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Lunes 5 de marzo de 2007
Ramón Díaz, el jugador Nº 12 Su llegada a San Lorenzo generó un cambio de 180°: los insultados de ayer son los ídolos de hoy, todo por la magia del DT; además, regresó a la Bombonera, su equipo goleó, los plateístas de Boca lo aplaudieron y hasta un policía se declaró hincha suyo... SUS FRASES DE LA SEMANA
Por Diego Quinteros De la Redacción de LA NACION
“Si querés pelear arriba, tenés que ganar estos partidos. Los jugadores tienen nuestro apoyo y el de la gente.”
“F
ui charlando con el policía que me escoltaba porque le quería explicar que no hacía falta que me acompañara (hasta el banco de suplentes). Creo que la gente ya entendió que esto es un juego. Al final, el policía me saludó y me agradeció porque estaba contento. ¿Si era hincha de River o de San Lorenzo? De San Lorenzo... Bah, en realidad era hincha de Ramón...” // // // Ramón Díaz es consciente de lo que genera. Para sus jugadores, y también para el público. Tiene un magnetismo difícil de explicar. Y él lo sabe. Intenta ocultarlo, porque no quiere robarse el protagonismo. Pero es inútil. “El mérito de todo esto es de los jugadores”, repite una y otra vez. Pero pocos le creen. Todos advierten que este giro de 180° en el ánimo del club del Bajo Flores (de los jugadores, de los dirigentes, de la gente) sólo se explica por eso que transmite Ramón. ¿O alguien puede olvidar que éste es el mismo plantel (reforzado por Cristian Ledesma y Gastón Fernández) que sufrió la deshonra de aquel 1-7 ante Boca en el Nuevo Gasómetro? ¿O alguien puede pasar por alto el hecho de que estos mismos jugadores se fueron insultados por su público en las últimas fechas del torneo Apertura? No, nadie puede negar su influencia. Porque Ramón es hoy mucho más que un entrenador para San Lorenzo: es el jugador Nº 12, la figura, el que desequilibra, el que recibe la atención de todos y permite que el resto (el equipo) pueda jugar con tranquilidad. Y así obtiene de ellos, sus muchachos, lo mejor de sí. El riojano lo está logrando: se está ganando, de a poco, un lugar en el corazón del hincha azulgrana. Pero, más importante aun, está convenciendo a sus jugadores de lo que son capaces. Y hasta obtiene de ellos más de lo que muchos esperaban. “En lo personal, este triunfo me pone muy contento porque los jugadores están creyendo en lo que digo y en lo que hago”, reconoció tras esa goleada reparadora del orgullo. Porque, aunque pocos lo hayan reconocido, los que estuvieron en aquella estrepitosa derrota de una rueda atrás sintieron que la herida allí abierta se cicatrizó con esta victoria. Por eso, porque los jugadores necesitan sentirse importantes después de las épocas negras, Ramón les da todo el crédito. “El mérito es todo de ellos –insistió–. Los muchachos le metieron una dinámica importante. Y me gustó que los tres atacantes hicieron goles, eso me llena de orgullo.” Pese a todo, nadie duda de que el gran protagonista es el técnico. En especial, en el partido de ayer. Porque todos esperaban con ansias ese duelo entre Ramón vs. Boca, que hasta tiene una estadística propia (ver aparte). Y por eso todos los fotógrafos lo esperaban a él en la salida de la manga previo al comienzo del encuentro.
“¿Cómo veo el clásico con Boca? Va a ser muy complicado... para ellos.” “El equipo está muy metido, los jugadores tienen muchas ganas de revertir la imagen (del 1-7). Ojo con San Lorenzo...”
// A N IBA L GR ECO
Sin embargo, el recibimiento del público de Boca fue más respetuoso de lo que muchos podían esperar. Sólo se oyeron algunos silbidos, lógicos por su pasión por River, pero se apagaron a los pocos segundos. Y cuando llegó al banco de suplentes, varios plateístas lo aplaudieron, en clara señal de respeto. “Tenemos que ayudar a combatir la violencia. Se puede ganar o perder, pero esto es un juego, y hay que entenderlo así”, elogió a la gente xeneize, vestido con esa chomba negra y rayas blancas que ya es marca registrada de esta etapa.
Con silbidos o con aplausos, lo cierto es que Ramón se fue otra vez victorioso, como la última vez, en 2002, al frente de River, y con el mismo resultado. Y no sólo eso: le ganó una apuesta de 10.000 pesos (que se donará a un comedor infantil) a Mauricio Macri, que habían hecho durante la semana previa. “Sí, claro, además le gané esa apuesta. En el fondo, Macri me quiere”, bromeó tras la victoria. Habrá que creerle a Ramón, uno de los pocos técnicos que juegan tanto como sus futbolistas. Si hasta tiene un policía que es hincha de él...
EL HISTORIAL VS. BOCA
En los últimos años revierte la tendencia Como entrenador de River, el historial de Ramón Díaz frente a Boca le es desfavorable. Sin embargo, en los últimos cruces con el club xeneize se fue victorioso: la última vez que fue a la Bombonera (10/03/2002; foto), ganó por 30 (Cambiasso, Coudet y Rojas), igual que ayer. Así, el historial del riojano vs. Boca marca tres victorias para el DT, cuatro empates y cinco derrotas. Pero Díaz está invicto en los últimos cuatro partidos, con tres éxitos y una igualdad.
4 partidos invicto lleva Ramón Díaz ante Boca