TRES SUGERENCIAS PARA NO FLAQUEAR EN EL EVANGELISMO Por R. Larry Moyer ¿Cree usted que sus experiencias en el evangelismo han sido más negativas que positivas? ¿Ha vivido algunas de las siguientes escenas? ¿Desanimándose? Aunque cierto pariente no le ha expresado su molestia, no lo llama tanto como antes. Parece que no le gustó que usted le preguntara acerca de su relación personal con Cristo. ¿Desanimándose? Le tiraron la puerta en la cara la última vez que usted participó en el programa de visitación de su iglesia. ¿Desanimándose? Usted intentó explicarle el evangelio a alguien que tenía interés, pero “se le cayó la pelota”. Ya no se ha repetido la misma oportunidad para hablar de lo espiritual. ¿Qué se puede hacer para que las experiencias negativas del evangelismo no lo desanimen? ¿Qué se puede hacer si sus intentos evangelísticos no han logrado nada a pesar de sus esfuerzos sinceros? SUGERENCIA #1: HÁGASE LA PREGUNTA CORRECTA. No se pregunte: “¿En qué fallé?” Pregúntese:”¿Qué aprendí?” Supongamos que la oportunidad no fue bien aprovechada por su propia falta de pericia. Luego, al hablar con un creyente de mayor experiencia o con el don de evangelismo, ése le dice lo que él habría hecho. Su consejo tiene sentido, y usted piensa de inmediato, “¿por qué no pensé en eso?” No importa. Usted ha dado un paso más hacia adelante en el aprendizaje. ¿Quién sale mejor? ¿La persona que nunca ha hecho el intento? ¿O aquella que ha intentado, ha “fracasado” y ha aprendido de su experiencia? SUGERENCIA #2: RECUERDE LO QUE SATANÁS NUNCA LE DIRÁ: QUE LA FIDELIDAD SIEMPRE ES PREMIADA. Pensando en mis propias experiencias en la predicación evangelística y el evangelismo personal, puedo decir que si una oportunidad no me sale como me hubiera gustado, ello significa que Dios está por hacer algo positivo. Satanás quiere mantenerme pensando en lo negativo para que yo no siga adelante hacia lo positivo. En una ocasión en que me habían invitado a predicar, estuve viajando por avión y evangelicé al señor a la par. Me dijo muy claramente que le molestaba que yo pensara que no era salvo. Su tono áspero hizo poco placentero el resto del viaje. Me dije a mi mismo, “No puedo dejar que esta experiencia negativa estorbe la próxima oportunidad.” En el siguiente vuelo el señor a la par mía me dijo que Dios me había puesto en su camino para llevarlo un paso más hacia adelante en su entendimiento del evangelio. No le puedo contar cuántas veces me ha pasado lo mismo. Si usted nunca ha guiado a alguien a los pies de Cristo, siga compartiendo el evangelio, y tarde o temprano habrá fruto. SUGERENCIA #3: RECUERDE QUE USTED ESTÁ EN MEDIO DE UNA BATALLA ESPIRITUAL. No todo encuentro saldrá como usted desea. Puede ser que la ceguera espiritual no haya sido quitada todavía (2 Corintios 4:4), o que el fruto todavía no esté maduro (Juan 4:35-38). La carga que debe sentir es la de ser fiel y poner el evangelio en claro, y no la de ser fructífero. Ser fructífero es la responsabilidad de Dios, no la suya. Una vez cuando prediqué en Gales, uno de los misioneros más evangelísticos que yo conozco me dijo que había visto solo diez conversiones en veinte años. Este ha tenido más experiencias desalentadoras que alentadoras en el evangelismo. Sin embargo, sigue evangelizando porque sabe que la fidelidad es la responsabilidad de él y ser fructífero es la de Dios.
Concéntrese en lo que se descubrirá solo al llegar al cielo: solo Dios sabe el resultado que usted logró por sus esfuerzos. He tenido el privilegio de llevar a los pies de Cristo a muchas personas quienes habían sido impactadas de una manera por otro cristiano. Quizás fue una palabra alentadora, una sonrisa, un comentario en una conversación, o un tratado puesto en sus manos. Al suceder ello, he pensado: “ese cristiano no tiene la menor idea de cómo Dios lo usó. ¡Qué sorpresa para él cuando llegue al cielo y se de cuenta! Dejo un pensamiento final. Las experiencias pasadas en el evangelismo son ni más ni menos que eso: experiencias pasadas. No deje que las experiencias desanimadoras le nieguen las oportunidades del presente. El pasado es donde vive Satanás y le gusta recordarnos nuestros fracasos y pecados. El presente y el futuro son donde vive Dios. Sea agradecido por lo que ha aprendido y ponga su mirada en aquel día en que Dios lo usará para tocar la vida de alguien por toda la eternidad. R. Larry Moyer es fundador y presidente de Evantell organización que se ubica en Dallas, Tex., EE.UU.A.
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