FAMILIA y felicidad un círculo virtuoso
María Elena Arzola G. Eugenio Cáceres C. ROSITA CAMHI P. Diego Farren G. James J. Heckman Andreas Hein W. Sergio Urzúa S. Eduardo Valenzuela V. prólogo cristián larroulet V.
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FAMILIA Y felicidad un círculo virtuoso
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FAMILIA y felicidad un círculo virtuoso PRÓLOGO:
EditorA:
CRISTIÁN LARROULET V.
ROSITA CAMHI p.
COLABORADOres:
María Elena Arzola g. Eugenio Cáceres c. ROSITA CAMHI p. Diego Farren g. Andreas Hein w. James J. Heckman Sergio Urzúa s. Eduardo Valenzuela v.
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FAMILIA y felicidad un círculo virtuoso I.S.B.N. xxx-xxxx-xx-x Registro Propiedad Intelectual N˚ xxxxxx Publicado en Santiago de Chile. Primera edición: octubre de 2007. © Fundación Libertad y Desarrollo Alcántara 498, Las Condes, Santiago. Teléfono (56 2) 3774800 E-mail:
[email protected] http://www.lyd.org
Diseño: Alejandra Urzúa Infante Impreso en Quebecor World Chile S.A.
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Índice
Prólogo Cristián Larroulet V.
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I. REALIDAD DE LA FAMILIA EN CHILE
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1. Tendencias de la familia en Chile Rosita Camhi P.
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2. La familia en Chile: bases para la definición de políticas públicas Eugenio Cáceres C.
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II. FAMILIA Y FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO
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3. Familia y habilidades como determinantes de logros 99 económicos y sociales James J. Heckman y Sergio Urzúa S. 4. Familia y logros escolares Rosita Camhi P. y M. Elena Arzola G.
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I II. FAMILIA Y CONDUCTAS DE RIESGO
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5. Padres involucrados y uso de las drogas: un análisis empírico Eduardo Valenzuela V.
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6. Familia y conductas de riesgo juvenil Andreas Hein W. y Diego Farren G.
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PRóLOGO FAMILIA Y felicidad. un círculo virtuoso.
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Por Cristián Larroulet V. *
La familia es la mejor escuela para enseñar valores a los niños, el lugar más adecuado para que desarrollen su inteligencia emocional y un arma eficaz para alejarlos de las conductas de riesgo. La familia tiene un rol fundamental en la formación de círculo virtuoso del capital humano de un país y en los futuros logros económicos y sociales de las personas. Asimismo, es fundamental en la creación de capital social gracias a lo cual los países son capaces de responder mejor a sus desafíos de convivencia y resolución de sus problemas. Todos queremos que nuestros hijos tengan mayores logros en la vida y estos se basan en el desarrollo de dos tipos de habilidades: las cognitivas, como lo son la inteligencia analítica y los conocimientos a cuya formación contribuyen tanto el colegio como la familia, y las no cognitivas, como lo son la inteligencia emocional, la disciplina y la persistencia, las que se desarrollan fundamentalmente en el seno de la familia.
* Economista Pontificia Universidad Católica de Chile, Master of Arts en Economía Universidad de Chicago, Estados Unidos. Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo y profesor de la Universidad del Desarrollo.
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Las diferencias en los logros que es posible obtener en la vida pueden estar influidas en gran medida por las características de la familia en la cual se han desarrollado las personas. Entre éstas, influyen tanto la condición social y económica de la familia como la estructura y los cambios que ella puede enfrentar a lo largo del tiempo. La evidencia empírica ha ido demostrando que la desintegración de la familia dificulta el logro de igualdad de oportunidades en los niños y trae más pobreza. Este es el enfoque que se le ha querido dar a este libro al
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cual han contribuido destacados investigadores y académicos, incluyendo dentro de ellos al Premio Nobel de Economía James J. Heckman, cuyas investigaciones acerca de los factores que influyen en la formación de capital humano van a la vanguardia mundial y en donde la evidencia es aún escasa en nuestro país, aun cuando en otros países ha sido ampliamente estudiada y debatida. Este enfoque resulta fundamental para desarrollar nuevas y mejores políticas públicas que fortalezcan a la familia de manera real, alejando la discusión desde el prejuicio de una u otra ideología y promoviendo su rol esencial en la sociedad. Desde hace algún tiempo, se observa en nuestro país una
tendencia cada vez más marcada a promover una mayor injerencia del Estado en asuntos de trascendencia familiar a través de instrumentos que han ido debilitando aspectos tales como el rol de los padres en la educación de sus hijos o en las posibilidades de opción por lo que crean más conveniente para ellos. La evidencia mundial muestra que estas políticas, sustentadas la mayoría en el Estado de Bienestar Europeo que ofrece protección en todos los aspectos de la vida de las personas, terminan desincentivando el rol que las familias y sus integrantes suelen ejercer. Ellas suponen modelos homogéneos de comportamiento familiar desconociendo además todas aquellas lealtades, solidaridades y obligaciones interpersonales que constituyen el entramado mismo de la vida familiar y civil. De este modo, se termina desplazando el rol de la familia por funcionarios y servicios estatales, des-
conociendo la diversidad de los aportes que la familia y las organizaciones intermedias de la sociedad han tenido en nuestra cultura y el la formación de capital social. En su primera parte, este libro hace un diagnóstico de la realidad de la familia en Chile y las tendencias que han ido ocurriendo en esta materia. A partir de esta realidad se plantean algunas propuestas para fortalecer su rol en nuestra sociedad.
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Las tendencias en materia de familia muestran cambios que se han ido acentuando en la última década. Los principales pueden resumirse de la siguiente forma: hogares más chicos, menos hijos, menos matrimonios, más convivencias, más hogares a cargo de una mujer, más separaciones y más nacimientos fuera del matrimonio. A ello se suma una sociedad que está envejeciendo y donde hay más personas que viven en hogares unipersonales. Aun así la familia matrimonial con ambos progenitores es el tipo de familia que predomina: cerca del 60% de los hogares está constituido por matrimonios, según el último Censo del 2002. Un mayor detalle de estos cambios se analiza en el primer capítulo, donde Eugenio Cáceres, investigador de la Universidad de los Andes, caracteriza la situación actual de la familia en Chile, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, dando cuenta de las transformaciones que esta ha experimentado en las últimas décadas. La sociedad chilena le asigna una gran importancia a la familia, lo que queda reflejado en diversas encuestas de opinión pública. Estas señalan que para la mayoría de los chilenos la familia es muy importante y la vía más valorada para alcanzar la felicidad de las personas, aun cuando también hay otros estudios que señalan que la familia hoy debe cumplir mayores exigencias y expectativas lo que ocasiona tensiones y problemas en su interior. Al analizar las principales tendencias demográficas en nuestro país, el autor concluye que estamos muy cerca de lo que se denomina invierno demográfico por la caída de la tasa de natalidad y fecundidad que hoy alcanza a 1,9 hijos por mujer, bajo lo mínimo
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necesario para la reposición de la población. Las tendencias familiares denotan cambios importantes en la composición de los hogares. Entre estos, destaca: familias más chicas con un promedio de 3,6 personas, un aumento de los hogares unipersonales o personas viviendo solas, los que alcanzan a un 12% del total, más parejas casadas o convivientes sin hijos (27%) o con un solo hijo (32,5%). Por su parte, a pesar de que la población le otorga alta valoración al matrimonio como compromiso para toda la vida, se registra una
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disminución de los matrimonios y un aumento de las convivencias, que han llegado a un 11% de la población total, así como un aumento de las nulidades que hoy representan un 11.5 por cada 100 matrimonios. También el autor analiza el comportamiento de la situación
de la mujer. Ha aumentado su participación en la población económicamente activa, que hoy alcanza al 37%, hay más mujeres con educación superior, constituyendo un 47% de la actual matrícula universitaria. Esto por su parte habría incidido en la menor tasa de fecundidad, que alcanza a 1,6 hijos para las mujeres que trabajan fuera del hogar y 2,7 para quienes permanecen en sus casas. Se registra una mayor proporción de jefas de hogar, 31,5% de los hogares según el último censo. La mayor aspiración de las mujeres por ingresar al mercado
laboral les ha generado un dilema importante. Una encuesta de opinión pública efectuada por Libertad y Desarrollo (2007) muestra que la mayoría de la población manifiesta una opinión favorable a que la mujer trabaje fuera del hogar, pero al mismo tiempo sin descuidar la formación y educación de los hijos, por lo que la principal aspiración parece ser el poder compatibilizar ambos aspectos. Los cambios en las familias plantean interrogantes que aún no tienen respuestas en términos de las políticas públicas que resulten más apropiadas. Así el autor plantea aquellas que se relacionan con ¿quiénes tendrán los niños necesarios para el desarrollo? ¿quién los criará? ¿cómo
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serán los hijos educados sin padre? ¿quién se hará cargo de los ancianos? ¿debe intervenir el Estado y cómo? A partir de esto el autor plantea bases conceptuales para definir políticas públicas familiares y efectúa algunas propuestas para nuestro país. Estas están orientadas principalmente a facilitar la integración familiar a través de una mejor interacción de los propios miembros de la familia, sustentadas en la educación, formación y orientación familiar. Estas políticas de-
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bieran sustentarse en aspectos que respeten y promuevan la autoridad de los padres en la educación de sus hijos, mantengan el rol subsidiario del Estado en esta materia, formar padres de familia idóneos y más espacios en la comunidad que faciliten la calidad de vida familiar. Por su parte, propone incentivar el rol de la familia como generadora del sustento demográfico del país, promover formas de conciliación de vida familiar y laboral, mayor flexibilidad laboral, vivienda digna que permita un desarrollo adecuado de la vida familiar, protección a sus miembros de adicciones como alcohol, tabaco y drogas, consolidar la institución matrimonial como base de la constitución familiar y potenciar el reconocimiento y ventajas para los hijos y la sociedad, de familias bien constituidas. Con el objeto de dar un orden de magnitud a las tendencias que se están registrando en Chile, en el segundo capítulo Rosita Camhi, investigadora de Libertad y Desarrollo, analiza las principales tendencias de la familia chilena, en términos comparativos con lo que ocurre en otros países de similar o mayor desarrollo que el nuestro. La tasa de crecimiento poblacional que alcanza a 1,2 personas por cada 100 habitantes nos sitúa al mismo nivel de otros países latinoamericanos como Argentina o Brasil y es inferior a lo que ocurre en EE.UU. (0.8), Noruega y Francia (0.4) o Irlanda (1.2). Por su parte, la tasa de fecundidad o el promedio de hijos por mujer que es actualmente de 1,9 hijos, bajo el nivel de reemplazo, resulta inferior a la registrada en otros países latinoamericanos como Argentina (2.4), México (2.5) o Brasil (2.2). Esto está incidiendo en un aumento del índice de vejez, donde
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se estima que de un total de 1,7 millones de habitantes mayores de 60 años el año 2002, llegaremos a 3 millones el 2020. Esto indudablemente planteará nuevas demandas a nuestra sociedad que hasta ahora no han sido consideradas con suficiente énfasis a nivel de las políticas públicas. Al analizar la conformación de los hogares en el país, se constata que la mayoría, cerca del 60%, están conformados por parejas casadas aún cuando en los estratos de menor nivel socioeconómico son mayores las convivencias (48% están casados y 13% conviven). Aún así, los matrimonios han
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ido disminuyendo en nuestro país, desde una tasa de 8 a 4 por mil habitantes según los últimos Censos y la edad media de los contrayentes ha aumentado desde 24 a 26 años para mujeres y desde 27 a 29 años para los hombres. Los nacimientos fuera del matrimonio constituyen hoy tal vez
el problema más importante en materia familiar, dado que han ido aumentando en forma impactante, alcanzando a un 54% en la actualidad, cifra que además resulta bastante superior a otros países de mayor desarrollo como Irlanda, Estados Unidos o Italia. No obstante hay que tener presente que esta cifra está influida por la fuerte caída de la natalidad de mujeres casadas y la mantención de dicha tasa en mujeres no casadas. Dentro de esta cifra, el grupo de mayor riesgo está constituido por las adolescentes, que en su gran mayoría terminan desertando del colegio y con ello ven reducidas sus posibilidades de surgimiento socioeconómico futuro. Actualmente, estos alcanzan a 13% del total de nacimientos del país. Respecto de la participación laboral de la mujer, que es uno de los aspectos que influye en las tendencias familiares actuales, esta resulta inferior a la registrada en otros países latinoamericanos como Brasil y bastante inferior que la de países desarrollados. Ello obedecería a diversos factores como percepciones culturales respecto de su rol en el hogar y cuidado de los hijos, pero también la existencia de diversas restricciones laborales que hacen más costosa la contratación de mujeres, así como la falta de alternativas de cuidado infantil en los grupos de menor nivel socioeconó-
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mico. Es aquí donde la mujer enfrenta mayores restricciones para trabajar, lo que se manifiesta que en este grupo solo una de cada 4 mujeres trabaja, mientras que en el estrato de mayores ingresos lo hace una de cada dos. Un aspecto que privilegiaría el trabajo femenino es la posibilidad de contar con mayores alternativas de trabajos a tiempo parcial, como ocurre en los países mas desarrollados donde esta participación es superior. En Chile, sólo el 20% de las mujeres trabaja menos de 30 horas a la semana, siendo esta
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proporción más del doble en países como Japón, Estados Unidos, Australia o el Reino Unido. Este antecedente ilustra cómo las rigideces que hoy posee nuestra legislación laboral incide indirectamente en las oportunidades de empleo de las mujeres. Otro aspecto destacado por la autora de este capítulo es la relación entre familia y surgimiento socioeconómico y cómo la desintegración de la familia dificulta el logro de igualdad de oportunidades en los niños y trae más pobreza. Datos para nuestro país muestran que los hogares a cargo de una mujer han aumentado a través del tiempo, alcanzando el año del último censo a 1,3 millones de hogares. Una característica de dichos hogares es que no estarían conformados en su mayoría por mujeres jóvenes con hijos, ya que el 60% de las jefas de hogar son mujeres mayores de 45 años. Tal como lo que se ha constatado en otros países, la incidencia de pobreza es mayor en estos hogares. Al año 2003, la pobreza en hogares con jefa mujer alcanzaba al 27%, mientras que en hogares con jefe hombre, dicha cifra era del 19%. Sobre la base de estos antecedentes, la autora propone una serie de políticas públicas destinadas a fortalecer el rol de la familia, sustentadas en un marco subsidiario del Estado que potencien el rol familiar, tales como el derecho/deber preferente de los padres a educar a sus hijos y la promoción de la libertad de enseñanza. En este marco se sugiere establecer fondos públicos para el desarrollo de programas pro familia a través de organizaciones de la sociedad civil o vinculadas a distintas creencias religiosas y políticas tributarias que establezcan incentivos para la familia, relaciona-
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das con reformular la actual Ley de Donaciones y con rebajas de la carga imponible de gastos que vayan en beneficio familiar. La segunda parte del libro se relaciona con el rol de la familia en la formación de capital humano. En una sociedad que hoy se distingue como sociedad del conocimiento, el capital humano es uno de los principales componentes con que se instalan las empresas y las personas en el medio social. Capital humano son todas las habilidades y cualidades que la persona genera y desarrolla durante su vida y que la llevan a realizar su
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trabajo de manera más productiva, eficiente y eficaz. En términos económicos, la parte más importante de la formación integral del capital humano se produce en las familias. James J. Heckman, Premio Nobel de Economía, quien en
una conferencia dictada en Buenos Aires, en la Universidad Torcuato di Tella, señalaba que “el capital humano –las habilidades de la gente– es el ingrediente esencial de las economías modernas y de su éxito” y agregaba que “la nueva economía está basada en las habilidades de la gente, tal como la vieja economía estaba basada en el músculo y el sudor… Se necesitan habilidades de distinto tipo para operar y crear la nueva tecnología que guía a la economía a escala mundial”. También señalaba que “estudios recientes de-
muestran que aunque las escuelas son importantes, igual de importantes o aún más importantes son las familias y la capacitación en el lugar de trabajo” y que “las habilidades que se le imparten al niño por parte de los padres –la madre y el padre– juegan un rol sumamente importante… la falacia número uno en la política de capital humano es que las habilidades se producen en las escuelas… no es así… las escuelas tienen que trabajar con lo que las familias y la comunidad les proveen.” Por esta razón, en el tercer capítulo, escrito por James J. Heckman, y Sergio Urzúa, de la Universidad de Chicago y Northwestern, respectivamente, resume una investigación donde se demuestra como las habilidades cognitivas y no cognitivas pueden explicar el desempeño educacional, labo-
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ral y social de las personas y donde tanto la familia como la educación juegan un importante rol. Este trabajo presenta resultados relacionados con el rol de ambas dimensiones de habilidad sobre un amplio rango de variables educacionales, laborales y sociales. Fue elaborado a partir de información obtenida de la Encuesta Longitudinal de Jóvenes representativa de una cohorte de individuos nacidos entre los años 1957 y 1965 en los Estados Unidos que
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contiene información de seguimiento de las historias educacionales, laborales y familiares de cada individuo. Presenta evidencia concluyente sobre rol de las habilidades cognitivas y no cognitivas como determinantes del éxito económico y social de los individuos. El desarrollo de ambos tipos de habilidades permiten incrementar la productividad en el mercado laboral, aumentar los logros educacionales y disminuir la probabilidad de caer en comportamientos riesgosos como lo es el consumo de drogas, participación en actividades ilegales y embarazo juvenil. Demuestra que para muchas variables asociadas al desempeño laboral y educacional, un cambio en la habilidad no cognitiva (que fundamentalmente se desarrolla en la familia) puede tener un efecto similar o mayor que el producido por un cambio comparable en las habilidades cognitivas que se aprenden principalmente en la escuela. Así, del análisis se puede desprender que dos jóvenes con el mismo nivel de habilidades, pueden obtener distintos puntajes en las pruebas de conocimiento. Un ejemplo en nuestro país puede estar dado por resultados en la PSU; los que dependerían no solo de lo aprendido en el colegio, sino también del ambiente familiar adecuado para desarrollar ese aprendizaje. En otro tipo de comportamientos sociales, como es el caso del consumo de marihuana, el estudio demuestra que aumentos de habilidades no cognitivas reducen su consumo en forma significativa y que las habilidades cognitivas no son tan importantes en este caso. Lo mismo
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ocurre en la determinación de las decisiones de matrimonio y fertilidad durante la adolescencia para las mujeres. Son los cambios en habilidades no cognitivas las que tienen un mayor efecto en la probabilidad de permanecer soltera y sin hijos a los 19 años. En el caso de Chile, donde aún hay muy poca evidencia sobre este tema, los autores destacan la necesidad de contar con más fuentes de información de calidad que permitan entender mejor el papel de las distintas habilidades de los individuos, los que serían determinantes de
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los resultados educacionales, laborales y sociales de las personas. De este modo se podrían diseñar políticas públicas más precisas y eficientes, con las positivas consecuencias de largo plazo sobre los resultados socioeconómicos de la población. En el capítulo siguiente, Rosita Camhi y María Elena Arzola,
investigadora de Libertad y Desarrollo, presentan los resultados de una investigación denominada Familia y Logros Escolares, cuyo objetivo fue comprobar si la conformación familiar, así como el apoyo que los padres otorgan a sus hijos, tiene algún impacto en el rendimiento escolar. Elaborada sobre la información contenida en las bases de datos de las Pruebas SIM-
CE del Ministerio de Educación, aplicadas el 2002 a los 4º Básicos y el 2003 a
segundo medio, demuestra que la mayor parte de nuestros escolares viven en hogares con padre y madre en el hogar (76% de los estudiantes en 4º Básico y 68% en segundo medio). Asimismo, demuestra la existencia de una relación positiva entre el rendimiento escolar, medido a través del puntaje obtenido en el SIMCE, y pertenecer a una familia donde están presentes ambos progenitores. Al comparar los puntajes obtenidos por escolares que viven en este tipo de familias, con aquellos obtenidos por niños con otras conformaciones familiares, los primeros resultan superiores y este resultado es estadísticamente significativo. Esta tendencia se mantiene al analizar los resultados según estrato socioeconómico, incluyendo el de mayor pobreza. Sólo en escolares pertenecientes al quintil de mayores ingresos, las diferen-
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cias de puntajes de la prueba SIMCE tienden a no ser significativas, lo que puede deberse a que en esos hogares, aun cuando falte el padre o la madre, hay mayores recursos materiales para apoyar los niños cuando presentan problemas de aprendizaje o de comportamiento escolar. También se demuestra que en aquellos hogares donde falta uno de los progenitores, la presencia de abuelos u otros parientes pueden constituir un buen apoyo al rendimiento escolar.
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Un importante hallazgo del estudio, obtenido para el promedio de los alumnos de 4º Básico, es que al contrario de lo que podría esperarse, los escolares cuyas madres trabajan tiempo completo o tiempo parcial fuera del hogar, tienden a obtener puntajes similares en lenguaje y matemáticas que aquellos cuyas madres no trabajan. Sin embargo, en el grupo de menor nivel socioeconómico la relación anterior es inversa. En este grupo la presencia de la madre en el hogar es más importante, ya que los niños cuyas madres trabajan todo el día fuera del hogar tienden a obtener menores puntajes en la prueba SIMCE. Otra interesante conclusión que la investigación demuestra es que padres más involucrados que apoyan más a sus hijos en la tarea educacional y que tienen expectativas más altas para ellos, independientemente del estrato de donde provengan, es una variable que incide positivamente en los logros escolares y por lo tanto es un aspecto importante de fomentar en los padres de familia. En la tercera parte se presentan dos importantes trabajos empíricos relacionados con la conformación familiar y el apoyo parental y su incidencia en las conductas de riesgo juvenil. En el primero de ellos, Eduardo Valenzuela, Director del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica, analiza la importancia que tiene el comportamiento de los padres en la prevención del uso de alcohol y drogas entre los adolescentes. También se presenta información complementaria de la influencia que puede tener la estructura familiar y los
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amigos en tales conductas. Actualmente se ha demostrado que una de las variables más poderosas en la orientación del comportamiento adolescente es la capacidad de los padres de conocer, atender y supervisar las actividades que los hijos hacen y las relaciones que estos establecen. Los datos de este estudio provienen de las encuestas nacionales de drogas en población escolar, 2001-2003, que realiza periódicamente el Consejo Nacional para el Control de Drogas y Estupefacientes (CONACE). Este organismo ha elaborado una escala de padres involucra-
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dos que incluye distintos elementos de atención, cuidado y control parental que se construye a partir de declaraciones que entregan los propios alumnos acerca del comportamiento de sus progenitores. Los resultados empíricos de esta investigación, confirman el papel central que juegan los padres en la prevención del uso de alcohol y drogas ya que se obtuvo una relación perfectamente lineal entre el grado de involucramiento y prevalencias de consumo de sustancias adictivas, con lo cual mientras mayor es la supervisión y control parental menor es la prevalencia de dicho consumo de dichas sustancias. En este trabajo, la estructura familiar incide en el sentido demostrado en la investigación empírica pertinente: aquellos que viven con ambos padres obtienen un grado de apoyo parental más alto que quienes viven con madre sola o con madres con pareja distinta del padre. Sin embargo, además de ello también demuestra que es importante la calidad de la relación con el padre y la madre que declaran los alumnos, ya que cada punto adicional de apoyo y supervisión parental, va acompañado de una reducción proporcional de consumo sea de alcohol, marihuana o cocaína. El autor plantea algunas implicancias de política pública que surgen de esta investigación. La prevención de drogas en los adolescentes requiere incorporar decididamente a los padres en programas de aprendizaje de control de riesgo adolescente, aspecto que a menudo es olvidado en los planes institucionalizados de prevención de alcohol y drogas.
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En el último capítulo, Andreas Hein y Diego Farren, investigadores de la Fundación Paz Ciudadana, presentan una trabajo relacionado con familia y conductas de riesgo juvenil. Este estudio fue elaborado a partir de una muestra de 1.277 adolescentes que cursaban entre séptimo básico y cuarto medio en colegios subvencionados de la comuna de Recoleta. La investigación consulta a los jóvenes por conductas de riesgo, tales como escaparse de la casa, cometer delito, portar armas, consumir drogas, robo o
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peleas en el colegio. Esta información es luego contrastada con la estructura familiar de los adolescentes y con indicadores de funcionalidad familiar, que consultan acerca de aspectos tales como conflictos en el hogar, quién pone las reglas, comunicación dentro de la familia, maltrato o negligencia parental, consumo de alcohol o drogas en el hogar. El trabajo demuestra que estructuras familiares monoparentales, reconstituidas o padres ausentes muestran mayores prevalencias de las conductas de riesgo señaladas que aquellos hogares con familias biparentales. Sin embargo, el efecto de la estructura familiar sobre estas conductas también se encuentra influido por las características de funcionamiento del grupo familiar. La funcionalidad de la familia, medida a través de los indicadores señalados, es también importante en la prevalencia de conductas delictivas en los jóvenes, por cuanto las familias disfuncionales tienden a obtener mayores índices de conductas de riesgo. El autor plantea también algunas implicancias de políticas que permitan prevenir conductas de riesgo. Considera que si bien las intervenciones orientadas a la familia se consideran necesarias, son complejas de llevar a cabo, debido a las dificultades para intervenir en el ámbito privado de las familias. En este sentido se plantea que las intervenciones de fortalecimiento familiar deben darse en forma descentralizada en el ámbito local y ser planteadas a pequeña escala. Asimismo, plantea que es necesario explorar nuevas y mejores alternativas de apoyo a la familia, especialmente respecto del desarrollo
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de mejores estilos de relación con los hijos. Esto implica alternativas tales como: entrenamiento en habilidades para padres en grupos de alto riesgo, entrenamiento conductual a padres para disminuir interacciones negativas con los niños, terapia familiar cuando se manifiestan problemas en las relaciones familiares. En síntesis, este libro contiene un conjunto de antecedentes empíricos acerca de la familia en Chile que demuestra su enorme contribución al desarrollo en el más amplio sentido de la palabra. De esta forma, el
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texto contribuye a demostrar con antecedentes objetivos lo que las encuestas señalan en la percepción de la población: la familia es la fuente principal de la felicidad de las personas. Estamos seguros que al realizar esta edición contribuimos a que te tome mayor conciencia sobre el rol fundamental de la familia y a estimular futuras investigaciones sobre ella en nuestro país. Asimismo, para promover el adecuado diseño de políticas públicas que no desalienten a la familia. Por el contrario, esas políticas deben dar mayor relevancia a su aporte en la formación de capital humano y de capital social, no pretendiendo sustituirla con el Estado benefactor.
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I REALIDAD DE LA FAMILIA en chile
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1 TENDENCIAS DE LA FAMILIA EN CHILE
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Rosita Camhi P.*
* Economista de la Universidad de Chile, Investigadora Programa Social de Libertad y Desarrollo en Políticas Sociales, Mujer y Familia.
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I ntroducción
En nuestro país en las últimas décadas, se han registrado importantes cambios en la composición de la familia. En parte estos cambios han ido ocurriendo por el proceso de desarrollo y por la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral. Hoy los hogares son más pequeños, principalmente de tipo nuclear, donde las mujeres tienen en promedio 1,9 hijos. Los matrimonios disminuyen, las convivencias son mayores y los niños nacidos fuera del matrimonio superan a los que nacen dentro de él. A ello se suma la baja de la natalidad y un creciente aumento de la población adulta mayor, lo que está ocasionando un envejecimiento de la población. El presente estudio parte por analizar las distintas tendencias en materia de estructura y composición familiar y las compara con indicadores para distintos países con el objeto de dar un orden de magnitud de las tendencias que se están registrando en Chile. Luego se analizan algunos factores que estarían teniendo gran incidencia en la conformación de las familias, como la caída en la tasa de natalidad, el fuerte aumento de los nacimientos fuera del matrimonio y dentro de ellos, el embarazo adolescente. Otro aspecto considerado dice relación con la participación laboral de la mujer que en Chile es
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aún baja en relación con otros países latinoamericanos y el mundo desarrollado y los factores que estarían condicionando dicha participación. A continuación se analiza la relación entre estructura familiar y surgimiento socioeconómico y la mayor incidencia de pobreza que se da en los hogares encabezados por una mujer. Por último se plantean algunas propuestas de políticas públicas en materia de familia orientadas a fortalecer su rol en un marco subsidiario del Estado.
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I . principales tendencias de la familia chilena
1. Crecimiento poblacional Desde mediados de los ‘60, el país comenzó a reducir sus tasas de fecundidad. A ello se sumó la disminución de la mortalidad, lo que se tradujo en una baja del ritmo de crecimiento de la población que se acrecienta a contar de los años ‘70. La tasa promedio anual de crecimiento alcanza a 1,2 personas por cada 100 habitantes, con una fuerte reducción desde el año 1992 cuando alcanzó a 1,6. Esta tasa nos sitúa al mismo nivel que otros países latinoamericanos como Argentina o Brasil y por debajo de países como Colombia y México. Sin embargo, nuestra tasa de crecimiento poblacional es superior a la de países desarrollados como EE.UU. y aquellos de Europa (Gráfico 1). La tasa global de fecundidad o el número de hijos por mujer, también ha registrado un fuerte descenso, desde 2,6 hijos por mujer en 1992 a 1,9, según el último dato disponible (2003). La fecundidad de reemplazo de la población es de 2 hijos por mujer; por consiguiente de seguir disminuyendo esta tasa, no repondremos nuestra población, incrementándose el envejecimiento. Nuestra tasa de fecundidad es inferior a la de otros países latinoamericanos, y se encuentra en niveles cercanos a EE.UU. o Europa, donde se registra un grave proceso de envejecimiento de la población (Gráfico 2 y 3).
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Gráfico 1
Crecimiento Poblacional: Tasa Promedio Anual
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Fuente: ONU: Statistics Division Database 2002 –INE.
En otros términos, hay una tendencia al envejecimiento de la población, que se irá acentuando en los próximos años. Estimaciones del INE muestran un aumento del Índice de Vejez. De 36 adultos mayores por 100 menores de 15 años el 2000, se estima llegaremos a una tasa de 50 el 2010 y de 70 el 2020. Actualmente, los mayores de 60 alcanzan a un 11,4% de la población nacional, cerca de 1,7 millones de habitantes. De este total, 57% son mujeres y 43% son hombres. Al año 2020 se estima que los adultos mayores serán alrededor de 3 millones de personas.
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Gráfico 3
Población Mayor de 60 Años (Porcentaje sobre Población Total) 30 –
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Libertad y Desarrollo
US A
0–
Fuente: ONU: Statistics Division Database 2002–INE.
