LATINOAMÉRICA… DE CAMPO MISIONERO, A CAMPO QUE ENVÍA MISIONEROS Por Abel Morales El período de siembra ha durado más de cien años. Desde mediados del siglo XIX hasta esta fecha misioneros pioneros proclamaron el evangelio de Cristo en Latinoamérica. Esta proclamación implicaba la comprensión de una fe en Cristo basada en la voluntad y entendimiento y no en la imposición. En una fe única en el Salvador como solo requisito para alcanzar la salvación. Por la voluntad, misericordia, y gracia del Señor hubo una rica, bendecida, y floreciente historia de siembra, desarrollo y cosecha en varios países de habla hispana. La siembra fue obviamente difícil y sacrificial, el testimonio de aquellos misioneros pioneros enriquece nuestro conocimiento acerca de lo casi imposible de la tarea, pero que se hizo posible por el poder de Dios. El crecimiento fue lento pero continuo. El establecimiento de iglesias, instituciones de ayuda social como hospitales, orfanatorios y clínicas; el establecimiento asimismo de instituciones de preparación bíblica para los líderes locales, de estaciones de radio, son sólo unos ejemplos de toda la obra que se hizo. La cosecha implica iglesias fundadas, miles de ellas, instituciones educativas de un nivel superior, en fin una obra consolidada. La obra no ha sido terminada, aún quedan retos por cumplir, aún hay tantos que no han aceptado al Cristo Salvador en nuestros países y entonces necesariamente, tenemos que seguir evangelizando. Sin embargo, para los cristianos evangélicos latinoamericanos existe un reto mayor que está ya frente a nosotros. Es tiempo de devolver el favor. Es tiempo de tener y desarrollar también aquella visión que tuvieron los que en un momento histórico nos trajeron el evangelio. Ahora en el tiempo de la cosecha es necesario apartar unas semillas e ir a plantarlas a otros lugares. A otras naciones, a otros pueblos no alcanzados o poco evangelizados. Qué bendición más especial es para los pueblos latinos participar en el proceso misionero mundial. En el tiempo del Señor, Latinoamérica está lista para hacer su parte en la gran comisión. Fuimos bendecidos y ahora es el tiempo de ser bendición. Que el Señor permita que haya hombres y mujeres de este continente con la visión y sientan el llamado de participar en la empresa más digna que pueda haber: Llevar el evangelio a todo pueblo, lengua, cultura y nación. Tomado de Ebenezer, órgano oficial del Seminario Evangélico de Cuba “Los Pinos Nuevos” Usado con permiso

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