Camilo Torres. Respecto a la base testimonial del proyecto, se fundamentó en 21 entrevistas semiestructuradas realizadas por estudiantes de sociología de aquella primera facultad. Basándose de dichos testimonios, Jaramillo clasificó a los estudiantes en tres categorías. La primera es la participación porcentual de género, pues el 60 % de estudiantes, no solo de sociología, sino de todo el campus universitario, eran hombres, frente a un 40 % de mujeres. Este promedio se mantuvo hasta la década de los ochenta, lo que evidencia las dificultades que aún tenían las mujeres para entrar a la universidad. La segunda es la procedencia, pues la facultad ha logrado reunir estudiantes de todos los rincones del país: Antioquia, Costa Atlántica, Tolima, Meta, Amazonas, Nariño, Santander, entre otros. La importancia de la multiculturalidad en la academia, según Jaramillo, consistía en la retroalimentación de todo lo que acontecía en las distintas partes del país, las costumbres, dialectos y culturas. La tercera, y no por ello la menos importante, fue la cronología estudiantil, pues la investigación hace una clasificación generacional de los estudiantes que pasaron por la facultad. El primer grupo, base de la investigación, es denominado Fundadores (1959‑1964); la segunda generación es un grupo denominado por el mismo Jaramillo como sesentaiochistas (1968‑1971). Esta se vio influenciada por los movimientos estudiantiles franceses y personajes como Camilo Torres, que impartía cátedra en la Universidad Nacional de Colombia, cátedra a la cual pertenecía Jaramillo. Como lo afirma el profesor Jaramillo, “esta no es cualquier facultad”. Asimismo, explica que no era cualquier Colombia la de ese entonces. La aparición de movimientos guerrilleros sellaría la entrada

al conflicto armado, el cual perdura hasta la actualidad. Frente a ese momento particular de la historia colombiana, Jaramillo, como investigador, desarrolló lo que llama “un análisis macro- y microsocial” que abarca las causas de los procesos de violencias y cómo estas fueron estudiadas desde la academia. En este sentido, no se debe dejar de lado que la creación de las entonces denominadas redes académicas —creadas por Camilo Torres y Orlando Fals Borda— entrelazaba las universidades de Colombia con otras de Latinoamérica, Norteamérica y de Europa del este. De esta manera, se creó una comunidad académica internacional. Asimismo, el profesor Jaramillo resaltó que para la historia colombiana es importante “conservar la memoria histórica de una facultad que revolucionó la academia colombiana y de los logros alcanzados por la notable influencia de la sociología en el país en la década de los sesenta”. En este sentido, afirma que en la actualidad es primordial que “las ciencias sociales de hoy en día se analicen a sí mismas y hagan un ejercicio retrospectivo de su misma historia para lograr así su resurgimiento”. El docente nos respondió algunas preguntas.

¿Cómo y hasta qué punto se deben involucrar las emociones en los estudios sociales?......................... Pienso que los seres humanos somos sujetos racionales y, a la vez, emocionales. Estamos movidos más de lo que creemos también por emociones como odio, amor, resentimiento, ambición y poder. El objeto de las ciencias sociales es evidenciar todo eso que sentimos y, de otra parte, tratar de explicar cómo se relacionan con procesos sociales y políticos.

¿En qué fenómeno y contexto político se encuentran los estudiantes de las ciencias sociales en la actualidad? .... Pienso que en las nuevas generaciones hay una preocupación renovada por la memoria. Eso me parenexos: gaceta de divulgación científica n°.

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Para conocer las realidades, hay que ponerse las botas, hay que untarse de barro, hay que recorrer los barrios, hay que reconocernos en nuestra geografía.

ce positivo. Por la memoria de las víctimas, de los desaparecidos, pero también por la memoria de la academia, de los maestros. Ahora presiento, como profesor ya muy antiguo, que a veces hay pereza por la lectura. Yo creo que la lectura, sea en computador o en libros, no importa en qué sea, pero el estudio de textos y la argumentación es fundamental para crear, yo diría, un comunicador, un científico social; en esa parte me parece que ha habido cierto retroceso en la universidad.

