Sábado 13 de junio de 2009
PSICOLOGIA / SALUD
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RIO NEGRO Y ES LA PRIMERA PROVINCIA EN SANCIONAR UNA LEY SOBRE EL TEMA
El camino hacia el fin de los manicomios Un centro cultural comunitario en Bariloche busca la recuperación de los pacientes psiquiátricos sin necesidad de internación
“Falta decisión política y soporte institucional”
TESY DE BIASE PARA LA NACION SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Estelita termina de cantar su tango y la avalancha de aplausos le estampa una sonrisa envolvente. Cantante y actriz, baja del escenario y confiesa: “El arte es como la vida… Te ayuda a expresar lo que no podés expresar de otra manera”. Y ella sabe lo que significa poder decir y ser escuchado. El espectáculo continúa. Participa de los recitales, bailes y guitarreada un auditorio particular: los usuarios de salud mental, familiares, vecinos, y profesionales del Centro Cultural Comunitario Camino Abierto, institución de asistencia, contención y promoción de la salud mental dependiente del Hospital Zonal de Bariloche. Con vista al Nahuel Huapi, Camino Abierto encarna el programa de salud mental comunitaria que lleva adelante la provincia de Río Negro, la primera en sancionar la ley de desmanicomialización que hoy discute como proyecto alternativo la comunidad psi de todo el país. La ley N° 2440, promulgada en 1991, se propone “la recuperación de la identidad, la dignidad y el respeto de la persona con sufrimiento mental”. Concibe la internación psiquiátrica como último recurso, luego del agotamiento de todas las formas y posibilidades terapéuticas previas. El objetivo de máxima es la reinserción comunitaria de aquellos pacientes que para la psiquiatría convencional tendrían un único destino: la internación neuropsiquiátrica. La experiencia de Río Negro inserta una de sus raíces en un movimiento iniciado en Italia hace más de treinta años por Franco Basaglia, un psiquiatra que condujo la discusión por los derechos de los pacientes psiquiátricos a la agenda política. Con la sanción de la ley correspondiente, Italia cerró el capítulo local de los hospitales psiquiátricos (ver recuadro).
Cambio de modelo “El programa plantea reemplazar el modelo de asistencia institucional tradicional por otro que propone la reinserción del sufriente mental en la sociedad”, explica la licenciada Mirta Susana Elvira, coordinadora de Camino Abierto. La filosofía que subyace a toda la propuesta es la construcción colectiva de la salud comunitaria, un déficit nacional que excede el problema de las enfermedades mentales graves. Para instrumentar un proyecto am-
➾El programa plantea reemplazar el modelo de asistencia institucional por otro de reinserción ➵ bicioso participa un equipo multidisciplinario de psicólogos, psiquiatras, enfermeros, trabajadores sociales, terapistas y operadores. Pero también las familias, los vecinos, los integrantes de la comunidad, presentes en los festejos y en los tratamientos, ya que juegan un papel nodal. El encierro dejó de ser una política de salud y las internaciones se limitan a las situaciones de crisis. La participación comunitaria es un factor decisivo en el éxito el programa. Se encaran múltiples actividades de promoción de la salud, pero la situación no es sencilla. Se necesitan recursos para llevar adelante el programa de Salud Mental Comunitaria. Conscientes de que cada paciente tiene que participar activamente en su proceso terapéutico, el centro le propone distintas actividades –talleres de folklore, expresión corporal, plástica, yoga, recreación, cerámica, guitarra, literatura, comunicación, actividades deportivas y laborales– que le permiten desarrollar sus potencialidades. Además, tienen dos proyectos tendientes a facilitar la integración comunitaria. “Mostrando la hilacha” es un taller abierto a la comunidad, que capacita a las usuarias en el área textil. Fue pensado como estrategia terapéutica que juega a otra punta nodal: la inserción laboral de los pacientes. El grupo “Arte-Sano” es el otro proyecto de empresa social en el que un grupo de usuarios realizan artesanías y fabrican briquetas (alternativa de leña) para comercializar. A pesar del éxito de ambos programas, la dificultad es la falta de insumos como telas, hilos, lana, tijeras, arcilla, mostacillas, etcétera. Toda ayuda es bienvenida Camino Abierto se encuentra en Misiones 75, barrio Ñireco, San Carlos de Bariloche.
Más información. Encuentre la columna semanal del Dr. Máximo Ravenna en www.lanacion.com.ar
GENTILEZA CAMINO ABIERTO
Los talleres de guitarra son una de las actividades que se llevan a cabo en el centro Camino Abierto
“Un sector de la comunidad se opuso, creyendo sin fundamento que el enfermo mental es potencialmente violento y por eso es necesario internarlo. Las estadísticas demuestran que esto no es así. La violencia es un problema de la sociedad en general, que no se resuelve con hospitales psiquiátricos”, afirma el médico psiquiatra Pascuale Evaristo, discípulo de Franco Basaglia, al recordar los comienzos de la puesta en marcha de la “desinternación” en Italia. Evaristo, del Departamento de Salud Mental de Trieste, Italia, reivindica una de las enseñanzas de Basaglia: la conducta de las personas es una respuesta al trato que reciben. Si en lugar de encerrarlas permanecen integradas en la sociedad, se les permite expresarse y se las escucha, la respuesta es positiva. Raffaele Dovenna, colega de Evaristo, dibuja las distancias que ha observado entre la experiencia italiana y las versiones que recorrió en nuestro país: “He encontrado profesionales óptimos, con empuje
y ganas de producir cambios, pero las instituciones de salud mental parecen estar muy aisladas, no veo un modelo que las integre en una red de servicios. Les falta soporte institucional y decisión política capaz de convertir estos intentos aislados en una verdadera reforma del abordaje de la salud mental”, concluye. La experiencia italiana y la rionegrina tienen en común la mirada integradora sobre los factores que causan el sufrimiento emocional. No entienden la salud mental como un estado fijo sino moldeado por distintos afluentes: la biología, la vida psíquica, la familia, el entorno. Abordan a cada paciente desde cada una de estas áreas, siempre partiendo de la premisa de que el trato humanitario es condición necesaria de salud. Se proponen la participación activa de cada paciente en su propio proceso terapéutico, y el de la comunidad. La salud mental deja de ser una condición exclusivamente individual para convertirse en un valor colectivo de construcción comunitaria.