SÁBADO | 7
| Sábado 16 de febrero de 2013
en algún lugar del mundo Juana Libedinsky
La pasarela de las vanidades
L
ilustración: giselle ferro
Hábitos
Para reírse de lo que sucede en pantalla, conviene tener a mano... otra pantalla En Twitter, el consumo irónico crea un vínculo cómplice entre quienes eligen bromear sobre la tele Felipe Paglia Para La NaCiON
Mientras Facebook permite reconectarse con el pasado y, por medio de las biografías en los perfiles, alienta a reconstruir el camino que nos llevó hasta lo que hoy somos, Twitter es un ágora caótica en la que sólo importa el presente inmediato. ¿Qué está pasando ahora? La red social del pajarito no vive sólo de la difusión veloz de noticias. Estudios de Nielsen US dados a conocer en 2012 revelan que los contenidos de la televisión son uno de los temas favoritos de discusión de los usuarios, a tal punto que en diciembre la encuestadora anunció que había firmado un acuerdo con Twitter para medir los ratings en la red social. Los números mostraban que más del 30% de los usuarios hacían comentarios sobre series y eventos televisados. Finales de temporada de Game of Thrones, Mad Men o The Walking Dead se colocan siempre entre los trending topics (TT) mundiales. Lo mismo ocurre con coberturas en vivo, como la entrega de los Oscar o la ceremonia de los Globo de Oro. Claro que eso está dentro de lo esperable: lo curioso es cuando lo que genera semejante interés masivo no es una transmisión en vivo con los actores más taquilleros, sino, por ejemplo, la repetición de una película que pasó sin pena ni gloria por los cines y de pronto se convierte en tendencia mundial a partir de una repetición en el cable. “Existen determinados programas, especialmente de la televisión abierta nacional, que me resultarían insoportables sin Twitter. Directamente no los vería –reconoce el tuitero @sebrobles–. El intercambio con otros televidentes, la complicidad que se origina en reírse de lo que está en pantalla, logran algo paradójico: uno termina disfrutando de lo que mira, evitando la sensación de que nos están tomando el pelo.” Porque lo cierto es que, más allá de los personajes surgidos de los realities y habitués de programas de chimentos que arrasan con las primeras posiciones (a favor y en contra), hay
ciertos programas que despiertan un consumo irónico y dan lugar a una interactividad juguetona. así, se forma una comunidad de espectadores que comparte la experiencia a distancia y en tiempo real. Según las cifras de la consultora parisiense Semiocast, la argentina es el decimoséptimo país con más presencia en Twitter, con aproximadamente 8 millones de cuentas. Si se dispone de un smartphone o una tablet, verlos con el app de Twitter abierto es indispensable. “Me gusta pensarlo como un grupo de gente que lo único que quiere es divertirse. Volcar ahí lo primero que piensa, tener el chiste a un clic de distancia y potenciarse con los otros arrobas”, dice la tuitera @cuestiondeseso y lo compara con “lo que cualquiera hace cuando está viendo tele con amigos”. alejandro Fantino (@fantinofantino) conduce dos ciclos por américa: animales sueltos, de entrevistas, y los domingos, El show del fútbol. Este último fue uno de los primeros en lograr fidelidad de los usuarios de
Twitter, quienes por su cuenta crearon el hashtag #elprogramadefantino para opinar y compartir ironías. El pico máximo llegó cuando river perdió la categoría: Fantino leía tuits con chicanas y las opiniones tenían tanto peso como el rating minuto a minuto. “Su granhabilidad fue capitalizarlo, incorporar los chistes del hashtag al programa y redoblar la apuesta”, opina @cuestiondeseso. a partir de entonces, desde la producción intentan llamar al debate proponiendo hashtags que los espectadores pueden usar para opinar. En la ficción se destaca el caso de Dulce amor, la telenovela de Telefé protagonizada por Sebastián Estevanez y Carina Zampini. El hipermelodrama y el tono de la novela dieron lugar al hashtag #lanovela, que arde con humoradas sobre los últimas novedades de las complejas vidas amorosas de las hermanas Bandi y sus pretendientes. Y El artista del año, el reality de Canal Trece conducido por Mariana Fabbiani, encontró en Twitter a unos jurados
