Estuvo preso tres años por un asesinato que no cometió

9 mar. 2007 - tad para conseguir algunas piezas de automóviles. Según el Cesvi, de la lí- nea Fiat no hay repuestos originales del Duna hasta los modelos ...
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Información general

Viernes 9 de marzo de 2007

LA NACION/Página 15

El caso Kevin Sedano

A un mes del accidente

Piden cinco años de cárcel para un acusado

Sin pistas de la lancha que mató a un remero

Por Hernán Cappiello

Por Gabriel Di Nicola

De la Redacción de LA NACION

De la Redacción de LA NACION

Eduardo Sukiassian, de 25 años, actuó, según el fiscal, con absoluto desprecio por la vida de Kevin Sedano, de 14 años, al atropellarlo y no auxiliarlo el 1° de mayo de 2002 en Olivos, por lo que debe ser condenado por homicidio culposo agravado a 5 años de cárcel. Eduardo Sukiassian no tuvo posibilidad de eludir a Kevin Sedano en la Avenida del Libertador y evitar el accidente que acabó con su vida, por lo que debe ser absuelto o recibir la mínima condena y seguir en libertad, según la defensa. Sobre esta disyuntiva deberá decidir el miércoles próximo el Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Isidro al dictar sentencia en el juicio contra Sukiassian, luego de que ayer, en sus alegatos, el fiscal Franco Servidio y el abogado de la familia de Kevin, Claudio Mazzaira, pidieron la condena, y el defensor del conductor, Mariano Di Meglio, su absolución. Además, deberán resolver si denuncian por falso testimonio a dos amigos del acusado que lo acompañaban cuando ocurrió el accidente. La tensión que se vivió ayer en la sala de audiencias entre familiares de Sukiassian y las Madres del Dolor, que acompañan a Vivian Perrone, mamá de Kevin y fundadora del grupo, estalló durante el elocuente alegato de la defensa. Di Meglio, que enjugaba con un pañuelo de papel el sudor que perlaba su frente, les dijo a los jueces: “Yo acá soy el malo, defiendo al asesino, como dicen los carteles que están abajo. Hubo una tragedia, pero no permitan otra desgracia, aunque menor, como que un inocente sea condenado”. La frase agotó la paciencia del tío abuelo de Kevin, Juan Carlos Geppi, que se puso de pie y le dijo a la presidenta del tribunal, María Coelho: “¡Me voy a retirar! ¡No puedo oír esto!”. La jueza hizo acompañar al señor fuera de la sala y todo retornó a la calma. El fiscal Servidio, en un compacto y directo alegato, dijo no tener dudas de que Sukiassian había embestido y matado a Kevin mientras manejaba a más de 60 kilómetros por hora. Luego se detuvo unos 150 o 200 metros más adelante y desapareció de la escena. “Quien no auxilia a otro, no valora su vida”, afirmó. Y desgranó los testimonios que apoyan la acusación. Cargó contra los amigos de Sukiassian que declararon en el juicio, Guillermo von Gerstenberg y Pablo Beresky, de quienes dijo que mintieron al afirmar que se habían acercado a la víctima luego del choque, y resaltó sus contradicciones, por lo que pidió que fueran procesados. Enumeró, además, las violaciones al Código de Tránsito que cometió el acusado, como superar la velocidad máxima, pasar por la derecha y no auxiliar al atropellado. Por ello, pidió la pena máxima por homicidio culposo y que lo inhabilitaran por 10 años para conducir. “Sukiassian no debió haber seguido conduciendo; destrozó una vida”, dijo.

