EL MUNDO NO ERA DIGNO DE ELLOS

Por Oscar Arias Usado con permiso Cuando se lee Hebreos 11 y se piensa en modelos de fe o fidelidad en medio de luchas y desafíos, a muchos creyentes les gusta este capítulo hasta la primera parte del versículo 35. Y entiendo si es así, pues tendemos a escoger sólo los hechos espectaculares logrados por la fe de aquellos grandes hombres o mujeres de la historia bíblica. Sin embargo, después de la primera parte del versículo 35 hasta el 38 encuentro otros modelos, igualmente valiosos, de héroes y heroínas que pasaron por la tempestad sin ver el obrar directo de Dios para concederles una liberación espectacular. De este tipo de hombres y mujeres el autor de Hebreos nos narra: “...más otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno, errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra”. Las historias de estos hombres y mujeres son tan valiosas e impresionantes como las de los anteriores narradas en los versículos 4 hasta la primera parte del 35. La única diferencia es que, a pesar de ser personas de una fe igual a los otros, pagaron con su vida y sus constantes sufrimientos el precio de ser creyentes fieles. Ellos, según entiendo, no vieron en esta tierra una inmediata y sorprendente liberación de sus sufrimientos por parte de Dios. Al contrario, unos murieron y otros pasaron y siguieron en sus tempestades, pero se sostuvieron por la fe y se mantuvieron en su testimonio ejemplar. Estos fueron modelos de fe tan valiosos como los anteriores. De éstos, afirma el escritor bíblico, “...el mundo no era digno”. ¡Que alguien diga lo mismo de nosotros en este siglo!

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