2. Conformación de los hogares La mayor parte de los hogares se encuentran conformados por parejas casadas (58%). En los hogares de menor nivel socioeconómico, sin embargo, muestran mayor vulnerabilidad: hay una menor proporción de matrimonios (48%), más convivencias, más solteros y más viudos (Gráfico 4). Respecto de los matrimonios, éstos han registrado un fuerte descenso entre 1992 y el 2002. La tasa por 1.000 habitantes se redujo a la mitad (desde 8 a 4). Esta tasa resulta superior a la de Argentina, pero ha llegado a niveles inferiores a la de países del mundo desarrollado. Por ejemplo, es casi la mitad de la tasa que registra EE.UU. (7,8). Sin embargo, en este país, también se registran altas tasas de divorcios y con ello, segundos o subsiguientes matrimonios. A la baja tasa de matrimonios, se suma el aumento de la edad media de los contrayentes, que aumentó entre 1992 y el 2002, desde 24 a 26 años para las mujeres y desde 27 a 29 años para los hombres (Gráfico 5).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
29
Gráfico 4
Estado Civil del Jefe de Hogar: Total Hogares y 20% de Menor Nivel Socioeconómico 70% – 60% – 50% –
58%
total hogares menor nse
48%
40% – 30% – 20% –
10%
10% – Casado
14%
8% 7%
Convive
Separado/ anulado
18% 10%
Soltero
14%
Viudo
Fuente: INE, sobre datos Censo 2002.
Gráfico 5
Tasa de Matrimonios por 1000 hab.
5
5.3
4.7 4.6
5.3
5
5.5
4.7
4
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3.4
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9– 7.8 8– 7– 6– 5– 4– 3– 2– 1– 0–
Re
Libertad y Desarrollo
0% –
13%
Fuente: ONU Database 2002, Chile–Reg. Civil.
3. Divorcio y separaciones Según datos censales del año 2002, un 5,2% de la población mayor de 15 años se encuentra separado o anulado, habiendo aumentado desde un 3,8% el año 1992. Los datos de nulidades se mantuvieron estables durante los ‘90. La tasa de nulidad (sobre 10.000 parejas casadas) evoluciona desde 23 en 1990 a cerca de 25 el 2004.
30
libertad y desarr o ll o
Cuadro 1
Tasa de Nulidad por cada 10.000 parejas casadas
1988
1990
1995
2000
2003
23,5
23
24,2
25,5
24,6
Al comparar nuestras tasas de nulidades y separaciones con aquellas de otros países, su nivel es bastante cercano a las registradas en países latinoamericanos y bastante inferior a las de países europeos o de EE.UU. (Gráfico 6). Gráfico 6
Tasas de Divorcio en Países (Por 1.000 hab.) 6– 5–
5 3,8
4– 2,8
3–
2,5 2,6
2–
0,9 0,8
1–
0,3
0,8
0,3 0,4 0,3 0,5 il e Ch
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Libertad y Desarrollo
Fuente Herrera S. , Valenzuela E. (2006), Estimación sobre datos INE y CASEN.
Fuente: ONU–Database–2000– Chile Censo 2002.
4. Nacimientos dentro y fuera del matrimonio Los nacimientos fuera del matrimonio presentan una tendencia ascendente a través del tiempo y son uno de los problemas que debiera ocupar la atención de las políticas públicas, dado que una buena proporción de estos niños debe vivir su niñez sin padre en el hogar, lo que acarrea mayor vulnerabilidad social y pobreza. Evolucionan desde cerca de un 20% en la década de los ‘60, a 35% en los ‘80, 40% en los ‘90 y de ahí se acelera esta tendencia, hasta llegar a 54% el año 2003. Paradojalmente, hoy en día están naciendo más niños fuera del matrimonio que dentro (Gráfico 7).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
31
Gráfico 7
Evolución de Nacimientos dentro y fuera del Matrimonio: 1900–2003 (porcentajes) 100% – fuera dentro
80% – 60% – 40% – 20% –
Libertad y Desarrollo
0% –
1900
1910
1900 1930 1940 1950 1960
1970
1980 1990 2000 2003
Fuente: Sobre datos INE de Anuarios de Estadísticas de Nacimientos
Datos históricos muestran que en nuestro país, tradicionalmente se ha constatado una tasa relativamente alta de nacimientos fuera del matrimonio. Es probable que este patrón se haya dado también en los restantes países latinoamericanos. Desde 1900 hasta 1930, se estima que éstos fluctuaban en torno al 30%, después de lo cual comienzan a descender hasta su nivel más bajo a principios de los ‘60, alcanzando cerca del 20%, para iniciarse nuevamente una tendencia creciente que se acentúa en los últimos años. El Gráfico 8 muestra datos comparativos sobre nacimientos fuera del matrimonio al año 1997 para algunos países de Centro y Sud–América. Ese año, la tasa de nacimientos extramaritales en Chile era de 48%, bastante cercana a lo que ocurría en varios países de la región (Gráfico 8). Al comparar los datos de nacimientos fuera del matrimonio de Chile con las cifras de países desarrollados, se tiene que el porcentaje actual (54%), es bastante superior al registrado en países como Grecia, Italia, Irlanda o EE.UU., pero cercano a tasas de países como Suecia que registra una tasa similar a la de Chile (Gráfico 9).
32
libertad y desarr o ll o
Gráfico 8
Nacimientos fuera del Matrimonio en Países Latinoamericanos (porcentaje del total de nacimientos) 53
55 –
53 48
50–
48
46
45 –
44
42
40 – 35 – 30 – 25 – co Ri to
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Fuente: Países ONU: Demographic Yarbook: Focusing on the Family 1990–1998, Chile, datos 1997. Gráfico 9
Nacimientos fuera del Matrimonio en Países (Porcentaje del total de nacimientos) 60 –
54
54
50 –
45
40
40 –
38
33
28
30 –
20
20 –
9
10 –
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Libertad y Desarrollo
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20 –
Fuente: Chile INE 2003, Otros Países: Nacional Vital Statistics Report– USA– Vol. 48, N° 16, Oct. 2000.
Al analizar a través del tiempo la tendencia de los nacimientos entre mujeres casadas y no casadas, partiendo del año 1960, se constata una fuerte caída de la natalidad en las mujeres casadas. Entre 1960 y el año 2003, el número de nacidos por 1.000 mujeres casadas cayó a menos de la cuarta parte. En cambio, la tasa de nacimientos en mujeres no casadas se mantuvo estable (Gráfico 10 y Cuadro 2). Por consiguiente, se puede desprender que la caída de la natalidad de las mujeres casadas podría explicar el aumento del indicador f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
33
de nacimientos fuera del matrimonio, puesto que se reduce la base del total de nacimientos sobre los cuales se calcula la proporción de quienes nacen de madres no casadas. Gráfico 10
Nacimientos según Estado Civil de la Madre (nacidos vivos por 1000 mujeres)
3000 – no casadas Casadas
2500 – 2000 –
Libertad y Desarrollo
1500 – 1000 – 500 – 0–
1960
1970
1980
1990
2000
Fuente: Larrañaga, O. (2006). Sobre datos INE– Anuarios de Estadística Vitales.
Cuadro 2
Tendencias de la Natalidad en Chile 1960–2003 (Nacimientos por 1.000 mujeres)
Año
Casadas
No Casadas
1960
258,9
48,5
1965
217,7
53,3
1970
159,4
49,0
1975
138,3
45,7
1980
115,6
46,9
1985
97,0
55,8
1990
102,7
60,8
1995
85,1
56,5
2000
68,9
55,2
2003
59,4
53,1
Fuente: Larrañaga O. (2006). Sobre datos INE– Anuarios de Estadística Vitales.
34
2003
libertad y desarr o ll o
Gráfico 11
Madres según Edad y Estado Civil (porcentajes)
56,3
60 –
54,1
casadas
50 –
solteras
40 –
33,5
31,1
30 – 20 – 10 –
Libertad y Desarrollo
0–
34,9
convive
29,8 18,3
9,6 15–19
5,2
3,1
0,7 20–24
separada
22
promedio
Fuente: Larrañaga O. (2006).
Sólo el 10% de las madres adolescentes (menores de 20 años), se encuentra casada, el 56% continúa soltera y el 33,5% convive. Esta situación cambia a mayor edad de las madres. Para el promedio de madres con hijos, se tiene que el 54% se encuentra casada, el 22% convive, el 18% se encuentra soltera y sólo un 5% está separada o anulada (Gráfico 11). Otro aspecto interesante es que del total de nacimientos fuera del matrimonio, el 54% son primeros hijos y el 46% son segundos o sucesivos hijos (2003). Al analizar el perfil socioeconómico de una cohorte de mujeres jóvenes con hijos (Larrañaga O., 2006), se concluye una mayor vulnerabilidad para aquellas madres que permanecen solteras. En primer término, el 96% de ellas vive allegado a un hogar principal, probablemente el de sus padres donde son acogidas, no conformando entonces hogares nucleares madre-hijo. Asimismo, se concluye que las madres solteras trabajan en una mayor proporción que las casadas, probablemente por estar allegadas a un hogar donde otras personas pueden hacerse cargo de sus hijos mientras trabajan (Cuadro 3).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
35
Cuadro 3
Perfil Socioeconómico de Mujeres de 20 a 24 Años con Hijos
Casadas
Solteras
36%
96%
Viven en núcleo secundario Ingreso per cáp. hogar (miles pesos 2003)
Libertad y Desarrollo
Caen en el 40% más pobre
83
70
49%
60%
N˚ Promedio de Hijos
1,3
1,1
Estudian
6%
17%
Años Escolaridad
10,5
9,4
Trabajan
30%
52%
Fuente: Larrañaga O.(2006), excluye viudas y mujeres que conviven.
Dentro de los nacimientos fuera del matrimonio, el grupo de mayor riesgo está constituido por las adolescentes, ya que en su gran mayoría terminan desertando del colegio y con ello ven reducidas sus posibilidades de surgimiento socioeconómico futuro. Los nacimientos de madres adolescentes tienden a estabilizarse en los últimos años y alcanzan a 13,4% del total, habiendo tenido su punto más alto entre 1998 y el 2000 (Gráfico 12). Gráfico 12
Evolución de Nacimientos en Madres Adolescentes (Porcentaje del total de nacimientos)
16,0 –
15,3
15,0 – 14,0 – 13,0 –
15,4
14,2 13,1
13,1
1990
1992
13,5
13,4
12,0 – 11,0 –
1994
1996
1998
Fuente: INE – Anuario de Estadísticas Vitales.
36
libertad y desarr o ll o
2000
2003
Como se señaló, más del 90% de nacimientos de madres menores de 20 años ocurre fuera del matrimonio; la gran mayoría de las madres adolescentes, un 77%, pertenece a los hogares de menor nivel socioeconómico (quintiles I y II), correspondientes al 40% más pobre de la población. Gráfico 13
Distribución de Madres Adolescentes fuera del Colegio por Quintiles de Ingreso
Libertad y Desarrollo
50% –
45%
40%–
31.5%
30% – 20% –
15.3% 7.5%
10% – 0% –
0.7% I
II
III
IV
V
Fuente: CASEN 2003.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
37
Libertad y Desarrollo
I I . Participación laboral de la muj er y familia
La participación laboral de la mujer ha ido creciendo a través del tiempo en Chile hasta alcanzar en la actualidad a un 37% de las mujeres sobre 15 años, según el último Censo 2002. Información mas reciente (INE) muestra que esta tasa no ha aumentado sustancialmente, alcanzando el 2006 a 38,5%. Gráfico 14
Evolución de Participación Laboral de la Mujer (% mujeres sobre 15 años)
40 – 35 – 30 – 25 – 20 – 15 – 10 – 5– 0–
37 28 22
1982
1992
2002
Fuente: INE, Censos de Población y Vivienda.
Aun así, la participación laboral femenina resulta inferior a la registrada en otros países latinoamericanos, como Brasil y bastante menor que la mayoría de los países desarrollados. Ello obedecería a diversas razones: restricciones laborales que hacen más costosa la 38
libertad y desarr o ll o
contratación de mujeres (como derecho a sala cuna, fuero maternal, licencias por hijo menor de 1 año), menor experiencia cuando se han dedicado sólo a tareas domésticas y cuidado de los hijos y por falta de alternativas de cuidado infantil (Gráfico 15). Gráfico 15
Participación Laboral en Países (Porcentaje en población mayor de 15)
70 – 50 – 40 – 37
39
37
44
39
51 52
48 49
54
60 60
30 – 20 – 10 – a eg
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Libertad y Desarrollo
60 –
Fuente: PNUD: Informe del Desarrollo Humano 2005. Chile: datos INE.
La participación laboral de la mujer está también influida en nuestra sociedad por percepciones culturales, respecto de su rol en el hogar y cuidado de los hijos. Esto significa que probablemente la mayoría de las mujeres con hijos aspiran a compatibilizar el trabajo con su rol en la familia. De acuerdo a nuestros patrones culturales, son por lo general las mujeres quienes asumen un rol más importante en las tareas domésticas, apoyo escolar a los hijos y otras tareas relacionadas con la familia, como el cuidado de ancianos, controles médicos y traslado a los colegios, aspectos que requieren un tiempo que no es menor. Estudios de opinión muestran que la población percibe esta situación. Según muestra una encuesta reciente de Libertad y Desarrollo (2007), la mayoría de los encuestados tiene una opinión bastante favorable al trabajo de la mujer, pero al mismo tiempo considera importante la presencia de la madre en el hogar. El 69% de los encuestados manifiesta acuerdo en el caso de que el trabajo sea de tiempo parcial f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
39
y como contrapartida, el 74% está en desacuerdo con que la mujer trabaje tiempo completo fuera del hogar. Gráfico 16
Percepciones Respecto del Trabajo de la Mujer pensando en mejor futuro para los hijos…
Libertad y Desarrollo
80 % – 70% – 60% – 50% – 40% – 30% – 20% – 10% – 0% –
74%
69%
de acuerdo medianamente de acuerdo
42%
38%
en desacuerdo ns/nc
17% 14%
12% 12% 0%
Lo mejor es que la madre trabaje tiempo parcial
19% 2%
Lo mejor es que la madre trabaje tiempo completo fuera del hogar
1% Lo mejor es que la madre no trabaje
En el grupo socioeconómico bajo es donde se hace mas costoso para la mujer el trabajar y su incorporación muchas veces depende de las necesidades familiares. Así en un período de mayor desocupación que afecte al jefe de hogar tienden a buscar un empleo, pero cuando estos encuentran trabajo por la recuperación de la actividad económica, vuelven al hogar. Esto se refleja al considerar la participación laboral según quintiles de ingreso. En el primer quintil mas pobre una de cada cuatro mujeres trabaja en cambio en el quintil mas rico lo hace una de cada dos. Si se analiza el tiempo dedicado al trabajo, se concluye que al igual que en el caso de los hombres, la mayoría de las mujeres trabaja en jornadas bastante extensas y en general en trabajos de jornada completa. Sólo un 20% de las mujeres declara trabajar menos de 30 horas semanales (Gráfico 17).
Encuesta Familia y Rol de los Padres LyD, Tema Público No.820, mayo del 2007
Según Encuesta CASEN 2003
40
libertad y desarr o ll o
Gráfico 17
Chile: Horas Trabajadas Hombres y Mujeres (porcentajes)
45 o más
37,1
33,1
41–45
42,4
37,6 10,3 9,8
31–40
10,2
Menos 30 hrs.
0
5
19,5
10
15
20
25
30
35
40
45
Fuente: Encuesta CASEN 2003.
En países como Japón, EE.UU., Australia o el Reino Unido, más del 40% de las mujeres trabaja menos de 30 horas semanales, lo que explicaría en buena medida la mayor participación laboral femenina. En ellos, también existe una mayor oferta de trabajos por horas, por algunos días a la semana, por medio día, o desde el hogar, que son los más demandados por las mujeres con hijos, por cuanto permiten compatibilizar en mejor forma trabajo y familia. Gráfico 18
Mujeres que Trabajan Menos de 30 Hrs. En Países
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US A
45 – 42 40 – 35 – 30 – 25 – 20 – 15 – 10 – 5– 0– Ja
Libertad y Desarrollo
hombres mujeres
Fuente: OECD Employment Outlook 2004. Dato, USA Worldbank Gender Stats 2000. Chile: CASEN 2003.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
41
Libertad y Desarrollo
I I I . FA M I L I A Y S U R G I M I E N T O S O C I O E CO N ó M I CO
Las diferencias en los logros que es posible obtener en la vida pueden estar influidas en gran medida por las características de la familia en la cual se han desarrollado las personas. Entre éstas, influyen tanto la condición social y económica de la familia como la estructura y los cambios que ella puede enfrentar a lo largo del tiempo. La evidencia empírica ha ido demostrando que la desintegración de la familia dificulta el logro de igualdad de oportunidades en los niños y trae más pobreza. Las investigaciones recientes en capital humano, entre ellas las efectuadas por James J. Heckman (2003), Premio Nobel de Economía, muestran que en el proceso de formación de capital humano, junto con la educación, el rol de la familia es un elemento importante que influye en la formación de habilidades cognitivas y no cognitivas de los niños las que a su vez son determinantes en el futuro desempeño socioeconómico que estos puedan lograr. Irarrázaval I. (1995), en uno de los pocos estudios sobre el tema efectuado en Chile, demuestra que dentro de la población pobre, aquellos que logran superar sus condiciones de pobreza más fácilmente tienen como característica principal el pertenecer a una familia “habilitada”, como lo define el autor. Estas familias son aquellas que presentan mayores niveles de estabilidad y armonía entre sus
42
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
miembros y donde hay una mayor proporción de parejas casadas dentro de ellas. La evidencia recopilada a través de las ciencias sociales ha demostrado ampliamente la asociación entre la estructura familiar y su incidencia en la pobreza de las familias. Quienes han contraído matrimonio tienen una mayor capacidad generadora de ingresos por la sencilla razón de que hay dos potenciales trabajadores en la familia. A ello se suma el hecho de que las mujeres casadas pueden obtener ingresos más altos por tener mayor educación que aquellas madres solteras, pues una proporción considerable de estas últimas han tenido hijos en la adolescencia y han desertado de la educación. Datos para nuestro país muestran que los hogares a cargo de una mujer han aumentado a través del tiempo, alcanzando el año 2002 a 1,3 millones de hogares. Gráfico 19
Evolución de Hogares a Cargo de una Mujer (porcentaje del total de hogares) 35 –
31.5
30 – 25 – 20 –
20.3
21.6
1970
1982
25.3
15 – 10 – 5– 0–
1992
2002
Fuente: INE, datos censales.
Al considerar la estructura según edades se tiene que más del 60% de las jefas mujeres son mayores de 45 años, por consiguiente se trataría en muchos casos de mujeres separadas o viudas con hijos adolescentes o adultos y no con niños pequeños (Gráfico 20).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
43
Gráfico 20
Jefas de Hogar según Edad 40 – 29,7
30 –
28,8 22
20 –
Libertad y Desarrollo
0–
9,8
9,5
10 –
15–29
30–44
45–59
60–74
75+
Fuente: INE, datos censales.
La incidencia de pobreza es superior en aquellos hogares con jefa mujer. Así el 9,6% de los hogares con jefa mujer cae en la indigencia versus un 4,6% de los hogares cuyo jefe de hogar es hombre; lo mismo ocurre en la población pobre no indigente donde los hogares a cargo de una mujer presentan mayores niveles de pobreza (Gráfico 21). Gráfico 21
Chile Pobreza en Hogares con Hijos según Jefatura de Hogar (porcentaje)
30 –
27
25 – 20 –
14,8
15 – 10 – 5– 0–
17,4
19,4
jefe hombre jefa mujer
9,6 4,6 indigente
pobre no indigente
pobreza total
Fuente: Encuesta CASEN 2003. Hogares con al menos un hijo menor de 18 años.
Otro aspecto importante de destacar es que en todos los estratos socioeconómicos, los ingresos de los hogares con jefa mujer son inferiores a aquellos en que el jefe de hogar es hombre, por lo tanto dichos hogares presentan una mayor vulnerabilidad socioeconómica.
44
libertad y desarr o ll o
El Gráfico 22 muestra los ingresos promedio mensuales en hogares con hijos según quintiles o estratos de ingreso, comprobándose importantes diferencias en todos ellos, aun cuando, las brechas de ingreso jefe hombre-jefa mujer resultan superiores en los quintiles de mayores ingresos. Gráfico 22
Chile: Ingreso Promedio Mensual en Hogares con Hijos según Quintiles
Libertad y Desarrollo
(miles $ nov. 2003)
2.500 – 1.442
1.500 – 1.000 – 500 – 0–
jefe hombre jefa mujer
1.934
2.000 –
118 93 I
227 183
351 300
II
III
586 472
IV
566
V
387
promedio
Fuente: Encuesta CASEN 2003.
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45
Libertad y Desarrollo
I V. conclusiones
1.
Las tendencias en materia de familia muestran cambios importantes que se han acentuado en la última década. Los principales cambios pueden resumirse de la siguiente forma: hogares más chicos, menos hijos, menos matrimonios, más convivencias, más hogares a cargo de una mujer, más separaciones y más nacimientos fuera del matrimonio. Aun así la familia matrimonial con ambos progenitores es el tipo de familia que predomina en nuestra sociedad: cerca del 60% de los hogares está constituido por matrimonios, según el último Censo del 2002. A ello se suma una creciente incorporación de la mujer al mercado laboral, que tiene efectos importantes en los hogares: como mayor disponibilidad de recursos económicos, mayor grado de autonomía de la mujer en las decisiones familiares y reasignación de roles en relación a tareas domésticas y cuidado de los hijos al interior de la familia.
2.
Estos cambios se pueden explicar como parte del proceso de desarrollo que ha ido viviendo el país y como parte de un proceso cultural que está ocurriendo en las sociedades occidentales
46
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
y que también ha influido en nuestro país. Aun así, la familia sigue siendo la fuente principal de protección y felicidad para las personas. Al preguntar a los chilenos cuál es su mayor fuente de felicidad, el 71% señala que la mayor satisfacción en su vida es la vida familiar. 3.
Las tendencias descritas deben ser contrastadas con evidencia que muestra cada vez en forma más frecuente, a través de estudios realizados tanto en el extranjero como en Chile, los efectos positivos que la familia tiene en la formación del capital humano y el capital social La desintegración de la familia dificulta el logro de igualdad de oportunidades y acarrea más pobreza. Acarrea más problemas en la educación de los niños, como menor rendimiento y deserción escolar, más problemas de comportamiento y mayor incidencia de conductas antisociales en los jóvenes.
4.
Es, por consiguiente, importante desarrollar políticas públicas que fortalezcan a las familias. Estas políticas deben darse en un marco subsidiario, apoyando y acogiendo a las familias que presentan problemas y necesidades y no a través de políticas de corte universalista generadas a partir del Estado que reemplacen el rol de las familias. Estas políticas que se han llevado a cabo en países con grandes sistemas de bienestar terminan desincentivando el rol de sus integrantes y disminuyendo su libertad de elección, ya que se sustentan en políticas y programas que suponen modelos homogéneos de comportamiento familiar.
5.
No debiera haber subsidios diferenciados para hogares unipersonales. Éstos deben distribuirse por pobreza. Por ejemplo, una madre pobre casada que trabaja y se esfuerza por su familia debe tener la misma prioridad en el ingreso a jardín infantil que una madre pobre soltera.
CIMAGROUP, Estudio La Felicidad de los Chilenos, mayo 2006.
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En el caso de la mujer, la inserción laboral no es sólo un problema relacionado con el mercado del trabajo, sino también con las posibilidades de conciliar en mejor forma la familia y el trabajo. Considerando el problema actual de baja natalidad, nuestra sociedad debiera comenzar a avanzar en cuanto a lograr políticas orientadas a conciliar en mejor forma ambos aspectos.
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6.
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V. propuestas
1.
Difundir a través de los medios de comunicación social información respecto del rol fundamental que ocupa la familia en la sociedad.
2.
Incentivar el deber/derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, respetando las diversas creencias religiosas y valóricas, tanto en la elección de colegios, la educación sexual o matrimonial.
3.
Promover la libertad de enseñanza, defendiendo el derecho de los padres de todos los sectores sociales a decidir a qué establecimiento enviar a sus hijos.
4.
Establecer fondos públicos para el desarrollo de programas pro-familia a través de organizaciones de la sociedad civil y organizaciones vinculadas a iglesias o creencias religiosas, en áreas tales como: – prevención de la violencia intra familiar y promoción de relaciones sanas al interior de la familia – orientación pre-matrimonial y fomento del matrimonio en parejas que conviven – programas de ayuda a parejas en crisis – programas de prevención y tratamiento de alcoholismo y drogadicción
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– programas de educación sexual generados y elegidos a nivel de cada colegio por los padres y apoderados. – programas de acogida a adolescentes embarazadas.
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5.
6.
Para fomentar la participación laboral de la mujer: – promover flexibilidad laboral que permita compatibilizar en mejor forma trabajo y familia. – más alternativas de cuidado infantil mientras la madre trabaja, a través de una subvención que abarque diversas modalidades de atención según necesidades de las madres. – fomento de programas de micro crédito que incentiven el trabajo por cuenta propia o desde el hogar. – medidas generadas a partir de las propias empresas que permitan negociar en forma mas libre a trabajadores y empleadores que podrían estar relacionadas con mayores posibilidades de arreglos de horarios de trabajo, como por ejemplo, que un número de horas de trabajo anual puedan ser utilizadas (tanto por hombres como mujeres) para llevar los hijos al médico, reuniones de colegio u otros trámites familiares. Políticas tributarias en beneficio de la familia – Reformular la Ley de Donaciones de modo de mejorar incentivos tributarios a las organizaciones, a empresas y personas naturales que desarrollen programas en beneficio de personas y familias necesitadas. De este modo se puede dar un fuerte incentivo a las organizaciones de la sociedad civil que desarrollen programas pro-familia. – Establecer incentivos tributarios para la familia. En esta perspectiva, son muchas las medidas económicas y tributarias que se podrían implementar con el objeto de incentivar la formación de familias. Las normas vinculadas a los impuestos que afectan a las personas debieran estar pensadas en una dimensión más amplia que la meramente económica y, como parte de la responsabilidad del Estado, debieran enfocarse, entre
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otras cosas, a la preservación y fomento de la familia como núcleo central de la sociedad. Algunas de las medidas podrían propiciarse a través de una reforma tributaria y, en definitiva, serían un logro para las familias que quieren que la política tributaria del gobierno sea justa y que no los penalice por tomar decisiones, tales como casarse y tener hijos. Estas medidas no necesariamente significan un perjuicio económico para el Estado; por el contrario, son medidas que muchas veces van a permitir un ahorro frente a otros problemas sociales asociados a la desintegración de la familia que deberá terminar enfrentando el país. Algunas medidas tributarias relacionadas con el ámbito familiar que podrían ponerse en práctica son: – Fusión de declaraciones. Una declaración de impuesto a la renta conjunta implicaría que un matrimonio estaría informando en un solo formulario, las rentas y deducciones de los dos individuos combinadas. Esta fusión de declaraciones actúa como premio a la estabilidad de las parejas formales, para los casos en que uno de los cónyuges tuviese rentas superiores al otro y en que la suma de las rentas pudiese reducir la tasa marginal impositiva de la pareja. Con esto se evitaría el efecto discriminatorio de la ley actual que se genera cuando sólo un miembro de la pareja lleva el sustento económico y el otro se dedica a la familia a diferencia de las parejas que se reparten el sostén económico y la preocupación por la familia. – Rebajas de la carga imponible. Esto significa poder rebajar de la base imponible a través de la creación de créditos específicos, gastos como los dividendos pagados para el financiamiento de la vivienda familiar, gastos de escolaridad de los hijos (mensualidad y matrículas), gastos médicos elevados en que incurra la familia, etc.
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R eferencias b i b liogr á ficas
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2 La Familia en Chile:
Bases para la Definición de Políticas Públicas
Eugenio G. Cáceres C.*
* Master en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, España. Director de Investigación y Relaciones Internacionales y Académico del Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de los Andes. Este texto corresponde, parcialmente, al presentado por el autor en el XII° Congreso de la Fundación Ciencia y Vida “La Familia, Clave del Desarrollo” realizado en la Universidad Católica de Valencia, España, con ocasión del V° Encuentro Mundial de Familias, julio del 2006, actualizado con la información pertinente publicada en el periodo julio 2006 – mayo 2007.
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I ntroducción
Por su carácter esencialmente integrador, presente en su propio origen humano, la familia hoy es sujeto y objeto de ciencia. Como tal, su análisis conjuga diversas visiones teóricas especializadas. El entendimiento de la familia como la primera instancia obligatoria donde las personas reciben su formación insustituible para el desempeño de sus funciones en la vida social, significa que lo que se haga o no se haga por ella, influirá necesariamente en el mejor desarrollo de las naciones y países. Hoy son múltiples y muy variadas las definiciones de familia y se habla acerca de ella sin precisar el concepto dando así cabida a entendimientos que para nada reflejan su carácter originado en la propia naturaleza humana que se expresan en la formulación de políticas públicas que atentan contra ella y promueven su disolución o su reemplazo por otras formas que no respetan su esencia y estructura básica. El aparente consenso en que es la familia quien otorga el mejor ámbito de formación humana no se manifiesta, a veces, en términos consistentes en las acciones nacionales por lo que el diseño y puesta en práctica de políticas públicas que la fortalezcan de manera real, es una de las tareas importante que, actualmente, corresponden a la sociedad chilena. Interesa entonces analizar y definir qué corresponde realizar en términos públicos como integración de los esfuerzos privados y estatales, como orientaciones generales para que la familia, real y efec-
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tivamente sea según la fórmula aristotélica “una convivencia querida por la misma naturaleza para los actos de la vida cotidiana, es decir, algo basado en la propia naturaleza para cumplir el fin para el que ha sido querida, que no es otro que el de la conservación de la vida individual (satisfacer sus necesidades físicas y espirituales) y la de la especie (engendrar y educar nuevos hombres)” y sea también ratificada “como la unidad de convivencia humana más antigüa y fundamental para la sociedad y el estado”. Los desafíos que enfrenta la familia del futuro no pueden mirarse desde el prejuicio de una ideología y sí requieren hacerlo desde el conocimiento de su ser y de sus funciones analizados desde la perspectiva de diferentes áreas del conocimiento, asumiendo ella misma la misión de demostrar en lo concreto, la auténtica naturalidad de su ser, como espacio primario de convivencia humana en que el “nosotros de relación interpersonal” constituye su estilo más propio y, de ahí, derivar su proyección social referida desde siempre a la triple constitución del hombre como ser personal, ser familiar y ser social. En esta referencia, este estudio caracteriza la situación actual de la familia en Chile en términos cuanti-cualitativos, utilizando antecedentes estadísticos y de estudios realizados por diversas agencias interesadas en los temas vinculados a la familia para, posteriormente, establecer el correspondiente diagnóstico y pronósticos generales. Se describen y explican las bases conceptuales que se estiman han de constituir el marco teórico necesario de considerar en la definición de las políticas públicas, entre éstas se destaca el entendimiento de la familia como un “asunto público” que integra intereses, propósitos y acciones privadas y estatales, que apunten a la solución de los déficit y también a la consolidación de los aspectos positivos identificados en el análisis.
