Hace un rato me aburría y me puse a escribir. A veces escribo porque ...

Escribo porque, en algún salón de luces parpadeantes, en un vagón atestado de hipotecas por pagar o en una habitación llena de sueños decadentes, alguien ...
38KB Größe 21 Downloads 83 vistas
Hace un rato me aburría y me puse a escribir.

A veces escribo porque es la mejor forma de articular ordenadamente lo que habita en mi cabeza. Escribo porque a veces tengo la absurda creencia de que alguien puede estar interesado en lo que digo. Escribo porque no me queda otra. Escribo porque la tinta es más poderosa que la voz para combatir el olvido. Escribo porque me da la soberana gana. Escribo para no recoger ese mogollón de ropa tirada por el suelo. Escribo con la esperanza de cambiar mi mundo. Escribo porque las palabras también tienen derecho a que alguien juguetee con su espalda mojada. Escribo con el firme propósito de no decir nada interesante. Escribo como un cuñao en un domingo de barbacoa. Por las dudas, qué sé yo. Escribo como escribe la gente que ya lo ha escrito todo. Escribo porque me empodera pensar que nosotros también podemos.

Otras veces escribo porque es la única forma de señalar a una pantalla sin caérseme la cara de vergüenza cuando me preguntan a qué me dedico cuando trasnocho. Escribo aunque ya no quede nada por escribir. Escribo cartas de amor como si fueran las notas de versión de una aplicación de intercambio de parejas. Escribo como escribe aquél que no tiene nada que perder. Escribo porque se ha caído internet. Escribo porque aún no sé ni lanzar dardos bien, ni soy ducho en el arte del cóctel, ni tengo caderas dominicanas, y en esta vida hay que tratar de tener alguna cualidad que contar en las cenas familiares y a los chinos de Lavapiés mientras te dan el cambio. Escribo porque una hoja de papel nunca se pone impaciente, ni me dice que es tarde y que el metro cierra a la una y media cuando tardo quince minutos en buscar el adjetivo perfecto. Escribo porque, en algún salón de luces parpadeantes, en un vagón atestado de hipotecas por pagar o en una habitación llena de sueños decadentes, alguien muy parecido a ti me lee.

Joe, ojalá tuviera otra cosa mejor que hacer que escribir.