Cultura
Página 10/LA NACION
2
3
Martes 18 de septiembre de 2007
Martes visuales
Después de más de tres meses
Los rusos salen al mercado
El Mariano Acosta, otra vez con clases Con un 40% del colegio rehabilitado, volvieron los 2300 alumnos; recuperarán los días perdidos Por Silvina Premat De la Redacción de LA NACION Con pisos, paredes y techos relucientes, ayer, a poco más de cien días de haber sido clausurada, la Escuela Normal Superior N° 2 Mariano Acosta reabrió sus puertas. Pero no todas. Tres meses después de la caída del cielo raso en un aula de primaria, que afortunadamente estaba vacía porque el incidente ocurrió un domingo, el gobierno porteño habilitó cerca del 40% del predio en el que funcionan todos los niveles educativos, del inicial al terciario, en General Urquiza y Moreno. Se trata del sector conocido como “casco central” del edificio histórico, donde casi todos los espacios cerrados se convirtieron en aulas. Para poder recibir la mayor cantidad de alumnos se decidió “sacrificar” ambientes destinados a la administración. En una pequeña oficina funcionan la rectoría, la secretaría y las direcciones y vicedirecciones de nivel medio. La “oficina” de los preceptores, en tanto, se instaló en un pasillo debajo de una escalera. La precariedad es, según dicen, provisoria. El gobierno porteño prometió esta vez que los dos sectores que falta habilitar serán entregados en unas tres semanas. De esta forma pudieron volver al edificio unos 2300 de los 2500 alumnos del colegio, que desde el 16 de junio asistían a clases en ocho escuelas o institutos diferentes. Sólo faltó encontrar espacio para los dos centenares de estudiantes del profesorado de nivel primario, que seguirán en una sede de la Universidad Tecnológica Nacional. “Mamá: estoy nerviosa porque hoy volveré a mi escuela, me voy a encontrar nuevamente con mi banco, con
ANIBAL GRECO
Aulas renovadas, ayer, en la reapertura del colegio
mi aula y ¡con mi hermana!”, dijo una alumna de 7° grado a su madre, al levantarse ayer. Su hermana asiste al secundario del Mariano Acosta, pero desde su clausura no viajaban juntas ni se cruzaban en los recreos.
Daños colaterales La designación de la rectora Raquel Papalardo es uno de los efectos imprevistos del incidente del cielo raso. El rector titular, Jorge Butera, como muchos de sus docentes en este tiempo de tensiones y enfrentamientos varios, pidió licencia por enfermedad. Para la nueva rectora, la disgregación de los alumnos en estos tres meses “lesionó las redes institucionales y el proceso de aprendizaje y provocó un daño moral y muchos
gastos extras a docentes, padres y alumnos”. Además de los diez días de clase perdidos entre la clausura y la redistribución en las sedes, los alumnos vieron reducidas sus horas por la ausencia de profesores. “Algunos docentes no tenían el tiempo suficiente para trasladarse de una sede a otra y concurrían una semana a un curso y la otra al restante”, explicó Papalardo. Para intentar reparar el daño en el proceso de aprendizaje el Ministerio de Educación extendió el ciclo lectivo en el Mariano Acosta: los alumnos de nivel medio terminarán el 7 de diciembre y los de primaria, el 20. “Los docentes, en tanto, rediseñarán los contenidos de sus materias para lo que resta del año”, dijo la rectora. La caída del techo, que había si-
ARCHIVO
El techo de un aula de la primaria caído el 3 de junio último
do refaccionado pocos meses antes, provocó también la renuncia del director de Infraestructura del Ministerio de Educación porteño, Mario Rocco. Además, el organismo debió pedir a la Justicia la rescisión del contrato por el cual la empresa Bricons Sacia había iniciado las obras del colegio, en 2004. El gobierno porteño había prometido la reapertura del edificio dos veces, para el 19 de junio y el 13 agosto. Pero no fue posible. Finalmente, se pudo volver al colegio después del acuerdo firmado el 17 de agosto, tras la ocupación de unas cinco horas de la sede del gobierno porteño de un grupo de estudiantes. “Es triste porque conseguimos que hagan lo que prometían sólo cuando nos pusimos más duros”,
dijo un alumno, que pidió reserva de su nombre. La promesa siempre fue arreglar las instalaciones eléctricas y reforzar los cielos rasos de las 32 aulas del edificio escolar. Así lo habían sugerido un grupo de peritos de la Universidad de Buenos Aires. Ayer, el colegio Mariano Acosta pudo reabrir porque esas falencias fueron reparadas y están garantizadas “las condiciones de habitabilidad y seguridad”, según informó el nuevo director de Infraestructura escolar, Eduardo Jorge Roy. Ahora falta la habilitación del sector nuevo, en el que hay laboratorios y el centro de fotocopiado, y otra zona “histórica”, conocida como “la Siberia”. Allí hay más de diez aulas, baños, un gimnasio y un patio.
