por escrito

28 ago. 2010 - Panorama desde el puente. El libro de memorias que muy pocos han leído hasta hoy promete aportar datos más firmes sobre la verdadera ...
86KB Größe 9 Downloads 82 vistas
TESTIMONIOS

Marilyn por escrito

POR VERÓNICA ABDALA Para La Nacion - Buenos Aires, 2010

T

odavía faltaba que conociéramos una cara hasta ahora oculta de Marilyn Monroe: la de la escritora. El libro Fragmentos, que reúne textos autobiográficos inéditos de la máxima estrella de Hollywood, se publicará en noviembre en la Argentina, en el marco de un esperado lanzamiento internacional, del que participarán simultáneamente editoriales de Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos e Italia. Los escritos de la mujer más sexy de la historia del cine permanecieron durante casi medio siglo en poder de la familia de Lee Strasberg, su maestro de actuación y su heredero, que hace dos años decidió entregarlos a una editorial francesa. Desde entonces, un equipo de profesionales trabaja en la edición del material. Aunque hay gran reserva sobre el texto, los editores dejaron trascender que prueba que las inquietudes intelectuales de Marilyn fueron algo más que una pose. También se ha dicho que en lo que escribió Marilyn se nota lo mucho que la fama le pesaba. El escritor italiano Antonio Tabucchi prologó la versión en español, que publicará Planeta/Seix Barral. El libro debe tomarse como el testimonio de una mujer que, lejos de conformarse con ser el mayor ícono sexual del siglo en que vivió, aspiraba a que la respetaran y conocieran por sus virtudes menos evidentes.

Última entrevista

“Sólo le pido que no me haga quedar en ridículo.” Ésas fueron las últimas palabras que Marilyn Monroe concedió a la

10 | adn | Sábado 28 de agosto de 2010

En noviembre, se publicará

Fragmentos, los textos autobiográficos, poemas y cartas que estuvieron en poder de los Strasberg desde la muerte de la estrella. Los pocos editores que hasta ahora leyeron el libro dicen haber llegado a la conclusión de que ella nunca pensó en suicidarse, que tenía muchos proyectos y que su cultura e inclinación literaria superaban por mucho las de la mayoría de sus colegas

prensa, días antes de morir. Aquella mañana del verano de 1962, Richard Merryman, periodista de la revista Life, había llegado hasta la puerta de la casa de su entrevistada sin tener del todo claro qué resultaría de aquel encuentro. Estaba nervioso, admitiría tiempo después: Marilyn era entonces una celebridad y, qué duda cabe, la mujer más deseada de Occidente. Una ama de llaves enfundada en un discreto uniforme condujo a Merryman en silencio hasta una pequeña sala de estar, apenas decorada por dos sillas y una mesa ratona. Allí, con unos graciosos pantalones amarillos, estaba ella. –¿Puedo ayudarlo en algo? –preguntó Marilyn riendo sin motivo aparente. Así se inició una conversación que se extendería por ocho horas y en la que ella confesó sentirse por momentos agobiada por la alta exposición a la que estaba sometida. Parecía una chica tímida, algo insegura, muy distinta de la imagen que de ella difundían los medios. El periodista se fue intrigado. ¿Quién era Monroe en realidad? ¿Le dio motivos aquella mañana para sospechar que pudiera estar pensando en quitarse la vida? No halló respuesta a esas preguntas; incluso décadas más tarde decía no estar seguro de que pudieran ser respondidas a la ligera. La revista Life publicó la entrevista el 3 de agosto de 1962, dos días antes de que Marilyn Monroe muriera por causas largamente discutidas y que, para muchos, siguen siendo confusas. A la luz de los años, pocos parecen haber conocido a Monroe en profundidad, más allá de un puñado de amigos íntimos. Eso aviva la curiosidad por el contenido de sus memorias. “Fue una poetisa callejera –escribió

el dramaturgo Arthur Miller, su tercer y último esposo, en su autobiografía–. Hubiera querido recitar sus versos a una multitud, pero esa multitud sólo estaba interesada en arrancarle la ropa.” El escritor Truman Capote, que mantuvo con ella una estrecha relación de amistad, se sentía conmovido por su inteligencia y sensibilidad. “Si alguna vez te preguntaran cómo era yo, cómo era en realidad Marilyn Monroe, ¿qué contestarías? –le preguntó ella, una tarde en que juntos paseaban por el puerto de Nueva York–. Apuesto a que dirías que era una tonta.” Estaban apoyados contra un poste de amarras. El viento movía el pelo ondeado de Marilyn, mientras Capote la observaba: “Volvió la cabeza hacia mí con gracia etérea, como si la hiciera girar la brisa –escribió en un texto homenaje que le dedicó a su amiga y que integra su obra Música para camaleones–. Ya se iba la luz. Ella parecía desvanecerse con la claridad, mezclarse con el cielo y las nubes, retroceder y ocultarse detrás. Yo quería alzar la voz por encima de los gritos de las gaviotas y preguntarle: «Marilyn, Marilyn, ¿por qué todo tuvo que salir así? ¿Por qué es una mierda esta vida?» Pero en cambio respondí: «Eres una hermosa niña».” Panorama desde el puente

El libro de memorias que muy pocos han leído hasta hoy promete aportar datos más firmes sobre la verdadera personalidad de la actriz. Fragmentos, que llegará en noviembre a la Argentina, reúne apuntes, cartas manuscritas, poemas y reflexiones que salen a la luz tras haber permanecido casi medio siglo sin que nadie sospechara siquiera su existencia. Las anotaciones estaban custodia-