RECURSOS DE LA FAUNA: producción y conservación van de la mano Rev. Soc. Rural Argentina (2008)
En el treinta aniversario de su nacimiento, la Fundación Vida Silvestre Argentina trabaja para que el manejo eficiente del campo y el cuidado de los recursos naturales no sean necesariamente conceptos opuestos o excluyentes. Lo hace a través de programas como el de pastizales naturales y el de refugios de vida silvestre. De acuerdo a la Fundación Vida Silvestre Argentina -FVSA(que recientemente celebró su 30° aniversario), en todo el mundo los expertos coinciden en que para asegurar la conservación de la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, cada ecorregión debería contar con, al menos, un 10% de su superficie protegida. En función de ello, el nuevo desafío es lograr conservar los bienes y servicios de los ecosistemas en las áreas privadas, donde también se desarrollan actividades productivas. Según estadísticas de Parques Nacionales, las áreas protegidas públicas cubren el 7,7 % del territorio. En el resto, se encuentran las ciudades y los pueblos y por supuesto, las explotaciones agropecuarias, que, bajo el boom de la producción agrícola y la creciente demanda de alimentos mundial, cada vez aumentan más su superficie de influencia. Esto, naturalmente, tiene consecuencias sobre los ecosistemas, como los de la región chaqueña, la selva misionera y las yungas del noroeste. Frente a este escenario, muchos se preguntan: ¿Cómo seguir produciendo sin afectar el ecosistema? La FVSA propone revalorizar económicamente los ambientes naturales, compatibilizando el uso productivo con su conservación. En este contexto, la FVSA lleva adelante dos iniciativas que demuestran que esto es posible: la ganadería en pastizales naturales y la red de refugios de vida silvestre. Dos conceptos revolucionarios que, de ser adoptados por una buena proporción de productores, permitiría echar por tierra el concepto de que toda producción agropecuaria atenta contra la conservación de la naturaleza.
Se puede producir carne y conservar la naturaleza "Desde el Programa Pastizales de la FVSA apuntamos a que en nuestro país la producción agropecuaria y conservación de pastizales no sean conceptos contradictorios. Creemos que este objetivo puede ser alcanzado simultáneamente, en la medida que los pastizales naturales sean puestos nuevamente en valor", explicó Fernando Miñarro, coordinador del Programa de Pastizales de la ONG. De acuerdo con la FVSA, al igual que ocurre en otras partes del mundo, la mayor proporción de pastizales naturales y seminaturales se encuentra en manos privadas. Por eso, la ONG considera que la comunidad de productores tiene un papel clave en la conservación de nuestros pastizales. "Es fundamental desarrollar herramientas que sostengan a la
ganadería sobre pastizales naturales como alternativa productiva sustentable por ser ésta la actividad que posee mayor compatibilidad con la conservación de las pampas y su biodiversidad", dijeron en la FVSA. A partir de este concepto, la Fundación proporciona una serie de herramientas para promover el uso de los pastizales naturales entre los productores. A continuación se las enumera y desarrolla: 1.- Asistencia satelital: junto con el Instituto de Clima y Agua del INTA, la FVSA desarrolló una herramienta de aplicación sencilla, basada en la estimación de la productividad vegetal de los campos a partir de la información provista por imágenes satelitales para mejorar el manejo y la conservación de campos ganaderos en la Bahía Samborombón. "A través de un sitio web ponemos al servicio de los productores mapas y estadísticas que analizan la producción de los recursos forrajeros que proveen los pastizales naturales en la zona, como así también de una serie de estudios más detallados realizados en establecimientos piloto (escala local)", explicaron los técnicos del programa. "A escala regional, el análisis de las imágenes satelitales permite conocer los patrones anuales de crecimiento de forraje, estimar la producción actual y compararla con información histórica para realizar diagnósticos a tiempo. Esto contribuye a minimizar riesgos económicos y pérdidas para el productor y respaldarlo en la toma de decisiones en cuanto a los cambios en la carga animal. A escala de establecimiento, la misma tecnología apoyada con estudios a campo, permite a los productores ganaderos identificar la heterogeneidad y productividad de los diferentes ambientes presentes en el campo, adecuar el sistema de pastoreo a la oferta forrajera y aumentar así la sustentabilidad económica y ecológica del establecimiento", dijeron en la FVSA. 2.- Pastoreo controlado: esta herramienta, desarrollada técnicamente por la Cátedra de Forrajes de la Facultad de Agronomía de la UBA, tiene como objetivo difundir la aplicación del pastoreo controlado como práctica de manejo. "Este instrumento tiene como premisa básica adecuar la carga animal y los períodos de tiempo que los animales permanecen en cada ambiente a las características y épocas de crecimiento de las principales especies de valor forrajero", dijeron en la FVSA. Para ello, explicaron, se divide al campo según el tipo de vegetación, dejando dentro de cada división comunidades vegetales que se comportan en forma similar. Por ejemplo, se separan en distintos potreros los ambientes que producen más pasto en verano de los que producen en invierno. Finalmente, se concentran los animales en unos pocos potreros, donde permanecen por poco tiempo para luego ser rotados a otros potreros. De esta manera se generan periodos de tiempo donde la vegetación tiene la oportunidad de descansar y recuperarse en el año, mientras que el ganado ingresa a cada potrero en el período anual que produce más forraje. "Con estas herramientas apuntamos a lograr un aumento en la disponibilidad de forraje de mejor condición, en particular de las especies de crecimiento invernal. Esto, sumado al manejo adecuado de las cargas ganaderas, tiene como resultado mejores índices de producción en armonía con la conservación de los pastizales naturales y su biodiversidad", explicó Miñarro. 