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I . L A FA M I L I A E N C H I L E
. ¿Relevancia o cuestionamiento? Los antecedentes y resultados entregados por diversos estudios realizados en Chile coinciden en la importancia que la sociedad chilena le asigna a la familia. La encuesta efectuada en octubre del 2001 por MORI (1) señala que un 96% de los chilenos considera a la familia como lo más importante de sus vidas y otro estudio, el ADIMARK-Diario El Mercurio de ese mismo año (2), indica que el 70% de los mayores de 18 años manifiesta que el propósito principal de la vida en familia es “tener amor para ser feliz en compañía” en tanto según el reciente Estudio Mundial de Valores-Chile 2006 (3), una alta mayoría la considera como “el lugar en que se confía y se es feliz” y que existe en los jóvenes “una alta aspiración a construir familia” identificándola como el principal elemento de felicidad. En la Encuesta Nacional de la Familia DESUC-PUC de 1998 (4), un 98,8% indicaba a la familia como lo más importante en sus vidas, el 81% se declaraba satisfecho con su vida familiar y similar porcentaje estimaba como lo más importante el tener una familia unida. En el Estudio Mundial de Valores-Chile 2006 recién mencionado, el 71% de los encuestados señala a la vida familiar como el elemento que les
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genera mayor satisfacción, similar porcentaje al obtenido en la encuesta Collect-Visión Humana (5) mismo estudio que indica que un 91% considera que “tener una familia unida” es lo esencial y la principal motivación en sus vidas. En el anterior Estudio Mundial de Valores-Chile 2000 (6) se estimaba a la familia como más importante que los amigos, los estudios, el trabajo y la religión y en el del 2006, el 90% de los chilenos señala que la familia es “muy importante en sus vidas”. En una crónica de la Revista Capital titulada “La felicidad en Chile” (7) se da cuenta que es la familia el componente social que hace más felices a los chilenos, se la señala como “la principal fuente de alegría” y es la vida familiar el factor que se considera más incide en ella y en la reciente encuesta efectuada por el Instituto Libertad y Desarrollo (8), se establece que es la familia “la vía que más se valora para alcanzar la felicidad” con una anotación de 9,4 puntos sobre un máximo de 10. Según este mismo estudio, cabe destacar que, en general, se percibe una escasa contribución de las distintas instituciones de la sociedad al fortalecimiento de la familia aún cuando un 56% señala a las iglesias y credos religiosos como las instituciones que más apoyan a la familia en tanto cerca de un 90% considera que es poco o nada la contribución del gobierno, de l os parlamentarios y de los tribunales de justicia. También en la Encuesta Bicentenario PUCCh-ADIMARK (9) el 84% de los encuestados señala estar de acuerdo o muy de acuerdo con la expresión “las personas deben permanecer en contacto con su familia más cercana aún cuando no tengan mucho en común” y otro 70% estima que “en general, lo paso mejor con mi familia que con mis amigos”. Cabe agregar que el 67% señala también estar de acuerdo o muy de acuerdo con que “las personas deben permanecer en contacto con su familia más lejana (tíos, sobrinos, primos) aún cuando no tengan mucho en común”. Sin embargo, en la Encuesta Nacional PNUD-2001 (10), a la pregunta “usted diría que en la actualidad las familias en Chile son…”, el 31% señala que son fuente de crisis y otro 28% la indica como fuente
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de tensiones y problemas en tanto el 24% la identifica como un refugio frente a los problemas y otro 15% como un lugar de amor. Algunos autores, entre otros Valenzuela, Tironi y Scully (11), señalan esta contradicción como más aparente que real indicando que se origina en la mayor necesidad que se siente de la familia lo que representa para ella mayores exigencias y expectativas que no está en condiciones de cumplir. La consecuencia natural es entonces la búsqueda de definiciones y la constitución de una agenda pública que acerque esas expectativas con la realidad ya que los problemas que ésta no resuelve -los de salud, educación, justicia y empleo entre otros- recaen como nuevas demandas sobre la familia colocada también en nuevas circunstancias culturales. Ha de cuidarse, eso sí, que el “cómo son” las cosas no prime sobre lo que ellas “deben ser”, teniendo en cuenta que la reingeniería social que incide en la familia no puede dejar de lado lo que está en su propia naturaleza y esencia.
. Comportamiento demográfico general En el caso de Chile, si consideramos los resultados del Censo 2002 (12) y su comparación con el Censo 1992 y anteriores (12), bien puede decirse que ellos son del todo consistentes con las políticas de población aplicadas a partir de los ‘60 y que los especialistas entienden como el mayor cambio social que se haya dado en Chile en los últimos veinte años. En lo más general, la población total es de 15,2 millones de habitantes cifra menor a la esperada en las proyecciones oficiales y un 50,7% son mujeres de las cuales casi el 50% está en edad fecunda. En el cuadro siguiente se comparan los antecedentes poblacionales más significativos de los dos últimos censos (12) aplicados en el país cuyo análisis identifica con claridad la posición de “transición demográfica” en que se encuentra el país.
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INDICADORES
CENSO 1992
CENSO 2002
Población Total
13,4 millones
15,2 millones
Tasa de Crecimiento Vegetativo
1,6 %
1,2 %
Tasa de Fecundidad
2,4 hijos/mujer
2,2 hijos/mujer
Población Menor 15 años/Población Total
29%
26%
Población 15-59 años/Población Total
62%
62%
Población Mayor 60 años/Población Total
9%
12%
Esperanza de Vida Mujeres
76 años
79 años
Esperanza de Vida Varones
71 años
73 años
Tamaño Promedio Familia
4 personas/hogar
3,6 personas/hogar
Cantidad de nacimientos en el año
296.000
240.000
En lenguaje técnico, Chile está muy cerca de lo que se denomina “invierno demográfico”, es decir, reducción de la tasa de fecundidad situada en el nivel de reemplazo, también reducción de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida. Ha caído el crecimiento vegetativo de la población y los datos más actuales acerca de la tasa de fecundidad la colocan en 1,9 hijos por mujer (en la década de los ’60 era de 5.3), es decir, bajo la tasa de reposición con una significativa disminución de la cantidad de nacimientos del orden del 15% en el período intercensal 1992–2002. Las proyecciones realizadas por el INE con base en los datos 2002, indican que la cantidad de niños menores de 15 años disminuirá en casi un 6% para el 2010 y en un 9% para el 2020 (13). A futuro representa un fuerte impacto en la estructura del mercado laboral e incremento de la dependencia. Por otra parte, en similar período intercensal 1992–2002, la cantidad de parejas casadas o convivientes sin hijos aumentó de un 22,6% a un 26,7% y de aquéllas con un solo hijo, de un 28,9% a un 32,5%, en tanto disminuyeron las con cuatro hijos (de un 6,3% a un 3,9%) y las de cinco hijos de un 1,8% a un 0,9%. Cabe destacar que las familias con un hijo representan el 20% en Estados Unidos, el 27% en el Reino Unido, el 28% en Francia, el 34% en Italia y el 28% en España (14).
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En los últimos treinta años casi se ha duplicado la población pero, su caracterización interna es muy diferente según los antecedentes que se consignan a continuación.
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3. Comportamiento de hogares Es relevante el incremento de los hogares unipersonales (gente que vive sola) que ahora constituyen el 12% del total. El 57% son nucleares completos en los que habitan padres e hijos (en casi un 80% de ellos sólo viven hasta cuatro personas) y un 22% son extensos en que viven otras personas adicionales al núcleo familiar (12). Ha aumentado significativamente su equipamiento, aspecto este último que se presenta como elemento significativo del progreso y de la mejor calidad de vida acentuando así la concepción materialista con que se entiende la modernización. Existen , millones de hogares con alto grado de equipamiento, un 8% tiene refrigerador, un 79% dispone de lavadora y un 87% de televisión a color, dándose lo que algunos identifican como “culto al hogar”, convertido éste en un refugio frente a la incertidumbre y a la mayor competencia exterior, en tanto otros analistas indican que “se ha cambiado hijos por equipamiento”.
. Comportamiento de la nupcialidad Ha variado, en el período intercensal 1992-2002 (12), la participación relativa en la población total de las personas según su estado civil según se expresa en el cuadro siguiente.
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ESTADO CIVIL
CENSO 1992
CENSO 2002
Casados/población total
51,8 %
46,2 %
Solteros/población total
33,6 %
34,6 %
Convivientes/población total
5,7 %
8,9 %
Viudos/población total
5,2 %
5,2 %
Separados/población total
3,4 %
4,7 %
Anulados (Divorciados)/población total
0,3 %
0,4 %
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En el período mencionado se casó un 6% menos de personas y los varones que antes se casaban a los 27 años ahora lo hacen a los 29 en tanto las mujeres se casaban a los 24 y ahora a los 26. Además, la duración media de los matrimonios al anularse o divorciarse es hoy cercana a los 10 años en tanto en 1980 era de 11 años y en 1998 era de 12 años. (12) (15). En ese mismo período de tiempo disminuyó el número de matrimonios en un 28% y las nulidades matrimoniales (en Chile existe divorcio sólo desde 2004 y las nulidades pueden asimilarse a él) aumentaron en un 136% con una tasa creciente de 3.6 nulidades por cada 100 matrimonios a una de 11.5 (12) y durante el 2005 se registraron 1.186 demandas de divorcio y en el período enero-julio 2006 ya hay 4.419 presentadas. En todo caso, en la encuesta recién mencionada aplicada por el Instituto Libertad y Desarrollo (8) un 70% le otorga una alta valoración al matrimonio “como compromiso para toda la vida” y también como institución en tanto existe igualdad con un 47% en torno a considerar si las personas casadas son más felices que aquéllas que no lo están. Cabe destacar el incremento de la convivencia que se estima alcanzaba en el 2005 un 11% y señalar que se han promulgado una serie de disposiciones legales que “reconocen”, todavía indirectamente, las uniones de hecho. En la Encuesta Bicentenario (9) un 53.7% dice estar de acuerdo o muy de acuerdo con que “las parejas que conviven deberían casarse cuando deciden tener hijos” y un 42.7% “aconsejaría a sus hijos que no convivan antes de casarse”.
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Asimismo, en esta Encuesta destacan los resultados obtenidos en el sentido que un 77,4% dice estar de acuerdo o muy de acuerdo con que “el matrimonio es un compromiso para toda la vida” y sólo un 28,9% con que “cuando hay niños de por medio, los padres deben permanecer juntos aún cuando no se lleven bien”. En el estudio de Libertad y Desarrollo (9) un 55% considera que “da lo mismo estar casado que convivir”, un 64% considera que los convivientes debieran casarse si tienen hijos y un 66% de las respuestas manifiesta estar de pleno o parcialmente de acuerdo con que los hijos pueden criarse bien con un solo progenitor presente. . . Comportamiento de la situación de la mujer Su participación al interior de la población económicamente activa ha crecido y actualmente cerca de un 35% de ellas ejerce acciones laborales remuneradas. Asimismo, se ha incrementado su participación como “jefa de hogar” de un 25.3% a un 31.5% entre ambos censos (12). La cantidad de mujeres que ingresa a la educación superior, casi se ha duplicado, de un 8.6% a un 15.7%, constituyendo un 47% de la actual matrícula universitaria. Esta información es relevante si se la coloca en el futuro inmediato en lo que respecta a una participación laboral fuera del hogar ya que en el rango de edad 18-55 años la tasa de fecundidad es de 1,6 hijos para las mujeres que trabajan fuera del hogar y de 2,7 para las que permanecen en sus casas. Su expectativa de vida es ahora de 79 años y en este período de vida pueden realizarse muchas y diversas cosas. La limitación de los nacimientos que genera tiempos y periodos de vida en los cuales las mujeres pueden tener otros tipos de ocupación y ejercer otras actividades, el acceso a la educación de nivel terciario, la especialización e innovación tecnológica que incide fuertemente en las actividades hogareñas resueltas ahora con equipamiento que libera tiempo y esfuerzos y facilitan la labor doméstica, la incorporación al trabajo
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social con carácter de voluntariado y la cada vez más deteriorada imagen social que conlleva la labor doméstica son los componentes de un cambio radical que incide fuertemente en un nuevo esquema de convivencia familiar. En el estudio ENOP-CEP del 2002 (16) se consultó acerca de la aprobación o rechazo de las siguientes aseveraciones “Considerando todo lo bueno y todo lo malo, la vida familiar se resiente cuando la mujer trabaja a tiempo completo” y “Una madre que trabaja puede establecer una relación tan cálida y sólida con sus hijos como una madre que no trabaja” y el 81% señaló estar de acuerdo con la primera y el 47% con la segunda. En el mismo estudio en una escala que va de 1 a 20 puntos, la receptividad a la idea que la mujer trabaje fuera del hogar tuvo un puntaje de 9,7. En otro estudio, el de ADIMARK-Club Mujeres Empresarias del 2002 (17) a la pregunta de “cuán exitosas se sienten las mujeres como madres y como parejas”, las respuestas de las que trabajan jornada completa fuera de la casa son de un 51% y un 34% respectivamente, las de quienes trabajan por jornada parcial son de un 56% y un 40% y las de quienes están sólo en el hogar son de un 68% y un 49%. En el estudio “Mujeres Profesionales y Ejecutivas” publicado en junio 2004 en la revista Capital (18), sobre una muestra de 700 mujeres que desarrollan actividades laborales fuera del hogar, algunos de sus resultados relevantes indican que el 40% trabaja más de 9 horas diarias fuera del hogar y otras 2 horas en labores domésticas y que un 18% comparte con sus hijos entre 1,5 y 2,5 horas/día, un 11% más de 4 y un 2% menos de una hora. Otras apreciaciones de carácter cualitativo son las que se vinculan con los grados de satisfacción con lo que hacen (un 52% dice estar altamente satisfechas con el trabajo, un 65% con el hogar y un 57% con la vida personal) y con la solicitud de mayor flexibilidad laboral (aplicación de trabajo por objetivos y por eficiencia y no sólo por disponibilidad horaria o física). En la Encuesta Bicentenario, entre otros aspectos, considerando los porcentajes que representan estar de acuerdo y muy de acuerdo,
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se tiene un 62% respecto a las aseveraciones “la familia se descuida si la mujer tiene un trabajo de tiempo completo”, un 54% respecto a “los hijos se benefician si la mujer trabaja”, un 49,1% respecto a “es mejor para la familia si el hombre trabaja y la mujer se queda en la casa” y sólo un 37,5% respecto a “una madre que trabaja establece una relación igual de cerca con sus hijos que una mujer que trabaja”. Cabe señalar que la información desagregada por nivel socio-económico muestra la mayor receptividad al trabajo femenino en el sector ABC1 y referida a la edad, en el rango 18–24 años. Por otra parte, en el estudio de Libertad y Desarrollo la mayoría de los encuestados manifiesta opinión favorable a que la mujer trabaje fuera del hogar pero, el 69% anota que debiera ser sólo por tiempo parcial.
. Comportamiento de la vida familiar En el estudio mencionado en (2) en el capítulo relativo a los estilos familiares, se indica que entre los padres nadie se reconoce como familia autoritaria y se identifican más con el estilo sobre protector (un 66,8%) y con el estilo democrático, en tanto un 46% busca determinar un estilo distinto al de sus progenitores y la aspiración general es llegar a implementar un estilo democrático que incluya elementos de jerarquía y con oportunos momentos de autoridad y de sobreprotección. En general, destacan un alto individualismo en los hijos, un tercio de los padres no castiga a sus hijos y se preparan para una más larga convivencia con los hijos adolescentes y adultos. Cuando se tienen problemas, un 75% señala que sí conocen los problemas de los otros miembros de la familia, un 7% que no y un 18% que depende y para resolverlos, un 75% señala que se resuelven al interior de la familia sin ayuda externa y que el padre recurre a la esposa para su solución, que la madre recurre poco a su esposo pero, sí a su propia madre y a los amigos o a nadie y que los hijos recurren a la mamá, muy poco o nada al papá.
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También se consultó acerca del tiempo que se vive en familia y todos estiman que se dedica a la familia menos tiempo del que se debiera y quisiera, todos piden tener la posibilidad de pasar mayor tiempo con la familia y un 68% declara que de tenerlo lo utilizaría “en“ y “con” la familia (los padres señalan que el mayor tiempo disponible lo utilizaría con la esposa y con los hijos en tanto las madres indican que con los hijos). La aplicación de la encuesta TU-SU acerca del funcionamiento familiar cuyo cuestionario se aplica a los hijos adolescentes y a los padres del mismo grupo familiar, realizada por Valdés, Serrano y Rodríguez (19), a la pregunta acerca de “con qué está satisfecho en la vida”, los padres responden en un 90,3% que con su familia y en un 68,3% que con ellos mismos, en tanto los adolescentes lo están en un 83,6% con su familia y un 65,7% con ellos mismos. En la misma encuesta, a la pregunta acerca de “qué consideran importante en sus vidas”, las respuestas son las que siguen: ASPECTOS
HIJOS (“TU” %)
PADRES (“SU” %)
Tener una familia unida
97,2
98,8
Realización laboral
92,7
95,1
Creer en Dios o ser superior
85,5
94,4
Nivel de estudios
92,0
92,5
Influencia sobre los demás
65,3
49,6
Tener una vida sexual activa
51,7
53,4
Tener dinero
49,9
34,3
Y respecto a la percepción que se tiene acerca del “funcionamiento familiar” las respuestas son:
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FUNCIONAMIENTO FAMILIAR
HIJOS (“TU” %)
PADRES (“SU” %)
Nos unimos para enfrentar los problemas
83,4
72,6
Pasamos el tiempo juntos
78,8
57,9
Se consideran las ideas de los hijos
72,0
55,0
Nos pedimos ayuda unos a otros
71,0
63,4
Expresamos lo que sentimos
74,1
55,3
Nos turnamos tareas y responsabilidades
61,2
50,8
Y acerca de cómo se consideran algunos elementos de la “comunicación familiar”, CONCEPTOS
HIJOS (“TU” %)
PADRES (“SU” %)
Es expresión de sentimientos
75,0
51,6
Intuye cómo me siento
68,9
68,5
Puedo comentar mis problemas
77,2
67,8
Y acerca de “cómo se aprecian las relaciones al interior de la familia” CONCEPTOS
HIJOS (“TU” %)
PADRES (“SU” %)
Muy cercanas
80
80
Bastante cercanas
15
11
Poco cercanas
3
5
Nada cercanas
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Por otra parte, en la encuesta aplicada por Libertad y Desarrollo (8) se aprecia la relevancia que se le concede en los hogares con hijos a la realización de actividades familiares como “contribución importante al mejor desarrollo y educación de los hijos”, entre las cuales destacan las ejercidas al interior del hogar como “cenar juntos” (un 66%) u “otras actividades” (un 72%). Además, un 54% de los padres señala que siempre controlan los que sus hijos ven en la televisión y en internet y reclaman ejercer en propiedad el rol que les correspon-
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de en la educación de la sexualidad de sus hijos a la inversa de las recientes políticas públicas asumidas por el gobierno. En el “Estudio Adolescentes 13–18” publicado por la revista “Hacer Familia” en diciembre 2003 (20), se encuentran respuestas como las que se consignan en en el cuadro siguiente:
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ASPECTOS
POCO
NADA
Satisfacción con la vida familiar
MUCHO 62%
BASTANTE 27%
8%
3%
Se siente querido
72%
21%
5%
2%
Estrictez del padre
22%
32%
32%
14%
Estrictez de la madre
17%
37%
38%
8%
Nivel de exigencia de los padres
35%
21%
44%
2%
Nivel de castigo por parte de los padres
6%
25%
19%
50%
Buena comunicación familiar
12%
68%
15%
5%
Tiempo de comunicación diaria familiar
53%
33%
9%
5%
Otros datos se refieren a los siguientes aspectos: A la pregunta “¿a qué le asignan los adolescentes mucha y bastante importancia?”, en la que podían marcar varias respuestas, un 97% contesta que a la familia, un 83% al trabajo y al estudio, un 63% a los amigos, un 56% al servicio al prójimo, un 55% al tiempo libre y un 38% a la religión. A la pregunta “¿qué importancia le asignan al matrimonio?”, un 27% indica que es muy importante, otro 52% que es sólo importante y un 17% que es poco importante y a la pregunta “¿qué piensan respecto al matrimonio?”, un 53% señala que “es imposible que dure toda la vida”, otro 45% que “ ello sí es posible” y el restante 2% no responde. A la pregunta “¿qué piensan respecto a su futura familia?”, un 81% está de acuerdo con que “los dos trabajen y compartan por igual las tareas familiares”, otro 12% estima que “la mujer trabaje menos y se ocupe del hogar” y el 7% restante estima que “sólo debe trabajar el hombre”. Asimismo, el 48% de los varones y el 47% de las mujeres están de acuerdo con el concepto “la mujer sí necesita tener hijos para su rea-
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Libertad y Desarrollo
lización” y el 47% y 51% respectivamente están de acuerdo con que “no los necesita”. A la pregunta acerca de “¿a quiénes más y menos se admira?” las respuestas relativas a los padres indican que un 40% admira más a la mamá, un 14% al papá y un 10% a ambos en tanto un 10% señala que a quien menos admira es al papá. Las conclusiones generales del estudio realizado en septiembre 2003 por ADIMARK “Sobre el trabajo y la familia: la mirada de los niños” y comentado por el Families and Work Institute (21), se vinculaban a que los niños varones echan más de menos a sus padres que las niñas mujeres, que los menores de ambos sexos están menos satisfechos con el tiempo que pasan con sus papás que con sus mamás y que cuando la mamá está en casa algunos de ellos tienen mejor rendimiento en el colegio. Se comentaba, además, que más allá de cumplir las tareas domésticas, la “nana” es percibida como una madre sustituta o “segunda mamá” pues asume responsabilidades de crianza y control y que las madres que trabajan son tan bien evaluadas en su rol materno como las que están todo el día con sus hijos. Al respecto, un 68,9% de los niños encuestados estuvo de acuerdo con las expresiones “es mucho mejor para la familia si el hombre trabaja y la mujer se hace cargo de la casa y de los hijos”, “cuando yo sea grande quiero trabajar y que mi señora se quede en la casa” y “la mamá también tiene derecho al éxito en la vida; la mamá igual puede trabajar porque tiene que tener sus cosas privadas; es injusto que no pueda trabajar porque tiene derecho a la fama”.
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I I . D I AG N Ó S T I CO Y P R O N Ó S T I CO
Los antecedentes descritos y explicados en el capítulo anterior cubren aspectos cuantitativos y cualitativos acerca de la situación de la familia en Chile cuya síntesis con carácter de diagnóstico señala: – un comportamiento demográfico que señala con claridad la reducción de la fecundidad hasta el límite o bajo la reposición demográfica; – la disminución, postergación y prolongación de la nupcialidad; – la maternidad tardía y también precoz, es decir, aumentan la edad promedio del primer parto y el embarazo adolescente); – el incremento de la maternidad fuera del matrimonio, en el 2005 el 52% de los niños chilenos nacieron en esta condición; – la limitación y autocontrol de la natalidad y de la mortalidad; – el aumento de las convivencias: – la disminución del tamaño de las familias; – la nueva composición de hogares con incremento de los unipersonales y disminución de los nucleares y de los extensos y – la cada vez mayor participación de la mujer en el mercado laboral extra-doméstico y en la jefatura de hogar. Los mayores efectos que con seguridad se tendrían con esta nueva estructura de la población y de la familia chilena se vinculan con :
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– la clara inversión de la tradicional pirámide de edades por el angostamiento de su base (en el período intercensal 1992-2002 nacieron 500.000 niños menos en el rango de edad 0-15 años) y por el crecimiento de sus tramos superiores; – los ajustes en la estructura económica (una población activa cada vez menor deberá sostener a una población pasiva cada vez mayor y una menor base productiva y menor fuente de ingresos tributarios junto a escasas posibilidades laborales para la tercera edad), con la mayor demanda de servicios de salud en cobertura y en tipos de enfermedades que quizás obligue a una mayor carga estatal; – la mayor demanda de atención y de nuevos servicios de salud vinculados a la presencia cada vez mayor de la tercera y cuarta edad que implicará ampliar la cobertura en cantidad y en tipos de enfermedades con el consecuente aumento del financiamiento estatal y de la participación privada; al respecto es interesante lo expresado en la Encuesta Bicentenario (9) en que un 65,3% señala estar de acuerdo o muy de acuerdo con que “cuando los padres envejecen, deberían esperar que los hijos se hagan cargo de ellos económicamente” y un 50,3% con que “cuando los hijos se van de la casa, no deberían esperar que sus padres los sigan apoyando económicamente”; – el incremento de las conductas de riesgo en los adolescentes (un 21,7% de los adolescentes 13-15 “han pensado seriamente en la posibilidad de suicidarse en el último año” (22); – los ajustes culturales y psicológicos originados en situaciones como la de padres solos frente a la educación de sus hijos o padres ausentes en ella, con énfasis en la sobreprotección y consecuente pérdida de autoridad parental o el infantilismo dentro del hogar que representa la búsqueda de orientación externa que no se encuentra (“donde están los padres no hay decisiones que asumir y donde hay decisiones que asumir no están los padres, son los hijos huérfanos de padres vivos”) y
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– una menor estabilidad social con posibles consecuencias de infidelidad, ruptura conyugal y familiar y violencia intrafamiliar. Otras posibles preguntas que aún no tienen respuesta en términos de políticas públicas que busquen resolver las dificultades futuras enunciadas se relacionan con ¿quiénes tendrán los niños necesarios para el desarrollo?, ¿quién los criará?, ¿cómo son los hijos educados sin padre?, ¿cuáles debieran ser esas políticas públicas hoy ausentes y en torno a éstas qué hace el estado o qué debe hacer el estado y cuáles serán sus nuevos desarrollos? y por otra parte, ¿quiénes generarán la riqueza necesaria? y ¿quiénes cuidarán a los ancianos? Respecto a las políticas públicas, si se entiende a la familia como un asunto público en el contexto que se formula más adelante, su definición no corresponde sólo al estado ya que a éste le cabe sólo un rol subsidiario. Las reingenierías sociales vigentes tienden a intervenir en los ámbitos que son más propios de las personas y de los grupos sociales intermedios en cuestiones que son del absoluto dominio de ellos y no consideran que al estado le corresponde sólo la tarea de generar y entregar las mejores oportunidades para su correcto desarrollo. En la perspectiva de futuro y en la referencia de la familia real y efectivamente concebida como “unidad básica social”, surgen otras preguntas que también debieran expresarse en acciones públicas. En términos de su presencia social, ¿cuáles son sus formas y si éstas pasan por decisiones estatales o por su creciente privatización o representan el quiebre o la consolidación de su institucionalización o significan el quiebre o el fortalecimiento del matrimonio como su fundamento principal? y en términos de su presencia interior, ¿otra vez cuáles son sus formas y si éstas pasan por la consolidación de sus relaciones internas de conyugalidad, de parentalidad-filiación y de fraternidad o si se estima una mejor coordinación con la escuela o si se requiere un ejercicio efectivo de la autoridad parental y una mejor educación del sentido de amar y de servir o por la conjunción de todos estos componentes?
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I I I . P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S FA M I L I A R E S : B A S E S CO N C E P T UA L E S
. La familia como asunto público Se entiende la familia como “asunto público” o “cosa pública” en que la connotación de lo público no se vincula de modo exclusivo a lo “estatal” como suele entenderse, sino más bien a la integración de los esfuerzos que los sectores estatal y privado realizan en torno a un tema relevante para la sociedad en la que se insertan. Así entonces el entendimiento de lo que son “políticas públicas” en la referencia de los autores Lynn (1980), Dye (1984), Peters (1986) y Tamayo (1997) citados por Ochoa (23) se vincula, en este caso, al conjunto específico de acciones determinadas con el propósito de generar determinados efectos o influencias en la vida de los ciudadanos referido a la manera en que los problemas colectivos son conceptualizados y atraen su atención prioritaria. Requieren el análisis de los procesos de formulación y de ejecución de la intervención pública con el propósito explícito de mejorar los resultados, los procesos de decisión, las características de los actores participantes y las relaciones entre su elaboración, proposición, decisión e implementación relativas a la asignación de valores en una sociedad. Entre los muchos problemas existentes, se asumen aquéllos que los que decide, privados y estatales, son capaces de tratar con las va-
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riables y recursos disponibles o aquéllos que preocupan a la sociedad en un momento preciso o aquellos establecidos por una específica agenda institucional inserta en una muy particular circunstancia. Se trata entonces de otorgar valor público a la familia y la pregunta es entonces “cómo hacerlo” teniendo como referencia básica cuál es su propósito en cuanto su propio ser, a las personas que la constituyen y al medio social al que se proyecta en la referencia de las diferentes demandas diferentes y de las capacidades para satisfacerlas. Expresado de otra manera, cuáles son las intervenciones que se requieren para otorgarle tal valor público. Respecto a la familia son variadas y múltiples las áreas de acción en que ellas pueden darse. Entre otras, la pobreza y los subsidios para neutralizarla, el matrimonio, la natalidad, la salud, la justicia, la mujer, las relaciones exteriores, la educación, la vivienda, la educación sexual, el género, la homosexualidad, la igualdad de los hijos, el divorcio, la vivienda y las pensiones. Cabe reiterar que, de todas maneras, estas intervenciones han de estar siempre ligadas a las características que se entienden como las más significativas, entre otros, de los enfoques antropológico, sociológico, jurídico y desarrollista respecto a la familia que interactúan con carácter de integración y de complementariedad.
. El enfoque antropológico de la familia y su proyección social Sabemos que el hombre es naturalmente social y hablar de la persona humana es hablar de familia y como única especie “ex-céntrica” capaz de poner su interés en un “otro” más que en sí mismo. Para él la convivencia es una necesidad, no existe el hombre independiente de la sociedad y su enlace con su medio social es la familia donde nace. En ella convive con los seres que lo crearon y que lo educan hasta alcanzar grados diversos de autonomía y autosuficiencia. Cuando, gra-
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dualmente, va siendo dueño de su propio ser, puede entonces “convivir” con los demás y cruzar otras existencias con la suya, de un modo personal y plenamente humano. Si la persona humana es “co-existencia-con”, es decir existencia consigo misma y también con otros, es apertura desde la intimidad que se expresa en el dar y en el aceptar. Como tal es también familiar y en esta dimensión, social. Si ser persona es entre otras cosas el poder decir “soy de mí mismo” o “yo soy mío” para, desde ahí, ser de otro, en otro y con otro, con ello se otorga autopertenencia en la voluntad y autoconciencia en la inteligencia, atributos con que el hombre opera su naturaleza con afán de perfección. Estas particulares condiciones que lo orientan hacia lo “bueno”, constituyen algo originario y se configuran como uno de sus trascendentales. Es en la familia donde cada individuo tiene la auténtica oportunidad de desarrollarse como ser humano y constituirse como persona. Es la estructura antropológica en la que confluyen diferentes personas, cada una de ellas con muy diversas características y con la doble condición de sujeto que da y que recibe, en un contexto de relaciones humanas que colaboran en la consecución de sus propias identidades personales de cónyuge, de padre, de madre, de hijo y de hermano. Bien puede decirse entonces que persona y familia son consustanciales y que, desde siempre, “caminan indisolublemente unidas”. En el Documento “40 ONG’s sobre la Familia” (24) se la señala como “la revelación al hombre de la identidad del hombre” y como “el encuentro de cada ser humano con su origen y la revelación de que este origen puede constituir una co-identidad biográfica entre los sujetos, un ámbito de humanización, una comunidad permanente de afectos y copertenencias personales”. En este contexto, las relaciones constitutivas de la familia se articulan en términos de singularidad, de soberanía y propiedad, de historia y de co-biografía que la estructuran y conforman como el primer nivel de organización de la condición social del hombre. La familia es de todas maneras, el ámbito en que la persona se
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hace tal, el hábitat en que la persona nace, crece y muere y en el cual se le reconoce por el simple hecho de sólo serlo. La familia recoge la naturaleza familiar de la persona y es también, en lo principal, el lugar de instalación del hombre en la sociedad. En tanto el ser familiar, marcado por su propia naturaleza y también por la de las personas que lo integran, se constituye con fines trascendentes (el bien de los cónyuges y la generación y educación de la prole), el existir familiar se expresa en una modalidad de convivencia que sigue circunstancias culturales externas e internas y se adecúa a las características de las personalidades que confluyen en él.
