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el mundial de hockey
| Viernes 13 de junio de 2014
Un equipo quebrado que chocó con la realidad ENViADo ESPECiAL
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A HAYA.– Luciana Aymar se quebró y estalló en un llanto incontenible. No pudo seguir explicando la frustración física, anímica y deportiva que sentía después de una faena imposible de resolver. Al fin y al cabo, esas lágrimas fueron el reflejo de un equipo quebrado en la cancha durante los 70 minutos. Nada bueno pudieron hacer las Leonas en las semifinales del Mundial y mañana cederán el título de campeonas del mundo que habían obtenido en Rosario 2010. Les resta buscar el tercer puesto ante EE.UU., una posición con sabor a poco para sus pergaminos, pero importante para no profundizar el hundimiento. Holanda, siempre Holanda, es el encargado de poner en caja a la Argentina en el hockey femenino cuando algunas de las piezas fallan o el rumbo no es del todo firme. La temática es una fija entre las mujeres, desde la declinación de la poderosa Australia en 2002: la gloria es naranja o celeste y blanca, no existen terceros en esta compulsa. Dueño del oro en Londres 2012, el equipo de Max Caldas se lanza ahora de lleno a conseguir la corona mundialista y seguramente nada lo detendrá. Vapuleó con una facilidad pasmosa a la Argentina, a la que goleó 4-0, y mañana es el gran favorito para llevarse el premio mayor ante Australia, que venció a los Estados Unidos en los shoot-outs, luego del empate 2-2 en el tiempo reglamentario. La defensa del título era, de por sí, un objetivo difícil de concretar para las Leonas. Nada más complicado que intentar desbancar a las locales, con su historia ganadora, sus inagotables recursos de juego y el respaldo de 15.000 personas en el estadio Kyocera. Holanda es una potencia inamovible en el mundo del hockey. Pero esta posibilidad de prolongar el reinado no se perdió ahora, sino en 2013, cuando las contramarchas dirigencias de la Confederación Argentina de Hockey condujeron a que la temporada anterior se perdiera por completo.
El actual plantel de las Leonas resultó víctima de una preparación demasiado corta, de no más de tres meses y medio, entre febrero y mayo de este año. Fue en este verano cuando apareció Carlos Retegui como un bombero para intentar apagar el fuego, luego de que la CAH removiera primero de su cargo a Marcelo Garraffo –nombrado por la conducción anterior– y aceptara después la renuncia de Emanuel Roggero, el DT que había sido elegido en mayo ni bien el presidente Aníbal Fernández se impuso en las elecciones de la Confederación. A fines de 2013, desde estas líneas se había advertido del peligro de este continuo movimiento de piezas a sólo seis meses del Mundial. Para entonces, luego del cuarto puesto en la World League de Tucumán, las Leonas habían quedado desamparadas y confundidas ante la falta de una cabeza visible. Hasta que llegó Retegui, con quien habían terminado muy desgastadas en Londres 2012. Con el Chapa al frente una vez más, cuerpo técnico y plantel coincidieron en tirar juntos para adelante, olvidando viejos problemas. El combo de la llegada de Retegui –catapultado por Aníbal– incluía además su atención puesta en forma paralela con los varones. El peso específico de las Leonas y la preparación física express del “Molino Dorado” alcanzaron para llegar sin mayores inconvenientes a las semifinales (y esto habla también de un bajo nivel de la mayoría de los equipos), pero Holanda resultó una barrera infranqueable. Las naranjas no perdonaron las carencias de un equipo que había logrado su pico máximo de rendimiento en abril, cuando se adjudicaron un Seis Naciones en Nue-
Retegui, golpeado “Es una derrota dura, estamos golpeados. No nos acomodamos de entrada, marcaron la diferencia y después fue tarde. Holanda fue un justo vencedor”, admitió el DT Carlos Retegui.
