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Miércoles 23 de junio de 2010

CINE Ole Christian Madsen: de Flame & Citron, que se estrena mañana, a Superclásico

Un director danés en la Bombonera Continuación de la Pág. 1, Col. 5 días en Buenos Aires. Cualquiera lo identificaría como un turista más, sentado en el salón de un elegante hotel de Retiro frente a un humeante café. Detrás de él, las imágenes del Mundial que llegan desde un televisor funcionan casi como la alegoría perfecta de la tarea que acaba de cumplir en la Argentina. Tras la costosa, ardua y controvertida Flame & Citron, Madsen acaba de concluir el rodaje de Superclásico (así, en castellano), una mucho más sencilla comedia “sobre el fútbol, el amor y el vino” íntegramente realizada aquí con un par de actores daneses muy populares en su país y un reparto mayoritariamente argentino (ver recuadro). Así es la vida de Madsen, por lo que se ve muy cómodo frente a desafíos bien diferentes. De hecho, antes de abrir la polémica en su país con Flame & Citron se sumó en 2001 al movimiento del Dogma con Kira’s Reason, el cuarto título de una corriente que hoy observa como algo lejano. “Para Dinamarca, el Dogma resultó en su momento algo muy importante. Antes no teníamos una identidad cinematográfica. Hasta podría decirse que fue la salvación de esta industria en mi país. Pero el público dejó atrás ese abordaje de la realidad desde el realismo social que representó el Dogma y busca otra cosa, otra clase de cine. Es como la Nouvelle Vague en Francia: dejó un sello, marcó una época, pero nadie quiere ver ya esa clase de películas. No es nada difícil preparar un film con los principios del Dogma, pero creo que hoy sería hasta patético hacerlo”, explica el realizador.

Entre Copenhague y La Boca Luego de filmar Flame & Citron (arriba), un gran éxito en su país, el director danés se instaló en Buenos Aires para rodar una comedia “sobre fútbol, amor y vino”.

EDUARDO RIVERO

los alemanes. No dudaban en matar a sus enemigos en operaciones callejeras y a cara descubierta. Quise hacer esta película para mostrar un aspecto poco conocido en la historia oficial danesa y lo difícil que resultó para nosotros llevar adelante toda esa resistencia”, afirma Madsen, para quien Flame & Citron está mucho más cerca de La caída, El libro negro y La vida de los otros que de la fantasía pop de Bastardos sin

gloria, en esta creciente revisión de la Segunda Guerra Mundial que el cine europeo, sobre todo, llevó adelante en los últimos tiempos. Lo más atrayente para Madsen, además de “plantear una nueva perspectiva sobre hechos reales, pero todavía muy poco conocidos”, consistió en prestarle atención a esas zonas grises que siempre plantea una guerra, abiertas a toda clase de dilemas mora-

les y conductas muy complejas. Entre ellas, lo que en la película se define como soldados sin frente de batalla a la vista, calificados por algunos como guerrilleros idealistas y por otros –no sólo por los alemanes– como terroristas lisos y llanos. “Pocos saben que de los 1500 integrantes del grupo que integraban Flame y Citron, la mitad murió a manos de los nazis y la otra mitad terminó

integrándose a actividades criminales después de la guerra. Selma, la mujer que acompaña a Flame en la película, fue una agente triple: sirvió a la resistencia danesa, a los alemanes y a los soviéticos”, ejemplifica. En este sentido, la atractiva personalidad de los tres protagonistas llevó al realizador a encarar el relato no sólo desde una perspectiva histórica. “Aquí hay ficción –explica–, pero tam-

En tiempos de resistencia Para Madsen resultó mucho más difícil llevar adelante el título de su carrera que despertó mayores polémicas, la recreación de una historia real protagonizada por el pelirrojo Bent Faurschou-Hviid (Flame) y el introvertido Jorgen Haagen Schmith (Citron), dos integrantes del grupo más duro e inflexible de la resistencia danesa contra la ocupación nazi de Dinamarca en 1944. El primero es ostentoso, arrogante e intransigente; el segundo vive el conflicto entre su compromiso con el grupo y el amor hacia su esposa y su hija. “Ellos estaban en el grupo que se resistía de forma más cruda y explícita a

Amor escandinavo por el fútbol argentino Un racimo de camisetas azul y oro rodea al jugador con el número 20 en la espalda para abrazarlo y compartir el festejo de un gol. El artillero recibe el saludo y deja a sus compañeros para compartir el festejo con la hinchada en una Bombonera a pleno. Pero el partido entre Boca y River todavía no comenzó y las cámaras acompañan la acción de principio al fin dentro de la cancha. El dueño de la camiseta 20 no es otro que el galán de telenovelas Sebastián Estevanez, uno de los 15 actores argentinos del reparto de una película danesa realizada en nuestro país.