. El enfoque sociológico de la familia y el principio de la subsidiaridad
La definición tradicional de la familia como “núcleo fundamental de la sociedad” o “célula original de la vida social” explica su relación con la sociedad de la cual es unidad básica en términos de desarrollo y de experiencia. Esta natural comprensión acerca de lo que es la familia como elemento primario natural, ha existido desde siempre a través del tiempo y su forma se ha configurado según las condiciones culturales prevalecientes en una determinada circunstancia espacio-temporal. La concepción de la familia como “unidad básica” significa que es desde ella que se constituyen las otras unidades sociales por delegación de roles o de funciones, nunca a la inversa, enfatizando fuertemente el significado auténtico de la subsidiaridad. Ésta incluye la no interferencia del estado ni de otras sociedades en las acciones que se ejecutan por iniciativa y responsabilidad de las personas y de los grupos sociales intermedios. En cambio, al estado sí le corresponde sostener y ayudar a los grupos de orden menor con subsidios que potencien y actualicen sus capacidades y coordinar o apoyar sus actividades cuando sea necesario.
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La propia dignidad humana exige respetar y defender la libertad y autonomía de las personas y de las asociaciones intermedias como parte relevante del bien común. Una estructura social superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social inferior ni privarlo de sus competencias; a la inversa, debiera colaborar en sus necesidades y en coordinar su labor con otros entes sociales en la perspectiva del bien común. La familia es anterior a la sociedad civil y tiene prioridad de derechos respecto a ésta y al estado. Sus fines naturales –el bien común de la especie humana y el de sus miembros– son superiores a los del estado quien debe reconocerle los derechos naturales que posee. Cualquier esfuerzo subsidiario que éste asuma podrá referirse sólo a aquellas áreas o materias en las cuales no exista participación de los particulares ni de sociedades intermedias y deberá ser necesario para el bien común con carácter de de estímulo y no de intervención. La subsidiaridad se contrapone al colectivismo: protege la autonomía de las personas y de las comunidades locales, limita la fuerte participación estatal en la vida social, armoniza las relaciones de las personas con la sociedad y cuida los derechos de los pueblos en las relaciones entre las sociedades particulares y la universal. Existe la “soberanía de la familia” que la afirma como poseedora de derechos propios y garantiza su estabilidad y supervivencia. La familia es desde el inicio y no el resultado de un consenso social posterior o de un contrato social manejado por los hombres. Sin embargo, la reingeniería social vigente amenaza a la familia en la referencia de la contraposición de “lo natural” versus “lo cultural” colocando el análisis en una perspectiva antropológica de cabal contradicción. Lo natural es lo que entrega la propia vida y constituye la esencia del hombre y de la familia, ambos con derechos que les corresponden por sus mismas y propias naturalezas sin que les sean otorgados por institución humana alguna a quienes, simplemente, les toca reconocerlos. Aún cuando se reconoce a la familia como “base de la sociedad”, la concepción que hoy se tiene y difunde
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de ella, de hecho conduce a su sistemática relativización y se minimiza la profundidad y respetabilidad de sus derechos. Se dejan de lado sus funciones sociales más propias como son las de su rol en la perspectiva de la procreación, su responsabilidad permanente en la comunidad y su rol en la educación integral de los niños y no se considera su carácter subsidiario anterior al del estado. Lo anterior es parte de un proyecto cultural y político dirigido contra la familia y contra la vida apoyado en las tres conocidas tesis que señalan que la familia no es un bien necesario pues es obstáculo para el bienestar del individuo, que la familia es indefinible y ya no existe “la familia” en singular sino “las familias” en plural y que la familia corresponde a un consenso social modificable pues ni ella ni el matrimonio tendrían carácter natural. Este proyecto cultural choca frontalmente con el pensamiento de la familia como una institución natural que no está ligada ni a una época ni a una cultura específica y que tiene un rol que no puede ser sustituido en cuanto a la preparación de los futuros ciudadanos. Corresponde entonces enfatizar el que la familia continúa siendo un bien necesario y que ella no es obstáculo para el bienestar individual y entenderla en su definición natural tradicional más que vincularla a ciertos consensos sociales modificables, además de reconocer que es la familia a quien debe la sociedad su existencia y no ésta quien la origina y condiciona. . El enfoque educativo de la familia: derecho y deber parental Los fines naturales del matrimonio, obviamente extensivos a la familia, desde siempre se han establecido en todo de acuerdo a su propio carácter natural y al amor conyugal. En relación al bien de los esposos, se estima que la mutua colaboración que se origina es la de una comunidad de vida y amor establecida como relación interper-
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sonal para el mutuo perfeccionamiento espiritual y material y participación en la obra común conyugal. En relación a la generación y educación de la prole prima el concepto tomista del “hijo educado”, generado en la comunidad conyugal como su fin natural. El matrimonio es el núcleo de la familia y tiene su fundamento en la unión plena de las diferencias del varón y de la mujer como expresión consistente del amor conyugal que tiende, necesariamente, a una finalidad procreadora. Los hijos son el bien resultante del amor conyugal que los une en cuanto, potencialmente, son padre y madre. La educación es el principio constituyente del orden social pues interviene en la prioridad del cambio moral personal sobre el de las estructuras sociales, en la erradicación de la pobreza y de la marginalidad, en las exigencias y desarrollo integral de la sociedad actual, en el desempeño laboral y en la constitución de las ecologías humana y ambiental. Esta significativa tarea que tiende a la formación personal en orden a su fin último y al bien de la sociedad, se constituye como un derecho básico del hombre y ha de ser integral. El deber correlativo a este derecho corresponde a la familia en primer término y luego a la sociedad. Si los padres han dado la vida a sus hijos, tienen entonces la obligación de educarlos como derecho-deber original y primario y se les reconoce como los primeros y principales educadores. Este derecho-deber trasciende la educación doméstica y se aplica también en la libertad que han de disponer para elegir las escuelas en que se complemente la educación de sus hijos. En este proceso contarán con todas las ayudas que con afán subsidiario, la sociedad y el estado puedan entregarles. El deber educativo de los padres está presente en su propio ser de origen y se convierte así también en un derecho que en todo debe ser respetado por las otras instancias que puedan participar en la educación. Tienen la prioridad, no sólo cronológica y de hecho, sino que natural y ontológica de ser los primeros educadores ligada a un derecho irrenunciable que es anterior a los derechos del estado y de la sociedad y como tal, inviolable por parte de toda potestad terrena.
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. El enfoque jurídico de la familia: el derecho inalienable del hombre a ser tratado como hombre
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Los derechos de la familia son los derechos del hombre que les corresponden por sus propias naturalezas, esto es, no les son otorgados por instituciones humanas las cuales deben, simplemente, reconocerlos. El derecho natural como fundamento de los derechos humanos y de los de la familia recoge lo inherente a la naturaleza de la persona humana y a la familia como grupo primario natural y confluyen en ellos los conceptos de persona, de vida, de libertad y de bienes fundamentales. Si bien la familia como tal es sujeto de derechos como comunidad natural y jurídica, también se considera la posibilidad que los derechos personales que el hombre trae a la familia puedan desplegarse, socialmente, a través de ella reafirmándola como el natural enlace del hombre con su medio social. Es el hombre el principio en el cual se generan y fundamentan los Derechos Humanos y por ende, los de Familia y así lo reconocen los enunciados y considerandos en que se basan todas las declaraciones, pactos e instrumentos de ratificación internacionales. En ellos se señala la presencia de una libertad social que exige al estado inhibirse frente a la persona y a la familia en lo que son sus campos propios pero, a la vez, le solicita que preste y coloque las condiciones para una eficaz acción y la cooperación para el mejor desarrollo de la dignidad humana. El ser persona otorga un especial estatus derivado de su propia naturaleza y la hace sujeto de derechos y deberes fundamentales que merecen reconocimiento, respeto y protección por parte de la sociedad y de los estados. El primero de los derechos del hombre es el derecho a ser tratado como hombre y de éste derivan todos los demás extensivos a los de familia. Diversos enunciados y catálogos de derechos humanos reconocen como uno de los principales, el de elegir su estado de vida, el de
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fundar una familia y el de gozar de todas las condiciones necesarias para la vida familiar. Otros categorizan los derechos familiares e incluyen, entre éstos, el matrimonio y la procreación y la decisión por el número de hijos y su educación, el de la posesión de los bienes suficientes para ello y el de la inviolabilidad del hogar. Otras referencias se abren a futuras determinaciones de nuevos derechos humanos y de familia según su carácter histórico y por ende, dinámico y abierto. En estos casos, lo relevante es no perder las características esenciales de dignidad, libertad y singularidad de la persona humana y de la familia que por ser de su naturaleza, son intransables e insoslayables. Conviene prever asimismo, la interferencia de los derechos humanos y de familia con teorías y posiciones relativistas que sin aparentes contradicciones vitales, atentan a veces contra los esenciales derechos de las personas, incluso aquéllas que están por nacer.
. El enfoque desarrollista de la familia: los conceptos de persona y de capital humano Se dificulta la aceptación de conceptos como los de “recursos humanos” y “capital humano” como calificaciones posibles de la persona humana pero, de hecho, la familia ha sido, es y será parte y partícipe del desarrollo por estar integrada por personas y por ser la más relevante formadora de capital humano. Debiera entonces satisfacerse la necesidad de su incorporación a los mejores niveles que tal desarrollo pueda alcanzar y por ello la promoción auténtica de la familia pasa por el pleno reconocimiento de su dignidad y por la promoción de sus capacidades y de su libertad de oportunidades. El plantear a la familia como capital humano no corresponde a una visión reduccionista generada en los simples análisis económicos sino que representa la actual y más amplia connotación de capital que incluye, además de lo físico y de lo financiero, también lo humano, lo
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organizacional y lo social. Todavía es escaso el reconocimiento social y económico pero, es fundamental la participación de la familia en el desarrollo nacional en la formación y consolidación del capital humano, operado con inteligencia y con voluntad, como el insumo que implica la capacidad individual, la formación y transmisión de valores y experiencias y también las capacidades de juicio, de decisión y de relación. En una sociedad que hoy se distingue como sociedad del conocimiento, el capital humano es uno de los principales componentes con que se instalan las empresas y las personas en el medio social. Capital humano son todas las habilidades y cualidades que la persona genera y desarrolla durante su vida y que representan que realiza su trabajo de manera más productiva, eficiente y eficaz y de él y de su adecuada formación depende el crecimiento de la economía. En términos económicos, la parte más importante de la formación integral del capital humano se produce en las familias así como la cobertura del costo económico y social de dicha formación. Existe también un problema de lenguaje que es propio de las condiciones socioeconómicas y culturales que asignan sólo a los activos el total de la creación de riqueza. El cabal entendimiento de la actividad económica debiera incluir los trabajos remunerados y los no remunerados, reconociendo así las largas e intensas jornadas laborales que representa la actividad familiar. Es errada la concepción y la aplicación de ciertos indicadores que no reflejan actividades relevantes de nuestra sociedad, en este caso las relativas a la formación y cuidado de los hijos y a la administración del hogar las que por ausencia de reconocimiento, socialmente se devalúan y desprestigian. El enfoque social general refiere las funciones sociales como el conjunto de necesidades que la sociedad tiene, necesariamente, que satisfacer para poder sobrevivir y por ello se dan en todas las sociedades y en todos los tiempos. En este contexto, suelen asignarse como funciones básicas a la familia las de reproducción, crianza integral de los niños, quehacer del hogar, apoyo emocional y económico. Ninguna de ellas se desarrolla en términos exclusivos y su ejercicio, en tér-
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minos de oportunidad y magnitud, ha variado radicalmente según las circunstancias históricas y, de hecho, son ejercidas simultáneamente, ocupando una buena parte del tiempo familiar. Existen economistas que han creado y desarrollan líneas de investigación que valoran el trabajo doméstico y lo insertan como factor del desarrollo, entre ellos Gary Becker y James J. Heckman, ambos Premios Nobel de Economía. Éste último, en una conferencia dictada en Buenos Aires (25), señalaba que “el capital humano –las habilidades de la gente– es el ingrediente esencial de las economías moderna y de su éxito” y agregaba que “la nueva economía está basada en las habilidades de la gente, tal como la vieja economía estaba basada en el músculo y el sudor… se necesitan habilidades de distinto tipo para operar y crear la nueva tecnología que guía a la economía a escala mundial”. También señalaba que “estudios recientes demuestran que aunque las escuelas son importantes, igual de importantes o aún más importantes, son las familias y la capacitación en el lugar de trabajo” y que “las habilidades que se le imparten al niño por parte de los padres –la madre y el padre– juegan un rol sumamente importante… la falacia número uno en la política de capital humano es que las habilidades se producen en las escuelas… no es así… las escuelas tienen que trabajar con lo que las familias y la comunidad les proveen.” Por otra parte, en lo que respecta al quehacer del hogar, debieran incluirse todas aquellas actividades que tienen que ver con su organización interna y todas aquéllas que se relacionan con lo que se hace fuera de él para complementar su cabal atención. Con bastante frecuencia, en muchas circunstancias culturales, más de un tercio o a veces casi la mitad de la vida de la mujer transcurre en acciones relacionadas con el quehacer del hogar como la función que se constituye en la estructura central a la cual se subordinan las otras actividades. A pesar de la importancia que esta función tiene en la vida femenina, en la mayoría de las ocasiones es mirada con un sentido peyorativo en la cual su imagen social aparece deteriorada. Así entonces, lo económico está referido a las múltiples y variadas tareas que se cumplen en la ad-
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ministración del hogar y del presupuesto familiar, al aporte financiero adicional que significa el trabajo remunerado y muchas veces al ingreso único que representa la manutención directa del hogar por parte de la mujer constituida en su jefe. Debe cuidarse eso sí la introducción de políticas públicas que representan incentivos perversos como lo muestra la experiencia internacional de la intervención del estado en política familiar con resultados gravemente contraproducentes. En artículo divulgado por la agencia ZENIT (26) en mayo 2005, se comentaban las solicitudes que muchas organizaciones sociales y académicas han planteado a sus gobiernos para cambiar las políticas sociales vigentes de entregar subsidios preferenciales a los hogares monoparentales por la entrega de mayores apoyos a las parejas casadas y a sus familias como mejores opciones de protección frente a los actuales y futuros riesgos sociales, especialmente los de delincuencia, de violencia y de adicciones, citando los casos del Reino Unido, Estados Unidos de Norteamérica e Irlanda.
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I V. P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S FA M I L I A R E S : P R O P U E S TA S PA R A C H I L E
Por ser la familia un tema transversal, necesariamente, las políticas públicas que puedan determinarse en torno a ella, no corresponden a un solo o exclusivo sector social o productivo sino que en todos éstos pueden identificarse parámetros de acción estatal y/o privada que, teniendo en cuenta las bases conceptuales expuestas, tiendan a resolver los aspectos deficitarios que presenta la familia en Chile y también a consolidar aquéllos con positivos desarrollos según se indicó en este estudio en el diagnóstico y pronóstico de la situación familiar en el país. Debiera otorgarse prioridad de atención a aquellos temas que según éstos constituyen aspectos críticos que ya inciden e incidirán con mayor impacto en el desarrollo cultural nacional y en los cuales la oportunidad de las acciones remediales tienen carácter de urgencia. Son los vinculados a la formación e intervención ciudadanas, al comportamiento demográfico, a la conciliación “vida familiar-vida laboral”, a la vinculación “mujer-trabajo”, a la vivienda, a la salud y a la institucionalización y protección del matrimonio. Una adecuada identificación de las acciones posibles está incluida en el proceso que durante el año 2005 realizó el Colegio de Ingenieros de Chile A.G. a través del estudio “Proyecto País, Chile
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2010–2020” y en el cual se estimó perfilar propuestas de políticas públicas atingentes al mejor desarrollo integral del país, en la perspectiva del próximo Bicentenario de la Independencia. Entre las 72 comisiones de trabajo que abarcaron el amplio espectro de actividades nacionales y sectoriales, se constituyó Comisión Familia en la que participó el autor de este artículo. En el informe entregado (27) se definió como Misión, “en la familia, entendida como la célula primaria y fundamental de la sociedad humana, constituida por la unión matrimonial de un varón y de una mujer, se formarán las personas que protagonizarán el progreso moral, espiritual y material de la comunidad” y como sus Temas Básicos la referencia de la formación del mejor capital humano posible, las tareas de “desarrollar virtudes que contribuirán a la realización individual más plena de las personas” y de “desarrollar virtudes humanas que contribuirán a mejorar su aporte al incorporarse al tejido social con hábitos que beneficien a la comunidad”. En el contexto de los temas prioritarios y de la misión y tareas básicas enunciados, pueden ordenarse los objetivos cuya descripción incluye, a modo de ejemplo, algunas de las acciones a ejecutar. . En torno a la formación e intervención ciudadana – Facilitar la integración familiar y su incorporación al medio social a través de la mejor interacción entre los miembros de la familia, en un ambiente favorable para la posterior integración de la persona a la sociedad, que incluye como acciones posibles las de incorporar en los currículo de los diversos niveles educativos tópicos referidos a la persona, el matrimonio y la familia, promover cursos y talleres de formación y orientación familiar en las empresas, desarrollar campañas comunicacionales, educar en la prevención de la violencia intrafamiliar, ayudar a parejas en conflicto o con hijos en problema, aplicar procesos de mediación familiar y efectuar talleres sobre habilidades de comunicación. – Respetar la autoridad de los padres en la educación de los hijos
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manteniendo el carácter subsidiario del estado en esta materia que incluye como acciones posibles las de fortalecer el protagonismo familiar y la autoridad de los padres revalorizando el rol paterno en la formación de los hijos y su contribución a las labores domésticas. – Formar padres de familia idóneos que incluye como acción posible la de incorporar en el currículo escolar los temas de paternidad responsable e importancia de la familia. – Desarrollar espacios en la comunidad que faciliten la actividad cultural de la familia, que incluye como acciones posibles las de crear premios y concursos en que participen matrimonios o padres e hijos en actividades artísticas o culturales, incrementar los lugares públicos de recreación de calidad, premiar a empresas que fomentan la actividad cultural y deportiva y crear y apoyar a organismos comunitarios que favorezcan el esparcimiento familiar y su acceso a la cultura. . En torno al comportamiento demográfico – Incentivar el rol de la familia como generadora del sustento demográfico del país, que incluya como acciones posibles las de formular e implementar programas de fomento de la natalidad, promover modalidades para ayudar a las familias numerosas a través de ajustes tributarios o subsidios directos, promover la constitución de asociaciones de familias numerosas, facilitar los procesos de adopción y las inmigraciones externas e internas, determinar ayudas fiscales para el empleo de responsables de familias numerosas y para el cuidado de parientes ancianos. . En torno a la conciliación “vida familiar-vida laboral” – Promover la constitución de empresas en que la familia no sea sólo objeto de asistencia social sino que un insumo relevante en la administración de sus recursos humanos, que incluye como acciones
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posibles las de formular y consolidar sistemas de acreditación de empresas estatales y privadas como “familiarmente responsables” e implementar códigos de buenas prácticas. – Fomentar en la familia la educación en valores que dignifiquen el trabajo y su proyección social, que incluye como acciones posibles las de educar en valores en los diversos niveles de enseñanza y promover la familia desde las empresas incluyendo la creación de departamentos de familia que apoyen su desarrollo y el mayor conocimiento de las relaciones familiares de sus trabajadores por parte de los empleadores.
. En torno a la vinculación “mujer-trabajo” – Mejorar las condiciones del rol de la mujer en la familia con el consecuente reconocimiento social que incluye como acciones posibles las de crear instancias públicas que otorguen validación social al trabajo propio del hogar (por ejemplo su incorporación en las cuentas nacionales y en el cálculo del PGB), facilitar el rol activo del marido y de la mujer en el hogar respetando sus diferencias, valorar en los medios de comunicación social la dignidad de la mujer y su trabajo no remunerado, incorporar el trabajo en el hogar en las modalidades provisionales vigentes y establecer subsidios especiales para la madre que cuida a sus hijos considerando que la posible remuneración de esta labor se financia con el menor costo social, estatal y privado en guarderías, menor delincuencia juvenil y menores adicciones. – Compatibilizar el doble ejercicio laboral de la mujer, dentro y fuera del hogar, que incluye como acciones posibles las de flexibilizar las jornadas laborales para apoyar la maternidad, generar incentivos tributarios orientados a que la mujer tenga mayor libertad para decidir cuánto tiempo dedica a cada una de sus dos labores, otorgar largos permisos postnatales, establecer centros de ayuda abiertos toda la jornada, definir franquicias
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tributarias para la mujer, establecer el cómputo de los años dedicados en casa al cuidado de los hijos y otorgar amplias licencias en caso de enfermedad de éstos. . En torno a la vivienda – Crear la infraestructura necesaria para la vida familiar teniendo como base una vivienda digna, que incluye como acciones posibles las de favorecer el acceso a ella desarrollando programas para su mantención y mejora en los que la familia y la comunidad sean los protagonistas, mejorar los subsidios y créditos existentes incluyendo la ampliación de la vivienda cuando crece la familia, financiar proyectos de investigación sobre la construcción de viviendas adecuadas al desarrollo de la vida familiar que contemple un diseño apto para la adecuada convivencia familiar y promover la existencia de espacios comunitarios y públicos que acojan la vida familiar. . En torno a la salud – Proteger a todos los miembros de la familia de las adicciones (drogas, alcohol, tabaco) y delincuencia, que incluye como acciones posibles las de desarrollar campañas de prevención con amplia colaboración de las familias, incentivar su participación como agente protector de las conductas de riesgo infantil, juvenil y de adultos. – Proteger a todos los miembros de la familia de influencias perniciosas, locales y foráneas, que incluye como acciones posibles las de facilitar el que las mismas familias eviten la imposición de modelos familiares que consideren lesivos para su integridad moral y crear conciencia en la comunidad para oponerse a quienes auspicien programas y publicidad que atenten contra la familia. – Crear mecanismos de protección ante la ofensiva de los medios de comunicación que distorsionan la realidad, influyendo negativa-
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mente en la formación de la juventud que incluye como acciones posibles las de promover asociaciones de telespectadores, comprometer a las empresas en el patrocinio de mensajes que posibiliten la adecuada comprensión del amor y el matrimonio y la edición de programas de televisión y de prensa escrita de apoyo a la familia y a su desarrollo, generar consorcios de sitios de Internet de apoyo a la familia y promover la responsabilidad social empresarial de los avisadores.
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. En torno a la institucionalización y protección del matrimonio – Consolidar la institución matrimonial como base de la constitución familiar que incluye como acciones posibles las de incentivar y promover el matrimonio, obtener la formalización matrimonial de las uniones de hecho y de modalidades de seguro social familiar (ahorros previsionales matrimoniales y familiares), crear redes de apoyo a las que concurran organismos estatales y privados en los niveles nacional, regional y municipal, estudiar cambios en la ley de matrimonio civil que fortalezcan un vínculo más duradero y faciliten la validación civil del matrimonio religioso, fomentar la creación de fundaciones y ONGs que tengan por misión fortalecer la familia, mejorar los servicios de educación pre y post-matrimonial y establecer consorcios entre organismos estatales e instituciones privadas y redes de apoyo a la familia que favorezcan su estabilidad en las diversas etapas del ciclo vital familiar. – Potenciar el reconocimiento social de las familias bien constituidas, que incluye como acciones posibles las de desarrollar campañas comunicacionales a favor de la familia constituida sobre el compromiso matrimonial, difundir las ventajas que representan para los hijos y la sociedad una familia bien constituida y difundir la mayor productividad y bienestar de los empleados en aquellas empresas que tienen políticas pro-familia.
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R E F E R E N C I A S B I B I L O G R A F I C A S
(1) Encuesta MORI (Consultora Market&Opinion Research International), octubre 2001. (2) Encuesta ADIMARK-Revista YA de El Mercurio, noviembre 2001. (3) Estudio Mundial de Valores Chile 2006, Informe de Prensa Diario La Tercera, 29/09/06. (4) Encuesta Nacional de la Familia, Instituto de Sociología de la P. U. Católica de Chile y Fundación Familias por la Familia, julio 1998. (5) Encuesta Collect–Visión Humana, Informe de Prensa Diario El Mercurio, 03/08/06. (6) Estudio Mundial de Valores Chile 2000, Informe de Prensa (7) “La felicidad en Chile”, Revista Capital N° 180, mayo 2006, pág. 54-68, artículo elaborado sobre resultados de la encuesta aplicada por Consultora CIMAGROUP (8) Encuesta Libertad y Desarrollo “Percepción de la Importancia de la Familia y el Rol de los Padres”, Informe Interno e Informe de Prensa Diario El Mercurio, Sección Reportajes, 06 de mayo del 2007 y Boletín Temas Públicos N° 820 del 18 de mayo del 2007, ISSN 0717-1528 en www.lyd.org (9) Encuesta Bicentenario PUCCh-ADIMARK, Informe de Prensa Diario El Mercurio, Sección Reportajes, octubre 2006, www.emol.com/noticias/documentos/pps/encuesta_bicentenario_nov06.pps (10) Encuesta Nacional PNUD–2001 (11) Valenzuela J., Tironi E., Scully T., editores, “El eslabón perdido, familia, modernización y bienestar en Chile”, Aguilar Chilena de Ediciones S.A., marzo 2006 (12) Censos de Población y Vivienda 1960, 1970, 1982, 1992 y 2002, Instituto Nacional de Estadísticas, INE-Chile y Anuarios y Compendios Estadísticos INE-Chile, ediciones anuales período 1960-2002
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(13) Instituto Nacional de Estadísticas, INE-Chile, Proyecciones de Población 2002-2020, Informe de Prensa Diario La Tercera, 04/08/06 (14) “Childhood in Europe”, London School of Economy y otros, Informe de Prensa Diario La Tercera, 22/10/06 (15) Informe de la Comisión Nacional de Familia 1990, publicado en 1993 (16) Estudio Nacional de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos, ENOP-CEP, “Mujer, trabajo y familia”, diciembre 2002 (Puntos de Referencia N° 269, septiembre 2003) y ENOP-CEP “La mujer chilena hoy: trabajo, familia y valores”, mayo-junio 1995 (17) Estudio ADIMARK–Club de Mujeres Empresarias, 2002 (18) “Mujeres Profesionales y Ejecutivas”, Revista Capital N° 159, junio 2004, pág. 6-33, artículo elaborado sobre resultados de la encuesta aplicada por la Consultora Synchromy (19) Valdés M., Serrano T. y Rodríguez J., “Características del Funcionamiento Familiar que predicen Conductas de Riesgo en Adolescentes y sus Familias”, Cuadernos Médicos Sociales, 1997 (20) “Estudio Adolescentes 13-18”, separata Revista Hacer Familia N° 100, diciembre 2003, realizado por la Consultora Market&Opinión Research International, MORI (21) “Sobre el trabajo y la familia: la mirada de los niños 8-12”, Revista YA–El Mercurio, octubre 2004, elaborado sobre resultados de la encuesta aplicada por la Consultora ADIMARK (22) Encuesta Mundial de Salud Escolar, OMS 2004 (23) Ochoa G., “Políticas Públicas, una aproximación a su definición”, documento interno del Consejo Superior de Educación, Chile, octubre 2005 (24) “Documento sobre la Familia de las 40 Organizaciones No Gubernamentales, 1994”, Documentos del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra, Serie Especial, 1995 (25) Heckman J., “Inversión en capital humano y pobreza”, conferencia dictada en el Centro de Evaluación y Estudios en Economía Social para el Alivio de la Pobreza, Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, Argentina (26) “Cambios en las políticas sociales y tributarias”, Boletín Zenit, 21 de mayo 2005 en “www. zenit.org” (27) Comisión Familia Proyecto País, Chile 2010-2020 (Cáceres E.,Claro A., Infante M.I. y Ureta J.M.), Informe Final, diciembre 2005, apoyado por los consultores Brzovic F., Corral H., Dell’Oro C., Ibáñez D., Orrego C., Peña J., Prat G., Roblero M. E., Rubio R. y Villagrán P.
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O T R A S R E F E R E N C I A S D O C U M E N TA L E S
– Cáceres, E., Gana, M.E. y Lecaros M.J., “La familia chilena en cifras”, Revista Hacer Familia 69 (2001): 40-44; 70 (2001): 44-48; 71 (2001): 40-43; 72 (2001): 4043; 73 (2001): 40-44. – Calderón, R., Armonía de Intereses y Modernidad, radicales del pensamiento económico, Editorial Civitas S.A., Madrid, España, 1997. – Eurostat, ELFS and Demographic Statistics – Marías, J., La Mujer en el siglo XX, Alianza Editorial S.A., Madrid, España, 1990. – ONU-Statistics Division Database – Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, “Desarrollo Humano en Chile 2002, Nosotros los chilenos: un desafío cultural” – PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1999. – VV.AA., Nuño L. (editora), Mujeres: de lo Público a lo Privado, Editorial TECNOS, Madrid, España, 1999, en especial Otegui R., La Invisibilidad del Trabajo Femenino. Androcentrismo de las Categorías de Actividad e Inactividad y de Sánchez Ma. J., La Presentación de las Mujeres en los Medios de Comunicación. Hacia la Ruptura de la Dicotomía Público/Privado. – VV.AA., Covarrubias P. y Franco R. (compiladores), Chile, Mujer y Sociedad, UNICEF, AlfaBeta Impresores, Santiago de Chile, 1978, en especial de González G., Mujer y Sociedad: una presentación general, Urzúa R., Desarrollo, Mujer y Fecundidad, Lira L., La Mujer y las Políticas de Población: notas preliminares y Aspectos Sociológicos y Demográficos de la Familia en Chile y Borsotti C., Situación de la Mujer y Desarrollo: acotaciones.