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Desconectadas y con fallas defensivas
Las Leonas cayeron 4-0 con Holanda y perderán el cetro mundial; una muy corta preparación fue el origen de los problemas Gastón Saiz
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| Viernes 13 de junio de 2014
La frustración de Scarone, D’Elía (25), Barrionuevo (27), Rossi, Habif y Daniela Sruoga, cabizbaja va Zelanda jugando muy bien. Tras esa gira, el equipo trazó una curva en continuo descenso y en este Mundial nunca pudo asentarse, pese a que había finalizado la rueda clasificación de manera invicta, con tres triunfos y dos empates. Para un proyecto sólido con perspectivas de un título se necesita al menos un año, el que Retegui tuvo con las Leonas para la brillante conquista de Rosario 2010 o para pegar un salto de calidad como el que demostraron los varones en este certamen. Es cierto, también, que la lesión de Luciana Aymar cayó como una bomba y se produjo en el momento menos oportuno. Una situación jamás vivida para la rosarina, que había jugado 33 partidos seguidos en mundiales desde Utrech 98. Tal vez con ella al ciento por ciento, las Leonas habrían hecho ayer un partido más equilibrado. Pero llamó la atención además el poco sostén emocional colectivo; a casi todas se las vio sobrepasadas por el escenario y demasiado nerviosas, como si nunca hubieran jugado esta clase de partidos. Así, con una preparación demasiado acotada como origen de los problemas, a las Leonas se les desvaneció el sueño y se toparon con la realidad.ß
Un dolor en el alma de una talentosa competidora eterna “Es un día muy triste para el hockey argentino; tengo bronca”, se lamentó Aymar LA HAYA (De un enviado especial).– No se merece un cierre de carrera con ese dolor en el alma. Se había preparado a conciencia, intentando siempre trasladar el ejemplo a las jugadoras más chicas. Había fortalecido el físico y reavivado su espíritu, ilusionada con dar el gran golpe en tierra deportiva hostil. Era su torneo. Sin embargo, después de esa distensión que disminuyó notoriamente su capacidad física, Luciana Aymar se despide de su última cita grande con una gran deuda que ella siente como personal. Nadie le reclama algo más en el hockey, después de haber sido premiada ocho veces Mejor Jugadora del Mundo FiH y cosechado medallas de todos los colores. Pero su au-
Lucha Aymar, quebrada
fotos de adrián quiroga / enviado especial
toexigencia, a los 36 años, la obliga siempre a dar un poco más. “Es un día triste para el hockey argentino. Nos sentimos un poco abrumadas por el estadio y no pudimos jugar como juega la Argentina. El rendimiento no fue el mejor, no logramos sacarnos los nervios en todo el partido. Pero esto no termina: hay que levantarse anímicamente y ganar la medalla ante los Estados Unidos. Después, ya habrá tiempo de analizar los cambios de técnico y de sistemas de juego”, mencionó Lucha en la conferencia de prensa, poco antes de que se le hiciera un nudo en la garganta y se quedara sin fuerzas para seguir hablando. Entre llantos, y luego de que el Chapa Retegui la consolara palmeándole la espalda, la capitana comentó: “Tengo bronca, tristeza, muchas emociones... Bronca por no poder brindarme al ciento por ciento a mis compañeras y no poder disfrutar de todo el Mundial. Por suerte tuve la posibilidad de jugar muchos años con la camiseta argentina. Voy a tratar de ganar la medalla”, prometió. Lucha todavía no puede determinar si participará en el Champions Trophy de Mendoza, que se dispu-
tará a fin de año; es prematuro para ello y se propuso no dar definiciones determinantes sobre su futuro. Sí se juramentó dar lo máximo ante los Estados Unidos, encuentro que determinará si las Leonas se sacarán o no la foto final del podio. Inmediatamente de finalizado el partido, Lucha dio la vuelta por toda la periferia de la cancha con el resto del equipo, como es costumbre en el hockey sobre césped. Dentro de todo, tanto ella como sus compañeras se mostraban bastante enteras; sabían que Holanda había sido demasiado superior y que no había mucho margen para poner en tela de juicio la derrota. Pero después, cuando tomó definitiva conciencia de la oportunidad perdida, la capitana terminó entregándose a un desconsuelo que ya no ocultó en ningún momento. Nilda, su madre, fue quien la abrazó e intentó aliviarle el mal trago con una sonrisa. También la delantera holandesa Kim Lammers, con quien tuvo un diálogo amistoso en el cambio de protagonistas de la rueda de prensa. Sin embargo, nadie le sacará la espina de este quinto Mundial de su trayectoria, que se había propuesto disfrutar. De otra manera, con otro final. ß
^b^b^ LA HAYA (De un enviado especial).– Cualquier esperanza de una reacción se esfumó desde el primer minuto. Holanda se convirtió en una tromba y aprovechó el desequilibrio de las Leonas, desconectadas y proclives a los errores defensivos, en su mayoría por pérdidas de pelotas no propias de su talento. La idea era cerrar los caminos en el medio, pero la dinámica naranja fue imparable: una invitación a ser atacadas de frente y con velocidad. Luciana Aymar, vendada en la pierna derecha por la distensión en el isquiotibial, hizo lo que pudo desde su posición de volante central, aunque era evidente que no estaba en plenitud. Con el transcurso de los minutos se ubicó más arriba en el campo, pero Holanda mantuvo el dispositivo defensivo siempre alerta. A los 22 minutos, el conjunto local ya se imponía por 3-0 con los tantos de Xan De Waard (que cursa el colegio secundario), Maartje Paumen (córner corto) y Kim Lammers. En el último minuto del partido, la propia Lammers sentenció un 4-0 inapelable, que estuvo en sintonía con dominio abrumador de las anfitrionas, más allá de la tenue levantada de las Leonas en el segundo tiempo. El ruido del público fue un valor extra para las dirigidas por Caldas, que muestran una mecánica mucho más aceitada que la de cualquier otro equipo del Mundial. En la final ante Australia deberán reconfirmar la victoria por 2-0 en la etapa de grupos.
