El camino de una princesa hacia la vida El pasado viernes 11 de octubre de 2010 en un día de bastante sol, de hecho ese día comenzó el mundial de futbol en South África, a las 7:00 de la mañana hora colombina, jugó el equipo local South África contra la selección mexicana; en ese momento yo estaba en el salón de clases viendo el partido por televisión con mis amigos, todos prestando atención al evento más sobresaliente del año, recuerdo que ese día en el Colegio Parroquial Santiago Apóstol de Funza (Cundinamarca) en donde yo estudié, se estaba organizando un evento para exponer los diferentes proyectos y experimentos de la feria de la ciencia que se celebra cada año allí, además que serviría para ver los futuros científicos y los diferentes inventos que en ese entonces ayudarían al ser humano. En ese momento pueda que para muchos, el mundial de futbol era lo más relevante y para las directivas del colegio lo primordial era la feria de la ciencia; sin embargo, para mí y para el resto de mi familia había algo mucho más importante, pues en ese día y a la misma hora del partido de inauguración, en la Clínica Palermo de Bogotá mi hermana Paola, estaba dando a luz a su primera hija y consecuentemente a mi primera sobrina, Laura Sofía quien tuvo que depender un poco de oxigeno artificial a la hora de conocer este mundo tan hermoso pero tan incomprensible a la vez. Mientras tanto, la selección africana derrotaba 1 por 0 a México, ese el primer gol del mundial que muchos gritaron y celebraron desaforadamente, en los pasillos del colegio se escucho un coro de “goool” lleno de emoción, en ese instante me retire del salón para observar la panorámica del colegio y baje con algunos de mis amigos a hablar pero también en mi mente estaba la gran felicidad y la angustia de saber cómo le había ido a mi hermana. Posteriormente se escucho el segundo grito de gol, pues México había empatado, y sin más ni menos ese fue el resultado final del partido. Después de este gran partido todos nos concentramos en lo que nos correspondía, en nuestros proyectos, que si bien habíamos trabajado prácticamente todo el año en sacarlos adelante y en los cuales habíamos invertido gran cantidad de dinero, mientras tanto mi hermana estaba en una habitación descansando y Laura Sofía estaba en la incubadora durmiendo tranquilamente con la dulce inocencia que caracteriza a un bebe; por mi parte estaba con otros dos compañeros, esa semana en la que teníamos que tener nuestra maquina casi lista para la exposición en la feria de la ciencia.
Luego de la jornada escolar, emprendí camino hacia mi casa, aunque me toco ir a donde mis abuelos, pues mis papas estaban en la clínica con mi hermana y mi cuñado; al llegar mi abuelo me dio un gran almuerzo porque me moría del hambre, él fue el que me dio la noticia primero que mi sobrina había nacido pero que tenía que estar unos días con oxigeno artificial, pero que todo había salido bien, así con mucha expectativa se terminaría ese día. A la mañana siguiente mis papas me comentaron el estado en el que se encontraba mi hermana y también mi hermosa sobrina, estaba en una incubadora y se parecía mucho a su padre, o por lo menos así se veía en las fotos que me mostro mi papa en su celular, a pesar de esto no pude evitar la emoción, pues estaba viendo a una de las personas más importantes de mi vida, esa sensación que sentía, por fin ya era tío. Después de eso cogí rumbo hacia el colegio a seguir con el proyecto, pues lo que teníamos en mente desarrollar era una moledora de Sagú (planta que contiene una semilla que se puede usar para hacer harinas) en ese momento tuvimos que presentar los avances de nuestros proyectos a los profesores, quienes nos dijeron que nos faltaba material para completar la maquina , así que después de la jornada escolar salimos por Funza a buscar partes que nos sirvieran para nuestro proyecto, yo estaba un poco cansado pero con la ilusión de tener una buena calificación y un reconocimiento por nuestro proyecto me llene de fuerzas para continuar, como lo hacia mi hermana continuaba en el Hospital esperando ah que le dejaran ver a su primera hija, mas tarde las enfermeras llevaron a Lura a la habitación donde se encontraba mi hermana y sucedió ese momento mágico en el que una mama conoce a la persona mas importante de su vida, ese es el verdadero amor que sin duda traspasar cualquier frontera, las fronteras que mis compañeros y yo debíamos traspasar con nuestra innovación científica, para esto debíamos dedicar casi todo nuestro tiempo pensando y elaborando la maquina que al fin debía ser “perfecta”, pero para lograr esto debíamos hacer un trabajo en el cual se estableciera la planeación, coordinación y ejecución para lograr nuestro objetivo. Por otra parte, mi familia aun seguía en el Hospital presenciando como mi hermana y su hija establecía un lazo afectivo muy fuerte al que se le unía mi cuñado Edwar Andrés, quien en ese momento cumplía medio año de haberse casado con Paola y el fruto de ese amor seria mi sobrina.
Los días pasaron y mi hermana Paola salió del Hospital dejando al cuidado de las enfermeras a Laura Sofía, mis papas y yo la estábamos esperando en su casa, mas específicamente en el cuarto de la princesa, así llamaron mis papas a su primera nieta, aunque llego mi hermana, puesto que Lura tenía que ser valorada medicamente por unos días más, yo me ilusione pero ese día tampoco pude conocer a la princesa. Sin embargo Paola tenía que ir a alimentarla como cualquier mama, esto le deba las fuerzas necesarias para levantarse por las mañanas, para ir a ver al corazón de su vida. A pesar de esto yo tenía que continuar la elaboración del proyecto del colegio adelantando detalles que ayudarían a mejorar el proceso de construcción de la maquina. De esta manera el tiempo para hacer la presentación final de la maquina, mis compañeros y yo nos dirigimos a un taller en donde uno de mis compañeros tenía un conocido que nos ayudaría a soldar el material para ensamblar la moledora de Sagú, ese día nos tomamos toda la tarde dando instrucciones a la persona que nos ayudo, lógicamente le teníamos que recompensar su colaboración y aparte comprar materiales extra, pero eso no me importo en esos instantes, pues finalmente me llamo mi hermano Jonathan y me dio la noticia que tanto esperaba, la princesa había llegado a su castillo, ya estaba en casa; aunque todavía me quedaba mucho trabajo colabore al máximo para terminar por esa noche lo que teníamos pensado hacer del proyecto, llegaron las 8:00 de la noche y camine a casa ansioso, sin embargo venia mi cuñado en el carro y con un primo mío me pidieron que los acompañara a llevarle unas cosas a mi hermana, puesto que los primeros día se quedaron en nuestra casa, luego de hacer el encargo llegue a mi casa, y la puerta de la pieza de mis padres estaba cerrada pero comprendí que hay estaba el tesoro mas importante para mí y para mi familia, entonces decidí darme un baño y ponerme ropa caliente, después de eso abrí la puerta y en los brazos de mi hermana estaba ella como protegida por un mundo entero de cariño y amor, Laura Sofía, mi sobrina hermosa y sentí una sensación indescriptible pero de
felicidad al mismo tiempo y supe que desde ese momento la familia iba a estar más unida que nunca.