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II FAMILIA Y FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO
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3 FAMILIA y habilidades
COMO DETERMINANTES DE LOGROS ECONÓMICOS Y SOCIALES James J. Heckman * Sergio Urzúa S. **
James J. Heckman es Profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Chicago. Recibió el premio Nobel de Economía en el año 2000. También es profesor e investigador de University College de Londres y American Bar Foundation. Obtuvo su Doctorado (PhD) en Economía en 1971 en Princeton University. ** Sergio S. Urzúa es profesor asistente del Departamento de Economía de Northwestern University e investigador asociado del Instituto de Investigación de Políticas de la misma universidad. Obtuvo su Doctorado (PhD) en Economía en 2007 en la Universidad de Chicago. Este trabajo en un extracto del artículo: The Effects of Cognitive and Non-cognitive Abilities on Labor Market Outcomes and Social Behaviour, cuyos autores son James J. Heckman, Jora Stixrud y Sergio Urzúa. Fue publicado en Journal of Labor Economics, v. 24, n. 3, 2006, por la Universidad de Chicago. *
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I ntroducción
Este trabajo presenta recientes resultados que demuestran como habilidades cognitivas y no-cognitivas pueden explicar el desempeño educacional, laboral y social de las personas. En el desarrollo de este tipo de habilidades tanto la familia como la educación juegan un importante rol. El enfoque empírico descrito en este capítulo corrige una variedad de problemas que son típicamente omitidos en la literatura (problemas de error de medida, aproximaciones imperfectas y problemas de doble causalidad). Los resultados indican que las habilidades no-cognitivas afectan las decisiones educacionales, y también salarios, dado el nivel educacional. Las decisiones educacionales y de empleo, la experiencia laboral y la selección de la ocupación son determinadas tanto por habilidades cognitivas como no-cognitivas. Estas dos habilidades también aparecen como importantes determinantes de una amplia variedad de comportamientos, como por ejemplo la incidencia en el consumo de cigarrillos y marihuana, la participación en actividades delictuales y las decisiones de fertilidad durante la adolescencia. Este trabajo también describe las implicancias sobre el diseño de políticas públicas de estos resultados.
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I . H a b ilidades Cogniti vas y N o - Cogniti vas como D eterminantes de los R esultados E conómicos y S ociales de la P o b lación
Numerosos estudios han establecido el crítico rol de las habilidades cognitivas (Inteligencia o Coeficiente Intelectual – IQ), el ambiente familiar y el ambiente escolar del individuo sobre el desempeño educacional, logros laborales y comportamientos sociales (ver por ejemplo los resultados en Cawley, Heckman and Vytlacil, 2001; y Herrnstein y Murray, 1994), relegando a un segundo plano (y usualmente simplemente omitiendo) la potencial importancia de las habilidades no-cognitivas (rasgos de personalidad o habilidades blandas) tales como autoestima, motivación, y auto-control, entre otros. Esto aun cuando existe suficiente evidencia en otras disciplinas, sugeriendo que estas últimas habilidades son efectivamente importantes factores detrás de los resultados educacionales, laborales y sociales de las personas. A modo de ejemplo, la evidencia internacional muestra que programas sociales, correctamente diseñados e implementados, en los cuales se ha intervenido tempranamente en la vida de los individuos,
Sociólogos por ejemplo, han analizado el rol de las habilidades no-cognitivas como determinantes de resultados educacionales y salarios (ver el capítulo por Peter Mueser en Jencks, 1979), y muchos estudios en psicología han demostrado el efecto de las habilidades no-cognitivas sobre los logros educacionales de niños y adolescentes (Wolfe y Jonson, 1995; Duckworth y Seligman, 2005)
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pueden corregir exitosamente algunas de las deficiencias iniciales asociadas a ambientes familiares adversos. El éxito de estas intervenciones no se atribuye necesariamente a un aumento potencial de los niveles de habilidades cognitivas (IQ) entre los participantes, sino que más bien a su impacto sobre los niveles de habilidades no-cognitivas (Heckman, 2005). Una ilustración de lo anterior es la intervención llevada a cabo en la década de los años 60s en Ypsilanti, Michigan–EEUU. Esta intervención es conocida como el programa pre-escolar Perry. En este programa se intervino tempranamente en el ciclo de vida de 123 niños desaventajados con edades entre los 3 y 4 años. La intervención consistió de sesiones de 2.5 horas diarias con profesores, y visitas de 1.5 horas al hogar durante los fines de semana durante un período de 30 semanas. Estas últimas tenían como finalidad proveer a la madre con las herramientas necesarias para asegurar un mejorar desempeño educacional de sus hijos. Grupos de niños fueron aleatoriamente asignados a grupos de tratamiento y control, e información para ambos grupos ha sido recolectada hasta la edad de 40 años. Como lo demuestra el Cuadro 1, el programa no mejoró el coeficiente intelectual (habilidad cognitiva) de los niños en el largo plazo. Sin embargo, el programa si mejoró los resultados educacionales y el comportamiento social de los tratados respecto del grupo de control. En particular, 66% de los individuos en el grupo de tratamiento se graduó de la enseñanza media a tiempo versus sólo un 45% en el grupo de control, 49% de los individuos en el grupo de tratamiento logró resultados superiores al décimo percentil en pruebas de desempeño (California Achievement Test) a los 14 años versus 15% del grupo de control, y finalmente, los individuos en el grupo de tratamiento tuvieron una significativa menor participación en actividades ilegales antes de los 40 años. Entonces, dado que no se observaron cambios en los niveles de habilidades cognitivas medidas a través de pruebas formales de inteligencia, estos resultados representan evidencia indirecta de que los niveles de las habilidades no-cognitivas deben f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
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haber sido incrementados por el programa. Esto es consistente con la idea de que habilidades no-cognitivas son fundamentales para un desarrollo económico y social exitoso. El objetivo principal de este trabajo es presentar resultados directos y concluyentes del rol de ambas dimensiones de habilidad (cognitivas y no-cognitivas) sobre un amplio rango de variables educacionales, laborales y sociales, controlando por las características del ambiente familiar y local en donde creció el individuo. Los resultados indican que para una gran variedad de comportamientos, y para muchas variables asociadas al desempeño laboral y educacional, un cambio en la habilidad no-cognitiva tiene un efecto similar o mayor que el producido por un cambio comparable en la habilidad cognitiva. Este resultado contradice la teoría de comportamiento humano propuesta por Herrnstein y Murray (1994), y Jensen (1998) entre otros, basada en el supuesto que sólo habilidades cognitivas explican los resultados socio-económicos de la población. Un elemento fundamental de nuestro análisis es la distinción entre los niveles de habilidades cognitivas y los resultados asociados a pruebas de conocimiento y/o aptitud, y entre los niveles de habilidades no-cognitivas y los resultados obtenidos a partir de pruebas de personalidad y/o actitud. Esta distinción representa una diferencia significativa respecto de la práctica convencional utilizada en la literatura, en la cual los resultados obtenidos a partir de diferentes pruebas son interpretados directamente como medidas de habilidades. Los resultados en este capitulo indican que los resultados en pruebas de conocimiento, aptitud, personalidad y/o actitud pueden ser fuertemente influenciados por las características del ambiente familiar y escolar del individuo, por lo que no pueden ni deben ser interpretados como habilidades en un sentido puro. Específicamente, nuestro análisis implica que, por ejemplo, dos jóvenes con el mismo nivel de habilidades cognitivas y no-cognitivas tendrán distintos puntajes en pruebas de conocimiento dependiendo del nivel educacional de los padres, el ingreso familiar, la presencia de padres divorciados, y otras
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características del ambiente educacional en el que se desenvuelve. Esto claramente implica que los puntajes de pruebas de conocimiento no pueden ser interpretados directamente como niveles de habilidades cognitivas. Este capitulo también analiza algunas de las implicancias de nuestro método y sus resultados sobre el diseño de políticas publicas efectivas y eficientes. En particular, el texto hace hincapié en la necesidad de contar con mejores sistemas de información (encuestas) que permitan llevar a cabo estudios similares al descrito en este trabajo. Chile (y gran parte de Latinoamérica) requiere invertir urgentemente en sistemas de información comparables a los existentes en los países desarrollados, funcionales al diseño e implementación de políticas públicas. .
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I I . L a N ecesidad de Contar con F uentes de I nformación A decuadas
Los resultados empíricos presentados en este trabajo fueron construidos utilizando la Encuesta Longitudinal de Jóvenes 1979 (National Longitudinal Survey of Youth 1979 o NLSY79). Esta encuesta es representativa de una cohorte de individuos nacidos entre los años 1957 y 1965 en los Estados Unidos, y ha sido extensamente utilizada en la literatura. La encuesta contiene información longitudinal detallada de las historias educacionales, laborales, y familiares de cada individuo en la muestra desde 1979 (el año de la primera entrevista). Esta cohorte ha sido seguida desde ese momento. Adicionalmente, y para los propósitos de este trabajo, es importante mencionar que esta encuesta cuenta con una variedad de pruebas de habilidades cognitivas y escalas de actitudes (pruebas no-cognitivas) respondidas por los encuestados. En particular, en 1980 los sujetos encuestados en la NLSY79 respondieron diez pruebas cognitivas. Cinco de estas pruebas son utilizadas en este trabajo. Estas pruebas son: razonamiento aritmético, conocimiento de palabras, comprensión de lectura, conocimiento matemático, y velocidad de codificación. Una gran cantidad de estudios han interpretado estas pruebas como medidas de habilidad cognitiva de la población (Cameron y Heckman, 1998; Neal y Johnson, 1996; Osborne-Groves, 2004).
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Paralelamente, la NLSY79 recolectó dos pruebas de habilidades no-cognitivas. Estas pruebas son la escala de auto control de Rotter (suministrada en 1979), y la escala de autoestima de Rosenberg (suministrada en 1980). La escala de Rotter tiene como objetivo medir el grado de control que un individuo cree poseer sobre su vida. La escala de Rosenberg por otra parte, fue diseñada para cuantificar la percepción individual o autoestima. Ambas escalas han sido utilizadas en estudios previos (Osborne-Groves, 2004). Como lo ilustrará el modelo empírico de este trabajo, es la disponibilidad de esta gran cantidad de información a nivel individual lo que permite la identificación de los mecanismos a través de los cuales las habilidades cognitivas y no-cognitivas determinan los resultados educacionales (incluyendo los puntajes en las pruebas cognitivas y escalas de actitud), laborales y sociales de la población. Esto además, tomando en consideración las características del hogar y del barrio en el que creció cada individuo en la muestra. Las características y el nivel de detalle de la información a nivel individual disponible en la NLSY79 contrastan dramáticamente con las características de las fuentes de información existentes en Chile. En primer lugar, la serie de Encuestas de Caracterización Socioeconómica (CASEN ), probablemente las más utilizada en Chile, no sigue a los mismos individuos a través del tiempo. Esto impide el análisis de las historias educacionales, laborales y sociales de la población. Por otra parte, la serie de encuestas de empleo de la Universidad de Chile (1958-2007), la segunda fuente de información con datos a nivel individual (hogares) más popular en Chile, si bien potencialmente permiten el análisis de paneles cortos, en la práctica ha sida analizada del mismo modo que las encuestas CASEN, esto es, como un con-
Los únicos esfuerzos para la recolección de información longitudinal a partir de las encuestas CASEN se han llevado a cabo en el contexto del análisis de la dinámica de pobreza (panel Casen 1996-2001) y el análisis del programa social Chile Solidario (panel Casen 20032006), siendo esta última a la fecha una propuesta.
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junto de encuestas sin ningún tipo de conexión a través del tiempo. Finalmente, las encuestas de protección social (EPS 2002 y 2004), son quizás las fuentes de información con la mejor y más detallada información longitudinal disponibles en Chile. Sin embargo, esta información longitudinal es el resultado de preguntas retrospectivas, por lo que su análisis presenta limitaciones. Adicionalmente, estas encuestas no tienen una completa historia laboral de los individuos (no se recolecta información de ingresos, solo situación de empleo). Cabe mencionar que a la falta de información longitudinal detallada, se suma el hecho que ninguna de las fuentes de información previamente descritas, contiene información respecto de las habilidades cognitivas o no-cognitivas de la población, y que la información existente respecto a los ambientes familiares, escolares y locales en los que se desarrolló el individuo, esta acotada a un numero muy limitado de variables. Como consecuencia de esta realidad, el entendimiento del papel de las habilidades (cognitivas y no-cognitivas), la familia, la escuela y el barrio, como determinantes de los resultados educacionales, laborales y sociales de los individuos, esta severamente limitado en el caso de Chile. Esto puede explicar el por qué la estrategia de desarrollo de Chile se ha caracterizado por la imposibilidad de diseñar políticas públicas orientadas a modificar cada una de dichas dimensiones en forma precisa y eficiente –con las potenciales positivas consecuencias en el largo plazo sobre los resultados socio-económicos de la población. El contar con mejor información a nivel individual es una necesidad prioritaria para asegurar el diseño de políticas públicas adecuadas.
Bravo, Ramos y Urzúa (2003) representa una excepción. Este trabajo analiza las estadísticas de desempleo utilizando el formato de paneles rotativos que caracteriza las encuestas de empleo de la Universidad de Chile.
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I I I . E l E fecto de las M edidas de H a b ilidades Cogniti vas y N o - Cogniti vas So b re Salarios de Acuerdo al Análisis Conv encional
Antes de introducir un modelo general para el estudio del rol de las habilidades cognitivas y no-cognitivas, es interesante considerar modelos de regresión lineal simples en donde se analiza el impacto de las medidas (pruebas) de habilidades cognitivas y no-cognitivas sobre los salarios observados durante la adultez. En particular, y siguiendo el análisis convencional, utilizaremos el promedio de las resultados asociados a las pruebas de habilidades cognitivas mencionadas en la sección anterior, como aproximación de dicha habilidad. Paralelamente, el promedio de los resultados asociados a las escalas de Rotter y Rosenberg es utilizado para construir una aproximación de habilidad no-cognitiva. Cabe destacar que, tanto en el caso de las pruebas de habilidades cognitivas como no-cognitivas, la información es recolectada durante la adolescencia y juventud. Los resultados del Cuadro 1 anexo (columna A) indican que controlando por el nivel de educación, ambas habilidades predicen salarios durante la adultez. Sin embargo, el nivel educacional de los individuos es una variable endógena y cualquier análisis empírico debe considerar esta endogeneidad. Una alternativa para resolver este problema es el eliminar las variables de escolaridad de la regre-
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sión (esta idea es propuesta por Neal y Johnson, 1996). En este caso, el problema de endogeneidad es eliminado y los coeficientes de la regresión representarían el efecto neto de las habilidades sobre salarios (sus efectos directos más los efectos indirectos a través de la educación). La columna B en el Cuadro 1 presenta los resultados asociados a esta alternativa. Nuevamente ambas habilidades son significativas. Esta evidencia sugiere que habilidades cognitivas y no-cognitivas medidas durante la adolescencia y juventud afectan significativamente los niveles salarios durante la adultez. Esto es consistente con los resultados existentes en previos estudios (Jenks, 1979). Sin embargo, este enfoque empírico está sujeto a importantes calificaciones. En primer lugar, estos resultados no consideran la diferencia existente entre pruebas cognitivas o escalas de personalidad y las reales habilidades de los individuos. Por ejemplo, si bien el nivel de habilidad cognitiva (IQ) es básicamente estable después de los 8 años, distintos estudios han demostrado que las pruebas de habilidades cognitivas no son inmunes a los efectos de edad y educación (Neal y Johnson, 1996; Hansen, Heckman y Mullen 2004; Heckman, Larenas y Urzúa, 2006; Urzúa 2007). Entonces, el resultado de una prueba de desempeño no puede ser interpretado como una verdadera medida de habilidad cognitiva, sin antes considerar que esta prueba puede estar influenciada por las características del individuo (edad, educación, conformación familiar) al momento de tomarla. Los resultados presentados en el Cuadro 1 no controlan por estos efectos, y por lo tanto, tienden a sobre-estimar el efecto de habilidad sobre salarios y a subestimar el efecto de educación sobre salarios. El análisis de Bowles y Gintis (1976) por otra parte, sugiere que un fenómeno similar puede ocurrir en el caso de habilidades no-cognitivas. Por lo tanto, las escalas de actitud (Rotter y Rosenberg) deben ser interpretadas, en el mejor de los escenarios, como medidas imperfectas de las verdaderas habilidades no-cognitivas de los individuos, y consecuentemente, los coeficientes asociados a la medida
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de habilidad no-cognitiva presentados en el Cuadro 1 pueden sufrir de severos sesgos. El método de variables instrumentales, que es la alternativa convencional para resolver los problemas de error de medida y simultaneidad (endogeneidad), está también sujeto a calificaciones en este caso. En primer lugar, la elección del instrumento es usualmente controversial. En segundo lugar, en modelos con heterogeneidad en características no observables no es claro como interpretar los resultados obtenidos a partir de variables instrumentales (Heckman, Urzúa y Vytlacil, 2006). El análisis empírico utilizado en este trabajo resuelve los problemas de endogeneidad y error de medición en un contexto en donde se permite heterogeneidad en características no observables. El método se basa en la utilización de un vector de habilidades latentes. Este vector incluye habilidades cognitivas y no-cognitivas. Los niveles de estas habilidades son asumidos conocidos por los individuos, pero no por el investigador. Adicionalmente, el modelo empírico postula que estas habilidades latentes, en conjunto con las características del individuo, son los determinantes de las escalas de actitudes y las pruebas cognitivas disponible en la encuesta, y que son estas habilidades también la fuente de dependencia entre estas pruebas, salarios, niveles educacionales, decisiones ocupacionales, y una variedad de comportamientos. De esta forma, una vez que se controla por estas habilidades latentes, los problemas de endogeneidad y error de medida son resueltos. En este sentido, el método puede ser interpretado como una suerte de matching, en donde las variables sobre las cuales se realiza el matching no son observables, pero sus distribuciones puede ser estimadas (ver Carneiro, Heckman y Hansen, 2003; y Heckman, Stixrud y Urzúa, 2006, para un análisis más detallado de esta idea).
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I V. U n M odelo E mpí rico para el E studio del R ol de H a b ilidades Cogniti vas y N o - Cogniti vas so b re E ducación , E mpleo, E x periencia L a b oral y Salarios
Esta sección presenta un breve resumen del modelo utilizado en Heckman, Stixrud y Urzúa (2006), de ahora en adelante HSU (2006), para el análisis del rol de las habilidades cognitivas y no-cognitivas sobre el desempeño educacional, laboral y social del individuo. Para un detallado análisis del modelo ver HSU (2006). Las habilidades cognitivas y no-cognitivas pueden afectar las dotaciones iniciales de los individuos y sus preferencias (Cunha, Heckman, Lochner y Masterov, 2006). Ellas también pueden afectar la producción de capital humano y la productividad en el trabajo. Los resultados empíricos presentados en la siguiente sección confirman los múltiples roles de dichas habilidades. El modelo postula la existencia de dos variables no observables, representando las verdaderas habilidades cognitivas y nocognitivas de los individuos. Dado las características observables de los individuos, estas variables explican la dependencia entre los distintos resultados educacionales, laborales y sociales. A nivel individual, los niveles de estas habilidades pueden ser interpretados como el resultado de un proceso en donde factores hereditarios,
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las características del ambiente familiar, y los efectos de cualquier intervención temprana juegan roles importantes. Como se mencionó anteriormente, asumimos que estas habilidades son conocidas por los individuos, pero no por el investigador, y que ellas son estables después de la niñez. Denotaremos por f C y f N los niveles de las habilidades cognitivas y no-cognitivas, respectivamente. Adicionalmente, asumiremos que estas habilidades son independientes. Este supuesto es utilizado por conveniencia, pero puede ser relajado (Cunha, Heckman y Schennach, 2007). Es importante hacer notar que el modelo no restringe la dependencia entre las proxies de estas habilidades (pruebas de conocimiento y escalas de actitud) en tanto ellas también son afectadas por otras variables (por ejemplo, educación del padre y de la madre).
1. El modelo de salarios El modelo permite que distintos grupos educacionales puedan enfrentar distintos retornos a las habilidades (como también sobre observables). Si denotamos por s al nivel educacional, con s=1,...,S , tenemos que los salarios YS pueden ser descritos como: 1nYS = αY, s + βY, s X Y, s + λ Y,Cs f C + λ Y,N s f N + εY, s con s=1,..., S
(1)
en donde XY,s representa un vector de observables, βY,s es el vector de retornos asociado a XY,sC , λY,sN y λY,s son los parámetros asociados a las habilidades latentes, y εY,s es el componente idiosincrásico de la regresión (el término de error desde el punto de vista del individuo). Entonces, εY,s ⊥⊥(XY,s , f C, f N ) para cualquier nivel de educación s.
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113
2. El modelo para las decisiones educacionales
Libertad y Desarrollo
Cada individuo debe elegir su nivel educacional entre s distintas posibilidades. La elección se basa en la comparación de los niveles de utilidades asociadas a cada alternativa educacional. En particular, si Is denota la utilidad asociada al nivel educacional s, el individuo elige el nivel educacional que le entregue el mayor nivel de utilidad entre las s distintas alternativas { I s } ss=1 . El modelo considera un modelo lineal para el nivel de utilidad I s . Específicamente, se asume que: IS = αI , s + βI , s X I , s + λ I,C s f C + λ I,Ns f N + εI , s con s =1,..., S
(2)
en donde nuevamente la definición de los ingredientes de esta expresión sigue la lógica utilizada en el modelo (1). Es importante hacer notar que todos los errores (ε) en las expresiones (1) y (2) son mutuamente independientes, independientes de las habilidades cognitivas ( f C ) y no-cognitivas ( f N ), e independientes de los demás controles considerados en el modelo.
3. Habilidades latentes versus medidas de habilidad: El sistema de pruebas de conocimiento y escalas de actitudes Como se mencionó anteriormente, el análisis empírico considerado en este trabajo distingue las habilidades reales de los individuos (habilidades latentes) de la información proveniente de pruebas de conocimiento y escalas de actitudes (medidas de habilidad) disponibles en los datos. Entonces, si asumimos la disponibilidad de información para distintas medidas de habilidad cognitiva (C1 ,..., CP ) y no-cognitiva (N1 ,..., NQ ), el modelo asume que: El análisis en HSU (2006) también considera el rol de las habilidades cognitivas y no-cognitivas como determinantes de la experiencia laboral, y las decisiones de empleo y sector ocupacional. La discusión de estas dimensiones es omitida en este trabajo.
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libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
Cp = αC , p + βC , p X C , p + λ Cp f C + εC , p con p =1,..., P
(3a)
Nq = αN , q + βN , q X N , q + λ Nq f N + εN , q con q =1,..., Q
(3b)
en donde X C , p y X N , q son variables que afectan los resultados en las pruebas cognitivas y no-cognitivas. Ejemplo de estas variables pueden ser la educación de la madre, la educación del padre, el ingreso familiar durante la niñez, el número de hermanos, entre otras. Las expresión (3a) indica que sólo la habilidad cognitiva afecta los resultados de los pruebas cognitivas. La lógica también se aplica en el caso de las pruebas y habilidades no-cognitivas (expresión (3b)). Esta estructura es asumida para facilitar la implementación empírica del modelo y asegurar su identificación. Estrictamente hablando, los supuestos asumidos sobre (3a) y (3b) respecto de la relación entre habilidades y medidas de habilidad son suficientes para identificar el modelo, pero no necesarios. Por lo tanto, en un principio, el modelo podría ser modificado permitiendo a habilidades cognitivas afectar medidas de habilidad no-cognitiva y viceversa. La estructura del modelo implica que condicionando en las variables observadas ( X ), la dependencia entre las distintas pruebas, las decisiones educacionales y los resultados laborales se explica a través de las habilidades latentes o no observables ( f C y f N ). Si el investigador pudiese controlar por esta dependencia, los problemas de endogeneidad en el modelo desaparecerían. En otras palabras, si f C y f N fuesen observables, entonces sería posible utilizar una estrategia de matching (pareo) para controlar por dicha dependencia. Sin Para un análisis formal de la identificación de modelos con habilidades latentes ver HSU (2006), y Carneiro, Hansen and Heckman (2003).
Los sistemas de pruebas y escalas de actitudes considerados en HSU (2006) también considera los efectos de la heterogeneidad en los niveles de educación al momento de tomar las pruebas. Esto es debido a que en el caso de la NLSY79, las mismas pruebas de habilidades son impartidas a individuos con distintos niveles de educación. El análisis de HSU (2006) (ver también, Hansen, Heckman y Mullen, 2005; y Urzúa 2007) controla por dicho efecto y muestra que diferencias educacionales al momento de tomar las pruebas tienen efectos considerables que pueden afectar la interpretación de los resultados.
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115
embargo, dado que el enfoque asume que estas habilidades no son observadas, es necesario estimar sus distribuciones en conjunto con los parámetros del modelo. La estimación (e identificación) de estas distribuciones es suficiente para el modelamiento de endogeneidad en el contexto del modelo (esto puede interpretarse como matching sobre no observables).
Libertad y Desarrollo
4. Incorporando comportamientos sociales dentro del modelo La gran mayoría de los estudios empíricos que analizan el impacto de habilidades cognitivas y no-cognitivas se ha centrado en el estudio de los efectos de dichas habilidades sobre el rendimiento educacional y el desempeño laboral (Cameron y Heckman, 2001; Bowles et. al., 2001; Segal, 2005). Herrnstein y Murray (1994) presentan evidencia de la correlación entre las medidas de habilidades cognitivas y una variedad de comportamiento social (por ejemplo, decisiones de matrimonio y crimen). El análisis en HSU (2006) extiende esta lógica al estudio del impacto de no sólo a habilidades cognitivas, sino que también habilidades no-cognitivas sobre un número de distintos comportamientos. HSU (2006) investigan los efectos de las habilidades cognitivas y no-cognitivas sobre las decisiones de consumo de cigarrillos, consumo de marihuana, participación en actividades que llevan a encarcelamiento durante adultez, y participación en actividades ilegales durante la juventud. El modelo empírico utilizado para el análisis de estos comportamientos (en conjunto con las decisiones de educación, los resultados en las pruebas cognitivas y escalas de actitudes, y los resultados laborales) se basa en un modelo de elección discreta. Formalmente, si Dj denota la variable binaria que define si el individuo reporta el comportamiento j (Dj = 1) o no (Dj= 0), entonces:
116
libertad y desarr o ll o
Dj = 1 ⇔ Ij ≥ 0
y la estructura para variable latente es tal que:
Libertad y Desarrollo
I j = αj + βj Xj + λjC f C + λjN f N + εj
en donde nuevamente la definición de los ingredientes de esta expresión sigue la lógica utilizada previamente. HSU (2006) también analizan las decisiones de matrimonio y embarazo juvenil entre las mujeres. En este caso, se utiliza un modelo multinomial en donde cuatro alternativas mutuamente excluyentes son consideradas: soltera sin hijos antes de los 18 años, casada con hijos antes de los 18 años, casada sin hijos antes de los 18 años, y soltera con hijos antes de los 18 años. El modelo formal es similar al utilizado para el estudio de las decisiones de educación. De este modo, a partir de la estructura previamente descrita y la disponibilidad de los datos necesarios, es posible cuantificar el impacto de las habilidades cognitivas y no-cognitivas sobre cada una de las distintas variables de interés.
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Libertad y Desarrollo
V. L a implementación del modelo
Modelos empíricos de la forma del previamente descrito pueden ser estimados utilizando distintos enfoques. HSU (2006) estiman el modelo utilizando un enfoque bayesiano (método de Markov Chain Monte Carlo). Para estimar la distribución de las habilidades latentes (no observables) ellos asumen que estas habilidades se distribuyen de acuerdo a mixture de tres distribuciones normales. De esta forma, el modelo no asume a priori distribuciones normales en la población, supuesto que además es testeado y rechazado en los datos. El modelo considera seis niveles de educación: sin certificado de educación secundaria, certificado de equivalencia de educación secundaria (GED), certificado de educación secundaria sin estudios en educación superior, con estudios en educación superior pero sin título universitario, con título universitario en un programa de dos años, con título universitario en un programa de cuatro años. El nivel de educación considerado es el máximo reportado por el individuo a los treinta años. Entre las variables utilizadas como controles
El GED es un certificado de equivalencia de educación secundaria que puede ser obtenido por cualquier individuo que decide no continuar sus estudios antes de graduarse de la educación secundaria. Para obtener el GED el individuo debe someterse a una prueba de conocimiento, además de pagar un monto de dinero que depende de cada Estado.
118
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
en el modelo educacional se encuentran los costos a nivel local de matrícula en programas universitarios de dos y cuatro años, y los costos asociados a la obtención de certificados de equivalencia de educación secundaria (GED). Adicionalmente, distintas variables interpretadas como proxies del costo de oportunidad de cada nivel educacional son incluidas en el modelo de educación: niveles salariales y tasas de desempleo para los distintos grupos educacionales obtenidas para la localidad en la que el individuo vivía a los 17 años. Finalmente, distintas variables controlando por las características del individuo son incluidas en la estimación: educación de los padres, número de hermanos, ingreso familiar durante niñez, raza, año de nacimiento, etc. El modelo de salarios es estimado para cada uno de los niveles educacionales mencionados anteriormente. Los salarios utilizados en la estimación del modelo corresponden a los reportados a los treinta años de edad. Las variables utilizadas como controles, incluyen raza, niveles de empleo y salarios locales, y características demográficas del lugar de residencia del individuo (noreste, sur, etc.). En el caso de las variables de comportamiento, HSU (2006) utilizan como controles la raza, variables caracterizando el ambiente familiar en que creció el individuo y un conjunto de variables que controlan por el año de nacimiento del individuo. Adicionalmente, en cada una de las dimensiones educacionales, laborales y de comportamiento, se incluyen las habilidades cognitivas y no-cognitivas como variables explicativas. Finalmente, en el caso de las pruebas cognitivas y las escalas de actitud (expresiones (3a) y (3b), respectivamente), el modelo es estimado controlando por la educación de los padres, número de hermanos, ingreso familiar durante niñez, raza, año de nacimiento, un indicador de si el individuo creció en un hogar con padres separados, y los niveles educacionales al momento de tomar las pruebas. Es importante hacer notar que estas pruebas y escalas son seleccionadas en función de la disponibilidad de información en la NLSY79. f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
119
Libertad y Desarrollo
El análisis ideal debiese considerar un espectro más amplio de variables caracterizando el perfil psicológico, emocional y cognitivo del individuo.
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libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
V I . R esultados
En primer lugar, es necesario mencionar que los resultados del modelo pasan las pruebas formales de bondad de ajuste para cada una de las dimensiones consideradas. Adicionalmente, los parámetros asociados a las habilidades cognitivas y no-cognitivas son significativos en casi la totalidad de las ecuaciones estimadas. Estos resultados están disponibles en HSU (2006) y en la página web jenni. uchicago.edu/noncog. En esta sección, en vez de analizar cada uno de los parámetros del modelo, se presenta la evidencia del rol de las habilidades cognitivas y no-cognitivas utilizando un conjunto de figuras que ilustran su importancia como determinantes de los logros educacionales, laborales y sociales de los individuos. El Gráfico 2 del Anexo presenta las distribuciones de habilidades cognitivas y no-cognitivas por nivel de educación y género. Las distribuciones son extremadamente no normales. En el caso de las habilidades cognitivas, la figura presenta un claro orden. Individuos con mayores niveles de habilidad cognitiva alcanzan niveles de educación más altos. Esto es evidencia del rol de estas habilidades en las decisiones educacionales. En el caso de las habilidades no-cognitivas el orden de las distribuciones por nivel educacional sigue el mismo patrón, con la única excepción del orden encontrado para hombres que obtienen GEDs versus hombres que no se gradúan de
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
121
Libertad y Desarrollo
la enseñanza secundaria. Esto es particularmente interesante pues demuestra la hipótesis propuesta en Heckman y Rubinstein (2001) en cuanto a que los GEDs tienen niveles de habilidad cognitiva comparables a los niveles encontrados para individuos que se gradúan de la educación secundaria (pero no continúan sus estudios), pero niveles de habilidades no-cognitivas comparables a los niveles encontrados para individuos que no se gradúan de la educación secundaria (ni obtienen un certificado equivalente). Esto explica los malos resultados laborales de los GEDs comparados con los individuos que completan doce años de educación. Los Gráficos siguientes del Anexo presentan los resultados más importantes obtenidos a partir del modelo empírico descrito anteriormente. Los resultados son reportados para hombres. Solamente se presentan los resultados del modelo de matrimonio y fertilidad para las mujeres. Todas las figuras comparten la misma estructura. Cada una presenta tres paneles. El panel (i) se presenta la relación entre la variable de interés y las dos dimensiones de habilidad. Los paneles (ii) y (iii) presentan las relaciones entre la variable y cada uno de las habilidades por separado. El promedio del logaritmo del salario por deciles de habilidad cognitivas y no-cognitivas es presentado en el Gráfico 3. Los resultados indican que las habilidades no-cognitivas tienen efectos positivos y similares a los de las habilidades cognitivas. Sin embargo, una limitación de estos resultados es que estos incluyen tanto los efectos directos de habilidades sobre salarios, los efectos de habilidades sobre niveles educacionales, y el efecto de los niveles de escolaridad sobre salarios. La Figura 4 controla por estos elementos, al presentar el efecto de las habilidades sobre los salarios para el grupo de individuos sin certifi El análisis completo de los resultados para mujeres es presentado en HSU (2006).
