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R E V I S TA D E D E B AT E P O L Í T I C O Y T E Ó R I C O 1937 - 2012

Utopías/Nuestra Bandera es miembro de ARCE. Asociación de Revistas Culturales de España. El interior de esta revista está impreso sobre papel 100% reciclado.

Nº 232 VOL. VI / 2012 REVISTA DE DEBATE POLÍTICO Y TEÓRICO EDITADA POR EL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA SECRETARÍA DE COMUNICACIÓN Ginés Fernández DIRECTOR PEDRO MARSET SUBDIRECTORA Marga Sanz JEFES DE REDACCIÓN Amadeu Sanchís Carlos Glez. Penalva CONSEJO DE EDITORIAL Pedro Marset, Ginés Fernández, Marga Sanz, Amadeu Sanchís, Carlos Glez. Penalva, Javier Navascués, Maite Mola, Manuel Monereo, Susana López, Francisco Frutos, Felipe Alcaraz, Eddy Sánchez, Cristina Simó CONSEJO DE REDACCIÓN Luis Cabo, Francisco Gil, Rafael Huertas, Salvador Jové, Daniel Lacalle, Luis Menendez de Velasco, Francisco José Martínez, Fernando Sánchez San Martín, Luis Miguel Sánchez Seseña, Javier Aragües, Paloma Martín Torpedo, Carlos Portomeñe, Francisco Erice, Antonio Luquetti, Manolo Cañada, Ricardo Rodríguez, Joaquin Arriola.

Redacción y administración: Partido Comunista de España C/ Olimpo 35 (28043 Madrid) Tfno: 91 300 49 69 / Fax 91 300 47 44

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Diseño y maquetación: Secretaría de Comunicación PCE Ilustraciones: Francisco Gálvez ([email protected]) Distribución: PCE Suscripciones: PCE DEPOSITO LEGAL: M.20.166-1977 ISSN: 1133-567X

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Editorial / 5 Pedro Marset

PROSTITUCIÓN D O S S I E R

El PCE abolicionista

Cristina Simó • 15 •

Más de diez años de lucha Rosario Luque • 13 • El papel del hombre en la prostitución

Enrique Javier Díez • 25 •

La degradación del ser humano en la prostitución Carlos París • 57 • ¿Legalizar la prostitución? Gemma Llenas • 65 • Prostitución, la esclavitud aceptada Lidia Falcón • 79 • La posición del Partido Comunista Francés sobre la prostitución Laurence Cohen • 95 • La prostitución en Italia: historia, reflexiones y propuestas del Partiro della Rifondazione Comunista Giovanna Capelli • 102 • El debate sobre la prostitución en Dinamarca Gunna Starck • 116 •

APORTACIONES Desaprender la sexualidad patriarcal Paloma Martín Torpedo • 121 • Educar para la igualdad en una sociedad que regula la prostitución Eloina Terrón / Enrique Javier Díez • 77 • Un preámbulo y veintidós respuestas a los argumentos que se utilizan en defensa de la regulación, y de la existencia, de la prostitución Asoc. Flora Tristán • 135 •

Una visión feminista y política de la prostitución y de la trata: trata, tráfico y prostitución, la misma cara de una moneda. Maite Mola • 153 • Papel de la pornografía en la cultura prostitucional Isabel Macías Ortíz • 159 • A VUELTAS CON LOS CLÁSICOS La prostitución y la nueva moral sexual en Alejandra Kollontai Eva Palomo • 169 • REVISTA DE LIBROS • 175 •

Declaraciones de:

Pedro Marset sobre el 75º Aniversario de Nuestra Bandera

EDITORIAL Pedro Marset

l pasado 28 de abril, en Madrid, la Secretaría de la Mujer del PCE organizó E una jornada de trabajo y profundización sobre la posición abolicionista del PCE sobre la prostitución. Fue un paso más en el proceso que se está desarrollando