más severos e inescrupulosos que Nacha Guevara y Nicolás repetto, dispuestos a destruir participantes bajo la bandera común de #elartistadelaño. “Hoy el casting es una onda ‘vi luz y entré’ #elartistadelano”, comentaba @Sebitaz_Lopez durante la gala de eliminación del último miércoles, en uno de los tuits más celebrados de la noche. “Twitter vuelve las novelas digeribles, por momentos su mala calidad parece casi un efecto buscado e incluso exaltado por los guionistas”, plantea por su parte @sebrobles, que prefiere compartir observaciones sobre las ficciones del prime-time. aunque la mayoría de los programas ya proponen su propio hashtag, son pocos los que logran interpelar al selecto grupo de comentadores en 140 caracteres. Por ahora, permanecen como una fuerza impredecible con millones de ojos y una creatividad para la maldad infinita que hace que la única manera de disfrutar de lo que pasa en la pantalla, sea de la mano de otra pantalla.ß
El retorno de la televisión compartida el escenario Juan Melano Para La NaCiON
D
urante 2012, más de 3 millones de argentinos se volcaron a las redes sociales para comentar en vivo sus programas de televisión favoritos. El dato surge de los números de Comenta.TV, sitio especializado en agrupar comentarios hechos en redes sociales acerca de la televisión argentina. Este fenómeno es lo que conocemos como Social TV o actividades de Segunda Pantalla. Desde que las redes sociales como Twitter y Facebook nos permiten expresar libremente nuestras opiniones en tiempo real, la televisión ha sido centro de debate. Es el retorno de la televisión compartida, esa TV que nació como actividad social y familiar hacia los
años 50 y que con el tiempo se fue haciendo cada vez más individual y solitaria. Hoy, de la mano de las redes sociales, vuelve a compartirse, como si el foro o la tribuna colmada se sentasen con el televisor enfrente a participar activamente con sus opiniones y comentarios de lo que sucede en pantalla. Polémica en el bar de comensales virtuales. Porque en el fondo no vemos simplemente televisión. Vemos partidos de fútbol, lloramos con novelas de amor, reímos con cómicos de turno, sufrimos con la actualidad de las noticias, nos indignamos con los jueces de los concursos, les sonreímos cómplices a los personajes que desde la infancia nos alegran el día. Y todas esas emociones son comentarios que se canalizan a través de internet. Lo vemos cada día en Comenta. TV, donde estos mismos fans llegan para interactuar a diario con
sus programas favoritos. Más de 50 mil personas se vuelcan día a día a comentar la televisión en la argentina. En emisiones especiales, como fue la final de La Voz argentina, más de 70 mil personas participaron minuto a minuto a través de redes sociales, volcando más de 190 mil mensajes de apoyo (y no tanto) a los cantantes del momento. Nuestra relación con la televisión es puramente emocional. Y aunque su consumo sigue siendo individual, la necesidad de compartir esas emociones es un impulso poderoso. La próxima vez que se sienten a ver televisión, conéctense a internet o enciendan sus celulares para espiar lo que se comenta del programa que estén viendo. Descubrirán la riqueza que tiene para ofrecerles la segunda pantalla.ß El autor es fundador de Comenta.TV
nueva york
a zona de los periodistas en los desfiles de la New York Fashion Week puede ser mucho más interesante que lo que pasa en la pasarela. ahí está anna Wintour, de la Vogue americana, con grandes anteojos negros y el tailleur perfecto que grita señora del Upper East Side que lee, precisamente, su revista. Suzy Menkes, del international Herald Tribune, con un jopo de pelo azabache a lo Elvis y ropa minimalista oscura de periodista seria. anna dello russo, diseñadora y editora de Vogue Japón, con el pelo largo, rubio platinado, tacos de vértigo, pollera corta, colores, brillos, brillos, brillos, animal print y siempre rodeada de multitudes de fashionistas orientales