Entonces, los resultados presentados en el panel (ii) son obtenidos luego de integrar la distribución de la habilidad no-cognitiva, mientras que los resultados en el panel (iii) son obtenidos luego de integrar la distribución de la habilidad cognitivas. De este modo los paneles (ii) y (iii) muestran los efectos marginales de las habilidades cognitiva y no-cognitiva sobre la variable de interés, respectivamente.
122
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
cado de educación secundaria. Adicionalmente, los paneles (ii) y (iii) en esta figura presentan la proporción de individuos reportando este nivel educacional para cada uno de los deciles de la distribución habilidades cognitivas (panel (ii)) y no-cognitivas (panel (iii)). Interesantemente, la pendiente asociada a la habilidad no-cognitiva es mayor a la obtenida para la habilidad cognitiva. Finalmente, un análisis detallado de los resultados para cada nivel educacional (no incluidos aquí) indica que si bien los patrones observados en el Gráfico 4 se mantienen, las habilidades son valoradas en forma distinta dependiendo del nivel educacional considerado (ver HSU, 2006 para mayores detalles). El Gráfico 5A presenta el efecto de las habilidades latentes sobre la decisión de no terminar la educación secundaria. Los resultados indican que ambas habilidades tienen efectos significativos sobre esta decisión, pero las habilidades cognitivas presentan un mayor efecto que las no-cognitivas de acuerdo a la gradiente. Los resultados también demuestran que aquellos individuos con altos niveles de habilidad cognitiva muy probablemente no reportarán esta categoría educacional. El Gráfico 5B presenta los efectos sobre la probabilidad de obtener un titulo profesional en un programa de cuatro años. Nuevamente los efectos son substanciales, siendo el efecto de la habilidad cognitiva comparativamente más importante en este caso. Los resultados para los distintos grupos educacionales confirman estos resultados (ver HSU, 2006). El análisis de los efectos de las habilidades sobre distintos comportamientos sociales también provee interesantes conclusiones. En el caso del consumo diario de cigarrillos antes de los 19 años, los resultados indican que cambios en la habilidad no-cognitiva tienen el mayor impacto entre los hombres10. Estos resultados se presentan en el Gráfico 6.
En el caso de las mujeres, los resultados muestran que es la habilidad cognitiva la que reduce más significativamente el consumo de cigarrillos. Ver HSU, 2006.
10
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123
Libertad y Desarrollo
El Gráfico 7 muestra la importancia de las habilidades no-cognitivas sobre el consumo de marihuana. Aumentos en estas habilidades reducen el consumo de marihuana en forma significativa. El efecto de las habilidades cognitivas no es tan importante en este caso. El Gráfico 8 analiza los cambios en la probabilidad de encarcelamiento antes de los 30 años producidos por cambios en las habilidades latentes. Si bien tanto las habilidades cognitivas como no-cognitivas son importantes, encontramos que son estas últimas las que producen un efecto mas drástico sobre la probabilidad de encarcelamiento. Esto contradice el análisis de Herrnstein y Murray (1994) que postula que son las habilidades cognitivas los factores explicativos de las diferencias en las tasas de participación en crimen. Los resultados son similares cuando se analiza la probabilidad de participar en actividades ilegales durante la juventud (ver HSU, 2006). Aun cuando las dos dimensiones de habilidad son importantes determinantes de las decisiones de matrimonio y fertilidad durante la adolescencia (antes de los 19 años) para las mujeres, son los cambios en las habilidades no-cognitivas las que tienen el mayor efecto. El Gráfico 9 presenta los efectos de los dos tipos de habilidades sobre la probabilidad de estar soltera sin hijos antes de los 19 años. Los cambios en las habilidades cognitivas son importantes, pero son de menor magnitud cuando se comparan a los cambios producidos por las habilidades no-cognitivas. La evidencia descrita en esta sección indica que dos habilidades latentes, asociadas a dimensiones cognitivas y no-cognitivas, no solamente afectan los resultados educacionales y el desempeño laboral de los individuos, sino que también una gran variedad de comportamientos durante la adolescencia y adultez.
124
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
V I I . Conclusiones y lecciones para C hile
En este capítulo se ha presentado evidencia concluyente del rol de las habilidades cognitivas y no-cognitivas como determinantes del éxito económico y social de los individuos. Para muchas dimensiones de comportamiento, las habilidades no-cognitivas tienen efectos más importantes (en el sentido utilizado en el análisis de los resultados) que las habilidades cognitivas. Las habilidades cognitivas y no-cognitivas incrementan la productividad en el mercado laboral, aumentan los logros educacionales, y disminuyen la probabilidad de incurrir en comportamientos riesgosos (consumo de cigarrillo y marihuana, la participación en actividades ilegales, y embarazo juvenil). Estos resultados representan una importante contribución si se considera que usualmente la literatura asume que sólo las habilidades cognitivas, aproximadas a través de pruebas de conocimiento o habilidad, juegan un rol dominante sobre los logros individuales. La evidencia es también consistente con una emergente literatura que establece la importancia de costos psíquicos como explicación de por qué muchos estudiantes no continúan sus estudios, aun cuando estos conllevan en el largo plazo a mayores beneficios económicos (Carneiro, Hansen y Heckman, 2003). Los resultados establecen que no sólo las habilidades cognitivas (inteligencia) afectan
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125
Libertad y Desarrollo
estos costos, sino que también las no-cognitivas (motivación, persistencia y autoestima). El rol de las habilidades no-cognitivas como determinantes de un variado número de comportamientos, también ayuda a explicar la efectividad de programas de intervención temprana, como por ejemplo Head Star o el programa preescolar implementado en Perry (Michigan) durante los 60s. La evidencia indica que estos programas no necesariamente mejoran el coeficiente intelectual (IQ) de los participantes, pero si sus habilidades no-cognitivas. Es este justamente el mecanismo que promueve el éxito social y económico de los participantes en estos programas de intervención temprana. El enfoque empírico descrito brevemente en este trabajo ilustra la importancia de contar con información longitudinal detallada en variadas dimensiones, incluyendo distintas medidas de habilidad. Sin esta información, modelos empíricos, en los que las decisiones educacionales y de empleo, salarios, y distintos comportamientos son analizadas simultáneamente, no pueden ser implementados. Creemos que la recolección de información de calidad representa un desafío prioritario en el caso de Chile.11 La disponibilidad y posterior análisis de dicha información proveería un completo entendimiento de cómo los chilenos toman decisiones educacionales, y de cómo el mercado laboral valora las distintas características de los individuos en la población. Adicionalmente, esta información también podría proveer lecciones respecto de cómo modificar determinados comportamientos, como por ejemplo el consumo de drogas y criminalidad. Esto es particularmente importante en el caso de Chile, y otros países latino americanos, en donde se están implementando distintas intervenciones tempranas que tienen como objetivo el compensar deficiencias existentes en el ambiente familiar y escolar de los individuos. Sin la información correcta, no será posible 11
Algunos esfuerzos recientes han sido dirigidos en esta dirección (Bravo, Sanhueza y Urzúa, 2006a,b).
126
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
el cuantificar y evaluar los efectos de estos programas ni tampoco comprender los mecanismos a través de los cuales ellos habrán operado. La evidencia resumida en este capítulo, demuestra que tanto las habilidades cognitivas y no-cognitivas afectan una gran cantidad de dimensiones laborales, educacionales y de comportamiento. Un importante desafío para los países en vías de desarrollo es el utilizar las lecciones de estudios como el presentado en este capítulo, para el diseño de sistemas de información (encuestas) que sean insumos efectivos en el proceso de implementación y evaluación de políticas públicas. Finalmente, cabe destacar que una dimensión fundamental, que forma parte de la agenda actual de investigación en el tema, se refiere al estudio del proceso de formación de las distintas dimensiones de habilidad. En principio, las habilidades cognitivas y no-cognitivas pueden ser el resultado de un variado número de factores. Aquí el ambiente familiar durante los primeros años de vida (considerados en la literatura como periodos críticos para el desarrollo de las habilidades) es posiblemente el más importante. Un contacto frecuente y de calidad entre padres e hijos, en donde los padres desarrollen actividades didácticas que motiven al niño(a), aseguraría las bases de un normal desarrollo cognitivo y no cognitivo. En este contexto, la disponibilidad de los recursos adecuados para el desarrollo de este proceso, como por ejemplo libros y juegos, es también un factor determinante del desarrollo de dichas habilidades. El ambiente escolar en el que se desarrolla el individuo y factores genéticos son también elementos importantes de tener en consideración al momento de analizar el proceso de formación de las habilidades. Recientes estudios han provisto la evidencia inicial a favor de estas ideas (ver Cunha, Lochner, Masterov y Heckman 2006; y Cunha, Heckman y Schennach, 2007). Sin embargo, aún se requiere más investigación (mejores datos y más estudios) para alcanzar un real entendimiento
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127
Libertad y Desarrollo
del proceso de formación de habilidades. Este completo entendimiento permitirá la implementación de políticas públicas efectivas con efectos de largo plazo. Por el momento, la evidencia parece indicar que intervenciones tempranas, en donde se detectan, previenen y remedian las deficiencias en los primeros años de vida, aparecen como la mejor alternativa para asegurar un mejor desempeño escolar, laboral y social de la población.
128
libertad y desarr o ll o
v I I I . A N E XO cuadro 1
Estimación de Ecuaciones de (log) Salarios NLSY79 – Hombres y Mujeres – Salarios observados a los 30 años (a)
Libertad y Desarrollo
Hombres
Mujeres
Variables
(A)
(B)
(A)
(B)
GED
0.017 (0.048)
-0.002 (0.056)
Educación Media
0.087 (0.035)
0.059 (0.044)
Matriculado en la Universidad, pero sin título Universitario
0.146 (0.044)
0.117 (0.052)
Con Título Universitario en un Programa de Dos Años
0.215 (0.058)
0.233 (0.058)
Con Título Universitario en un Programa de Cuatro Años
0.292 (0.046)
0.354 (0.054)
Puntaje en Pruebas Cognitivas (b)
0.121 (0.016)
0.190 (0.013)
0.169 (0.017)
0.251 (0.014)
Puntaje en Pruebas No-cognitivas (c)
0.042 (0.011)
0.052 (0.012)
0.028 (0.013)
0.041 (0.013)
Constante
2.558 (0.057)
2.690 (0.050)
2.178 (0.063)
2.288 (0.052)
Fuente: Heckman, Stixrud and Urzúa (2006). (a) Todas las especificaciones incluyen variables que controlan por el año de nacimiento, las condiciones locales del mercado laboral, la región de residencia, y la raza. (b) El puntaje en pruebas cognitivas representa el promedio estandarizado calculado sobre las siguientes pruebas: razonamiento aritmético, conocimiento de palabras, comprensión de lectura, conocimiento matemático y velocidad de codificación. (c) El puntaje en pruebas no cognitivas representa el promedio estandarizado calculado sobre las siguientes pruebas: la escala de autocontrol de Rotter y la escala de autoestima de Rosenberg.
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129
gráfico 1
el programa pre-escolar de perry: inteligencia (iq) por edad y grupo de tratamiento
100 95.5
95
94.9 91.7
91.3
Libertad y Desarrollo
IQ
90
130
85 80 75
87.1
86.3 79.6
83.3
88.1
87.7
86.9
86.8
85 84.6
83.5
78.5
Entrada
4
5
6
7
8
9
10
EDAD
Grupo de Tratamiento Grupo de Control Fuente: Programa Pre-escolar de Perry. La medida de inteligencia es la Escala de Inteligencia Stanford-Binet.
libertad y desarr o ll o
gráfico 2
distribución de habilidades por género y nivel educacional
a. habilidad congnitiva – hombres
1.25
frecuencia
1 .75 .5 .25
B. habilidad congnitiva – mujeres
-2
-1
0
1
2
-2
-1
0
1
2
-1
-.5
0
.5
1
1.25
frecuencia
1 .75 .5 .25 0
c. habilidad no congnitiva – hombres frecuencia
2 1.5 1 .5 0
B. habilidad no congnitiva – mujeres
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Las habilidades son simuladas a partir de los paramentos estimados. Los niveles educacionales representan los niveles predichos a los 30 años. Los niveles educacionales son obtenidos a partir de los resultados del modelo empírico.
1.5
frecuencia
Libertad y Desarrollo
0
Sin Ed. Secundaria GEDs Ed. Secundaria Univ. Incompleta Profesional -2 años Profesional -4 años
1
.5
0
-2
-1
0
1
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2
131
gráfico 3
Promedio de (log) Salarios a los 30 Años – Hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
3
Libertad y Desarrollo
log salarios
2.8 2.6 2.4 2.2 2 10
9
8
7
decil de
6 5 4 3 habilidad cognitiva
2
4
2
1
6
decil
8
10
ogniti no - c
va
de habilidad
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva 3 log salarios
2.8 2.6 2.4 2.2 2
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva 3 log salarios
2.8 2.6 2.4 2.2 2
1
2
3
4
5
6
decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
132
libertad y desarr o ll o
gráfico 4
Promedio de (log) Salarios a los 30 Años para individuos sin educación secundaria – hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
3 2.5 2 10
9
8
7
6
5 4 3 decil de habilidad cognitiva
2
1
6
4
2 decil de
habilidad
8
10
va no -cogniti
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva Log Salarios 2.5%–97.5% CI
3.5
0.3
3
0.2
2.5
0.1 0
log salarios
frecuencia
0.4
2 1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva Log Salarios 2.5%–97.5% CI
3.5
0.3 3 0.2 2.5 0.1
log salarios
0.4
frecuencia
Libertad y Desarrollo
log salarios
3.5
2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza estimados utilizando bootstrapping (200 muestras). Las barras (frecuencias en paneles (ii) y (iii)) indican la proporción de individuos reportando el nivel educacional considerado en la figura en cada decil de la distribución de la respectiva habilidad.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
133
gráfico 5a
Probabilidad de No Completar la Educacion Media – Hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
Libertad y Desarrollo
probabilidad
0.8 0.6 0.4 0.2 0
2
4
6 decil de habilidad
8 cogniti va
10
6
8
10
decil
de habilidad
4
2
ogniti no -c
va
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
134
libertad y desarr o ll o
gráfico 5b
Probabilidad de Graduarse de un Programa Universitario de 4 Años – Hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
probabilidad
0.6 0.4 0.2 0 10
9
8
7
6 5 4 3 decil de habilidad cognitiva
2
4
2
1
decil
6
8
10
ogniti no - c
va
de habilidad
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva 1 log salarios
0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva 1 0.8 log salarios
Libertad y Desarrollo
0.8
0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
135
gráfico 6
Probabilidad de Fumar Diariamente a los 18 Años – Hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
Libertad y Desarrollo
probabilidad
0.8 0.6 0.4 0.2 0 2
4
6 decil de habilidad
8 cogniti va
10
6
8
10
decil
de habilidad
4
2
a gnitiv no -co
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
6
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
136
libertad y desarr o ll o
gráfico 7
Probabilidad de Fumar Marihuana antes de los 21 Años – Hombres i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
0.6 0.4 0.2 0
2
4
6 decil de habilidad
8 cogniti va
10
6
8
10 decil
de habilidad
4 no -co
2 a gnitiv
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
6
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva 1 probabilidad
Libertad y Desarrollo
probabilidad
0.8
0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
137
gráfico 8
Probabilidad de Tener a lo menos un Episodio de Encarcelamiento antes de los 30 Años – Hombres
i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
probabilidad
Libertad y Desarrollo
0.8 0.6 0.4 0.2 0
2
4 decil de
6 habilidad
8 cogniti va
10
6
8
10 decil
de habilidad
4
2
a gnitiv no -co
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
138
libertad y desarr o ll o
gráfico 9
Probabilidad de ser soltera sin hijos a los 18 años – mujeres
i. Por Deciles de Habilidades Cognitiva y No-Cognitiva
1
probabilidad
0.6 0.4 0.2 0
2
4 decil de
6 habilidad
8 cogniti va
10
6
8
10 decil
de habilidad
4
2
a gnitiv no -co
ii. Por Decil de Habilidad Cognitiva
probabilidad
1 0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
7
8
9
10
decil
iii. Por Decil de Habilidad No-Cognitiva 1 probabilidad
Libertad y Desarrollo
0.8
0.8 0.6 0.4 0.2 0
1
2
3
4
5
6 decil
Fuente: Heckman, Stixrud y Urzúa (2006). Notas: Los datos son simulados a partir de los resultados del modelo. Se utiliza la convención: mayores deciles son asociados a mayores valores de la variable. Los paneles (ii) y (iii) incluyen los intervalos de confianza (2.5%-97.5%) estimados utilizando bootstrapping (200 muestras).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
139
Libertad y Desarrollo
R eferencias b i b liogr á ficas
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Libertad y Desarrollo 142
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libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
4 FAMILIA Y LOGROS ESCOLARES Rosita Camhi P.* María Elena Arzola G.**
*
Economista Universidad de Chile, Investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo.
**
Economista Universidad de Chile, Investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
143
Libertad y Desarrollo
Libertad y Desarrollo
I ntroducción
En Chile, en los últimos 30 años y principalmente a causa del proceso de desarrollo que vive el país, se han registrado importantes cambios en la estructura familiar. Hoy en día los hogares son más chicos y preferentemente de tipo nuclear y con menos hijos. Los matrimonios han disminuìdo y las convivencias han aumentado y los niños nacidos fuera del matrimonio son mas que los nacidos dentro. Estas tendencias, que han afectado la conformación de los hogares, llevan a preguntarse si esto puede tener alguna incidencia en aspectos tales como el rendimiento escolar y logros académicos de los alumnos. Hoy hay una mayor cantidad de hijos de madres solteras, de padres separados, de madres que trabajan tiempo completo fuera del hogar y hay más familias nucleares y con poco apoyo de otros parientes o abuelos. La evidencia empírica en nuestro país es muy escasa y tampoco se cuenta con información que muestre el impacto que en el rendimiento escolar puedan tener los cambios ocurridos en la conformación de las familias. Las preguntas contenidas en la Encuesta a Padres y Apoderados que se efectúa junto con la prueba SIMCE, arrojan valiosa información respecto de la conformación familiar de los estudiantes y de algunos aspectos relacionados con el trabajo de la madres y las expectativas que los padres tienen para sus hijos. Si bien esta información no per-
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
145
Libertad y Desarrollo
mite efectuar un estudio de impacto del efecto que los cambios en la conformación de las familias puedan ocasionar en el rendimiento académico de los alumnos, sí permite conocer cómo se conforman las familias de los escolares de nuestro país, como asimismo si las variables señaladas tienen alguna incidencia en los logros académicos de los alumnos. El estudio que se presenta en este capìtulo, se elaboró a partir de la información contenida en las bases de datos de las pruebas SIMCE, aplicadas el 2002 y 2003, del Ministerio de Educación. El año 2002 rindieron la prueba SIMCE de 4º Básico 274.854 alumnos. La encuesta a padres y apoderados fue contestada por 235.462 familiares (86% de los apoderados). Por su parte, la prueba SIMCE 2003, correspondiente a 2º Medio, fue rendida por 243.156 estudiantes y la encuesta a padres fue contestada por 201.145 familiares (83% de los apoderados). Esta encuesta fue respondida mayoritariamente por los padres y madres de los alumnos, por lo tanto se asumen como válidas las respuestas que ellos han entregado. Como se muestra en los Cuadros 1 y 2, en el caso de los alumnos de 4º Básico, un 94% de quienes contestaron la encuesta, corresponde al padre o madre del alumno y en los alumnos de 2º Medio, el porcentaje fue del 92,4%. Cuadro 1
Cuadro 2
SIMCE 2002, 4º Básico Quién Respondió la Encuesta
SIMCE 2003, 2º Medio Quién Respondió la Encuesta
%
146
%
Madre
81,5
Madre
74,8
Padre
12,4
Padre
17,6
Otros
6,1
Otros
7,6
Total
100,0
Total
100,0
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
I . CO N F O R M AC I Ó N FA M I L I A R Y R E N D I M I E N T O E S CO L A R
1. Conformación de las familias de los alumnos El objetivo de esta sección es analizar la conformación de las familias de los alumnos, por cuanto podría suponerse que aquellos niños que viven en hogares con padre y madre presente, pueden contar con un mayor apoyo de los mismos en su educación, lo que se traduciría en que también pueden lograr un mejor rendimiento escolar. Los Gráficos 1 y 2 muestran la conformación de las familias de los alumnos que rindieron la prueba SIMCE en 4º Básico (2002) y en 2º Medio (2003). Es interesante comprobar que en 4º Básico un 76% de los alumnos vive en hogares con padre y madre en el hogar y que en 2° medio este porcentaje se reduce, alcanzando a un 68%. Esto hace suponer que a medida que los niños avanzan en edad, hay más hogares que se disgregan cuyos padres se separan, o bien puede darse el caso de estudiantes que dejan su hogar para ir a estudiar a otra ciudad. La siguiente categoría en importancia está representada por los niños que viven solo con la madre, los que alcanzan a un 11% del total en 4º Básico y un 14% en 2º Medio. Quienes viven solo con el padre
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
147
Libertad y Desarrollo
son muy pocos, alcanzando al 1% del total en 4º Básico y a un 2% en segundo medio. Por su parte, quienes viven en hogares donde no este presente el padre ni la madre, alcanzan a un 3,8% en 4º Básico y a un 5,8% en 2º Medio. En los restantes tipos de familias, si bien no se constata la presencia de padre y madre juntas, existen abuelos u otros parientes en el hogar. Este tipo de hogares alcanza al 8% en 4º Básico y al 10% en 2º Medio. En estas familias se intuye que puede haber un apoyo a los alumnos de parte de abuelos, tíos u otros parientes que vivan en el hogar y que ayudan en su cuidado y crianza. gráfico 1
gráfico 2
SIMCE 2002, 4º Básico ¿con quién vive el alumnno?
SIMCE 2003, 2º Medio ¿con quién vive el alumnno?
1% 7%
4%
1%
1% 76%
9%
6%
2% 68%
14% 11%
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y/o otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
2. Puntajes según conformación del hogar Los Gráficos 3 y 4 muestran los puntajes promedio obtenidos en las pruebas de lenguaje y matemáticas para 4º Básico y para 2º Medio, según la conformación del hogar. Es interesante observar que
148
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
en ambos niveles educativos, quienes viven con padre y madre en el hogar logran mayores promedios en la prueba SIMCE. Por su parte, quienes obtienen menores puntajes, son los niños que no viven con sus padres en el hogar. Los escolares que viven solo con la madre, o solo con el padre, obtienen menores puntajes que aquellos que viven con padre y madre. Sin embargo, cuando viven con la madre y abuelos u otros parientes, tiende a haber una mejoría en los puntajes obtenidos. Vale decir, en estos hogares, aun cuando no está el padre, la presencia, por ejemplo, de abuelos puede constituir un apoyo importante, lo que se traduce en un mayor rendimiento relativo. gráfico 3
SIMCE 2002, 4º Básico PUNTAJE PROMEDIO SEGÚN CONFORMACIÓN FAMILIAR 260,0 – 255,1 255,0 – 251,1 250,0 – 245,0 – 240,0 – 235,0 – 230,0 – 225,0 – 220,0 – 215,0 –
Vive con la madre y el padre
252,8 247,3
LENGUAJE
248,0
242,6
MATEMÁTICA
243,4 237,6
Vive solo Vive con con la madre, la madre, sin abuelos abuelos ni otros y/o otros
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
239,4
236,7
Vive con el padre, abuelos y/o otros
237,2
231,7
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
gráfico 4
SIMCE 2003, 2º MEDIo PUNTAJE PROMEDIO SEGÚN CONFORMACIÓN FAMILIAR 260,0 – 256,3 255,0 – 250,9 250,0 – 245,0 – 240,0 – 235,0 – 230,0 – 225,0 – 220,0 – 215,0 – 210,0 –
Vive con la madre y el padre
254,4
249,7 240,1
LENGUAJE
250,7 244,3
244,1
241,8 234,8
MATEMÁTICA
239,5 227,6
Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros
Vive con la madre, abuelos y/o otros
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
Vive con el padre, abuelos y/o otros
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
149
Con el objeto de comprobar si las diferencias de puntajes obtenidos según conformación de la familia son representativas, se analizó la validez estadística de los resultados presentados anteriormente. Para ello y dado que quienes obtienen mayores puntajes en promedio, son los alumnos que viven con el padre y madre en el hogar, se analizó la validez de resultados con respecto a esta categoría. Esta información se muestra en los Cuadros 3 y 4 y su desagregación por grupo socioeconómico se incluye en el Cuadro Anexo 1 y 2.
Libertad y Desarrollo
Cuadro 3
SIMCE 2002, 4º Básico Puntaje promedio según conformación familiar
Puntaje Promedio Clasificación
Lenguaje Matemática
Vive con la madre y el padre
255,1
251,1
Diferencia de puntajes* Lenguaje
Matemática
0,0
NS
0,0
NS
Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros
247,3
242,6
7,8
S
8,5
S
Vive con la madre, abuelos y/o otros
252,8
248,0
2,3
NS
3,1
S
Vive solo con el padre sin abuelos ni otros
243,4
237,6
11,7
S
13,5
S
Vive con el padre, abuelos y/o otros
239,4
236,7
15,7
S
14,4
S
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
237,2
231,7
18,0
S
19,4
S
* La diferencia de puntajes y su validez estadística se ha comparado con respecto a quienes viven con ambos padres Cuadro 4
SIMCE 2003, 2º Medio Puntaje promedio según conformación del hogar
Puntaje Promedio Clasificación Vive con la madre y el padre
Lenguaje Matemática 256,3
Diferencia de puntajes* Lenguaje
Matemática
250,9
0,0
NS
0,0
NS
Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros
249,7
240,1
6,6
S
10,8
S
Vive con la madre, abuelos y/o otros
254,4
244,3
1,9
NS
6,6
S
Vive solo con el padre sin abuelos ni otros
244,1
234,8
12,2
S
16,1
S
Vive con el padre, abuelos y/o otros
250,7
241,8
5,6
S
9,1
S
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
239,5
227,6
16,8
S
23,3
S
* La diferencia de puntajes y su validez estadística se ha comparado con respecto a quienes viven con ambos padres
150
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
Es interesante comprobar a partir de estos resultados que tanto en 4º Básico como en 2º Medio, en las distintas categorías familiares consideradas, las diferencias de puntajes obtenidos resultan significativas si se comparan con respecto a quienes viven con padre y madre en el hogar. Por su parte, la presencia de abuelos u otros parientes, cuando los niños viven en hogares sin el padre, constituye un apoyo al mejor desempeño escolar. Los resultados expuestos representan al promedio de los alumnos y por esto es interesante comprobar si la misma tendencia se da en los distintos grupos socioeconómicos. Para ello se han desagregado los resultados según las categorías establecidas por el MINEDUC para clasificar el nivel socioeconómico de los colegios. Los Gráficos siguientes muestran tanto para el SIMCE 2002 en 4º Básico, como para el 2003 el 2º Medio, las diferencias de puntaje según conformación del hogar en los niveles socioeconómicos bajo y alto. Es interesante comprobar que en ambos grupos socioeconómicos, los alumnos que viven con padre y madre en el hogar obtienen mayores puntajes en comparación a las restantes categorías consideradas. Sin embargo, en el grupo de mayores ingresos, las diferencias de puntajes según conformación del hogar tienden a ser menores, lo que puede estar relacionado con que en estos hogares, también se dispone de mayores recursos para apoyar a los alumnos (materiales de estudio, computadores o clases particulares o de refuerzo). La información para los restantes grupos socioeconómicos y su validez estadística se muestra en Cuadros 1 y 2 del Anexo.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
151
GRÁFICO 5
SIMCE 2002, 4º Básico Puntaje promedio gse bajo
Libertad y Desarrollo
235,0 – 228,7 222,5 230,0 – 225,0 – 220,0 – 215,0 – 210,0 – 205,0 – 200,0 –
152
225,9
224,8
220,9
218,1
Vive con Vive solo con la madre la madre, y el padre sin abuelos (independiente ni otros del resto)
LENGUAJE
219,8 218,8
211,0
226,4
210,3
Vive con la madre, abuelos y/o otros
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
Vive con el padre, abuelos y/o otros
MATEMÁTICA
218,7
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
GRÁFICO 6
SIMCE 2002, 4º Básico Puntaje promedio gse alto
310,0 – 303,8 302,3 305,0 – 300,0 – 295,0 – 290,0 – 285,0 – 280,0 – 275,0 –
302,7 300,8
MATEMÁTICA
298,5
296,9
Vive con Vive solo con la madre la madre, y el padre sin abuelos (independiente ni otros del resto)
LENGUAJE
292,6 294,0
296,4 292,1
292,6 285,3
Vive con la madre, abuelos y/o otros
libertad y desarr o ll o
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
Vive con el padre, abuelos y/o otros
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
GRÁFICO 7
SIMCE 2003, 2º medio Puntaje promedio nse bajo
Libertad y Desarrollo
235,0 – 230,0 – 228,2 225,0 – 217,1 220,0 – 215,0 – 210,0 – 205,0 – 200,0 –
231,9
231,8
224,9 219,8
221,9 217,9
Vive con la madre, abuelos y/o otros
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
Vive con el padre, abuelos y/o otros
MATEMÁTICA
214,4
212,1
211,8
Vive con Vive solo con la madre la madre, y el padre sin abuelos (independiente ni otros del resto)
LENGUAJE
225,7
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
GRÁFICO 8
SIMCE 2003, 2º medio Puntaje promedio nse alto
340,0 – 327,8 330,0 – 320,0 – 310,0 – 306,9 300,0 – 290,0 – 280,0 – 270,0 –
320,9 305,5
305,0
Vive con Vive solo con la madre la madre, y el padre sin abuelos (independiente ni otros del resto)
Vive con la madre, abuelos y/o otros
LENGUAJE
324,2
318,7
MATEMÁTICA
312,3
309,7 299,6
Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
219,8
Vive con el padre, abuelos y/o otros
294,0
Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
153
Libertad y Desarrollo
i I . S I T UAC I Ó N L A B O R A L D E L A M A D R E
Uno de los factores que podría incidir en el rendimiento de los niños es la mayor permanencia de la madre en el hogar. La Encuesta a padres de 4° básico consultó si la madre trabaja fuera del hogar o si no trabaja. Al analizar las respuestas se constató que, para el promedio de los alumnos, un poco más de la mitad de las madres (56,4%) no trabaja, un 28% lo hace a tiempo completo y un 15,6%, a tiempo parcial. Sin embargo, este porcentaje es muy diferente al considerar los distintos grupos socioeconómicos, ya que a mayor nivel socioeconómico hay un más alto porcentaje de madres que trabaja (ya sea a tiempo completo o tiempo parcial) y por el contrario, un menor porcentaje que permanece en el hogar. De hecho, en el grupo de menor nivel socioeconómico, un 67% de las madres permanece en el hogar, y en el grupo alto, lo hace el 37%. (Cuadro 5) Es interesante comprobar ahora si el hecho de que la madre trabaje o permanezca en el hogar, puede o no tener incidencia en el rendimiento escolar de los hijos. Al considerar esta variable para el promedio de los alumnos, se constata que, al contrario de lo que podría esperarse, los escolares cuyas madres trabajan tiempo completo o tiempo parcial tienden a obtener puntajes levemente mayores en
Tiempo completo, corresponde a 8 o más horas diarias y tiempo parcial a menos de 8 horas diarias.