Patrimonio en riesgo
El Museo de Arte Moderno, a la deriva Continuación de la Pág. 1, Col. 2
metros cuadrados, en estrictas condiciones de conservación y seguridad, para alojar la colección pública de arte contemporáneo más importante del país (casi 6000 obras de arte), mientras se espera la remodelación de las obras del ambicioso Polo Cultural Sur, donado por Emilio Ambasz, en la sede de San Telmo, hoy cerrada al público. Los trabajos fueron interrumpidos allí en enero último, sin explicación oficial. Y según consignaron los amigos del museo, “sólo se avanzó en un 4% de las obras proyectadas, a pesar de que el jefe de gobierno, Jorge Telerman, había anunciado entre aplausos en noviembre pasado que el inicio y la continuidad de las obras eran un hecho”. “Los plazos son perentorios, y el comienzo de las obras del Centro Cultural del Bicentenario deja sin lugar de exhibición al Mamba y, lo que es peor, sume en la incertidumbre el destino de su patrimonio”, advirtió Helft. Aclaró que la Asociación de Amigos ya había destinado US$ 30.000 para adaptar las reservas del Correo Central e iluminar las salas, y estimó que es más fácil trasladar personas que patrimonio, ya que el embalaje, la catalogación, los seguros y los traslados insumirán por lo menos un mes de trabajo planificado. Secundada por otros miembros de la asociación, como Miguel Santarelli, y por los galeristas Orly Benzacar y Alberto Sendrós, todos hablaron de “emergencia, desidia, inacción y el riesgo de un efecto catastrófico para el patrimonio nacional”.
“Cuando todas las grandes capitales del mundo actualizan y amplían sus museos de arte contemporáneo por el flujo de visitantes –como el MoMA, de Nueva York, y el Reina Sofía, de Madrid–, es inaudito que Buenos Aires postergue la concreción del museo que es la vidriera de la vitalidad de sus artistas”, arremetió Benzacar. Consultada por LA NACION, la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Nanny Arias Incollá, afirmó que la semana última, luego de un exhaustivo relevamiento entre los inmuebles de la ciudad, le presentó a la directora del Mamba, Laura Buccellato, varias opciones de espacios para acondicionarlos como reservas museológicas y poder trasladar allí el acervo. Nada dijo de un espacio alternativo donde el Mamba pueda funcionar. “Al patrimonio habrá que dividirlo: óleos y esculturas, por un lado, y la biblioteca y las obras en papel, por el otro, ya que no contamos con un lugar grande para todo. Adaptaremos los ámbitos con todos los estándares necesarios de control de humedad, temperatura y seguridad para que el acervo no corra riesgos. Somos expertos en eso”, prometió Arias Incollá. La funcionaria dejó trascender entre destinos posibles los 200 m2 del subsuelo de la Casa de Cultura (Av. de Mayo 525) y un pabellón reciclado, de similares medidas, en el ex Padelai, en Balcarce y Humberto I. “Los equipos técnicos evaluarán los espacios y veremos si son los adecuados, pero me prometieron que buscarán más alternativas”, dijo Buccellato, quien hoy, a las 12, recorrerá junto con Arias el pabellón del Padelai.
JULIAN BONGIOVANNI
Orly Benzacar, Alberto Sendrós, Marion Helft y Miguel Santarelli, en un abrazo simbólico al museo
Pasado mañana, el Mamba presentará sus dos últimas muestras en el Correo. La retrospectiva de la artista conceptual Marie Orenzans es la más esperada y ocupa cuatro salas. Una vez resuelta la preservación del patrimonio, Buccellato impulsará con el gobierno de Macri la reactivación de las obras en San Juan 350 y no descarta buscar un espacio alternativo para que el Mamba exhiba su patrimonio durante los 18 meses previstos para las obras. En tanto, allegados a Macri dejaron trascender que ellos “no cogobiernan” y que sólo le cabe a la administración actual buscar una solución.