¿Pueden las distintas facultades de ciencias sociales de la actualidad lograr la misma incidencia de las facultades de los años sesenta? Bueno, es otro contexto. Tal vez ya no existe la centralidad que hubo en la Facultad de Sociología en aquella época. Es difícil ser ya un Orlando Fals Borda. Pero yo pienso que está más a nivel regional, me refiero a la Universidad de Antioquia, la Universidad del Valle, la Universidad del Atlántico o la Universidad Nacional. Creo que hay una vinculación a procesos quizás más que nacionales, regionales. Por ejemplo, conozco la Universidad del Valle, vinculada a procesos indígenas organizativos. Entonces, creo que continúa esa vinculación, tal vez más a nivel regional, y quiero señalar el papel de los académicos de ciencias sociales, por ejemplo, con el actual proceso de paz.

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¿Sigue considerándose la sociología como una ciencia incómoda? Sí, cuando dice cosas que no le gustan al establecimiento. Pienso en Alfredo Molano, cuando dice que a ciertas personas les parece una ciencia incómoda.

¿Qué tan cercano estuvo Orlando Fals Borda en su formación académica y cómo influyó personalmente en usted? Enormemente. El maestro Orlando Fals Borda fue y sigue siendo un importante ícono y referente, no solo para los estudiantes de sociología, sino de todas las ciencias humanas y políticas. De él aprendimos ese concepto de unas ciencias sociales y humanas sentipensantes, es decir, de nuestro quehacer como científicos sociales comprometidos con las realidades que estudiamos y de las que hacemos parte. A través de él, conocimos del valor del método de investigación cualitativo, de la investigación‑acción participativa, en la que el investigador y los sujetos de estudio se entrelazan estrechamente. Para conocer las realidades, hay que ponerse las botas, hay que untarse de barro, hay que recorrer los barrios, hay que reconocernos en nuestra geografía. También de Orlando Fals aprendimos a ver con otros ojos las formas de organización, como las Juntas de Acción Comunal y la importancia de las regiones y del territorio, de la necesidad de los planes de ordenamiento territorial como herramientas efectivas para superar la exclusión e iniquidades, temas tan importantes para una Colombia que quiere vivir en paz. Hay dos generaciones vitales en el estudio de la sociología colombiana: los fundadores (1959-1964) y la generación del 68 (1968‑1971) ¿Qué preservó la generación de los noventa de aquellas facultades anteriores y cuál era el contexto sociopolítico al momento de cursar su carrera?

Edificio Orlando Fals Borda, Sociología Universidad Nacional. Fuente: commons.wikimedia.org.

Se dice que la generación de los ochenta y noventa fue una generación perdida. El movimiento estudiantil atravesaba por un período de reflujo. Pero hay que entender el contexto. Eran las décadas de un nuevo episodio de guerra sucia en el país, de la persecución y asesinato de miles de líderes sociales de oposición e, incluso, estudiantes. No obstante, en la facultad se mantenía, entre algunos profesores y estudiantes, una dinámica de pensamiento y acción participativa en torno a los más cruciales temas sociopolíticos del país. A nivel estudiantil, veníamos enfrentando la reforma universitaria contenida en la Ley 30. Los referentes ideológicos y políticos de las décadas anteriores aún se manifestaban en algunos estudiantes y los profesores creíamos que la teoría no podía ser efectiva sin una práctica transformadora de los problemas sociales.

¿Qué papel deben jugar las ciencias sociales bajo el actual marco del proceso de paz en Colombia? Hoy, en el marco del proceso de paz, las ciencias sociales están llamadas a recuperar el papel protagónico de las décadas anteriores. Deben volver a involucrarse de manera participativa en el quehacer del proceso de paz, no desde una distancia cómoda para no comprometerse. Todo lo contrario, las cien-

Orlando Fals Borda. Fuente: alchetron.com.

cias sociales deben dar cuenta de los problemas sociales que han dado origen a un conflicto de más de cincuenta años. Para ello, deben ponerse en la piel de sus protagonistas. Están llamadas a contribuir además con la proposición de alternativas y salidas a esas causas originarias del conflicto, pensarse en serio unas políticas públicas que permitan superar las realidades sociales que originaron la guerra y, para ello, hay que comprometerse, hay que ser académicos críticos y sentipensantes, como nos enseñó el maestro Orlando Fals Borda.