154
libertad y desarr o ll o
lenguaje y matemáticas que aquellos cuyas madres no trabajan, y que esta diferencia es significativa (Gráficos 9, 10 y 11 y Cuadro Anexo 3). Cuadro 5
SIMCE 2002, 4º Básico Escolares según Situación Laboral de la Madre y Grupo Socioeconómico (porcentajes)
Grupo Socioeconómico
Libertad y Desarrollo
Bajo
Medio bajo Medio Medio Alto
Alto
Promedio
Madre trabaja tiempo completo
19,3
24,5
27,8
35,4
37,3
28,0
Madre trabaja tiempo parcial
13,6
15,3
14,7
15,3
25,5
15,6
Madre no trabaja Total
67,2
60,2
57,5
49,3
37,2
56,4
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Sin embargo, la relación anterior no es tan clara al desagregar según grupo socioeconómico. En el caso de los niños pertenecientes al estrato bajo, los puntajes promedio obtenidos cuando la madre permanece en el hogar son un tanto superiores a aquellos obtenidos cuando la madre trabaja tiempo completo (Gráfico 10). En cambio, en el grupo de más alto nivel socioeconómico, no se aprecian diferencias de puntaje significativas cuando la madre trabaja tiempo completo o no trabaja. En este caso, es posible que, dado los mayores recursos disponibles en el hogar, la presencia de la madre puede ser sustituida por otros recursos de apoyo escolar, como computadores, libros, y clases de refuerzo, en caso de ser necesario según el rendimiento de los hijos (Gráfico 11).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
155
GRÁFICO 9
SIMCE 2002 Puntaje promedio según situación laboral de la madre
Libertad y Desarrollo
260,0 – 258,0 – 256,0 – 254,0 – 252,0 – 250,0 – 248,0 – 246,0 – 244,0 –
258,3
LENGUAJE
256,5 253,6
MATEMÁTICA
253,2
253,0 249,1
Madre trabaja tiempo completo
Madre trabaja tiempo parcial
Madre no trabaja
GRÁFICO 10
SIMCE 2002 Puntaje promedio según situación laboral de la madre Nse bajo 234,0 – 232,0 – 230,0 – 228,0 – 226,0 – 224,0 – 222,0 – 220,0 – 218,0 –
232,3
230,4
228,9
LENGUAJE MATEMÁTICA
226,2
225,6 223,0
Madre trabaja tiempo completo
Madre trabaja tiempo parcial
Madre no trabaja
GRÁFICO 11
SIMCE 2002 Puntaje promedio según situación laboral de la madre Nse alto 305,0 – 304,0 – 303,0 – 302,0 – 301,0 – 300,0 – 299,0 – 298,0 –
156
304,1 303,9
303,6
LENGUAJE MATEMÁTICA
302,5 300,7
300,3
Madre trabaja tiempo completo
Madre trabaja tiempo parcial
libertad y desarr o ll o
Madre no trabaja
Libertad y Desarrollo
I I I . CO N O C I M I E N T O D E L O S PA D R E S so b re R E S U LTA D O S S I M C E D E L CO L E G I O
Dentro de la encuesta realizada a los padres en el SIMCE, para el 2º Medio el año 2003, se preguntó si estos conocían los resultados del establecimiento educacional en el la prueba SIMCE anterior. También se preguntó la forma en que estos resultados se daban a conocer. Así se quiso determinar la relación entre los resultados de los niños y las respuestas de los padres, pues se podría suponer que si conocen los resultados existe mayor preocupación de ellos por el rendimiento de sus hijos.
1. Resultados anteriores del colegio en el SIMCE Como se puede ver en el Cuadro 6, para el promedio de los alumnos, el 73% de los padres declara no conocer los resultados que obtuvo el colegio en el SIMCE anterior. Si desagregamos por nivel socioeconómico (Cuadro 7) podemos ver que esta tendencia se mantiene en los niveles bajo al medio, pero en los niveles medio alto y alto la cantidad de padres que declara conocer los resultados (55% y 58%, respectivamente) es mayor que la que declara no hacerlo.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
157
Cuadro 6
SIMCE 2003, 2º Medio ¿Conoce los Resultados del Establecimiento en el SIMCE Anterior?
Porcentajes Relación del encuestado con el alumno
No
Si
Total
Madre o Padre
73
27
100
Libertad y Desarrollo
Cuadro 7
SIMCE 2003, 2º Medio
Conoce Resultados Grupo Socioeconómico Anteriores % Bajo
NO
84.9
SI
15.1
Medio bajo
NO
82.7
SI
17.3
Medio
NO
66.0
SI
34.0
Medio alto
NO
45.2
SI
54.8
Alto
NO
42.1
SI
57.9
Si se analiza ahora el puntaje promedio en función de la respuesta de los padres se puede ver que, en ambas pruebas, aquellos alumnos cuyos padres respondieron afirmativamente tienen mejores resultados, y que esas diferencias son significativas (Gráficos 12, 13 y 14 y Cuadro Anexo 4). Esta tendencia se mantiene en ambas pruebas y en todos los niveles socioeconómicos. Sin embargo, es importante señalar que la dirección de la causalidad entre ambas variables no es clara y que, aunque se consideró el grupo socioeconómico, tal vez se está omitiendo la influencia de otros factores. Entre estos, puede ser que la forma en que se dan a conocer los resultados resulte poco cla-
158
libertad y desarr o ll o
ra para los padres y no sea bien entendida, en especial en los grupos de menor nivel socioeconómico. GRÁFICO 12
SIMCE 2003 2° medio Puntaje promedio según si conoce o no los resultados anteriores del simce 277,0
275,2
280,0 – 270,0 – 260,0 –
Libertad y Desarrollo
250,0 –
no sí
250,9 241,3
240,0 – 230,0 – 220,0 –
Lenguaje
Matemáticas
GRÁFICO 13
SIMCE 2003 2° medio gse bajo 240,0 – 235,0 – 230,0 – 225,0 – 220,0 – 215,0 – 210,0 – 205,0 –
230,5
no
234,5
sí
224,8 217,7
Lenguaje
Matemáticas
GRÁFICO 14
SIMCE 2003 2° medio gse alto 340,0 –
33o,5
330,0 –
321,0
320,0 – 310,0 –
302,9
no sí
309,9
300,0 – 290,0 – 280,0 –
Lenguaje
Matemáticas
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
159
2. Cómo se informa a los padres de los resultados del SIMCE
Libertad y Desarrollo
Si se analiza el mecanismo por el cual el establecimiento informa a los padres sobre los resultados obtenidos en el SIMCE (Cuadro 8) vemos que 18,3% señala no conocer los resultados; un 15,3% dice que se informa a través de comunicaciones escritas; un 41,3%, que se informa a través de reuniones de padres y apoderados; un 7,8%, que se informa solo al centro de padres y 17,3% declara que se informa solo si los padres lo piden. Cuadro 8
SIMCE 2003, 2º Medio ¿Cómo se Informa a los Padres los Resultados Anteriores del SIMCE?
Porcentajes Bajo No se informan los resultados
Medio bajo Medio Medio alto
Alto
Promedio
20,8
20,0
16,5
12,4
15,4
18,3
11,1
13,2
15,7
22,8
29,8
15,3
38,2
40,1
45,1
46,7
34,6
41,3
Se informa solo al centro de padres
9,9
8,1
7,1
5,6
5,8
7,8
Se informa solo si los padres y apoderados lo piden
20,1
18,6
15,6
12,5
14,4
17,3
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
A través de comunicaciones escritas Se realizan reuniones con padres y apoderados
Total
Según nivel socioeconómico esta tendencia tiende a mantenerse, con el mayor porcentaje de padres que señalan informarse a través de comunicaciones escritas o reuniones. Debe destacarse, no obstante, que en el grupo bajo y medio bajo, cerca del 40% de los padres señala que los resultados no se informan o se entregan solo si los padres lo piden. Llama la atención la posible contradicción existente entre las respuestas anteriores de los padres y aquellas señaladas en el punto anterior. Si bien la mayor parte declara que los resultados del SIMCE
160
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
se informan a través de diferentes medios, gran parte de ellos señala no conocer los resultados anteriores del colegio en la prueba SIMCE. Como se dijo, una explicación posible para este resultado podría ser que la forma en que se dan a conocer los puntajes no es clara y por lo tanto no es fácil de ser retenida por los padres. En este sentido, se debe trabajar en mejorar la manera de dar a conocer la información del SIMCE a los padres. Esto es especialmente relevante en el grupo bajo y medio-bajo, donde la información debiera darse en forma más clara y entendible, de modo que los padres puedan conocer la posición relativa del colegio a que asisten sus hijos en el SIMCE.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
161
Libertad y Desarrollo
I V. E X P E C TAT I VA S D E L O S PA D R E S
La encuesta a padres y apoderados de 2º Medio en el 2003 consulta acerca de las expectativas que tienen respecto de sus hijos. Al desagregar las respuestas de acuerdo a las expectativas que los padres tienen sobre el nivel educacional que sus hijos alcanzarán, se puede constatar que para el promedio de los alumnos, la mayor parte de ellos (51%) cree que sus hijos alcanzarán la educación superior universitaria; el 31% cree que llegarán a ser técnicos; el 18% cree que solo alcanzarán la educación media y el 1% no sabe o no responde. Cuadro 9
SIMCE 2003, 2º Medio Expectativas de los padres
Madre o Padre (%) No sabe o no responde
1.4
Educación Media
17.7
CFT o Instituto Profesional
30.5
Educación Superior Universitaria
50.5
Total
100.0
Si se analiza esta misma información de acuerdo al nivel socioeconómico (Cuadro 5.1 Anexo) se aprecia que, para el grupo bajo, las expectativas se concentran principalmente en que los hijos al-
162
libertad y desarr o ll o
canzarán la educación media, lo que es señalado por el 41% de los padres. Estas expectativas crecen según el grupo socioeconómico hasta llegar al grupo alto en que el 96% de los padres espera que sus hijos sean universitarios. Si se compara el puntaje obtenido por los alumnos de acuerdo a las expectativas de sus padres, se observa que, en promedio, a mayor expectativa mejores resultados en el SIMCE.
Libertad y Desarrollo
GRÁFICO 15
SIMCE 2003, 2° medio Puntaje promedio según expectativas de los padres 278,2 277,1
300,0 – 250,0 –
226,2 214,2
240,7 228,2
LENGUAJE MATEMÁTICA
200,0 – 150,0 – 100,0 – 50,0 – 0,0 –
Educación Media
CFT o Instituto Profesional
Educación Superior Universitartia
Por ejemplo, en la prueba de castellano, la diferencia de puntajes entre aquellos que esperan que sus hijos lleguen hasta la educación media versus los que esperan acceder a educación superior universitaria es de 52 puntos y es significativa (ver detalle en Cuadro Anexo 5.2). Sin embargo, la diferencia de puntajes entre educación media y Centro de Formación Técnica (CFT) o Instituto Profesional es de 14 puntos y no es estadísticamente significativa. Si se realiza el mismo ejercicio, pero desagregando por nivel socioeconómico vemos que la tendencia (logro de puntajes más altos) se mantiene para la educación universitaria en todos los niveles, no siendo tan claro este resultado para CFT o instituto profesional (Gráficos 16 y 17).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
163
GRÁFICO 16
SIMCE 2003, 2° medio Puntaje promedio según expectativas de los padres gse bajo 300,0 – 250,0 – 200,0 –
219,7 208,7
231,6 218,3
Educación Media
CFT o Instituto Profesional
251,7 239,2
LENGUAJE MATEMÁTICA
150,0 – 100,0 – 50,0 –
Libertad y Desarrollo
0,0 –
Educación Superior Universitartia
GRÁFICO 17
SIMCE 2003, 2° medio Puntaje promedio según expectativas de los padres gse alto 350,0 – 300,0 – 250,0 – 200,0 – 150,0 – 100,0 – 50,0 – 0,0 –
279,0 282,0
272,3 282,9
Educación Media
CFT o Instituto Profesional
308,3
328,3
LENGUAJE MATEMÁTICA
Educación Superior Universitartia
Este resultado puede tener varias interpretaciones posibles, una de ellas podría ser que los padres formulan sus expectativas sobre la base de las características (y resultados académicos) de sus hijos y por esta razón a mayor puntaje, mayores expectativas, o bien que, dado que los padres tienen mayores expectativas sobre sus hijos los estimulen más y así obtengan mejores resultados. En los grupos de más bajo nivel socioeconómico, las expectativas pueden también estar influidas por las menores posibilidades que los padres ven de financiar la educación superior de sus hijos. En este grupo, solo el
164
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
21% de los padres aspira a la educación superior para sus hijos. Sin embargo, este grupo de padres pueden ser muy motivadores y dar mucho apoyo a sus hijos, lo que se refleja en los mayores puntajes obtenidos por los mismos.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
165
Libertad y Desarrollo
V. Conclusiones E I M P L I C A N C I A S D E P O L I T I C A
Del presente estudio se desprenden interesantes conclusiones que podrían dar pauta a importantes implicancias de política en estas materias. En primer lugar, al analizar la conformación de las familias, la mayoría de los escolares vive en hogares donde están presentes el padre y la madre. Así en 4º Básico, un 76% de los alumnos vive con padre y madre en el hogar. Esta proporción se reduce en los alumnos de 2° Medio a un 68%. Se demuestra a nivel agregado una relación positiva entre el rendimiento escolar medido a través de la prueba SIMCE y la existencia de una familia con padre y madre presente en el hogar. Al comparar los rendimientos de los niños de las distintas conformaciones familiares consideradas con aquellos hogares con padre y madre en el hogar, los resultados obtenidos para el promedio de los alumnos, si bien no están representados por altas diferencias de puntajes SIMCE, muestran diferencias estadísticamente significativas. Esta situación, sin embargo, es algo diferente si se consideran los distintos estratos socioeconómicos. Así en los grupos de mayor nivel socioeconómico, las diferencias de puntajes según la conformación del hogar tienden a ser menores que en los grupos bajos y medio bajos, lo que puede estar relacionado con que en esos hogares se
166
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
dispone de mayores recursos materiales para apoyar a los alumnos en su desempeño escolar. También es importante señalar que en aquellos hogares donde no está el padre o la madre presente, la presencia de abuelos u otros parientes pueden constituir un apoyo al mejor rendimiento escolar. Al analizar la situación laboral de las madres, se ha comprobado de que el hecho que las madres trabajen jornada completa no tendría una gran incidencia en el mayor o menor rendimiento de los alumnos. Por el contrario, a nivel agregado, al considerar esta variable para el promedio de los alumnos, los puntajes obtenidos en la prueba SIMCE, tienden a ser un tanto superiores. Sin embargo, esta situación resulta algo diferente según estratos socioeconómicos. En los grupos bajos y medio bajos, es más importante la presencia de la madre en el hogar que en los grupos de mayor nivel socioeconómico. En este último caso, esta presencia puede ser compensada con un mayor apoyo a través de recursos materiales, como libros y material de apoyo escolar, computadores e internet y clases de refuerzo, entre otros. Al analizar el conocimiento que los padres tienen de los resultados obtenidos por el colegio de sus hijos en la prueba SIMCE, se ha comprobado que la mayoría de ellos ha señalado no conocerlos. Sin embargo, al analizar posteriormente cómo se dan a conocer esos resultados, la mayoría de los apoderados señala el haber sido informados por diferentes vías. Esta aparente contradicción podría estar indicando que la forma en que se dan a conocer los resultados del SIMCE resulta poco clara y, por lo tanto, no es fácil de ser retenida por los padres. En este ámbito es necesario que se trabaje más por parte del Ministerio de Educación en mejorar las vías de información a los padres, de modo que sean más accesibles para ellos. Una innovación al respecto podría consistir en entregar a cada familia el puntaje obtenido por su pupilo en la prueba SIMCE, agregando información comparativa que incluya el puntaje promedio del curso, del colegio en relación a otros colegios de la comuna o localidad y de estos puntajes con el promedio regional y nacional.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
167
Libertad y Desarrollo
De este modo los padres podrían formarse un panorama más claro del rendimiento que logran sus hijos en relación a lo que aspiran para ellos. Asimismo, respecto de la participación de los padres y su conocimiento sobre el resultado del colegio, es importante señalar que a mayor conocimiento de dicho desempeño, sus hijos tienden a obtener mejores rendimientos, lo que se mantiene en los distintos estratos socioeconómicos. Esto estaría señalando que el involucramiento de los padres en la tarea educacional también es decisivo y constituye un factor importante de promover y trabajar como parte de las políticas educacionales. Unido a esto, el estudio también demuestra que los niños cuyos padres tienen más altas expectativas educacionales para ellos, logran mayores rendimientos escolares, independientemente del estrato socioeconómico a que pertenezcan. Esto podría estar indicando que padres más involucrados y apoyadores es una variable que incide positivamente en los logros escolares y por lo tanto, resulta importante desarrollar programas a ser impartidos a los padres que incentiven estos aspectos. En suma, el presente estudio ha dejado en evidencia que la familia, donde están presente ambos progenitores, es un factor que tienen una incidencia importante en el desempeño escolar de los alumnos. Por otra parte, se demuestra que también es importante el involucramiento de los padres y su apoyo en la tarea educativa, como un medio para motivar un mejor desempeño escolar. También este estudio da pauta para que estos factores sean analizados con mayor profundidad en investigaciones específicas de modo de contribuir a la elaboración de políticas y programas más afinados para abordar estos temas.
168
libertad y desarr o ll o
v I . A N E XO s Cuadro 1
SIMCE 2002, 4º Básico Diferencia de Puntajes según categoría y GSE*
Lenguaje
Libertad y Desarrollo
Puntaje Clasificación 1 Vive con la madre y el padre (independiente del resto) 2 Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros 3 Vive con la madre, abuelos y/o otros 4 Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros 5 Vive con el padre, abuelos y otros 6 Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
Matemáticas
Dif.
Puntaje
Dif.
NS
GSE Bajo 228,7
0,00
NS
222,5
0,00
224,8
-3,91
S
218,1
-4,47
S
225,9
-2,78
NS
220,9
-1,61
NS
218,8
-9,89
S
210,3
-12,25
S
219,8
-8,90
S
211,0
-11,51
S
226,4
-2,25
NS
218,7
-3,84
S NS
GSE Medio bajo 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
234,85
0,00
NS
231,75
0,00
228,02
-6,83
S
225,28
-6,47
S
233,02
-1,83
S
228,96
-2,78
S
230,21
-4,64
S
226,16
-5,59
S
222,87
-11,98
S
221,25
-10,50
S
228,45
-6,40
S
223,62
-8,13
S NS
GSE Medio 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
256,58
0,00
NS
252,56
0,00
250,85
-5,73
S
245,57
-6,99
S
254,44
-2,14
S
249,82
-2,74
S
248,88
-7,70
S
241,78
-10,78
S
243,68
-12,90
S
241,78
-10,78
S
246,70
-9,88
S
241,82
-10,74
S NS
GSE Medio alto 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
282,02
0,00
NS
276,17
0,00
278,37
-3,65
S
271,33
-4,84
S
281,76
-0,26
NS
274,49
-1,68
NS
272,76
-9,26
S
266,16
-10,01
S
274,78
-7,24
S
271,91
-4,26
NS
268,65
-13,37
S
262,76
-13,42
S NS
GSE Alto 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
303,8
0,00
NS
302,3
0,00
300,8
-2,99
S
296,9
-5,40
S
302,7
-1,09
NS
298,5
-3,81
S
292,6
-11,24
S
294,0
-8,28
S
296,4
-7,39
NS
292,1
-10,16
NS
292,6
-11,26
NS
285,3
-16,95
S
* Diferencia respecto categoría 1
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
169
Cuadro 2
SIMCE 2003, 2º Medio Diferencia de Puntajes según categoría y GSE*
Lenguaje
Libertad y Desarrollo
Puntaje Clasificación 1 Vive con la madre y el padre (independiente del resto) 2 Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros 3 Vive con la madre, abuelos y/o otros 4 Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros 5 Vive con el padre, abuelos y otros 6 Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
Dif.
Matemáticas
Puntaje
Dif.
NS
GSE Bajo 228,2
0,00
NS
217,1
0,00
224,9
-3,26
S
211,8
-5,24
NS
231,9
-3,71
S
219,8
-2,67
NS
221,9
-6,29
S
212,1
-4,95
NS
231,8
-3,60
NS
217,9
-0,85
NS
225,7
-2,51
S
214,4
-2,65
NS
GSE Medio bajo 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
243,08
0,00
NS
231,72
0,00
NS
237,78
-5,30
S
223,24
-8,48
NS
243,08
0,00
NS
228,44
-3,29
NS
234,26
-8,82
S
221,25
-10,47
S
238,87
-4,21
S
224,96
-6,76
NS
237,03
-6,05
S
222,64
-9,09
NS
272,30
0,00
NS
269,09
0,00
NS
270,18
-2,12
S
264,06
-5,03
NS NS
GSE Medio 1
Vive con la madre y el padre (independiente del resto)
2 Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros 3 Vive con la madre, abuelos y/o otros
273,16
0,86
NS
265,44
-3,65
4 Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros
263,10
-9,20
S
254,21
-14,89
S
5 Vive con el padre, abuelos y otros
270,03
-2,27
NS
263,64
-5,46
NS
6 Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
264,23
-8,07
S
255,02
-14,07
S
GSE Medio alto 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
293,03
0,00
NS
302,77
0,00
NS
291,18
-1,85
NS
295,16
-7,62
S
291,45
-1,57
NS
293,69
-9,08
S
289,96
-3,07
NS
293,14
-9,63
S
285,84
-7,19
S
292,81
-9,96
S
283,61
-9,41
S
287,92
-14,85
S
306,9
0,00
NS
327,8
0,00
NS
305,0
-1,93
NS
320,9
-6,88
S
305,5
-1,44
NS
318,7
-9,02
S
299,6
-7,36
S
309,7
-18,09
S
298,7
-8,21
S
324,2
-3,59
NS
294,0
-12,97
S
312,3
-15,49
S
GSE Alto 1 2 3 4 5 6
Vive con la madre y el padre (independiente del resto) Vive solo con la madre, sin abuelos ni otros Vive con la madre, abuelos y/o otros Vive solo con el padre, sin abuelos ni otros Vive con el padre, abuelos y otros Vive con abuelos u otros, sin el padre ni la madre
* Diferencia respecto categoría 1
170
libertad y desarr o ll o
Cuadro 3
SIMCE 2002, 4º Básico Puntaje promedio según situación laboral de la madre y GSE
Matemáticas
Lenguaje Puntaje
Libertad y Desarrollo
Clasificación
Dif.
Puntaje
Dif.
GSE Bajo
Madre trabaja tiempo completo
228,9
3,4
S
223,0
3,2
S
Madre trabaja tiempo parcial
230,4
1,9
NS
225,6
0,6
NS
Madre no trabaja
232,3
0,0
NS
226,2
0,0
NS
GSE Medio Bajo Madre trabaja tiempo completo
234,2
2,2
S
231,2
2,1
S
Madre trabaja tiempo parcial
234,7
1,6
S
232,0
1,3
S
Madre no trabaja
236,4
0,0
NS
233,3
0,0
NS
GSE Medio Madre trabaja tiempo completo
256,4
0,3
NS
251,6
1,3
S
Madre trabaja tiempo parcial
254,4
2,3
S
250,7
2,2
S
Madre no trabaja
256,8
0,0
NS
252,9
0,0
NS
GSE Medio Alto Madre trabaja tiempo completo
282,3
-2,4
S
275,3
-1,0
NS
Madre trabaja tiempo parcial
282,1
-2,1
S
277,0
-2,6
S
Madre no trabaja
280,0
0,0
NS
274,4
0,0
NS
GSE Alto Madre trabaja tiempo completo
303,6
-1,1
NS
300,3
0,4
NS
Madre trabaja tiempo parcial
304,1
-1,6
S
303,9
-3,2
S
Madre no trabaja
302,5
0,0
NS
300,7
0,0
NS
Promedio Madre trabaja tiempo completo
258,3
-5,3
S
253,6
-4,6
S
Madre trabaja tiempo parcial
256,5
-3,5
S
253,2
-4,1
S
Madre no trabaja
253,0
0,0
NS
249,1
0,0
NS
* Diferencia respecto categoría 3 (madre no trabaja)
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
171
Cuadro 4
SIMCE 2003, 2º Medio Conocen los padres los resultados anteriores del establecimiento en el SIMCE?
GSE Bajo
Lenguaje
Puntaje Promedio
Desviación Estándar
Diferencia Puntaje
NO
84.9
230.5
43.4
0.0
NS
SI
15.1
234.5
45.1
4.1
S
NO
82.7
242.4
44.7
0.0
NS
SI
17.3
251.1
46.2
8.7
S
NO
66.0
269.1
45.1
0.0
NS
SI
34.0
280.6
44.0
11.6
S
NO
45.2
286.9
44.4
0.0
NS
Medio alto
SI
54.8
298.2
41.4
11.3
S
Promedio Bajo Medio bajo Medio Medio alto Alto Promedio
172
%
Medio
Alto
Matemáticas
Libertad y Desarrollo
Medio bajo
NO
42.1
302.9
41.8
0.0
NS
SI
57.9
309.9
39.2
7.0
S
NO
73.0
250.9
48.2
0.0
NS
SI
27.0
275.2
49.8
24.3
S
NO
84.9
217.7
45.8
0.0
NS
SI
15.1
224.8
48.8
7.1
S
NO
82.7
229.1
50.6
0.0
NS
SI
17.3
242.8
54.4
13.6
S
NO
65.9
262.5
54.4
0.0
NS
SI
34.1
281.1
53.7
18.6
S
NO
45.3
290.8
56.2
0.0
NS
SI
54.7
310.3
51.9
19.4
S
NO
42.1
321.0
51.4
0.0
NS
SI
57.9
330.5
46.3
9.5
S
NO
73.0
241.3
56.8
0.0
NS
SI
27.0
277.0
62.2
35.7
S
libertad y desarr o ll o
Cuadro 5.1
SIMCE 2003, 2º Medio Expectativas de los padres y GSE
GSE
Nivel Educacional
N
%
31.811
17,8
CFT o Instituto Profesional
55.213
30,9
Ed. Superior Universitaria
91.863
51,4
178.887
100,0
11.555
41,3
Educación Media Promedio
Total
Libertad y Desarrollo
Educación Media Bajo
Medio bajo
CFT o Instituto Profesional Educación Superior Universitaria
27.974
100,0
17.896
22,6
CFT o Instituto Profesional
33.336
42,2
Educación Superior Universitaria
27.812
35,2
79.044
100,0
Educación Media
2.190
4,8
CFT o Instituto Profesional
9.775
21,6
Educación Superior Universitaria
33.198
73,5
Total
45.163
100,0
137
0,8
1.272
7,8
CFT o Instituto Profesional Educación Superior Universitaria
14.936
91,4
Total
16.345
100,0
Educación Media Alto
21,2
Total
Educación Media Medio alto
37,5
5.939
Educación Media
Total
Medio
10.480
CFT o Instituto Profesional
33
0,3
350
3,4
Educación Superior Universitaria
9.978
96,3
Total
10.361
100,0
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
173
Cuadro 5.2
SIMCE 2003, 2º Medio Puntajes y diferencia según expectativas de los padres y GSE*
Lenguaje Puntaje
Libertad y Desarrollo
Expectativas de los padres
Matemáticas
Dif.
Puntaje
Dif.
0,0
NS
208,7
0,0
NS
GSE Bajo
1
Educación Media
219,7
2
CFT o Instituto Profesional
231,6
12,0
S
218,3
9,6
S
3
Educación Superior Universitaria
251,7
32,0
S
239,2
30,5
S
NS
214,7
0,0
NS
GSE Medio bajo
1
Educación Media
227,7
2
CFT o Instituto Profesional
238,8
11,1
S
225,3
10,7
S
3
Educación Superior Universitaria
260,1
32,4
S
249,4
34,7
S
0,0
NS
235,9
0,0
NS
0,0
GSE Medio
1
Educación Media
2
CFT o Instituto Profesional
252,5
6,7
S
242,6
6,8
S
3
Educación Superior Universitaria
281,0
35,2
S
278,9
43,0
S
1
Educación Media
256,7
0,0
NS
261,2
0,0
NS
2
CFT o Instituto Profesional
263,5
6,7
S
259,8
-1,4
NS
3
Educación Superior Universitaria
296,1
39,4
S
305,6
44,4
S
245,8
GSE Medio alto
GSE Alto
1
Educación Media
279,0
0,0
NS
282,0
0,0
NS
2
CFT o Instituto Profesional
272,3
-6,7
NS
282,9
0,9
NS
3
Educación Superior Universitaria
308,3
29,3
S
328,3
46,3
S
Promedio 1
Educación Media
226,2
0,0
NS
214,2
0,0
NS
2
CFT o Instituto Profesional
240,7
14,5
NS
228,2
14,0
NS
3
Educación Superior Universitaria
278,2
52,0
S
277,1
62,9
S
* Diferencia respecto categoría 1 (Educación Media)
174
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
R E F E R E N C I A S Bi b liogr á ficas
CADRE, Carter S., “The Impact of Parent/Family Involvement on Students Outcomes. An Annotated Bibliography of Research from the Past Decade”. FALL, 2002. Fagan P.: “The Breakdown of the Family: The Consequences for Children and American Society”, The Heritage Foundation, 1998. Fagan P., Rector R.: “Consecuencias del Divorcio en EE UU”, The Heritage Foundation, 2000”. Grissmer D., Nataraj Sh., Berends M.: Student Achievement and the Changing American Family: An Executive Summary”: www.rand.org.publications/MR535/, 2005. Heckman J. et. Al : “Human Capital Policy”, Harvard University Press, 2002. Heckman J., Materov, “Skill Policies for Scotland”, University of Chicago: The Allander Series 2004. MINEDUC, Depto. de Estudios y Estadísticas: SIMCE 4º. Básico 2002, Factores que Inciden en el Rendimiento de los Alumnos, agosto 2003. MINEDUC: SIMCE 4o. Básico, Resultados 2002. MINEDUC: SIMCE 2o. Medio , Resultados 2003. Wallerstein J., Lewis J. Blakeslee S.: “The Unexpected Legacy of Divorce”
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
175
Libertad y Desarrollo
Libertad y Desarrollo
III FAMILIA Y CONDUCTAS DE RIESGO
Libertad y Desarrollo
5 PADRES INVOLUCRADOS
Libertad y Desarrollo
Y USO DE DROGAS
Eduardo Valenzuela V. *
Sociólogo, Director del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Este trabajo fue publicado en Estudios Públicos 101, Verano 2006, por el Centro de Estudios Públicos.