De esta manera, antes del último superclásico –jugado el 25 de marzo–, quedaron registradas dentro del campo de juego algunas imágenes clave de Superclásico, el film que Ole Christian Madsen acaba de rodar en nuestro país. “Escribí esta historia con el propósito deliberado de venir aquí a filmarla. Es una comedia muy divertida sobre segundas oportunidades, con mucho vino, fútbol y tango”, señala el realizador. La historia gira en torno de una pareja rota. Anne (Paprika Steen, figura de Los idiotas y La celebración) es una representante de jugadores

que se enamora perdidamente en la Argentina de un hombre mucho más joven, que además es la gran estrella de Boca, Juan Díaz (Estevanez), dejando a su esposo Christian (Anders Berthelsen, de Italiano para principiantes) y a su hijo en Copenhague. Pero aquel decide viajar a la Argentina imaginando la posibilidad de una reconciliación. El film, según Madsen, es el primero que logró registrar imágenes de un Boca-River desde el campo de juego, aunque sin imágenes reconocibles de los jugadores. “Palermo me encanta –reconoce Madsen– y Juan Díaz se le parece bastante.”

bién tenemos cine de género: hay mucho de thriller y de film noir en esta película. Traté de contar las cosas del modo más entretenido posible”. Para Madsen, aquí estuvo en buena medida la explicación del interés que despertó el film en las nuevas generaciones danesas, lo que explica el éxito de boletería en su país. En cambio, hubo un rechazo rotundo por parte de la izquierda más radicalizada y también por parte de grupos derechistas. “Sentí que estaba en el medio de esos dos extremos –sonríe Madsen– porque unos no querían bajar del pedestal a los héroes y otros seguían empeñados en decir que algunas cosas realmente no habían ocurrido”. Dos años y tres meses después de su estreno mundial en Copenhague, Flame & Citron llegará mañana a la Argentina, presentada por Mirada, en el circuito de cines Arteplex, pero con proyecciones en DVD, en pantalla ampliada. Los protagonistas del film son Thure Lindhart (Flame), que ganó reconocimiento internacional tras interpretar a Chartrand en Angeles y demonios, y Mads Mikkelsen (Citron), más conocido aún fuera de Dinamarca, sobre todo luego de personificar admirablemente al villano Le Chiffre en Casino Royale, el regreso con gloria de James Bond. Flame & Citron costó 10 millones de euros, que Madsen obtuvo tras una laboriosa búsqueda. “Recorrimos Canadá, Alemania, Francia –concluye el realizador con otra sonrisa–. Y usted va a encontrar muy seguido carteles donde se lea «De los productores de Flame & Citron». Esta película tiene 32”.

Estrenos Esta semana. Acción, drama y aventuras Brigada A: Los magníficos (EE.UU.) De Joe Carnahan. Con Liam Neeson y Bradley Cooper. Nacida de una serie televisiva, la historia narra las aventuras de un grupo de mercenarios, acusados de crímenes que no cometieron que buscan redimirse.

La carretera (EE.UU.) De John Hillcart. Con Viggo Mortensen y Robert Duvall. Un padre y su hijo tratarán de sobrevivir en un pasaje árido marcado por un misterioso cataclismo.

Flame y Citron (Dinamarca-Rep. Checa-Alemania) De Ole Christian Madsen. Con Mads Mikkelsen

y Thure Lindhardt. Ver aparte

y allí él encontrará a un maestro que le cambiará la vida.

Karate Kid (EE.UU.-China) De Harald Zwart. Con Jaden Smith y Jackie Chan. Un jovencito y su madre se mudan a China

Más información. Mirá los avances de las películas en www.lanacion.com.ar

Un final para fanáticos

Mañana, a las 21, por Universal concluirá la sexta temporada de Dr. House con un capítulo memorable que incluye el derrumbe de un edificio, una tragedia médica y una decisión que puede cambiar la vida del irascible galeno.