desde la Secretaría de la Mujer del PCE para difundir, consolidar y extender, tanto al interior del PCE como al exterior, la posición abolicionista respecto a un fenómeno como es la prostitución que asienta sus raíces en la violencia hacia las mujeres y los menores. En este monográfico, otro paso más en esta dirección, se presentan diversas facetas del fenómeno abordado todas ellas desde una perspectiva abierta y claramente abolicionista. El artículo de la responsable de la Secretaría de la Mujer, Cristina Simó, que sintetiza la posición abolicionista del PCE, aprobada en nuestro congreso: “el Partido Comunista de España, se declara contrario a cualquier forma de explotación y esclavitud de seres humanos y, por lo tanto, a la reglamentación de la prostitución como una manera de legitimar la violencia contra las mujeres”. El texto de Charo Luque, actual Coordinadora Federal del Área de la Mujer en Izquierda Unida, que explica la evolución del trabajo en este sentido a lo largo de más de diez años en IU. Un tercer análisis nos sitúa, de la mano de Enrique Díez, Presidente de la Asociación Nacional de Hombres por la Abolición de la Prostitución, se adentra en el papel de los prostituidores, esos eternos ausentes en la mayoría de los análisis. A continuación, Carlos París, miembro también de esta asociación, deconstruye la normalización de este fenómeno y los diversos intentos de institucionalización del mismo. Gemma Lienas nos ofrece una serie de sólidos argumentos y razones contrarios a la legalización de la prostitución y Lidia Falcon defiende la inaceptabilidad de que se asuma que tenga que existir un sector de mujeres, y tantas veces de niños y de hombres, que sean explotados sexualmente mediante esta forma de esclavitud. En el bloque internacional Laurence Cohen nos habla de la posición del Partido Comunista Francés sobre la prostitución, Giovanna Capelli de las posiciones y propuestas del Partido de Refundación Comunista y Gunna Starck nos adentra en el debate sobre la prostitución en Dinamarca. Aportaciones que nos amplían el horizonte para conocer y profundizar en las posiciones que se están manteniendo en el ámbito europeo. En el bloque final la experta Paloma Martín Torpedo nos plantea cómo desaprender la sexualidad patriarcal cuestionando el mito de la “libertad sexual” que separa sexualidad de afectividad y mercantiliza las relaciones sexuales. Los profesores Eloina Terrón y Enrique Díez exponen en su artículo cómo afrontar la paradoja de educar para la igualdad en una sociedad que pretende regular una forma de violencia de género como es la prostitución como si fuera una profesión. La Asociación Feminista Flora Tristán de León nos hace, a continuación, una reflexión y 2012• Vol.VI • nº232

veintidós respuestas a los argumentos que se utilizan en defensa de la regulación, y de la existencia, de la prostitución. Maite Mola, de la Secretaría Internacional del PCE, da una visión feminista y política de la prostitución y la trata, planteando que ambas son dos caras de la misma moneda. Y por último Isabel Macías Ortiz, desde Salamanca, nos introduce en el papel de la pornografía en la cultura prostitucional. Finaliza este monográfico con la reflexión de Eva Palomo Cermeño, de la Secretaría Federal de Mujer del PCE y concejala de IU en el Escorial, sobre la prostitución y la nueva moral sexual en Alejandra Kollontai, una de las teóricas y políticas que más lejos llegó en sus propuestas feministas dentro de la tradición socialista y marxista del siglo XIX y primer tercio del XX. Y se cierra con la recensión de Enrique Díez del libro publicado por APRAM en el 2011, titulado “La trata con fines de explotación sexual”. Todos estos artículos y reflexiones vienen a confirmar lo que desde el PCE venimos manifestando desde hace muchos años, contrarios a regular como trabajo o actividad laboral a una actividad que convierte a las personas en objetos a la venta. Para los y las comunistas del PCE la prostitución es una de las formas más extremas de violencia de género y de situación de desigualdad, pues se compra la sumisión de la mujer. Es todo lo contrario a lo que podríamos entender por relaciones sexuales libres, que es tener y dar placer entre personas que se relacionan libremente de igual a igual. Desde el PCE, vinculamos la prostitución a la diferencia de clase social, ya que el perfil de la mujer prostituida, muy mayoritariamente es pobre, inmigrante y en situación irregular. Defendemos la abolición porque estamos a favor de las mujeres prostituidas y en contra de la prostitución. ∎

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El PCE abolicionista | Cristina Simó1

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ste monográfico de Utopías - Nuestra Bandera, surge de la necesidad de profundizar y difundir nuestra posición abolicionista, con el fin de erradicar la prostitución y las causas económicas, sociales y psíquicas que la configuran.1 Hoy con la crisis global, el sistema capitalista está provocando graves exclusiones sociales y con ellas el aumento de la exclusión social femenina, la feminización de la pobreza y el tráfico de niñas, adolescentes y mujeres con fines de explotación sexual, pues en el capitalismo todo va al mercado si produce beneficios, hasta la “carne humana”, que produce más réditos y menos riesgo que traficar con drogas o con armas. España se ha convertido en un destino predilecto para el tráfico de mujeres. Nuestras carreteras se han convertido en el gran escaparate del “mercado de carne”. Mujeres inmigrantes traficadas y prostituidas se exponen diariamente en tanga y sujetador. Expuestas a los peligros que la misma carretera comporta, los cambios climáticos, la delincuencia, los abusos…. Para ofrecer sus servicios a los clientes-prostituidores y dar gran parte de sus ganancias a sus proxenetas. Es la esclavitud del S.XXI. Tolerada por la clase política dominante que se queda impasible o esconde intereses ante este fenómeno. No legislando por ley la abolición de la prostitución, para erradicar el problema. A pesar de que la ONU ha negado a la prostitución la categoría de trabajo porque no reúne las condiciones de dignidad y respeto humano que requiere una actividad laboral. Y considera necesario que se legisle a partir de esta norma. La presión de la ciudadanía escandalizada por este comercio, a menudo es falsa conciencia e hipocresía: regúlese y recójanse a las mujeres en venta en lugares cerrados y “lo que yo no veo no existe”. Los municipios afectados que son el escenario de este tráfico humano, ante la impotencia legislativa, han empezado a reaccionar, aprobando ordenanzas, que aplican sanciones a las mujeres prostituidas y a los clientes prostituidores. 1 Cristina