¿Qué aspectos considera que se han perdido en la Universidad Nacional al compararla con la época dorada de los años sesentas y setentas? Quizá la efervescencia, el calor, la pasión, la crítica, pero también el compromiso con el que se abordaban los estudios y vida social al unísono. Pero cada época tiene y teje su propia historia y también de los momentos de crisis se aprende. Hoy echamos de menos una academia más comprometida y menos indiferente con los problemas sociales y políticos del país. Necesitamos con urgencia darle vida a un semillero de pensadores críticos y comprometidos que formulen propuestas para la construcción de un nuevo país.

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Perfil

“Es posible soñar con la literatura”: Aleyda Gutiérrez Luisa Victoria Álvarez Gómez

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leyda Gutiérrez Mavesoy, docente del Departamento de Creación Literaria de la Universidad Central y líder del grupo de investigación Heterolalia, se vinculó a la Universidad en agosto de 1997 y ha sido una de las profesoras que ha trabajado en la formalización de los programas académicos de pregrado, especialización y maestría en creación narrativa y literaria.

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Profesora Aleyda Gutiérrez Mavesoy. Fotografía: Fernando Rosas.

a profesora Gutiérrez estudió Filología en Idiomas en la Universidad Incca de Colombia. Posteriormente, realizó la Maestría en Literatura Hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo y, en el año 2011, decidió realizar su Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad São Paulo de Brasil. En el 2014 volvió a la Universidad Central, dispuesta a trabajar en el fortalecimiento de las capacidades investigativas de la Universidad, enfocadas en los procesos de investigación‑creación.

Pasión por la literatura La profesora Gutiérrez nació en Florencia, Caquetá, pero ha vivido en Bogotá desde los ocho años. Es de origen mestizo. Su padre es paisa, de Guática, Risaralda, y su madre es mestiza, de origen inca. Aun así, no habla su lengua y nunca ha vestido como los incas, porque no fue educada dentro de esa cultura.

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Habla español, inglés y portugués y lee en francés, aun sin tener un dominio total de él. Desde niña, su padre la involucró en el mundo de los libros, y su madre, hija de indígenas, en el de los sueños y la fantasía. La profesora comenta que su madre aún habla con los perros, con las palomas, y es ese poder de la imaginación el que ella intenta conservar a través de la literatura: “De niña yo estaba convencida de que mi mamá tenía ese poder de comunicarse con los animales, de sanarle a uno con hierbitas. Todas esas cosas del mundo indígena… De la posibilidad de la imaginación… Y eso es lo que intento conservar de mi madre. Todo el amor

por los libros, por leer, lo conservo de mi padre, entonces de ahí nace un poco mi pasión por la literatura”.

La importancia de escribir Su horario biológico quedó sincronizado con el horario de Brasil, así que escribe desde las 4 hasta las 8 de la mañana, porque en ese país se acostumbró a trabajar desde las 7 a. m. Considera que es el horario perfecto, pues le permite escribir en silencio y concentrada. Para ella, la necesidad de escribir se aborda en tres niveles: el primero es poder comprender una experiencia personal que no haya podido darle total sentido o comprender una emoción, un sentimiento, una experiencia del mundo de afuera. El segundo es la necesidad de conocer ese mundo en el que ella habita, y entonces está la mediación de los libros. Es esa la necesidad del conocimiento, de entender un concepto: el de amor, el de género y demás. Y el tercero es una especie intermedia entre la experiencia y el conocimiento, una mirada crítica del mundo, una valoración, una posición propia del mundo en el que vive.

Publicaciones Gutiérrez ha publicado diversos ensayos, pero aún no ha logrado llegar a escribir literariamente lo que la satisface, pues, para ella, la escritura es muy distinta a la publicación: “Hay dos niveles, una cosa es escribir por necesidad, básicamente lo hago a diario, y otra cosa es escribir para publicar, pensando en qué es lo que se va a presentar”.

