El crimen de un joven desató una escalada de furia en Villa Soldati

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SEGURIDAD | 25

| Viernes 28 de marzo de 2014

SEGURIDAD Edición de hoy a cargo de Luis Moreiro | www.lanacion.com/seguridad

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El crimen de un joven desató una escalada de furia en Villa Soldati

Otro crimen por una rivalidad vecinal

violencia en la capital. El homicidio estaría ligado a bandas narcos; el lunes hubo un enfrentamiento

En Villa Gesell fue asesinado un joven en un enfrentamiento

a tiros y un departamento fue incendiado; para resguardar a los chicos suspendieron las clases

Mauricio Giambartolomei LA NACiON

Las luces azules de las sirenas de los patrulleros de la Gendarmería rebotaban en las remeras blancas del uniforme escolar de los chicos que deambulaban por la esquina de Mariano Acosta y Corrales, en pleno barrio de Villa Soldati. Ajenos al denso aire que se respiró en el vecindario durante todo el día, corrían, se empujaban y gritaban con sus mochilas a cuestas. Cruzando la calle, detrás de un puesto de diarios, el domingo apareció muerto un joven de 19 años, lo cual desató una escalada de violencia entre bandas que estarían ligadas a la comercialización y el tráfico de drogas. Entre el lunes pasado y ayer, los comerciantes se mantuvieron en alerta y atendieron a los clientes entre rejas o con las persianas bajas; los vecinos caminaron las calles del barrio con mayor precaución que de costumbre, entre oficiales que custodiaban la zona, y las autoridades de dos escuelas suspendieron las clases en todos sus turnos, con la amenaza latente de un posible cruce como sucedió el martes. Ese día hubo corridas, tiros y heridos. La situación ocurre en el predio comprendido entre las calles Veracruz y Mariano Acosta, y las avenidas Roca y Lacarra, en el laberíntico complejo de monoblocks de la zona sur de la ciudad. Allí, el domingo, apareció muerto Damián Nicolás Guerrero, con un balazo en la cabeza. Se sucedieron luego una serie de episodios que provocaron preocupación entre los vecinos. Al parecer –aún es motivo de investigación–, familiares y amigos de la víctima incendiaron el departamento del presunto homicida, que ayer continuaba detenido. En la revuelta del lunes fue herido de bala un subcomisario de la seccional 36a., Daniel Orgeira, quien acudió al lugar para tomar declaración a los testigos. A pocos metros, una mujer, que sería la hijastra del presunto asesino, fue arrojada por una ventana por la orda de vecinos que irrumpió en su departamento y luego lo incendió. “Hay mucho miedo desde el lunes porque dicen que las bandas narcos se van a vengar”, le cuenta a la nacion Gladys, parada en la vereda de su

Ayer, después de los hechos violentos, era notable la presencia de uniformados de la Gendarmería Nacional negocio, la boutique Luján, frente al complejo de edificios de Mariano Acosta. La mujer está en la puerta y su hija juega tranquila. La gente camina con las bolsas de mercadería que compró en la verdulería o la panadería. En la plaza de enfrente hay dos grupos de hombres que toman cerveza, juegan a las cartas y hablan en código. Cerca de ellos, una patrulla de la Gendarmería, que es la responsable de la seguridad en la zona, permanece muy atenta. “En dos días desaparece la Gendarmería y vuelve a ser tierra de nadie. Acá es así: al Sur nadie le da bola”, sentencia Gabriela Santoro, directora del turno noche de la escuela N° 18

San Juan Bautista de la Salle. Junto a otras docentes, están en el patio enrejado y deliberan si volverán a clases. Por la inseguridad, desde el lunes suspendieron sus actividades. “Fueron tres días de terror. No hubo clases por la seguridad de los chicos, de los docentes y de los padres”, cuenta. El martes pasado, un cordón de efectivos de la Gendarmería custodió las escuelas N° 18 y N° 17 –donde tampoco hubo clases hasta ayer–, situadas a pocos metros. Tenían la información de que el cortejo fúnebre con los restos de Guerrero pasaría por Corrales y temían que se produjeran nuevos enfrentamientos. Pero no sucedió. Los choques