Los investigadores buscaron en cada una de las guarderías de la zona norte del conurbano, pero los resultados fueron negativos. No hay rastros de la embarcación; es como si se la hubiera tragado la tierra. El 8 del mes pasado, a las 20.45, Alberto Fernández y cuatro amigos salieron a remar por las aguas del Delta bonaerense. Cuando navegaban por el canal Vinculación, que une los ríos San Antonio y Luján, fueron embestidos por una lancha que circulaba a gran velocidad. Como consecuencia del impacto, Fernández falleció. La embarcación no se detuvo para colaborar con los remeros, todos socios del Club San Fernando. Desde ese momento, la lancha y sus tripulantes son buscados por la Prefectura Naval. “Evidentemente, la lancha que embistió al bote iba a una gran velocidad e hizo maniobras imprudentes”, explicó a LA NACION una fuente de la Prefectura Naval que participa de la investigación. Según la declaración de testigos, la embarcación que chocó contra el bote en el que iban los remeros es blanca con rayas azules. “Lamentablemente, todavía no pudimos ubicar la lancha que protagonizó el accidente. Buscamos en numerosas guarderías de la zona norte, pero aún no la pudimos hallar. Se encargaron de esconder muy bien la embarcación”, agregó la fuente consultada. La causa es tramitada en la Unidad Funcional de Instrucción N° 3 de Tigre.

Imprudente y negligente Vivian Perrone aferraba una lámina con la cara de su hijo. Mazzaira, el abogado que la representa, pidió la misma pena que el fiscal y abundó: “Sukiassian actuó en forma imprudente por la velocidad a la que iba, y en forma negligente, por no estar atento al tráfico, y se fugó del lugar”. Recordó que Kevin y su amigo Federico Rao habían cruzado la Avenida del Libertador corriendo, perseguidos por una patota que había querido robarles la ropa. Pero dijo que otro automovilista los había visto y que pudo eludirlos, y que quienes iban en el auto de Sukiassian dijeron que lo habían visto desde 50 metros de distancia, por lo que concluyó que el conductor no lo advirtió porque iba distraído hablando. Lo enganchó con el espejo retrovisor, lo que provocó el golpe y que se estrellara la cabeza contra el pavimento. El defensor Di Meglio se esforzó: aceptó que Sukiassian manejaba, pero criticó al fiscal y al querellante. “El hecho fue inevitable. Kevin se puso en peligro a sí mismo”, afirmó. Evocó esa noche en la que unos chicos desesperados corrían en la madrugada. Dijo que tras el choque, había temor a un padre, un no saber qué hacer frente a esta situación. “Eduardo tenía poca posibilidad de reacción”, sostuvo. Defendió el testimonio de los amigos del acusado, que afirmaron que se detuvieron para auxiliar al caído, y dijo: “No ganaban nada con venir a esta audiencia a mentir”. “Eduardo no hubiera podido nunca detenerse o eludir a Kevin porque estaba al costado del auto y no sabía que estaba ahí. Kevin se puso en peligro por cinco atorrantes que lo venían corriendo, pero por eso no podemos condenar a Sukiassian”, declaró. Tras los alegatos, Sukiassian fue invitado a decir sus últimas palabras antes del veredicto, pero prefirió el silencio, como durante todo el juicio. Luego, Mazzaira pidió disculpas por el exabrupto del tío abuelo de Kevin, y Di Meglio, cuando ya todos se iban, se acercó a Vivian Perrone y le estrechó la mano. El verborrágico abogado no encontró palabras. Sí Vivian, que le dijo: “Lástima que está del otro lado”.