*
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
1 79
Libertad y Desarrollo
Libertad y Desarrollo
I ntroducción
Este artículo analiza la importancia que tiene el comportamiento de los padres en la prevención del uso de alcohol y drogas entre adolescentes. Entre todas las variables familiares que predicen conductas de riesgo se destaca especialmente el impacto que tienen el control parental bajo la forma de padres efectivamente involucrados con el comportamiento de sus hijos. También se presenta información complementaria acerca de la estructura familiar y la influencia de los amigos que permiten precisar el alcance que tiene el estilo parental en la prevención del riesgo adolescente. En su conjunto, el estudio obtiene asociaciones estadísticamente significativas entre padres involucrados y uso de alcohol, marihuana y cocaína que mantienen su relevancia incluso cuando se las controla por otros factores determinantes. Los datos de este estudio provienen de las encuestas nacionales de drogas en población escolar que realiza periódicamente el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace, 2001,2003).
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
181
Libertad y Desarrollo
I . Familia y P re v ención de Conductas de R iesgo
La importancia de la familia en la formación y prevención de conductas de riesgo adolescente ha sido objeto de mucha investigación sociológica de interés. La asociación específica entre influencia parental y uso de alcohol y drogas entre adolescentes ha sido bien documentada para variables como la calidad de la relación padreshijos, la naturaleza de la supervisión parental y los hábitos de consumo de alcohol y drogas que tengan o hayan tenido los padres (Eitle, 2004). La influencia del estilo parental ha sido examinada mediante el concepto de “soporte” que incluye la capacidad de los padres de confiar, animar, aceptar y brindar a los hijos el afecto necesario, y el concepto de “control” que comprende los esfuerzos por dirigir y orientar el comportamiento de los hijos de una manera aceptable para los padres (Barnes & Farrel, 1992). En el ámbito del control se ha encontrado mucha evidencia consistente acerca del impacto de la supervisión parental en la prevención de conductas de riesgo adolescente: la capacidad de los padres de conocer, atender y supervisar las actividades que los hijos hacen y las relaciones que establecen se identifica actualmente como una de las variables más poderosas en la orientación del comportamiento adolescente. La actitud convencional de control que incluye coerción parental tiene usualmente
182
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
una relación curvilineal con el comportamiento de riesgo: laxismo y severidad se asocian con mayores problemas conductuales entre los adolescentes. Pero la relación entre supervisión parental y comportamiento adolescente se ha mostrado consistentemente lineal: “Entre todas las dimensiones de control que se miden habitualmente, el mejor y más consistente predictor del comportamiento adolescente es la supervisión parental. Altos niveles de supervisión parental están siempre asociados a menor uso de alcohol, drogas ilícitas, desviación y problemas de conducta en el colegio (Barnes & Farrel, 1992: 770). Tampoco las formas llamadas inductivas de control que se asocian a la información y consejería parental aparecen como eficaces: “Proveer simplemente a los adolescentes con explicaciones generalizadas de conducta no son efectivas en la prevención del abuso de alcohol y problemas de comportamiento. Se requieren formas más concretas de control parental, tales como proporcionar reglas específicas de conducta y, especialmente, monitorear lo que los adolescentes hacen y con quienes se acompañan fuera de la casa” (Barnes & Farrel, 1992: 770). El examen de la influencia parental debe distinguirse del problema de la estructura familiar y composición de los hogares. La evidencia acerca de los riesgos en el uso de alcohol y drogas que enfrentan los hijos que no viven con ambos padres ha sido recopilada en numerosos estudios (Hoffman & Johnson, 1998, Thomas, Farrel & Barnes, 1996, McLanahan & Sandefur, 1994). La investigación social ha descubierto que “niños criados en familias no tradicionales, como familias uniparentales y reconstituidas (incluyendo aquellas que agregan hijos de padrastro o madrastra) tienen mayor riesgo de usar drogas” (Eitle, 2004). También se ha aportado evidencia de que “los adolescentes que viven en familias reconstituidas tienen probabilidades muy similares de uso de sustancias que aquellos que viven en familias uniparentales” (Eitle, 2004), aunque la intensidad de estos riesgos cambia según se viva con el padre o con la madre. Los hijos que viven con su padre (sea sólo o con otra mujer, que constituyen siempre una fracción muy exigua de la población) presentan mayores riesgos que
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
183
Libertad y Desarrollo
aquellos que viven con su madre. La conexión entre familias uniparentales o reconstituidas y comportamientos de riesgo adolescente está vinculada con tres factores principales: privación económica, movilidad residencial y calidad del soporte y cuidado parental. La literatura sobre el efecto de la estructura familiar encuentra que hasta la mitad del efecto negativo de vivir en una familia uniparental se debe a la penuria económica del hogar que influye sobre los recursos, el tiempo disponible y la interacción familiar (McLanahan & Sandefur, 1994). También la movilidad residencial asociada a la reconstitución familiar se ha observado como un factor crítico en el comportamiento adolescente, bajo una hipótesis que conecta movilidad y desestabilización de los vínculos con la comunidad y los pares (para un recién llegado es más fácil entrar en los grupos “malos” que en los “buenos” que tienden a ser más cerrados y selectivos). La relación entre estructura familiar y calidad de la relación parental es más inestable, aunque se presume que los hijos que no viven con ambos padres tienen relaciones menos comprometidas y menores oportunidades de supervisión parental, así como una predisposición específica a involucrarse más intensamente con el grupo de pares. La relación entre estructura familiar y comportamiento adolescente debe ser calificada, sin embargo, bajo condiciones específicas: el efecto de no vivir con ambos padres puede desvanecerse casi totalmente cuando los niveles de atención y cuidado parental son altos, y de la misma manera, la ventaja de vivir con ambos padres tiende a desaparecer casi totalmente cuando la exposición a amigos que usan alcohol y drogas es muy elevada. Todos los estudios acerca de comportamientos de riesgo entre adolescentes muestran la importancia del grupo de amigos, y específicamente de la exposición a grupos de pares que usan alcohol y drogas. La existencia de amigos cercanos que usan drogas, es casi siempre el mejor predictor de prevalencias de uso que se pueda encontrar. El modelo clásico de la influencia de los amigos está tomado de los estudios sobre delincuencia que muestran la importancia de
184
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
la presión de grupo en la iniciación de la actividad delictiva de los adolescentes. El contacto de adolescentes con baja autoestima y un fuerte deseo de aceptación social con grupos de pares que aprueban y legitiman el comportamiento desviado suele ser el modelo convencional de la influencia de los amigos, que también se usa por doquier en la mentalidad común acerca de las “malas influencias” o los “malos amigos”. Mucha de la actividad preventiva en esta materia consiste en dotar a los niños de la capacidad de resistir a la presión de grupo a través del manejo de habilidades emocionales e intelectuales pertinentes. El modelo de la influencia del grupo de pares, sin embargo, se ha mostrado menos eficaz para estudiar el uso de alcohol y drogas, donde los efectos de selección son más importantes: los adolescentes que usan alcohol y drogas tienden a elegir amigos que también lo hacen. No es tanto el contacto con amigos que usan drogas el que induce a iniciarse en su uso, sino quienes usan drogas tienden a seleccionar amigos que también usan. “Muchos estudios que comparan los efectos de selección e influencia han encontrado que los primeros son tanto o más poderosos que los segundos en la explicación de las similitudes que existen entre adolescentes y amigos en el uso de cigarrillo y otros problemas de conductas. Otros estudios que controlan por selección, han encontrado alguna evidencia de influencia, pero en una magnitud relativamente baja” (Urberg et al., 2002). Estas conclusiones se obtienen también en Kandel (1978) y Fisher & Bauman (1988) y Aseltine (1995): “Mientras los jóvenes parecen estar socializados en comportamientos delictivos por amigos, los factores de selección juegan un papel mucho más importante en las similitudes entre amigos en el caso del uso de drogas”. El balance entre la influencia parental y la que ejercen los amigos suele ser más equilibrado en los estudios de alcohol y drogas que en los estudios sobre comportamiento delictual. Este juego de influencias también fluctúa con la edad como sugieren las conclusiones de Aseltine (1995): “la influencia parental es crucial en la iniciación temprana en el uso de drogas, mientras que los pares se convierten en una influencia predominante en la iniciación tar-
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
185
Libertad y Desarrollo
día”. Existen estudios, asimismo, que han mostrado que la influencia del grupo de pares depende de variables asociadas al proceso familiar como el nivel de compromiso y supervisión parental, aunque la exposición a ambientes que usan y aprueban generalizadamente el uso de drogas (por ejemplo, colegios o barrios de alta prevalencia donde usualmente se seleccionan los amigos) pueden ejercer una influencia directamente atribuible al grupo de pares. La investigación acerca del uso de drogas oscila en torno a este delicado balance entre familia/amigos en la formación del comportamiento adolescente otorgándole a ambas variables un peso específico en la determinación del problema.
186
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
I I . I mportancia de los Padres I n v olucrados
Las encuestas nacionales de drogas en población escolar realizadas por Conace (Conace: 2001, 2003) ofrecen datos relevantes acerca de la importancia que tiene la calidad de la relación con los padres en el uso de alcohol y drogas. Conace ha elaborado específicamente una escala de padres involucrados que incluye distintos elementos de atención, cuidado y control parental que se construye a partir de declaraciones que entregan los propios alumnos acerca del comportamiento normal de sus padres. Muchos de los indicadores que componen esta escala se usan corrientemente en la investigación acerca de la asociación entre familia y drogas, especialmente los que se refieren a la supervisión parental de lo que se hace fuera de la casa que constituyen propiamente la variable “parental monitoring” (los padres siempre saben donde se encuentran sus hijos, preguntan o esperan que se les diga donde van cuando salen, están atentos a lo
Conace realiza en años impares la Encuesta Nacional de Drogas en Población Escolar (2001, 2003) sobre la base de una muestra de gran tamaño (alrededor de 58.000 casos). La unidad de muestreo son escolares de Octavo Básico a Cuarto Medio, seleccionados mediante un procedimiento probabilístico, bietápico y estratificado por nivel de enseñanza (cursos) y tipo de colegio (municipalizados, subvencionados y pagados), en 87 de las principales comunas del país. El estudio se realiza a través de un cuestionario autoaplicado en sala de clases en un día normal de colegio. Ver “Quinto Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile, 2003. Informe Final”, Conace, Área de Evaluacion y Estudios, 2004. Agradezco especialmente a la Secretaría Ejecutiva de Conace el acceso a sus bases de datos para realizar este estudio.
f a m ilia y f elicidad . un c í rcul o v irtu o s o
187
Libertad y Desarrollo
que hacen sus hijos en el colegio y conocen suficientemente a sus amigos). El Centro Nacional de Adicción y Abuso de Sustancias de Columbia University, ha mostrado, asimismo, la importancia de ciertos comportamientos parentales dentro de la casa, especialmente la costumbre de comer regularmente juntos, controlar la hora de llegada en las noches y monitorear lo que los hijos ven en la televisión o lo que hacen en internet. En su conjunto se utilizará el concepto de “padres involucrados” para designar la capacidad de los padres conocer, atender y monitorear el comportamiento de sus hijos de una manera suficiente y continua.
188
libertad y desarr o ll o
Libertad y Desarrollo
I I I . Índice de Padres I n v olucrados
1. Después que sales del colegio o durante los fines de semana, ¿cuántas veces ocurre que tu madre o tu padre no saben donde estás? Digamos por un período de una hora o más (Siempre saben donde estoy (1)/ A veces no saben / nunca o casi nunca saben donde estoy (0) 2. En general, ¿algunos de tus padres se fija en los programas que ves en la televisión? Si (1)/ No (0) 3. ¿Cuán atentos están tus padres, o alguno de ellos, respecto de lo que haces en el colegio? (Mucho/Bastante (1) /Poco/ Nada (0) 4. Durante los fines de semana, ¿tus padres, o alguno de ellos, te controlan la hora de llegada a tu casa en la noche? Si (1) / No (0) 5. Cuando sales de la casa en las tardes o en fines de semana, tus padres, o alguno de ellos, te preguntan y/o esperan que tu les digas donde vas? Si (0) / No (0) 6. En una semana normal, ¿cuántos días se sientan a comer juntos, tu y tus padres, o alguno de ellos, en la misma mesa? Digamos para almorzar, tomar once comida o comer en la noche. (En número de días: 6 o 7 (1) / 5 o menos (0)
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7. En general, ¿tu dirías que tus padres conocen bastante, más o menos o poco a tus amigos más cercanos? (Bastante (1) / Más o menos /Poco (0)
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Los resultados de este conjunto de indicadores pueden agruparse en un índice donde 0 significa que los padres no tienen ninguno de los comportamientos señalados y 7 que los tienen todos según declaraciones que ofrecen los propios alumnos acerca de sus padres (Alpha de Cronbach de 0,51 en ambos estudios). El promedio de involucramiento parental que declaran alumnos de Octavo Básico a Cuarto Medio en el país es de 4,7 en un índice que fluctúa entre 0-7 puntos, casi exactamente el mismo promedio en los estudios nacionales de drogas de 2001 y 2003. Alrededor del 60% de los alumnos obtienen 5, 6 o 7 puntos en el índice lo que puede considerarse una medida de padres satisfactoriamente involucrados, mientras que cerca del 20% obtiene 3 o menos puntos lo que revela inequívocamente padres muy pobremente involucrados en el comportamiento de sus hijos. Cuadro 1
INDICE DE PADRES INVOLUCRADOS
0
1
2
3
4
5
6
7
2001
0.7
2.0
5.2
11.5
19.9
25.9
24.2
10.6
100
2003
0.8
2.1
5.5
11.4
19.6
25.7
23.4
11.6
100
Fuente: Estudios Nacionales de Drogas en Población Escolar, 2001-2003, CONACE.
El comportamiento de este índice arroja resultados esperados en este tipo de variables según se muestra en el Cuadro 2: las mujeres declaran padres ligeramente más involucrados que los hombres, mientras que el nivel de involucramiento declarado tiende a bajar sistemáticamente con la edad. Los promedios no muestran ningún sesgo socioeconómico relevante, sea que se considere el tipo de establecimiento donde se estudia o el nivel educacional alcanzado por la madre y el padre, lo que contraviene la imagen de desatención parental que se suele imputar en los hogares más
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Libertad y Desarrollo
pobres. La estructura familiar, por su parte, incide en un sentido ampliamente descrito por la investigación pertinente: aquellos que viven con ambos padres obtienen el promedio de involucramiento parental más alto (4.9), pero el desempeño de familias con madres solas o viviendo con otra pareja distinta del padre es también satisfactorio (4.6), mientras que el promedio cae significativamente cuando se vive con el padre en cualquiera de ambas situaciones (4.2). El nivel de involucramiento declarado, por último, no difiere demasiado según la condición ocupacional de la madre en el hogar: madres que trabajan jornada completa y jornada parcial tienen promedio de 4,6 y 4,7 respectivamente, mientras que madres que no trabajan alcanzan un promedio sólo ligeramente superior (4,9). La diferencia máxima que se puede encontrar oscila entre madre solas que trabajan (4,5) y madres que viven con el padre del alumno y no trabajan (5,1). Debe observarse que la capacidad de los padres de atender y monitorear el comportamiento de los hijos depende también de características de los mismos hijos que es preciso tomar en consideración: antecedentes de hiperactividad y dificultades de disciplina y logro escolar resienten el involucramiento parental en un sentido que no deja de tener cierto dramatismo: los niños que más necesitan de la atención parental terminan por no recibirla. Niños que declaran antecedentes de hiperactividad en estos estudios obtienen un promedio de 4,4 y al mismo tiempo, los que declaran problemas de disciplina escolar (por ejemplo, hace muchas veces la “cimarra” en un año escolar) alcanzan el promedio más bajo observado (3,5) (datos no mostrados). Es importante observar que el grado de involucramiento parental está firmemente asociado con la calidad de la relación con el madre y el padre que declaran los alumnos. Mientras más involucrados aparecen los padres, mejor es la relación declarada por sus hijos. Esta relación es enteramente monotónica según se observa en el Cuadro 3: la proporción que declara tener una excelente relación con su madre y/o su padre aumenta sistemáticamente a medida que se avanza en la
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puntuación del índice de padres involucrados. Esta relación se mantiene aún cuando se controla por curso y sexo (datos no mostrados). La atención, supervisión y control que los padres ejercen sobre sus hijos no aparece asociada a un menoscabo de la relación filial sino que a un mejoramiento ostensible, de modo tal que las dos principales variables del proceso familiar, supervisión y cercanía están íntimamente asociadas. Cuadro 2
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PROMEDIOS EN INDICE DE PADRES INVOLUCRADOS Y PREVALENCIAS DE CONSUMO DE MARIHUANA EN ULTIMO AÑO SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Padres 2001
Padres 2003
Marihuana 2001
Marihuana 2003
Hombre Mujer
4.6 4.9
4.6 4.9
16 13
15 12
Octavo Básico Primero Medio Segundo Medio Tercero Medio Cuarto Medio
5.1 4.9 4.7 4.5 4.4
5.0 4.8 4.7 4.6 4.4
6 11 17 21 23
5 9 15 19 22
Municipal Particular Subvencionado Particular Pagado
4.8 4.8 4.7
4.8 4.8 4.7
14 15 15
14 13 14
Vive con ambos padres Con padre y otra mujer Con madre y otro hombre Solo con el padre Sola con la madre Con ninguno
4.9 4.1 4.6 4.2 4.6 4.1
4.9 4.1 4.6 4.2 4.6 4.0
13 22 19 22 17 19
12 20 17 19 16 19
Fuente: Estudios Nacionales de Drogas en Población Escolar, 2001-2003, CONACE.
La pregunta por la relación con los padres incluye las categorías “excelente”, “muy buena”, “buena”, “no muy buena” y “no se aplica”. Debe notarse que la medida de involucramiento parental no distingue entre padre y madre, mientras que la calidad de la relación parental establece esa distinción.
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Cuadro 3
Libertad y Desarrollo
RELACION CON LA MADRE Y EL PADRE SEGÚN INDICE DE PADRES INVOLUCRADOS: % QUE DECLARA EXCELENTE RELACION CON SUS PADRES
0
1
2
3
4
5
6
7
Madre 2001 2003
9 7
16 14
18 18
21 24
29 31
38 40
49 51
62 66
Padre 2001 2003
7 3
9 9
12 11
14 14
19 19
25 24
33 32
44 44
Fuente: Estudios Nacionales de Drogas en Población Escolar, 2001-2003, CONACE.
La conexión entre padres involucrados y uso de alcohol y drogas puede mostrarse observando las prevalencias de consumo que autodeclaran los alumnos en cada punto del índice de involucramiento parental. La información se presenta para uso de alcohol en último mes y uso de marihuana y cocaína (pasta base o cocaína) en último año. También puede observarse una relación completamente monotónica entre ambas variables: mientras más involucrados aparecen los padres menores son las declaraciones de consumo. Como se aprecia en el Cuadro 4, la proporción de quienes han usado alcohol en el último mes oscila en alrededor de 25% entre quienes tienen padres completamente involucrados para incrementarse a cerca de 60% entre aquellos que declaran padres pobremente involucrados. Las diferencias en el uso de drogas son todavía más pronunciadas: los alumnos que declaran padres completamente involucrados alcanzan prevalencias de consumo de marihuana de alrededor de 5% en último año, mientras que los que reconocen padres pobremente involucrados pueden alcanzar prevalencias que fluctúan en alrededor del 40%. La amplitud de esta brecha es aún más intensa en el uso de cocaína que fluctúa entre 1 y 20% en los extremos de la escala. Es importante notar también la sensibilidad del índice: cada punto adicional de involucramiento parental va acompañado de una disminución concomi-
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tante en la declaración de consumo sea de alcohol, marihuana o cocaína en una relación perfectamente monotónica. Cuadro 4
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PREVALENCIA DE CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS SEGÚN INDICE DE PADRES INVOLUCRADOS
0
1
2
3
4
5
6
7
Alcohol 2001 2003
64 58
62 59
58 56
52 51
45 45
37 37
31 31
23 25
Marihuana 2001 2003
44 36
40 36
33 27
25 21
18 16
12 11
8 7
4 5
Cocaína 2001 2003
23 20
15 16
12 10
8 7
4 4
3 3
2 2
1 1
Alcohol (tasa de consumo de alcohol en últimos treinta días), Marihuana (tasa de consumo de marihuana en el último año), Cocaína (tasa de consumo de pasta base o cocaína en último año) Fuente: Estudios Nacionales de Drogas en Población Escolar, 2001-2003, CONACE.
Esta relación entre padres involucrados y uso de alcohol y drogas se mantiene intacta aún cuando se controla por curso (como se muestra en el Cuadro 5) y sexo: la edad hace disminuir la supervisión parental y aumentar las prevalencias de consumo, pero la asociación entre ambas variables persiste en su forma característica tanto en Octavos Básicos como en Cuarto Medio, aunque es probable que el impacto del involucramiento parental sea mayor en edades más tempranas como sugieren la amplitud de las brechas que aparecen en Octavo Básico respecto de las que existen en cursos superiores.
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Cuadro 5
PREVALENCIA DE ALGUNA DROGA (MARIHUANA, COCAíNA O PASTA BASE) EN úLTIMO AÑO SEGÚN íNDICE DE PADRES INVOLUCRADOS POR CURSOS
0
1
2
3
4
5
6
7
Octavo 2001
39
27
20
16
9
5
3
1
2003
35
28
14
11
8
4
3
2
2001
52
48
39
27
20
15
9
8
2003
44
36
32
23
19
14
9
5
2001
56
45
38
35
27
21
14
8
2003
48
55
39
30
25
19
14
12
Libertad y Desarrollo
Segundo
Cuarto
Fuente: Estudios Nacionales de Drogas en Población Escolar, 2001-2003, CONACE.
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Libertad y Desarrollo
IV. Parentalidad, Estructura Familiar y Amigos
¿Cuál es la importancia de la relación parental en el marco de las distintas variables que usualmente están asociadas con el uso de alcohol y drogas? Un análisis multivariado debe incluir como variables de control como la edad, el sexo y la educación de los padres. El uso de alcohol y drogas tiende a aumentar progresivamente con la edad en el marco de un proceso en el que el balance de la relación padres-amigos tiende a pasar de un término a otro. La curva característica de uso de marihuana predice un aumento sostenido desde Octavo Básico a Cuarto Medio (con un punto de aceleración en Primero Medio que marca el acceso a la enseñanza secundaria) (Cuadro 2). Existe evidencia también de que el uso de marihuana continúa aumentando después del ciclo de enseñanza media, con un punto de aceleración característico en los primeros años de enseñanza universitaria), para comenzar a caer después de los 20 años, precisamente cuando la relación familia-amigos pierde su tensión propia del período adolescente (Conace, Encuestas Nacionales en Población General, 2002,2004). Esta relación entre edad y uso de marihuana debe calificarse en este sentido: los desertores escolares tienen tasas de prevalencias hasta tres veces mayores respecto de quienes permanecen en el sistema escolar, pero después del colegio son los universitarios quienes tie-
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Libertad y Desarrollo
nen prevalencias más altas que los que se incorporan directamente al trabajo, conservando siempre al desempleo como factor de riesgo en todas las edades (Conace, 2002, 2004). La importancia del sexo radica simplemente en que las tasas de prevalencia son siempre más altas en hombres que en mujeres cualquiera sea la edad. La curva característica según sexo y edad en el uso de marihuana tiene, sin embargo, su interés particular: las diferencias de género son más bien modestas durante toda la enseñanza media, pero la brecha se expande notoriamente después del colegio. El uso de marihuana continúa aumentando también entre las mujeres después que salen del colegio, pero con un ritmo mucho más pausado que el de los hombres y tiende a caer en una edad ligeramente anterior al punto de inflexión masculino. El sexo, por lo tanto, es una variable que cobra importancia con la edad. Esta expansión de las brechas de género en el comportamiento desviado es un resultado frecuente en la investigación social: muchos investigadores atribuyen esta diferencia al inicio de la edad socialmente reproductiva de la mujer que inhibe poderosamente sus comportamiento de riesgo. Mientras la probabilidad de ser madre es baja, tanto biológica como socialmente considerada, la mujer se compromete casi de igual manera que los hombres en comportamiento de riesgo, pero cuando esa probabilidad aumenta, característicamente después de la enseñanza secundaria, la mujer oblitera y elude esos riesgos. La responsabilidad procreativa aparece antes y de manera más viva y perentoria entre las mujeres que entre los hombres. Por último, el nivel socioeconómico es siempre una variable de control necesaria. El uso de marihuana no tiene un sesgo socioeconómico definido, como el que tiene la pasta base que es más frecuente en los niveles bajos y el alcohol y la cocaína que prevalece en los niveles de ingreso más altos, al menos cuando se miden tasas de prevalencia que es la proporción de quienes han usado alguna droga en un período de tiempo determinado. La intensidad de uso y, sobretodo, la proporción de quienes abusan de marihuana, tiene un sesgo socioeconómico mayor, especialmente
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Libertad y Desarrollo
cuando se toma en consideración la población general que incluye los desertores escolares. En los estudios de drogas realizado entre escolares, sin embargo, el nivel socioeconómico deja de ser una variable relevante para el caso de las tasas de prevalencia de consumo en marihuana (Conace, 2001,2003). Junto con estas variables de control –edad, sexo y educación de los padres (como indicador de nivel socioeconómico)– nuestro modelo de análisis considera las variables que identifican procesos familiares (padres involucrados y calidad de la relación con los padres), estructura familiar (familias con solo padre o madre y familias reconstituidas) y amigos (amigos cercanos que usan marihuana). El índice de padres involucrados ha sido dicotomizado a partir del quinto punto de manera que se introduce como padres involucrados y padres no involucrados. De la misma manera, la calidad de la relación de la relación con ambos padres, que se utiliza como variable próxima de compromiso o cercanía filial, distingue entre quienes tienen excelente relación con ambos padres y los demás. La estructura familiar hace la distinción entre quienes viven con ambos padres respecto de quienes viven sólo con alguno de ellos y con alguno de ellos y su pareja actual. La variable que involucra a los amigos en este análisis distingue a quienes declaran tener al menos un amigo cercano que fuma marihuana respecto de quienes no tienen ninguno. La variable dependiente es prevalencia de uso de marihuana en el último año (ha probado o no marihuana en los últimos doce meses). El modelo 1 considera sólo variables de proceso y estructura familiar controladas por sexo, edad y educación de los padres. Los resultados indican que la variable que mejor predice el uso de marihuana entre adolescentes es el involucramiento de los padres: no vivir con padres involucrados puede aumentar la probabilidad de uso de marihuana en 2.4 veces respecto de quienes viven con padres altamente involucrados. El involucramiento parental aparece como una variable más preeminente que la calidad de la relación con los padres que marca, no obstante, una asociación también significativa.
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Libertad y Desarrollo
Los coeficientes de estructura familiar tienen una asociación significativa, pero mucho más débil: no vivir con ambos padres ofrece una probabilidad riesgo, sobre todo cuando se vive con padre o madre y otra pareja (familias reconstituidas). La diferencia entre vivir con el padre o la madre también aparece en el sentido indicado por la investigación social: el riesgo es varias veces mayor cuando se vive con el padre que cuando se vive con la madre, hasta el punto en que vivir solo con la madre ofrece asociaciones muy débiles con el uso de drogas (datos no mostrados). Debe observarse que el riesgo específico que ofrecen los padres oculta, como todas las asociaciones por lo demás, efectos de autoselección: es común que muchos adolescentes viven con su padre justamente porque tienen dificultades conductuales y alta propensión al riesgo. Distinciones más sutiles entre el estatus marital de madre sola también se han realizado, observando efectos diferentes según se trate de madres viudas, separadas o nunca casadas, pero nuestro análisis no contempla estas distinciones. En su conjunto, la asociación entre estructura familiar y uso de drogas se atenúa mucho cuando se controla por involucramiento parental y calidad de la relación con los padres, aunque todavía en estas circunstancias no vivir con ambos padres ofrece alguna probabilidad de riesgo. El modelo 2 considera el efecto de interacción entre padres involucrados y estructura familiar. Los resultados en este caso son menos concluyentes: bajo condiciones de bajo involucramiento parental, el hecho de vivir sólo con el padre o la madre no añade una probabilidad de riesgo en relación a vivir con ambos padres. Cuando se considera este efecto de interacción con la distinción madre/ padre aparece una asociación significativa: cuando los padres están poco involucrados, vivir solo con la madre, más no con el padre, agrega probabilidades de riesgo (datos no mostrados). El hecho de vivir con padre o madre y otra pareja (e incluso de no vivir con ninguno de ellos), sin embargo, no añade mayores probabilidades de riesgo cuando existen dificultades en la relación parental.
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Cuadro 6
Libertad y Desarrollo
MODELOS DE REGRESIÓN LOGÍSTICA PARA USO DE MARIHUANA EN ULTIMO AÑO EN POBLACIÓN ESCOLAR.
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
Modelo 4
Padres poco involucrados
2.36*** (.033)
2.28*** (.039)
1.80*** (.037)
2.01*** (.059)
Baja calidad de relación con los padres
1.67*** (.027)
1.67*** (.027)
1.48*** (.030)
1.47*** (.030)
Vive con padre o madre
1.27*** (.031)
1.10 (.077)
1.21*** (.034)
1.21*** (.034)
Vive con padre o madre y otra pareja
1.42*** (.045)
1.51*** (.106)
1.29*** (.049)
1.29*** (.049)
No vive con ninguno de los padres
1.26*** (.055)
1.05 (.170)
1.29*** (.060)
1.29*** (.060)
9.89*** (.030)
11.4*** (.065)
Tiene amigos que fuman marihuana No involucrados* vive con padre o madre
1.17 (.084)
No involucrados* vive con padre o madre y otra pareja
0.93 (.117)
No involucrados* no vive con ninguno de los padres
1.23 (.180)
No involucrados* amigos usan marihuana
0.84** (.073)
Edad (12-18)
1.41*** (.008)
1.41*** (.008)
1.29*** (.009)
1.29*** (.009)
Sexo (Hombre)
1.19*** (.025)
1.19*** (.025)
1.11*** (.028)
1.11*** (.028)
Educación de los padres
1.01*** (.003)
1.01*** (.003)
1.01*** (.003)
1.01*** (.003)
Coeficientes exp (B) y errores estandar entre paréntesis. Niveles de significación: * p