Simó es Secretaria de Mujer del PCE

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Es evidente que se han empezado a notar efectos, ya que las víctimas de la explotación sexual, se han trasladado o han estado trasladadas a otros municipios. Pero la raíz del problema continua sin resolverse, las mujeres prostituidas, que son víctimas de violencia sexual tolerada, continúan siendo maltratadas. Frente a esta grave forma de esclavitud y a su aumento desmesurado por la vulnerabilidad de miles y miles de mujeres, “el Partido Comunista de España, se declara contrario a cualquier forma de explotación y esclavitud de seres humanos y, por lo tanto, a la reglamentación de la prostitución como una manera de legitimar la violencia contra las mujeres”. Porque ésta es una de las formas más extremas de violencia de género, que debe ser rechazada como tradición y como forma de educación sexual, ya que perpetúa y legitima la compra-venta del cuerpo de las mujeres, como una mercancía. Reivindicamos otra educación sexual. Ya que la prostitución está muy vinculada a la sexualidad y a la concepción del sexo que se tiene en la sociedad. Es fundamental rechazar que la relación entre prostituidor y mujer prostituida es la búsqueda del placer, por no ser una relación libre para los dos sujetos. Con la prostitución se compra la sumisión de la mujer, no sexo. Vinculamos la prostitución a la diferencia de clase social, ya que el perfil de la mujer prostituida del Siglo XXI, es pobre, inmigrante y en situación irregular. Debemos hacer pedagogía y enseñar a distinguir entre regulacionismo, prohibicionismo y abolicionismo, y saber explicar la diferencia, ya que muchas veces se confunden. Hay que remarcar que defendemos la abolición porque estamos a favor de las mujeres prostituidas y en contra de la prostitución. No es extraño que se confunda, expresamente, abolicionismo y prohibicionismo, para poder acusar a los y las abolicionistas de estar en contra de las mujeres y no de los prostituidores. A menudo la posición regulacionista utiliza como argumento principal definir la prostitución como una actividad económica que responde a la oferta y la demanda, sin remarcar que la oferta son las mujeres y la actividad es la explotación sexual y la violencia. El proxenetismo organizado defiende la regulación para sacar a las mujeres de las calles y tenerlas a su disposición en condiciones favorables para ellos, ejerciendo así una mayor presión y control sobre ellas. Entre las posturas regulacionistas y abolicionistas no se puede llegar a un acuerdo, ya que se parte de bases totalmente contrarias. Tenemos que desmontar los tópicos que la sustentan por ser poco fieles a la realidad. Por ejemplo, se cree que la regulación de la prostitución acabará con las mafias, mientras que en países donde está regulada, como Holanda y Alemania, son de los primeros receptores de mujeres víctimas de trata de personas.

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En cambio con el modelo abolicionista, el caso de Suecia, sí se ha podido comprobar que se ha reducido la actividad de las mafias, ya que la demanda ha bajado. Otro tópico que hay que discutir es que hay prostitución libre, cuándo no es así; generalmente, quien lo hace voluntariamente lo hace por falta absoluta de opciones. De todas maneras en ambos casos, traficadas o no, la prostitución convierte a la mujer en objeto propiedad de otro, de un dueño por horas, en sierva o esclava, a gusto del consumidor-prostituidor. Ante esta evidencia, debemos manifestar rotundamente que no se puede regular una actividad que convierte a las personas en objetos a la venta. No obstante, para entender lo que comporta la prostitución, hay que ponerse necesariamente en el papel de la persona prostituida. Se tiene que tener en cuenta las secuelas físicas, psicológicas y emocionales que sufren estas mujeres, conducidas a la destrucción y disociación mental por drogas o alcohol para poder soportar la situación en la que se encuentran. El problema no son las condiciones en las que se lleve a cabo la actividad, sino la actividad en sí; por lo tanto, no se puede consentir, es contrario a los derechos inalienables de las personas. Ante todo lo expuesto, los comunistas y las comunistas tenemos que exigir, desde todos los ámbitos y estamentos que nos sea posible (movimientos sociales, gobiernos locales, autonómicos o estatal) la erradicación del fenómeno de la prostitución. Nuestro objetivo debe ser conseguir una amplia mayoría social y política que nos permita la abolición de la prostitución por ley. Cambios legislativos que consideren la prostitución como una forma extrema de violencia contra las mujeres. Que penalice a los que se lucran del comercio del sexo y a los consumidores. Y que se apliquen medidas legales de amparo e integración a las mujeres inmigrantes sin papeles, en situación de prostitución, que constituyen el 90% de las mujeres prostituidas. Así como partidas presupuestarias para su integración laboral y social. ∎

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