SANTIAGO HAFFORD

Romero Rossini junto a su mujer, Florencia, tras ser liberado por la Justicia

Estuvo preso tres años por un asesinato que no cometió Se trata de Pablo Romeo Rossini, de 34 años, que fue liberado en La Plata Por Ximena Linares Calvo De la Corresponsalía La Plata LA PLATA.– Pablo Romeo Rossini ni siquiera estuvo en el lugar y momento equivocados, pero fue acusado del homicidio de un verdulero. Estuvo casi tres años preso y, anteayer, fue absuelto por un tribunal. El 24 de mayo de 2004, a las 16.30, en la esquina de 47 y 23, en esta ciudad, Leonardo Condorí, de 25 años, acomodaba los cajones de verduras en la vereda cuando un hombre intentó robarle. Hubo forcejeos y luego un disparo que mató al comerciante. El agresor escapó corriendo y pasó al lado de una policía que esperaba el colectivo, pero que no logró reaccionar para detenerlo. Otra mujer, que trabajaba en una pañalera situada frente a la verdulería, alcanzó a ver al homicida, aunque desde una distancia mayor. Ambas debieron concurrir a la comisaría 4a. y observar un álbum de fotografías de personas que alguna vez habían sido demoradas o detenidas. Este sistema fue duramente cuestionado y, tras una serie de denuncias de la Fundación Miguel Bru, prohibido en 2005. Romeo Rossini figuraba en el álbum por una causa de falsificación de documentos de 1991, que ya está cerrada. Las testigos tuvieron dudas, pero señalaron su rostro. En la rueda de reconocimiento la policía señaló a otra persona, y la comerciante,

tras volver a dudar, apuntó su dedo hacia Pablo. Con estos únicos elementos –que los abogados defensores, Diego Lacki y Oscar Salas, afirman que no pueden ser considerados pruebas– la causa fue elevada a juicio oral. El acusado trabajaba como fletero en el mercado de verduras, pero nunca había visto a Condorí, y los investigadores no acreditaron ninguna relación entre ambos. Los peritajes efectuados con los elementos encontrados en la escena del crimen –pelos y restos de piel en las uñas de la víctima y un arma calibre 22, entre otros– tampoco vincularon a Romeo Rossini con el homicidio. Sin embargo, en la mañana del 25 de mayo, 50 policías se trasladaron hasta

la casa de Pablo, en una villa de emergencia platense, y lo detuvieron. “Nunca me dijeron por qué me llevaban. A las ocho de la noche, los presos que estaban conmigo, en la comisaría, me dijeron: «¿No te habrán traído por la muerte del verdulero?». Yo me quería morir”, relató a LA NACION. El hombre tiene 34 años, es alto y de contextura física sólida. Pero en la entrevista, a la que concurrió acompañado por su esposa, Florencia, de 31, los kilos que perdió durante el encierro y el cansancio y la tensión acumulados eran evidentes. Permaneció un mes y medio en la seccional y luego fue trasladado a la unidad penal de Tandil. Pablo nunca había estado en una cárcel: “Llegué a las 12 y me mandaron a Sanidad. El

resto del día estuve en el pabellón de ingreso con otras seis personas, pero al siguiente ya me mandaron al común... fue muy feo. Los otros presos me robaron las zapatillas”. El hombre contó que logró sobrellevar la reclusión “en el pabellón cristiano. En la cárcel encontré muchos casos como el mío. Estoy indignado con los tiempos, porque estoy de acuerdo con que hagan todas las pruebas necesarias para saber si soy culpable, pero no pueden tardar tanto”. Anteayer, en el juicio oral, de los 51 testigos propuestos sólo declararon 13. Ante la falta de pruebas, el fiscal Gabriel Sagastume desistió de la acusación y el Tribunal Oral II decidió la absolución. “Yo no tuve justicia y el verdulero tampoco”, concluyó.

Termina absuelto el 30% de los detenidos LA PLATA.– Ya sea por fallas procesales o investigativas, se estima que tres de cada diez presos alojados en cárceles de la provincia de Buenos Aires son inocentes. “El 30% de los detenidos es absuelto. Dentro de unos años, el Estado le dirá: «Usted es inocente. Mientras tanto, estuvo detenido por las dudas»”, dijo recientemente el defensor general del departamento judicial La Plata, Omar Roberto Ozafrain. Tal como ocurrió con Pablo Romeo Rossini, periódicamente trascienden casos de personas que permanecieron

varios años tras las rejas, sin haber tenido participación en los hechos que se les imputan. Hoy, en el sistema penitenciario local hay 25.000 presos; de ellos, 19.437 no tienen condena firme y 10.875 ni siquiera fueron condenados en primera instancia. Uno de esos casos fue el de Walter Daniel Miño, de 29 años, acusado de haber asesinado en octubre de 2003 a un joven durante una pelea en La Matanza. Miño estuvo dos años preso en Olmos, hasta que en el juicio oral se constató que el asesino había sido su