Asesinato de las francesas: careo entre un acusado y un testigo

juicio. Daniel Vilte discutió con el comerciante Daniel Rivadera por

una negociación por un arma similar a la que fue usada en el crimen

Loreley Gaffoglio ENViADA ESPECiAL

SALTA.– Fue uno de los momentos de mayor tensión desde que comenzó el juicio oral por el homicidio de las turistas francesas: tras la anuencia de su abogado defensor, Daniel Vilte aceptó ayer someterse a un careo con un testigo que lo contradecía en sus dichos y, de golpe, todo fue expectativa en el salón del tribunal. Esposado, con la imperturbabilidad propia de un yogui, sin siquiera parpadear, el imputado se sentó frente a Daniel Rivadera, un comerciante de General Lavalle a quien presuntamente había acudido para adquirir un revólver y luego venderlo a un interesado, como intermediario. Era el tipo de “changas” que dijo Vilte que solía hacer como forma de sustento; también su coartada para explicar que el revólver .22 que él ofrecía no era una de las armas con las que fueron asesinadas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, sino un simple “negocio” de ocasión. Vilte había afirmado que Rivadera le había mostrado en el fondo de su negocio un revólver negro calibre .22 por el que le había pedido 500 pesos. Pero éste lo negó una y otra vez. El careo fue de menos de dos minutos: “Quiero que digas si vos no me mostraste un arma, porque yo sí vi un arma”, dijo con voz serena Vilte. Rivadera, de entrada, ante el silencio y el escudriñamiento de toda la sala, se exaltó: “Nunca te mostré un arma”, respondió. impasible, sin levantar la voz, Vilte le repitió que cuando se la mostró, llamó el interesado y, conocido

el precio, éste dijo que era muy caro y el negocio no se concretó. “Hablamos de un arma, pero no te mostré ninguna”, insistió el testigo, ganado por los nervios. “Vos sabés que sí...”, le dijo Vilte. “¿Querés que mienta?”, contraatacó el otro. El suceso, que mostró la frialdad discursiva y emocional de Vilte, es apenas una muestra del tipo de debate minucioso, revisionista en cada

Una madre frente a los acusados ^b^b^ SALTA.– Para intentar quebrar a los imputados, o buscar una reacción de la cual extraer algo, Hélène Kottak, madre de Cassandre Bouvier, no dejó pasar la oportunidad de establecer contacto visual con ellos. Su estrategia no tuvo resultados: Gustavo Lasi, Santos Vera y Daniel Vilte la esquivaron y no reaccionaron. ^b^b^ En tanto, ayer no pudo brindar testimonio la dueña del Hostal del Cerro, Rosa María Gómez Miguet. Ante la insistencia de la querella, la mujer podría comparecer mediante videoconferencia desde Barcelona, como lo hicieron otros testigos desde Chaco y San Martín.

uno de los indicios que ocupan a las partes, en un proceso donde nadie sabe quién miente ni quién dice la verdad. Es tal la falta de certeza, la duda constante, abrumadora, ante cada indicio abierto a debate –especialmente los referidos a los imputados Vilte y Santos Vera– que pocos ayer arriesgaban un parecer. Aunque la querella se inclinó por creerle en aquel punto menor al imputado. En busca de llegar a la verdad, los jueces se muestran permeables a rever y a ponderar sin apremios todos los elementos que fueron descartados durante la instrucción. incluso, es frecuente escuchar de las partes un “ruego” constante frente a los testigos para que aporten todo lo que sepan o escucharon de terceros y que brinden incluso su valoración conceptual respecto de los imputados. Ayer se insistió sobre un punto inquietante para la familia Bouvier: descartar que las jóvenes se hubieran ido de la reserva el mismo día en que ingresaron sin que su salida hubiera sido registrada en las planillas, como sucedió con otros 13 turistas –de un total de 103– que el 15 de julio de 2011 visitaron la quebrada de San Lorenzo. Sobre esto fue indagado Maximiliano García, otro empleado de Puma Expeditions –que explota la quebrada–, quien había afirmado haber visto a dos chicas francesas salir de la reserva y luego, cuando fueron encontrados los cadáveres, dijo que se trataba de una. En sus dos horas de testimonio, quedó en claro que, como sostuvo la instrucción, Houria Moumni y Cassandre Bouvier nunca lograron abandonar la quebrada.ß