Cuando escriba una obra narrativa que pase la prueba del jurado, que es su madre, ese día pensará seriamente en publicarla, pero hasta el momento lo que ha creado nada le ha gustado a su mamá, puesto que no las entiende. “Todavía tengo mucha teoría en mi cabeza y eso me ha dañado el estilo, la lectora fija es mi madre y aún no escribo nada que le guste”, añade.

Una anécdota “Cuando yo estaba muy sola en Brasil, porque la soledad es dura, me inventé un personaje y entonces ese personaje lo llevo del supermercado a mi casa. Es un osito de peluche de un tamaño mediano, llamado Pepe. De hecho lo bautizó mi madre, y duerme conmigo y habla ‘portuñol’. Cuando me conectaba por Skype para saludar a mis sobrinos, Pepe los saludaba también y les hablaba ‘portuñol’; una de mis sobrinitas, de 9 años, me preguntó: ¿Pepe es real?, y yo, ¡maravilloso!, logré ser como mi madre un poquito, logré imaginar y eso me hizo sentir no tan sola. Y él es muy real, tengo fotos de él, asiste a las reuniones familiares ahora, a los cumpleaños, porque es muy real para mi familia y para mí. Lo que hace la literatura básicamente es hacer posible soñar y eso es un poder”.

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Perfil

Lenguaje entre sujeto‑máquina: la clave del ingeniero mecánico Diego Cárdenas

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liex Trujillo, profesor de la Facultad de Ingeniería, nos cuenta su trayectoria académica.

Profesor Aliex Trujillo. Fotografía: Fernando Rosas.

En principio, el corpus de su investigación fueron las entrevistas: qué hacer con ellas desde el análisis semántico. 24

Después de haber sido profeta en su país, encabezando varias movilizaciones sociales en Cuba, Aliex Trujillo, ingeniero mecánico, se radica en Colombia en el año 1998. Aquí se convierte en uno de los profesores e investigadores más importantes de la Universidad Central y ficha clave para el lenguaje entendido como la formación para un acceso a la cultura dentro de la ingeniería mecánica. En 2004 inició la Maestría en Educación y Desarrollo Humano en la Universidad Pedagógica. Su tesis fue premiada, debido a

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que buscó un sistema de escritura que le diera centralidad al lenguaje. Trabajaba con un grupo de investigación de las universidades Central y Nacional. Lo primordial era lograr entender el lenguaje como una herramienta poderosa para la investigación en ingeniería. “¿De qué manera se enseña ingeniería si no es desde el lenguaje? Los maestros antiguos enseñaban el arte sin lenguaje. Si un ingeniero arma un motor debe saber decir cómo lo creó”, afirma Trujillo. Inició las prácticas pedagógicas para estudiantes del programa de Ingeniería Mecánica de la Universidad Central, a través de un proyecto apoyado por el Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco), que hace parte de la misma universidad. Según el profesor Aliex, la formación se da en el lenguaje y, por esto, sus alumnos deben escribir y leer más. En el año 2007, Trujillo recibió el título de magíster, por lo que le fue otorgada una beca para iniciar su tesis doctoral, llamada El sujeto técnico en el discurso oral.

Su doctorado En 2012 Trujillo inició su estudio doctoral en la Universidad Pedagógica, la cual se llamó, en principio, El sujeto técnico en el discurso oral. Su tesis ha tenido varios cambios dentro de la investigación, que, al igual que la maestría, analiza el lenguaje, pero ahora desde un punto de vista más profundo. Busca entender las relaciones en el mundo alrededor del saber, ahondando en el vínculo que puede haber entre sujeto‑máquina y el lenguaje que allí existe. Dentro del programa para el doctorado, el profesor Aliex tenía que cumplir con diez semanas de estancia internacional con el fin de formar una red de investigadores para intercambiar conocimientos de este tipo de estudios. Por ello, regresó a Cuba, donde realizó todo lo requerido para su exploración. Fue recibido extrañamente en su país, debido a que allí nadie regresa en plan académico sino turístico. A su padre, sus amigos le decían que su hijo fue desleal con el Gobierno cubano, por haberse ido de la isla. Sin embargo, Trujillo no se dejó afectar por esto. Piensa que es importante regresar para entender de qué cosa es efecto. “Hay otros que vuelven a Cuba por folclorismo y nostalgia, un poco enfermizas, que no les permite separarse de ciertas cosas”, afirma el profesor Aliex. En principio, el corpus de su investigación fueron las entrevistas: qué hacer con ellas desde el análisis semántico. “El sujeto técnico en el discurso oral es el entrevistado. Quiero saber quién es esa voz, qué busca, qué valoraciones realiza, y lograr romper esa subjetividad que invade al mismo sujeto técnico, en asuntos de la ingeniería y producción”, dice Trujillo.

