Para saberlo todo y mucho más: el show del chisme llegó a la ...

9 jun. 2013 - nannis vs. Wanda nara, Diego Ma- radona vs. Juan carlos “Toti” Pas- man: ¿qué sería de nuestras vidas sin las peleas de programas y revis-.
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| Domingo 9 De junio De 2013

ÁLTER ECO Sebastián Campanario Para la nacion

Para saberlo todo y mucho más: el show del chisme llegó a la economía A

lberto Samid vs. Mauro Viale; Fernanda Villar vs. Samantha Farjat, Mariana nannis vs. Wanda nara, Diego Maradona vs. Juan carlos “Toti” Pasman: ¿qué sería de nuestras vidas sin las peleas de programas y revistas de chismes? Por estos días, el habitualmente serio y circunspecto ambiente de la economía académica no tiene nada que envidiarles a los ciclos vespertinos con panelistas y revelación de secretos de alcoba. Vuelan las plumas, se reparten gritos y vasos de agua en la cara entre figuras estelares de la economía como Steven levitt, Joshua angrist, Kenneth rogoff, carmen reinhart, ariel rubinstein, Paul Krugman, Daron acemoglu, James robinson, Deirdre Mccloskey, christopher Sims, Graciela chichilninsky y Bruno Frey, entre otros. ¿a qué se debe tanta virulencia y enojo? Un economista argentino que sigue de cerca esta radiolandia de la académica arriesga una hipótesis disparatada, pero divertida: “Estos personajes fueron ascendiendo junto con las últimas burbujas globales de profesores a opinadores y luego a celebridades. ahora que explotaron varias burbujas y todos los activos están devaluados, lo mismo sucedió con sus respectivos prestigios, y pasaron de intocables a personajes de programa de [Jorge] rial”. Sea como sea, lo que sigue es un top 7 de las peleas recientes más resonantes. Economistas al desnudo en el E True Hollywood Story de la ciencia sombría: La incivilidad, ja, ja, ja, ja: El último y más reciente escandalete, que llegó a las portadas del Wall Street Journal y El País de España, entre otros medios, es el que daña la reputación de dos (ahora ex) académicos de moda, carmen reinhart y Kenneth rogoff, autores del best seller Esta vez es diferente. rogoff, ex economista jefe del FMi y un eximio ajedrecista, y su colega reinhart cayeron semanas atrás en la picota cuando se descubrió que su estudio, que vincula altos niveles de endeudamiento en los países con bajo crecimiento, padecía serias fallas metodológicas (Juan carlos de Pablo, vecino de página, escribió sobre este tema hace tres domingos). Pero ahora entró al ring a castigarlos Paul Krugman, que los acusa de haber herido a la economía de occidente con sus recomendaciones de austeridad. En su último capítulo, reinhart y rogoff le escribieron al nobel una carta en la que le endilgan “comportamiento incívico”. la interna está que arde y promete más fuego cruzado. Esos raros economistas: con un millón y medio de ejemplares vendidos y traducido ya a 30 idiomas, Freakonomics, de Steven leavitt (chicago) y Stephen Dubner, es el libro de economía no convencional más exitoso de todos los tiempos. En Freak Freakonomics, el economista ariel rubinstein (que da clases en israel, Estados Unidos y visitará la argentina el año que viene) se dedica a destrozar a levitt, quien ya había sido vapuleado en la academia por su conclusión de que la legalización del aborto en los Estados Unidos, a principios de los 70, fue el principal determinante de la reducción del crimen a fines de los 90. Duro con los “experimentalistas”: El número 24 del prestigioso Journal of Economic Perspectives estuvo dedicado a la pelea entre los “experimentalistas” y los “estructuralistas” en economía. El abanderado del primer bando es el carismático profesor del MiT Joshua angrist, quien cree que los nuevos diseños experimentales y los avances econométricos causan una “revolución de credibilidad” en la disciplina. “El único detalle es... que la economía no es una ciencia experimental”, le responde, entre otros críticos, el nobel christopher Sims. Gates no perdona: a Daron acemoglu (de visita por estos días en la argentina) y a James robinson, autores de Por qué las naciones fracasan, uno de los best sellers del año, les surgió el crítico más inesperado: el empresario y magnate del software Bill Gates. Gates reseñó el trabajo y les dio con un hacha. acusó a la idea central de acemoglu y robinson, de que el desarrollo depende principalmente de “instituciones inclusivas”, de ser excesivamente simplista. “cuando uno quiere tener una teoría para explicar absolutamente todo, cae en ejemplos ridículos”, disparó Gates, quien cuestionó particularmente las explicaciones que dan los autores de las caídas del poderío veneciano y de la civilización maya. acemoglu y robinson

le contestaron, recientemente, en la revista Foreign Policy. Econometristas en el barro: Una discusión más nerd, pero no menos furiosa es la que mantuvieron Deirdre Mccloskey contra Kevin Hoover y Mark Siegler, sobre las pruebas de significancia estadística en la economía. Mccloskey, un argumentador muy fino, es un académico transexual: nació en 1942 como Donald Mccloskey, hasta que en 1995 decidió operarse para cambiar de sexo. Se define a sí misma como “feminista aristotélica episcopal

cuantitativa pro libre mercado y posmoderna”. Y opinó que el ataque de Hoover y Siegler fue el más furioso en 40 años contra métodos tradicionalmente aceptados en estadística y economía. Todos a los botes… (del Titanic): Uno de los economistas más renombrados de Europa, Bruno Frey, enfrenta serios cuestionamientos de sus colegas sobre su modus operandi científico. la Universidad de Zurich, donde Frey da clases, le abrió un sumario por “sospechas de conducta poco ética”. ¿Qué motivó

el escándalo? En los últimos meses de 2009, Frey, Benno Torgler (profesor de la Universidad Tecnológica de Queensland) y un alumno de doctorado de Torgler, David Savage, publicaron en distintas revistas especializadas prestigiosas investigaciones sobre el hundimiento del Titanic y la influencia de variables como la edad, el género y la clase social sobre las chances de supervivencia de las 2207 personas que se salvaron. a pesar de que tocaron el mismo tema y obtuvieron las mismas conclusiones (una mejor posi-

ción social se tradujo en más probabilidades de terminar con vida, y las mujeres también resultaron favorecidas), los economistas omitieron hacer referencia a las investigaciones no propias. Peor aún: tampoco se citaron al menos otros cinco estudios previos sobre el mismo tópico. En el mundo académico, y en la era de internet, éste es un pecado que no tarda en advertirse. El padre de todos los escándalos: aunque constituye la base de negocios billonarios, como los derivados financieros, la economía

matemática es un campo que tiene poco protagonismo habitualmente en los medios masivos. Sin embargo, de allí surgió una de las peleas más furiosas que se recuerden en el ambiente académico, una polémica que destruyó reputaciones y provocó juicios encarnizados. Todo empezó en el verano de 1994, cuando la profesora de columbia Graciela chichilnisky decidió enjuiciar a Myrna Wooders, de la Universidad de Toronto, y a Frank Page, de la Universidad de Texas, luego de acusarlos de robar sus ideas. Un año más tarde, Wooders y Page contraatacaron con otro juicio, pidiendo un pago por daños de 35 millones de dólares. la polémica tardó años en saldarse, y al final ambas partes, exhaustas por el gasto legal en tiempo y dinero, acordaron desistir de la acción en los tribunales. ¿Seguirá desbarrancando la economía académica hacia el fango de las peleas interminables y ardiendo en la hoguera de vanidades? no se pierda la respuesta, después de la tanda comercial.ß [email protected]