previos fueron grabados desde los departamentos cercanos y subidos a YouTube. En ellos se oían fuerte y claro muchos disparos. “Lee: «Ro, por favor, en cuanto veas movimiento raro avisame como sea. Se corre la bola que se arma en la esquina. Dónde está el semáforo»”, muestra Roberto, sosteniendo su teléfono celular. El mensaje es de su esposa, docente, que desde el interior de la escuela lo alertaba. Viven en Villa Urquiza, pero él estuvo acompañando a la mujer durante la semana por temor, el mismo que se vive en toda esa zona de Soldati. Un ajuste de cuentas ligado a la venta de drogas o un crimen rela-

en bialet massé

Una pareja de jubilados, muertos a machetazos CÓRDOBA.– Las autopsias confirmaron que a los dos jubilados que fueron asesinados en su casa de la localidad cordobesa de Bialet Massé los mataron a golpes con un elemento contundente y a machetazos. Según fuentes policiales, esos datos surgieron del informe preliminar de la autopsia que recibió el fiscal de Cruz del Eje, Martín Bertone, respecto de los cadáveres de isidoro Peludero, de 78 años, y su esposa Mafalda Castro, de 76, quienes fueron asesinados durante un robo. Hasta anoche, la policía local no había logrado detener a ningún sospechoso.ß

tragedia de once

Se suicidó un sobreviviente del choque del tren Osvaldo Escobar, un sobreviviente del trágico choque de un tren del ferrocarril Sarmiento en la estación Once, se suicidó el lunes pasado. Escobar, quien viajaba en la formación que impactó contra el andén el 22 de febrero de 2012 y en la que hubo 51 muertos, vivía en San Antonio de Padua. Escobar tenía 47 años y aquel trágico día viajaba en el primer vagón del tren, según confirmó María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, otro de las víctimas mortales de la tragedia. Según María Luján Rey, Escobar “había quedado con una depresión muy importante”.ß

santiago filipuzzi

cionado con la usurpación de viviendas sobrevuela el complejo de edificios, aunque nadie lo confirma. “Si hablo, mañana me incendian la carnicería y me tengo que mudar de barrio”, dice el carnicero sin dar el nombre. “¿Narcos? Éstos son unos pelotudos que ven la serie de [Pablo] Escobar y se creen que pueden arreglar todo a los tiros”, arriesga Julio. “Ajustes eran cuando salíamos al balcón a los tiros.” De la violencia extrema del lunes y martes quedaba anoche la sensación de que una chispa puede detonar nuevos enfrentamientos. Lo cierto es que hoy los vecinos se sienten temerosos y olvidados.ß

Un joven de 25 años fue asesinado de un tiro en la cabeza luego de ser perseguido 20 cuadras por dos hombres con los que mantenía una rivalidad vecinal y que fueron detenidos como sospechosos del crimen, en la localidad bonaerense de Villa Gesell, informaron ayer fuentes judiciales y policiales. El hecho ocurrió alrededor de las 16.30, cuando la víctima y sus dos hermanos, de apellido Cantero, circulaban en motocicleta y fueron sorprendidos por un vehículo que intentó interceptarlos. Según dijeron los voceros consultados a la agencia Télam, Cantero logró evitar la embestida, pero se inició una persecución que se extendió por unas 20 cuadras y durante la cual le dispararon varias veces. Se agregó que al llegar al cruce de las calles 13 y 130, uno de los proyectiles atravesó el casco del joven, impactó en el cráneo y le provocó la muerte de forma instantánea. Mientras la víctima caía al suelo, tanto sus hermanos como los agresores aceleraron y escaparon del lugar. Las autoridades se presentaron en la escena luego de la llamada de los vecinos al servicio de alerta 911, constataron que Cantero había fallecido y secuestraron en su poder un revólver con todas las balas percutadas y que debido a un desperfecto no detonaron. Tras obtener testimonios y realizar algunas averiguaciones, los investigadores determinaron que el joven y el resto de los Cantero mantenían un enfrentamiento con otra familia, de apellido Coronel, y que de hecho minutos antes del ataque la víctima y sus hermanos habían pasado por la casa de la familia rival en busca de pelea. Los pesquisas descubrieron que el viernes pasado los Coronel denunciaron a la familia de la víctima por el presunto robo de una motocicleta y que durante el fin de semana hubo distintos incidentes y agresiones entre las dos familias. Con esa información, anoche la policía allanó los domicilios conocidos de los sospechosos y detuvo a dos de ellos, ambos mayores de edad y entre los que está el supuesto autor de los disparos. En tanto, el personal de la Jefatura Distrital Villa Gesell, a cargo del comisario Jorge Palacio, busca a un tercer sospechoso.ß