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holanda argEntina Joyce Sombroek Margot van Geffen Willemijn Bos Frederique Derkx Naomi van As Maartje Paumen C Eva de Goede Carlien Dirkse Ross Drost Kelly Jonker Ellen Hoog DT: Max Caldas
Belén Succi Mariana Rossi Silvina D’Elía Noel Barrionuevo Florencia Habif Rocío Sánchez Moccia Luciana Aymar C Mariela Scarone Rosario Luchetti Daniela Sruoga Carla Rebecchi DT: Carlos Retegui
Ingresaron: De Waard, Keetels, Welten, Van Maasakker, Lammers y Schoenaker. Tarjeta verde: Hoog.
Ingresaron: Juárez, Albertario, J. Sruoga, Rodríguez, Merino y Cavallero.
GOLES: PT: 10m, De Waard (H), 16m, Paumen (H) y 22m, Lammers (H). ST: 35m, Lammers (H). CANCHA: Kyocera (La Haya). ÁRBITROS: E. Eskina (Rusia) y L. Roach (Australia).
Rey y Paredes, en la parada de tren Gemeentemuseum
Rey y Paredes. Leones subidos al tren de la ilusión Los varones intentarán dar hoy otro zarpazo: jugarán ante Australia, por el pase a la final
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A HAYA (De un enviado especial).– Los Leones viven en su limbo deportivo tras el acceso histórico a las semifinales del Mundial, pero al mismo tiempo no quieren perder de vista que la lucha continúa. Fueron dos días de análisis sobre Australia, el rival de hoy, a las 13 de nuestro país, que aterroriza a los oponentes con su capacidad para rematar los partidos en los primeros minutos. Basta con tomar en cuenta lo más visible de su rendimiento: ganó con amplitud los cinco partidos del Grupo A, con 19 goles en favor y uno en contra. A Inglaterra, que finalizó segundo en su zona, lo goleó 5-0, un ejemplo de su contundencia. “Es fundamental que no nos metamos muy atrás; ellos te llevan por delante y generan situaciones. Ganan bien las espaldas y atacan con cinco o seis jugadores. Debe ser el único equipo con tanta verticalidad ofensiva, se descuidan abajo, pero buscan rápido los reposicionamientos”, explica el capitán Lucas Rey, que después de 13 años en el seleccionado disfruta de una recompensa sin precedentes. El volante de San Fernando recuerda la mala experiencia en la final de la World League, disputada en enero pasado en Nueva Delhi, en la que cayeron 6-1 ante los australianos. “Aquel día jugamos abiertos y veníamos de una preparación corta. Hay que plantear un partido más cerrado, tener la pelota, hacer correr el tiempo y jugar con su desesperación.” Matías Paredes, que participó en el Mundial de Kuala Lumpur 2002 siendo un veinteañero, escribió un juramento de este Mundial en un papel que dejó imantado en la puerta del freezer de su casa. “No quiero re-
velar la promesa; sólo digo que estas semifinales que alcanzamos como equipo todavía no superaron mis expectativas”, menciona el volante, que con 32 años fue partícipe de los continuos altibajos del seleccionado a través de los años: “Siempre nos faltó el resultado que tenés que tener en un torneo importante. Llegábamos bien, pero no se nos daba en el momento clave: jugábamos mal o no éramos efectivos. Toda la vida nos entrenamos con la misma meta, ganas e ilusión, pero nos faltaba la confirmación. Ahora es distinto”. Rey y Paredes bromean al lado de las vías del tren N° 17, que pasa muy cerca del hotel de la concentración, en la parada Gemeentemuseum. Hacen como si se subieran al primer vagón y siguieran a toda máquina pensando en la próxima estación, nada menos que la final de la Copa del Mundo. En estos días, ellos y los otros 16 Leones transformaron el peso de una responsabilidad deportiva cada vez mayor en un desafío placentero. El reto es mayúsculo, pero hay un instinto de superación inequívoco: “¿Hasta dónde puedo llegar?, después de lo que ya conseguí”. Los dos jugadores no dudan: “Nada es imposible” y ya afilan los palos para la dificultad máxima que hoy pueden encontrar: Australia.ß
El otro desafío La otra semifinal de varones en el estadio Kyocera la disputarán hoy Holanda, primero del Grupo B, e Inglaterra, segundo del Grupo A.