Guillermo Bustamante, director de su doctorado, extirpó su proyecto investigativo. Aliex cayó en una profunda crisis que lo hacía pensar en desistir. Afortunadamente entendió que, si estaba estudiando a ese nivel, debería sacar lo productivo de la situación académica por la que estaba pasando. El corpus de su investigación, la pregunta y hasta el nombre, fue reinventado por el profesor Trujillo. Él piensa que fue correcto que le hayan “quitado el piso” en el momento en que presentó los avances de su tesis doctoral. Tenía que despojarse de muchos prejuicios y regurgitar sus conocimientos para lograr un buen resultado. Su actual investigación se llama Formación: máquina, campo y discurso. Trujillo se centra en la investigación de la máquina como un juego del universo simbólico. Considera que el lenguaje y la formación académica es la vía de acceso a la cultura y que, de allí, procede la capacidad y la potencialidad. “El acceso a la cultura es un acceso a lo simbólico y la simbología se realiza en el lenguaje. Es entonces en dicho lenguaje, donde verificó un campo intelectual”, afirma Trujillo. Según él, uno de los agentes de la formación en la universidad es el profesor, con enunciados, unas veces demostrando y otras mostrando, haciendo diseñar en el ciclo que guía su disciplina y profesión. “Tenemos actos de lengua en el diseño, en la norma, en el modelado, en el prototipo, en la

eficacia, en el adiestramiento y en la incompletitud. Estos actos de lengua son de declaración, de requisición, de compromiso, de decisión, de aseveración, de predicción, de hipótesis y de afecto. En la academia, el profesor ingeniero usa palabras para formar en ingeniería a un grupo de singularidades. En su trabajo, el profesor alterna al funcionario con el expositor del saber, produciendo una falta de ese saber en sus alumnos, para que el saber sea deseado”, dice el investigador Trujillo. Espera que su doctorado sirva para comprender mejor cómo son las relaciones en el mundo, alrededor del saber, para mejorar el mismo mundo. “Si usted comprende mejor qué tiene en sus manos, el efecto va a ser positivo. De lo contrario, se estaría perdido. Sin embargo, lo más grave es creer que no se está perdido. La razón de ser del campo son las pugnas académicas”, puntualiza. Actualmente, cuatro profesores de la Universidad Central realizan maestrías en educación. Por ello, están formando un grupo de investigación dentro de la facultad de ingeniería: organizan eventos y foros académicos para estudiantes. Trujillo piensa que si la universidad gasta dinero en enviar a un profesor a un estudio fuera del país, debe asegurarse de que todos los centralistas se enteren de estos importantes proyectos. Calcula que su estudio doctoral terminará a finales de este año.

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Reseñas

Una reinvención del pensamiento juvenil Diana Lorena Pulido

Inventudes

Tras una experiencia de creación e investigación de jóvenes Título:

Inventudes: tras una experiencia de creación e investigación de jóvenes Autores: Uriel Espitia, Jorge Alberto Palomino Editorial: Ediciones Universidad Central: Secretaría de Educación del Distrito, 2013

Páginas: 228

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ensar en la juventud como un camino de conocimiento y reinvención es algo que para muchos pasa desapercibido por la irrelevancia del pensamiento juvenil. Sobre todo en la academia, es un asunto que, aunque se soslaya en ciertas intervenciones catedráticas, no pasa a un estudio más profundo, por considerarse que es una etapa en la que se carece de experiencia y razón. No obstante, aparece en el escenario académico una iniciativa que aboga por las juventudes, que pone en discusión sus perspectivas y formas de experimentar el mundo. Se trata de una propuesta que se gesta con investigadores adscritos al Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco), de la Universidad Central, y que, con el aval del Distrito, se configura en un proyecto de interacción y construcción de conocimiento con adolescentes de colegios públicos de Bogotá, a partir de sus propias experiencias y percepciones de su entorno. De este proyecto con los estudiantes jóvenes, surgió la edición del libro Inventudes, el cual reúne estos procesos de intervención y conocimiento con los bachilleres. Allí se muestran las actividades,