Fotogalería. Recorrido fotográfico por el Museo de Arte Moderno. www.adncultura.com.ar
Las valiosas colecciones Fundado por el crítico Rafael Squirru en 1956, el Mamba se ganó de entrada el mote de “museo fantasma” por no contar con sede propia. El Teatro San Martín, junto a diversas galerías porteñas, fueron los generosos ámbitos de peregrinaje donde durante años se exhibieron algunas de sus muestras temporarias y patrimoniales. En 1986, el gobierno porteño adquirió la ex tabacalera Piccardo, en San Juan 350, para inyectarle visibilidad al museo, pero el incremento de su patrimonio, por las donaciones de los artistas, restringió el espacio. Por eso, Ambasz donó su proyecto de ampliación, que une el Mamba con el Museo del Cine.
Reservorio de la producción de los siglos XX y XXI en casi todos los soportes, la colección del Mamba es única en el país. Reúne piezas de última horneada, como instalaciones y videos; fotos históricas de Stern y Coppola; ejemplos de las vanguardias (arte Madí, informalismo, Nueva Figuración), y obras de Berni, Curatella Manes y Libero Badii. También, las 509 esculturas que a su muerte donó Alberto Heredia y las más de 300 piezas de obra gráfica que legó Antonio Seguí. El núcleo deslumbrante es la colección Pirovano, con obras de Kandinsky, Klee, Picabia, Delaunay, Albers, Seoane y Vantorgerloo, entre los creadores extranjeros, y piezas de Iommi, Greco y Vitullo.
El ascendente hombre de negocios Alisher Usmanov compró ayer la colección completa del violonchelista Mstilav Rostropovich y de su mujer, la soprano Galina Vishnevskaya, a puertas cerradas, horas antes de que Sotheby’s Por Alicia concretara de Arteaga la subasta anunciada con bombos y platillos. La noticia confirma la tendencia: los rusos son los nuevos jugadores del mercado de arte. Mucho dinero fresco, fortunas inmensas en pocas manos y el deseo de repatriar tesoros perdidos durante los años de aislamiento del régimen comunista explican el posicionamiento de coleccionistas que hasta hace unos años eran tan difíciles de encontrar como una aguja en un pajar. El nuevo dueño de la colección Rostropovich tiene gustos variados: con su socio Farhad Moshiri compró el 15% de las acciones del club de fútbol inglés Arsenal por 75 millones de libras, cerca de 150 millones de dólares. Usmanov se quedó con la colección completa del exquisito intérprete, gran amigo de la Argentina, que llegó de la mano de Jeannette Arata de Erize, presidenta del Mozarteum Argentino, para deleitar con su arte a los melómanos locales. Ni una palabra se dijo acerca de la suma pagada, pero los voceros de la firma aseguran que fue bastante más alta que las estimaciones previas, cercanas a los 30 millones de libras esterlinas. En un comunicado oficial, el Ministerio de Cultura de Rusia hizo pública su satisfacción: “Todo lo que tenga que ver con el nombre de Mstislav Rostropovich es maravilloso para Rusia y no tiene precio”. Los historiadores coinciden en que la colección de Rostropovich era una de las más importantes de arte ruso en manos privadas, con más de 400 piezas adquiridas por el matrimonio para sus departamentos de París y Londres. El nuevo propietario admitió que sería imposible reunir hoy un patrimonio semejante y aceptó que fuera expuesto en Sotheby’s Londres hasta pasado mañana. Está previsto que hoy al mediodía la rematadora ofrezca una rueda de prensa en el hotel Baltschug Kempinski, de Moscú, para explicar los términos de la operación. Rostropovich murió el 27 de abril pasado. Galina, su viuda, admitió que vendía porque no tenía dinero para mantener la colección y conservarla con dignidad.
[email protected]
Culto católico Santoral. San José de Cupertino. Humilde fraile de la Orden de los Franciscanos Conventuales. Murió en el año 1663. Liturgia. Se leen la primera carta a Timoteo (3, 1-13) y el Evangelio de San Lucas (7, 11-17).