Tres casos más de justicia por mano propia violencia. Ocurrieron en Santa Fe y

Rosario; hubo un muerto y dos heridos SANTA FE.– Cuatro días después de que un grupo de vecinos de Rosario asesinó a golpes a un ladrón que le había robado la cartera a una joven, se registraron tres nuevos episodios en los que habitantes de distintas zonas intentaron hacer justicia por mano propia para matar o herir a los delincuentes que querían asaltarlos. Dos de los hechos se registraron en los barrios San Martín, de la ciudad de Santa Fe, y Echesortu, de Rosario. El restante ocurrió en Villa Gobernador Gálvez. En el barrio San Martín un supuesto ladrón, de 17 años, fue reconocido por los vecinos como el autor de varios delitos contra habitantes del lugar, entre ellos el robo de una motocicleta. Lo detuvieron y lo golpearon. Anoche el agredido permanecía en terapia intensiva en el hospital José María Cullen, hasta donde había sido trasladado con politraumatismos e inconsciente. Mientras, en el barrio Echesortu, de la ciudad de Rosario, otro grupo de vecinos agredió a un joven delincuente, de 20 años, que empujó a una mujer para robarle la cartera en Lavalle y La Rioja. Con la ayuda de un cómplice que lo esperaba en un ciclomotor, el malviviente logró escapar, pero no llegó muy lejos. En una maniobra por esquivar a un automóvil que venía de frente, el rodado chocó contra un taxi. A raíz del fuerte impacto, el arrebatador cayó de la moto, mientras que su cómplice huyó y lo abandonó. En ese momento, los vecinos aprovecharon y le propinaron una golpiza. Luego de reducirlo, lo mantuvieron cautivo hasta que

llegaron dos policías a bordo de un móvil de la comisaría 6a. Algunos vecinos que fueron testigos de la golpiza explicaron que el ladrón herido tenía numerosos golpes en la cara y precisaron que el delincuente estuvo “media hora en el piso, hasta que llegó la policía y se lo llevó”. En tanto, en la localidad de Villa Gobernador Gálvez, epicentro de resonantes casos de extrema violencia en el Gran Rosario, un joven de 22 años murió cuando, presuntamente, intentó asaltar a otros dos muchachos, quienes resultaron heridos, informaron fuentes policiales. Según había podido reconstruir la policía a partir de los testimonios aportados por los vecinos, un joven de 22 años y otro de 18 fueron interceptados por cuatro delincuentes en San Diego al 200. Presuntamente, entre los asaltantes se encontraba Jesús David Rodríguez, de 22 años, quien resultó herido de un balazo. El joven murió cuando era trasladado al hospital Anselmo Gamen, de Villa Gobernador Gálvez. En el mismo episodio también resultaron heridos los dos jóvenes que habían sido abordados, uno de los cuales recibió un balazo en una mano y otro un golpe en la cabeza, Los heridos dijeron que habían sido asaltados por al menos cuatro hombres que circulaban en una moto y un automóvil y que los interceptaron cuando iban caminando. El muerto, según los testimonios, integraba el grupo de cuatro delincuentes que intentó asaltar a los dos heridos.ß