El fenómeno del niño - Unicef

24 ene. 2016 - El fenómeno del niño. BESUCONES EN CAMPAÑA. “Solo hay una excusa para que un político bese a un bebe: fun- ciona”, argumentaba la ...
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A20 l Especial

—El Comercio —domingo 24 de enero del 2016

BESUCONES EN CAMPAÑA

El fenómeno del niño

elecciones generales

2016

Pese al escepticismo de los pequeños ciudadanos, los candidatos insisten en llenarlos de besos –y los padres en entregárselos–, coyuntura que el Unicef aprovecha con la iniciativa #UnBesoUnaPropuesta. miguel bellido

dante piaggio

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1. BECHO. Keiko menciona 25 veces la palabra ‘niños’ en su “Plan Perú”. 2. SIN MENCIONES. Toledo no consignó la palabra ‘niñez’ en su plan. 3. MÁS VACUNAS. García ofrece fortalecer sistema de inmunizaciones. 4. SIN VIOLENCIA. Mendoza propone programa de protección de menores. 5. LA PROMESA. Acuña dice que ampliará el Qali Warma. 6. PAPAPA. PPK tiene un capítulo de su plan de gobierno dedicado a la niñez. liliana michelena

“Solo hay una excusa para que un político bese a un bebe: funciona”, argumentaba la revista “Life” en julio de 1960. En su caza de votantes, el candidato solo cumple su tarea. Pero los políticos suelen figurar en la lista de profesionales que nos inspiran menos confianza. En campaña, algunos llegan a estrechar cientos de manos en una sola jornada. ¿Por qué un padre se esforzaría en introducir a su hijo al trajín de un mitin, para luego entregárselo a un extraño cubierto de gérmenes? Poco después de que naciera la tradición,enEstadosUnidosdelsiglo XIX, el contrasentido llamó la atención de la activista feminista Elizabeth Cady Stanton, quien rechazólasmanifestacionesde“políticos oportunistas” que atentaban contra el derecho de los niños y las reglasbásicasdehigiene.

Más allá de algunos funcionarios resistentes a la nueva costumbre, el siglo XX trajo nuevos candidatos a todos los cargos posibles deseosos por cargar, arrullar y besuquear a bebes ajenos en busca del voto femenino, legalizado en Estados Unidos desde 1920. “Un hombre que besa niños no podría romper el corazón de sus electores”, declaró una mujer anónima al diario “The Nation” en 1920. Un ensayo fotográfico de “Life” en noviembre de 1960 aconsejaba: “Un buen político nunca debe permitir al bebe colocarse entre su rostro y la cámara”. Pero la aparente insensatez de los padres tiene una lógica. “Si un político carga a tu bebe, lo carga alguien poderoso e importante, haciendo al bebe importante por extensión, tocado por la grandeza”, explicaba el psicoterapeuta Robi Ludwig

“Esperamos que por cada beso o abrazo, los candidatos presenten medidas concretas y viables a favor de la niñez”. MARÍA LUISA FORNARA Representante del Unicef en el Perú

“Si un político carga a tu bebe, lo carga alguien poderoso e importante, haciendo al bebe importante por extensión, tocado por la grandeza”. robi ludwig Psicoterapeuta estadounidense

a NBC en el 2012. La familia se convierte así en parte de una historia más grande, aunque el niño pueda intuir que se encuentra en una situación desagradable y reaccione con la naturalidad del caso. NO MÁS LÁGRIMAS

La motivación de un político al iniciar el besuqueo es manifiesta: proyectar simpatía e integridad. Un tipo que se lleva bien con los niños debe ser una buena persona. Un factor más siniestro, por lo psicológico, es lo que la ciudadanía busca en ellos: la sabiduría y protección de una figura paterna. Ese mensaje es especialmente peligroso en democracias jóvenes, donde el paternalismo nunca está muy lejos de las reducciones a la libertad y a la autonomía. Que la manipulación en potencia se ejecute con pequeños indefen-

sos es más que una anécdota de campaña. Por lo pronto, es la excusa que el Unicef y la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV) han utilizado para lanzar #UnBesoUnaPropuesta, proyecto que pretende cobrar a los políticos por cada apapacho. “Esperamos que por cada beso o abrazo, los candidatos presenten medidas concretas y viables que fomenten el desarrollo de la niñez y adolescencia peruana”, señala María Luisa Fornara, representante del Unicef en el Perú. La iniciativa pretende, además, movilizar la atención del electorado de las fotografías de campaña al compromiso verdadero de incorporar la niñez a la agenda. Más que un retrato con el político del momento, ese podría ser el mejor recuerdo.

EL PRECURSOR

Un mínimo de higiene

El primer registro del uso político de bebes en campaña data de 1833, en la previa de las elecciones de Estados Unidos. Una madre pobre le entregó al entonces candidato Andrew Jackson –el hombre del billete de 20 dólares– un pequeño de rostro sucio. “Es un hermoso ejemplar de la infancia estadounidense”, le dijo a la madre. Acto seguido, acercó al niño a la cara de su secretario de Guerra. “Bésalo”, le ordenó.