Lección 3: Para el 18 de octubre de 2014

Soportar la tentación Texto clave: Sant. 1:12

I. ¡MOTIVA!:

Actividades iníciales.

Pregunta para dialogar: Piensa en la idea de que el pecado es siempre una elección nuestra. ¿Qué cosas podemos hacer a nivel práctico y diario que nos puede impedir hacer elecciones equivocadas? Ilustración: Martin Lutero dijo que las tentaciones son como los pajarillos volando encima de la cabeza, uno no puede evitar que ellos vuelen, pero si puede evitar que hagan un nido encima de nuestra cabeza, del mismo podemos evitar que los malos pensamientos hagan nido en nuestra mente. Resumen: Veremos en la lección que podemos tener la victoria sobre las tentaciones que tan fácilmente nos entrampan. II. ¡EXPLORA!: 1.

LA RAÍZ DE LA TENTACIÓN (Santiago 1: 13,14) A)

¿Es Dios el que tienta, de donde se origina la tentación? 1. Dios no puede tentar a los hombres a pecar, no puede ser tentado con el deseo de inducir a los hombres a pecar. 2. Dios permite que vengan las pruebas pero nunca con el propósito de que alguno se rinda ante esas pruebas. 3. Así, el mal se inicia en nosotros, en nuestros pensamientos, que nos llevan a elegir pecar. B) ¿Es posible vencer las tentaciones? 1. Ser tentado o tener pensamientos, no es en si pecado, el pecado ocurre cuando esos pensamientos nos controlan y nos llevan a actuar. 2. Sin embargo podemos obtener la victoria sobre esos pensamientos: a) Sal. 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. b) Luc. 4:8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

2.

CUANDO LA CONCUPISCENCIA CONCIBE (Santiago 1: 15) A)

¿Cuándo una tentación llega a ser pecado? 1. Concupiscencia: Gr. epithumía, "deseo", "sed", "anhelo" (Mar. 4:19). El origen de toda tentación es la "sed" del hombre por lo que es malo. (DBA) 2. De forma inversa Santiago utiliza como ejemplo el proceso de la gestación y el nacimiento, así la concupiscencia, señalada como la concepción, da origen al pecado, y este después del proceso de gestación “da a luz” a la muerte. 3. Significa que cuando un pensamiento malo tiene asidero en nuestra mente, si este no es quitado, inevitablemente nos llevara a la acción y por ende a la muerte.

B)

La experiencia de Eva: ¿Qué pasos la condujeron al pecado?: Concupiscencia Los pensamientos Los pensamientos de Eva le indujeron a dudar de Dios y a la codicia Gen. 3:1-5

3.

Pecado La acción Tomo del fruto en su mano y lo comió y lo dio también a su marido Gen. 3:6

Muerte El resultado El pecado se introdujo en el mundo y así la muerte Rom. 5:12

TODA BUENA DÁDIVA Y TODO DON PERFECTO (Santiago 1: 16-18) A)

No erréis: 1. El error al cual Satanás quiere inducirnos, es que creamos, que Dios es el responsable del pecado y los males que este produce. 2. El argumento de los dos versículos de que Dios no es el responsable es que El es el Padre de las luces, Dios es la fuente de vida, por lo tanto de el no procede la tentación y el pecado. B) El nuevo nacimiento descrito por Santiago, Pablo y Pedro

1. 2. 3.

4.

Jesús, Pablo, Pedro y Santiago: todos conectan la salvación con el nuevo nacimiento. Dios nos salvo gratuitamente por amor (Tito 3:5 al 7) Como contraste del proceso de alumbramiento a la muerte de Santiago, Pedro nos dice que nacemos en Cristo para la vida eterna: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. 1 Pedro 1:23.

TARDO PARA HABLAR (Santiago 1: 19, 20) A)

¿Qué punto importante se presenta aquí? 1. El sabio Salomón escribió: Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido. Pro 17:28 2. Si tan solo aprendiéramos a hablar cuando debemos hacerlo y de la forma correcta en que debemos hacerlo, nos evitaríamos de muchos problemas. 3. Santiago dice que seamos cuidadosos con lo que decimos. B) ¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes acerca de las palabras?

Prov. 15:1 Isa. 50:4 Efe. 4:29; 5:4 Col. 4:6

5.

La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes… ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

SALVADOS POR RECIBIR (Santiago 1: 21) ¿Qué significa que la Palabra esté “implantada” en tu corazón, y cómo puedes hacerlo? 1. La palabra implantada: El Evangelio es un don de Dios, y en otro pasaje se compara con la "semilla" que se planta en el terreno del corazón (ver com. Mat. 13:3-8). La salvación no es el resultado de un estudio personal o de cualquier otra cosa que el hombre haga. La "palabra" es "implantada" ("sembrada", BJ, BC) dentro de una persona cuando decide hacer de los principios de las Escrituras el dechado de su vida. (CBA T7) 2. Puede salvar: La "palabra" es el "Evangelio", la cual Pablo presenta como el "poder de Dios" (ver com. Rom. 1: 16). Las Escrituras revelan ese Evangelio del poder de Dios, poder que está al alcance de todos. Cuando un hombre vive por el poder de Dios de acuerdo con los principios de la "palabra", interiormente es guiado por la "palabra implantada" (ver com. Rom. 10: 17). (CBA T7)

III. ¡APLICA!: ¿Qué cosas podrías hacer a nivel práctico y diario que pueda impedir hacer elecciones equivocadas? IV. ¡CREA!: Con la clase: Invita a la clase a que cada uno de los miembros pueda tener un cuaderno donde pueda escribir versículos de la Biblia que puedan ayudarle a superar las pruebas y tentaciones y obtener la victoria sobre ellas. V. RESUMEN Dios provee todo lo que necesitamos para apartarnos de la esclavitud del pecado. La herramienta más poderosa que nos da es la “espada del Espíritu”, que es su Palabra. Nos insta a mantener esa espada bien afilada y lista, al guardar su Palabra en nuestros corazones de modo que no pequemos contra él (Sal. 119:11).

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