3.- Sanidad animal: mejores índices productivos y conservación de la fauna silvestre: otro aspecto relevante, que afecta la productividad ganadera y la fauna que habita en los pastizales, son los problemas sanitarios. "En 2006, conjuntamente con integrantes del Programa de Veterinarios de campo de la Wildlife Conservation Society elaboramos un modelo de Plan Sanitario con fines productivos y de conservación para los campos ganaderos de la Bahía Samborombón", explicó Miñarro. Dicho modelo, de acuerdo con los técnicos de la FVSA, fue desarrollado a partir de una serie de estudios de los rodeos que se encuentran en campos vecinos a las áreas protegidas de la Bahía, que incluyeron evaluaciones directas de enfermedades infecciosas y parasitológicas y encuestas a los productores ganaderos de la zona con el objeto de conocer los planes sanitarios que implementan (estas actividades fueron realizadas con el apoyo del INTA Castelar, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Centro de la Pcia. de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Sur). "Al mismo tiempo hemos complementado la información con estudios de serología y necropsias realizadas a chanchos cimarrones y ciervos axis, dos especies exóticas cuyos números se han ido incrementando a lo largo de los últimos años en la región y que representan un riesgo potencial de transmisión de enfermedades tanto para las especies nativas como los venados, como también para la hacienda ganadera", detallaron en la FVSA. El inicio de una serie de experiencias en campos ganaderos piloto de la Bahía Samborombón durante 2008, permitirá poner a prueba tanto la aplicación de las herramientas de manejo de pastizales presentadas, como la puesta en marcha del modelo de plan sanitario desarrollado. "Con estas pruebas piloto, aspiramos a que los resultados sean demostrativos de que una inversión inicial en pos de una ganadería más eficiente y amigable con el ambiente, pueda luego traducirse en un beneficio aún mayor en producción de carne y, quizás, apertura de nuevos mercados", dijeron en el Programa de Pastizales. "Con las pruebas piloto, apuntamos a lograr instalar un proceso productivo ganadero de calidad incorporando objetivos de conservación, que sirva de modelo para el resto de la pampa deprimida",
finalizó Miñarro.
Reservas privadas El otro caballito de batalla de la FVSA es la Red de Refugios de Vida Silvestre, que promueve la creación de reservas en campos privados. Según la FVSA, el avance de la agricultura y la ganadería se hace transformando una variedad de ecosistemas. "¿Qué ocurre con los recursos naturales, la flora y la fauna en esas áreas? La respuesta depende de varias cuestiones: el interés o el compromiso de los propietarios que manejan esas tierras; las actividades productivas que ocurren en cada uno de esos campos (un cultivo anual no tiene el mismo efecto que un grupo de turistas recorriendo el mismo sitio a caballo) y la modalidad con que se manejen esas actividades (la modificación y el deterioro que produce un sistema de producción agrícola-ganadera orgánica no es idéntico al que ocasiona un sistema basado en la siembra directa)", explicó Alejandra Carminati, coordinadora de la Red de Refugios de Vida Silvestre. En este contexto, según Carminati, el desafío es encontrar mecanismos o formas de trabajo que involucren y promuevan el desarrollo de un sector productivo (agropecuario y forestal) con mayor participación y responsabilidad ambiental y social, sin por ello dejar de lado su fin último: producir. Por ello, la estrategia de muchas ONG, entre ellas la FVSA, ha sido impulsar la creación de reservas privadas en campos, donde se manejen los recursos naturales con criterio sustentable. "En este marco, pensar en el uso responsable de determinadas especies silvestres que tienen un valor comercial como el yacaré, el carpincho, el guanaco, la madera nativa y otros recursos de los bosques, parece empezar a tener un valor significativo como mecanismos para valorar económicamente los ambientes naturales y la diversidad biológica", explicaron en la FVSA. "Incluso algunas actividades tradicionales como la ganadería, realizada sobre campos naturales, pueden representar mecanismos interesantes para revalorizar los pastizales y las especies nativas. Y en esta línea, la FVSA comenzó a andar un camino muy interesante", dijeron en la Fundación. Actualmente, existen en la Argentina un poco más de 100 reservas privadas (600 mil hectáreas), pero el número es aún bajo en comparación con otros países latinoamericanos. Algunos ejemplos interesantes pueden verse en El Cachapé, propiedad de Eduardo Boló Bolaño, que hace un aprovechamiento racional de los yacarés overos y negros en Chaco, y la reserva Las Dos Hermanas, en Córdoba, que busca la preservación de la Laguna Las Tunas con su rica avifauna, y las sabanas adyacentes.