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reflexiones y los acuerdos a los que llegaron estudiantes, docentes e investigadores, en un marco de autoconocimiento que resaltaba las voces de los estudiantes para descubrir, con ellos, las falencias de las propuestas tradicionales de investigación y la reinvención de esos caminos de exploración que conducen a la discusión e investigación de temas de su interés. Lo anterior les propone a la academia y a la sociedad en general una mirada a la construcción de seres con plena consciencia de su entorno, teniendo en cuenta la importancia de generar espacios en los que los jóvenes puedan manifestar sus intrigas, miedos e ilusiones, sin caer en el rechazo, la opresión o la prohibición, aspectos comunes a los que ellos se enfrentan a la hora de externalizar sus sensaciones y pensamientos. Por ello, abordar estos ejercicios de intervención con los estudiantes fue un proceso que se trazó con cinco estaciones claves para el acercamiento a los jóvenes, a sus inquietudes y al emprendimiento de sus propias investigaciones. Dichas actividades constituyeron un espacio propicio para la actitud investigadora, a partir de los conceptos del habitar,

el vincular, el pensar, el proponer y el mostrar; una guía muy eficiente que configuró los procesos del pensar y el actuar en los jóvenes estudiantes. El libro nos lleva a hacer este recorrido por las cuestiones de los estudiantes, en ámbitos en los que no hubieran imaginado desarrollar sus pensamientos, pero que les dio la gran posibilidad de abrir sus mentes, conceptualizando sus ideas y poniéndolas en contexto. En palabras de Ángela Daniela González, estudiante del colegio República de Colombia, “Inventudes es un proyecto al cual los adolescentes le ponen mucho interés, ya que pueden dialogar alrededor de temas sobre los que no podrían hacerlo en alguna otra parte con otras personas”. Asimismo, los jóvenes crean sus propios espacios de reflexión y construcción de posibilidades que los llevan al desarrollo de su investigación. Empiezan por replantearse los temas que día a día los envuelven y se convierten en inquietudes que deben intentar resolver. Algunos de esos temas a los que se acercan los jóvenes desde una perspectiva analítica son la drogadicción, las barras bravas, la depresión, la tristeza, que se enmarcan en el abordaje de temas aislados como la muerte o la vida. Y es que, para arriesgarse a emprender este proyecto con los adolescentes, se necesitó el planteamiento de cuáles son sus búsquedas, el pensar qué tipo de estrategias diseñan para afrontar sus problemas y las situaciones que giran a su alrededor. Para ello, se debe tener en cuenta, como lo exponen Espitia y Palomino, que “las prácticas de lo juvenil deben ser problematizadas desde una perspectiva investigativa por los mismos jóvenes y no por ‘saberes expertos’. La base del entrenamiento que ofrece

De este proyecto con los estudiantes jóvenes, surgió la edición del libro Inventudes, el cual reúne procesos de intervención y conocimiento con los bachilleres Inventudes es la capacidad de avance en lo sensible como crítica y de la constitución de subjetividades cercanas a los que George Marcus define como ‘activistas imaginarios’”. Finalmente, Inventudes, que surge como un proyecto de investigación para la interacción y puesta en marcha de las inquietudes investigativas de los jóvenes bogotanos, se manifiesta en esta segunda edición para dar a conocer la experiencia, tanto de investigadores como de estudiantes. nexos: gaceta de divulgación científica n°.

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Nexos L

a gaceta Nexos es un medio de comunicación de la ciencia que se encarga de divulgar y difundir la investigación, creación e innovación producidas en la Universidad Central. Su propósito es entregar información veraz, oportuna y útil a la comunidad científica, los medios de comunicación y la sociedad.

ISSN: 2463-2430