que cuando la ven pasar se vuelven locas y gritan como si fuera Brad Pitt. Y luego la esquina francesa: Carole alt, de la Vogue parisiense, y la recién llegada Virgienie Mouzat, de la publicación que se viene anunciando con bombos y platillos, Vanity Fair Francia. ambas vestidas en distintas variantes de jeans ajustados, blazer negro, camiseta blanca y tacos. Como “chicas de Barrio Norte en un día que no se pusieron las pilas para buscar algo más interesante”, las describió un amigo argentino. Pero lo cool que son con el pelo cuidadosamente desprolijo y la mirada de cierto hastío ante todo el espectáculo tan made in USA de los desfiles (como los líquidos matabacterias de colores rosa y verde flúo que regalan gratis en botellitas plásticas para que nadie contagie resfríos y los jugos de kale, una verdura sin gusto a nada que está de supermoda para mantener la figura en Manhattan y que reparten gratis también), las denota, a la legua, del país galo. Nada de eso se ve en los videos de los desfiles. Tampoco se ven las luchas que a veces hay por quiénes van en la primera fila. El año último, por ejemplo, hubo
un gran escándalo cuando una señora abofeteó a una empleada de la firma que hacía el desfile cuando ésta le pidió mudarse a otro lado, ya que el Departamento de Bomberos les había pedido, a último momento, sacar asientos cercanos a la pasarela por una cuestión de seguridad en caso de evacuación. Siendo Nueva York, ya hay juicios multimillonarios de por medio y reacciones rápidas: varias marcas de ropa hicieron ahora una pasarela con forma de serpiente sinuosa para que todo el mundo (al menos, el mundo que cuenta) tenga su lugar en la codiciada silla pegada a la acción. Eso sin siquiera empezar a hablar de lo que pasa fuera de las carpas. Cientos de fotógrafos y blogueros se desesperan por retratar a quienes entran y salen de ver los desfiles, que se visten, precisamente, para ser retratados. La competencia por ser llamativo es brutal y bastante curiosa: quienes sacan las fotos también son fanáticos de la moda que quieren mostrarse. En general, mientras toman las instantáneas están siendo, a la vez, retratados por otros en una especie de carnaval circular. Y fascinante. Todo esto viene a raíz de una serie de notas y editoriales en medios americanos que mostraban una cierta preocupación por el advenimiento de la transmisión de los desfiles por videos que pueden bajarse de internet en tiempo real. El argumento es que quizás, entonces, los desfiles en la Fashion Week en sí, que son carísimos de producir, dejen de tener razón de ser. Por una multiplicidad de razones (entre otras, el dinero que traen a la ciudad) sería una lástima. además, se supone que la cámara agrega cinco kilos. Si esto significa entonces que se buscarán modelos más flacas todavía, un nuevo escándalo podría sacudir los próximos desfiles. Y no, precisamente, de los más divertidos.ß
Rihanna debuta en moda estilo. LONDrES.– Sin duda, la colección que más expectativa ha generado alrededor de la nueva edición de la Semana de la Moda de Londres, que comienza hoy, es la colaboración de la cantante rihanna con la firma river island. “Presentar en la Semana de la Moda de Londres es un sueño hecho realidad. Mostrar mi colección para river island y hacerlo junto a todo el talento que se reúne en Londres es un privilegio”, dijo la barbadense, que hoy tendrá su gran debut. apagadas las luces de la pasarela en Nueva York, Londres pasará a ser desde hoy el foco de atención de la industria, con
un total de 56 desfiles y 20 presentaciones que mostrarán durante cinco días las tendencias para la próxima temporada de otoño/invierno. Este año, diseñadores internacionales como el también cineasta norteamericanano Tom Ford o rihanna se espera que roben protagonismo a los clásicos británicos de la moda. Con su debut en la pasarela, rihanna sigue los pasos de otras estrellas de la música, como la ex Spice Girl Victoria Beckham. “Estoy impaciente por ver la reacción de mis fans y de la prensa de moda”, afirmó la artista, una de las más populares del momento en todo el mundo.ß