hermano. A Mauro Benítez lo acusaban de haber asesinado a un hombre, a partir del supuesto reconocimiento de su imagen en un álbum policial de sospechosos. A pesar de que ni siquiera estaba cerca de donde mataron a Alvaro Nistal, el joven de 29 años permaneció detenido durante dos años y medio. En enero, luego de haber estado en prisión tres años, el policía Gastón Suárez fue absuelto de toda culpa y cargo por la muerte de su novia. Los peritajes determinaron que la joven se había suicidado.

Cuestión de honor “Si supiera que la investigación está frenada, estaría indignado, pero sé que la Prefectura Naval trabaja sin descanso para tratar de dar con los responsables de lo sucedido. Para los prefectos, esta situación se convirtió en una cuestión de honor. Tenemos confianza en los investigadores; creemos que la lancha en cualquier momento va a aparecer. Ojalá que alguien se quiebre y aporte datos valiosos para la causa”, sostuvo a LA NACION el presidente del Club San Fernando, Osvaldo Rapagna. Fernández, conocido por sus allegados como “Lavandina”, tenía 67 años, estaba casado con Olga y tenía dos hijos. “Alberto [por Fernández] era una excelente persona y un hombre de río. Un remero con códigos”, agregó Rapagna. Para recordar a Fernández, mañana, a las 19, se celebrará una misa en la Parroquia de Nuestra Señora de Aránzazu, en Constitución 968, San Fernando.

Los desarmaderos, bajo la lupa

Warnes, hasta cuatro veces más barato Afirman que aumentó 12,5% el robo de autos en la Capital y lo asocian al mercado ilegal de repuestos Por Pablo Tomino De la Redacción de LA NACION “Buen día, señor; quería saber el precio de un calefactor para un Renault 19, modelo 94, y un par de varillas limpiaparabrisas, ¿Cuánto cuesta?”, preguntó LA NACION a un empleado de una agencia oficial, en la Capital. Lista en mano, el hombre no dudó: “El calefactor vale 2600 pesos, y los limpiaparabrisas, 70 pesos”. El destino siguiente fue la calle Warnes, el polo con más variedad de repuestos y accesorios de la ciudad. En un negocio con atención al público se repitió la inquietud. Vaya sorpresa: “El calefactor sale 585 pesos si lo paga al contado, y el limpiaparabrisas, 24 pesos. ¿Se lo lleva?”, dijo allí el vendedor. Es cierto: cuesta hasta cuatro veces menos comprar una autoparte de un vehículo en algunos locales de la calle Warnes si se lo compara con un concesionario oficial. La diferencia económica en los repuestos nuevos, usados o bien imitaciones, en algunos casos ha puesto bajo la lupa el negocio marginal de los desarmaderos. Sólo 300 de los 1000 que se calcula que hay en todo el país están inscriptos o en vías de terminar el trámite en el Registro Unico de Desarmaderos de Automotores y Actividades Conexas (Rudac). Precisamente, los altos precios de los repuestos originales y la escasez de muchos de ellos justifican, según los especialistas, el crecimiento del robo de automóviles en el país. Por caso, en la Capital, en enero último, hubo un incremento del 12,5% con respecto a diciembre de 2006, mientras que comparado con enero de ese mismo año el aumento registrado fue del 23%. Así lo manifestó un informe del Centro de Experimentación y Seguridad Vial Argentina (Cesvi), organismo privado sostenido por las compañías aseguradoras, que muestra que el ranking

Robo y hurto de vehículos

◗ Los 10 vehículos más robados (*)

Datos de la Capital y el conurbano

Fiat Uno

8,1% 7,6%

Volkswagen Gol ◗ Aumento por zonas

34%

entre 2005 y 2006 Zona oeste

17,6%

Cap. Fed.

