entrevista | 5
| Lunes 25 de marzo de 2013
El juez del momento repasa sus inicios, cuenta que podría haber sido un buen tenista y no duda de la transparencia del referato
Germán Delfino “De chico insultaba bastante a los árbitros” Textos: Carlos Beer | Foto: Emiliano Lasalvia
E
n esta casa de Olivos todo es rosa. Las que marcan el ritmo diario son las pequeñas Camila, Lara y Mora. Hasta se suma la inquieta cocker llamada Pelusa. Mamá Laura tiene en la panza al cuarto hermano de la familia, pero los padres prefieren el misterio. Entre tanta muñeca dando vuelta aparece papá Germán Delfino, futbolero de alma y el árbitro del momento. Repasa su vida y dice que jugó tenis de chico, que era bueno, que hasta jugó una final de menores con Mariano Puerta (“Me liquidó”), pero que no se dedicó. Que estudió a la vez arbitraje y periodismo deportivo (egresó del Círculo en 1999), pero que desde el principio se enamoró del referato. Que tuvo su pasado como jugador, y se define como “un defensor rústico, que pegaba alguna que otra patada”. Que, también, tuvo sus tiempos de hincha y, aunque gambetea la pregunta (“Mi equipo era la selección argentina”), recuerda con vehemencia sus tiempos desde la tribuna. ¿Vehemencia? Sí, mucha vehemencia. —¿Cómo eras como hincha con los árbitros? —De chico insultaba bastante a los árbitros. Entre los 16 y los 18, iba a la cancha a ver a mi equipo y bueno, los puteaba. Pero no desenfrenado, ¡eh! Un insulto normal, digamos. Pero no me acuerdo a qué árbitros puteaba. Hoy con las redes sociales estamos más expuestos. —Parecés de los menos expuestos: sos casi indiscutido hoy. —Es todo muy subjetivo, pero no me siento indiscutido. No le doy mucha importancia, pero uno se entera por lo que te dice el almacenero o mi viejo. Y a veces me critican y él se pone mal. Le digo: «No escuches más la radio, poné música, papá». Igual esto es la Argentina: acá hasta a Messi se lo discute. —¿Quién es hoy el mejor árbitro? —[Piensa mucho] Abal, Pitana y Loustau. Están bien posicionados para el Mundial y por algo es. —¿A los que dicen que vos sos el mejor qué les respondés? —Gracias, pero que se acuerden
cuando tengo algunos bajones. Esperemos que me pase poco. Siento que tengo credibilidad y eso hace que conmigo sean más contemplativos. Pero todo lo bueno se olvida en este país. Si Messi hace 10 goles en el Mundial pero erra el penal en la final, lo van a liquidar. —¿Dirigirías en otro país? —No, yo me quedo acá. Nada de ir a otro lado. Es un fútbol tan exigido que después es más fácil cuando uno va afuera. Hay cosas que hacen muy atractivo al fútbol argentino, en especial su paridad. Me encanta ver a Barcelona, pero no tiene gracia. Acá salen campeón Lanús, Argentinos, Banfield, y Unión le gana a Boca en la Bombonera. —¿Es bueno el nivel del arbitraje? —¡Por supuesto! En un torneo hay 190 partidos y los errores graves no llegan ni al 10%. Es muy poco. Pero somos el chivo expiatorio. No hay dudas. Nunca hay autocrítica de los jugadores y técnicos y, cuando la hay, dicen que jugaron mal, pero el árbitro hizo tal cosa. Me encantaría que alguien alguna vez diga: “Ganamos 1-0 con un penal que no fue”. A ése, cuando me critique, lo voy a valorar. —¿Cuál fue tu error más grave? —En un Gimnasia vs. Tigre cobré una mano de Galmarini, que no fue, y lo expulsé. Fue el tema de la semana. —¿Grabás tus partidos? —Los grabo y los veo para corregir errores. Son 200 decisiones y hay que hacer foco en las importantes. A veces critican porque cobraste un lateral y de ahí vino un gol, pero después del lateral hay un tipo que recibe solo, que se da vuelta y manda el centro y el delantero cabecea sin marca. —¿Te pararon muchas veces en tu carrera? —No, por suerte no. Pero bueno, son las reglas del juego, y cuando toca, hay que aceptarlo. No hay árbitro que no quiera echar o cobrar un penal. Es lo ideal, porque entonces en vez de ser el árbitro el foco de la semana el centro de atención pasa a ser la patada. Pero, bueno, los erro-
El mate y la meditación para cada respuesta: dos características de Delfino
La opinión sobre la mano de Carlos Luna ^b^b^ La controversia por la mano de Carlos Luna en Newell’s-River sigue. Esto opinó Germán Delfino de esa acción: “Hernán Maidana puede ser que la haya visto. O hasta el otro línea, que tiene una buena perspectiva. Lo más importante es que se hizo justicia y se evitó un mal mayor. Y se debe valorar lo que hizo Luna. Creo que la discusión no daba para tanto”.
res son inevitables. —¿Quiénes eran tus referentes en el comienzo de tu carrera? —Varios. Baldassi, Ángel [Sánchez] por cómo llevaba los partidos, Elizondo por su estampa, Ruscio por sus formas. —No sos de la época de la dicotomía entre Castrilli y Lamolina, pero ¿de quién habrías estado más cerca? —Por el número de faltas que cobro por partido estoy más cerca de Lamolina. Todo tiene que tener un equilibrio en la vida. Castrilli logró un respeto mediático con sus herramientas válidas. Yo creo que un buen árbitro utiliza la prevención y es válida a veces una sonrisa y a
veces la cara seria. —¿Creés en la transparencia del arbitraje? —Sí, el arbitraje es transparente. Hoy, con las cámaras ocultas, es muy fácil descubrir dónde hay trampa. Lo que creo es que debe de haber mucha fantasía sobre esto, y muchos intermediarios que aseguran que arreglan con el árbitro y se quedan con el dinero. Eso, lo del medio, debe existir. —¿Y las campañas? Hoy algunos sostienen que hay una campaña contra San Martín de San Juan y hasta su presidente lo afirma. –No existen campañas contra nadie. Si alguien me dice que sabe algo de esto, me quedo en mi casa y no dirijo más.ß