16,6%

Zona norte

◗ Sustracciones en

Gran Buenos Aires

Cap. Fed.

32%

6,8%

Zona sur

4,5%

Interior

4,5%

34%

Zona oeste

Zona norte

7,3%

Fiat Duna

4,7%

Fiat 147 Ford Escort

3,5%

Peugeot 504

3,4%

Renault 12

3,0%

Renault 9 Reanault Clio

2,9% 2,7%

Chevrolet Corsa

2,7%

Zona sur

A mano armada

*Implica el 75% de los robos

◗ Los 10 más robados a mano armada ◗ Porcentaje de casos en los últimos años 61,9

57,5

61,6

57,6 48,9

33,3

9,2

2001

24,6 10,9

2002 Capital Federal

23,7 13,8

2003

18,7

2004 Gran Bs. As.

48,3 33,4

31,7

27,2

19,4

2005

18,3

2006 Interior

75,4%

Chevrolet Corsa

65,7%

Ford Fiesta

64,2%

Fiat Siena

63,4%

Fiat Palio

62,2%

Ford Ka

59,7%

Volkswagen Golf

59,7%

Renault Clio Volkswagen Polo

Fuente: Cesvi

de los autos más robados lo encabeza el Fiat Uno, un modelo que se produce desde hace casi 20 años. El Cesvi también indicó que se incrementaron los robos en las distintas zonas del conurbano, datos que se contradicen con los que ayer suministró el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Ese organismo indicó que hubo una baja del 3,85% en el robo

81,1%

Peugeot 206 Renault Mégane

57,9% 52,8% LA NACION

de autos en el Gran Buenos Aires en enero y febrero de este año respecto de los mismos meses de 2006, y una baja sostenida de ese delito desde 2002. El subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad bonaerense, Roberto Vázquez, dijo a LA NACION que desde la asunción de León Arslanian al frente de la cartera, en abril de 2004, el robo

en el Ministerio del Interior informaron que no iban a referirse al tema. Marcelo Aiello, gerente de Cesvi, aseguró que “es indudable que los indicadores de enero de 2007 están alineados con la tendencia alcista de los últimos años, lo cual genera como mínimo un llamado de atención”.

de vehículos en la provincia bajó un 35%. “Al Cesvi lo hemos convocado varias veces y nunca vino a trabajar con nosotros”, dijo el funcionario, que ve detrás de las cifras de la entidad “un claro interés por promover el aumento del valor de las pólizas”. Cuando LA NACION quiso conocer las estadísticas policiales sobre los robos de autos en la Capital y el resto del país,

En 2006, según el relevamiento realizado por Cesvi, el 35% de los robos de automóviles fue a mano armada. El motivo es que los autos más demandados corresponden a vehículos tecnológicamente más avanzados que son difíciles de arrancar sin llave. Como el Peugeot 206, un modelo que trae de fábrica dispositivos antiarranque y es el más robado a punta de pistola. Gerardo Bossio, agente de seguros de HSBC La Buenos Aires, explicó a LA NACION que “los robos de automóviles están directamente ligados con la venta de autopartes y se han incrementado en los últimos tiempos, según las estadísticas. Una buena manera de bajar ese índice es que la gente no compre repuestos ilegales”. Por caso, un relevamiento realizado en los concesionarios oficiales de las distintas marcas confirmó la dificultad para conseguir algunas piezas de automóviles. Según el Cesvi, de la línea Fiat no hay repuestos originales del Duna hasta los modelos 96; en Renault, no existe abastecimiento para el Renault 9; por su parte, en Peugeot es imposible encontrar repuestos para el modelo 504; en cambio, el del 405 se consigue con excepciones: si es nacional sí, pero si es importado, no. En la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes aseguran que el incremento de robos se debe “en parte a que se debilitaron los controles, pero también a que el parque de autos viejos crea una mayor demanda de repuestos. La gente solicita y las bandas los roban a pedido”.