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O.J.D.: 58487 E.G.M.: 248000 Tarifa: 5013 € Área: SEBASTIÁN 803 cm2 - 70% SAN

Fecha: 26/07/2014 Sección: SAN SEBASTIAN Páginas: 20 Sábado 26.07.14 EL DIARIO VASCO

«Esto es lo que somos: orfebres o artesanos que trabajan con el oro» Emili Hernaiz Un reloj de estación entre ébanos y rutilos CIUDADANOS BEGOÑA DEL TESO

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atalán, un día que paró en Ituren decidió quedarse a vivir en el Baztán de las brujas, los agotes, los pintores y el buen chocolate de Elizondo. Alumno de la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y de la mítica Massana, está más que implicado en el FAD, o lo que es lo mismo, esa asociación privada e independiente fundada en 1903, auténtico referente en el universo del ‘Foment de les Arts i del Disseny’. Hace un par de días abrió en la calle Marina un espacio diáfano, compendio de taller, galería y tienda donde descubrimos que las piedras que no se pueden tratar con fuego se sueldan al láser y que un mosaico hidráulico puede convertirse en... un pin/joya. Mientras charlábamos, el reloj Mondiane se paró al llegar al segundo 60 de un minuto y pasó al siguiente con un golpe seco. Mientras charlábamos, Mila, clienta del bar Cachón, recogió su sortija de diamantes que giraban sobre un engarce de oro. – ¿Aurifex, ‘el que trabaja el oro’? – De ahí surge un vocablo más culto: ‘orífice’; sería realmente quien trabaja con el oro mientras que ‘orfebre’, palabra venida del francés que también la tomó del latín, señalaría a quien labra cualquier objeto artístico con cualquier metal precioso. – ¿Aceptamos ‘piel de cabra’ como material precioso? – ¿Por qué no si en manos de una creadora se transforma en pergamino y, pintada a mano, en brazalete? – ¿Aceptamos que el cuarzo rutilo puede ser piedra preciosa si encerrada por un engaste de oro? – Afirmativo. Rotundamente afirmativo. Se trata de un cristal de roca

En la penumbra creadora. Emili, ante su mesa de orfebre. :: USOZ que tiene en su interior inclusiones de finas agujas de rutilo dorado. Míralo por el microscopio. – ¡Increíble! Se diría que, como en el ámbar, algo fascinante hubiera quedado atrapado dentro.Visto esto, no es difícil pensar que para vosotros el oro gris es igualmente... – Materia prima primordial. Es gris porque lleva una aleación de paladio. Para los orfebres precolombinos ya era metal precioso. Lo sigue siendo. Tanto que no se usa en la joyería industrial, donde abusan del níquel para crear oro gris. La aleación correcta llevaría un 33,3% y algo de plata. ¿Sabes la diferencia entre el oro de 24 quilates y el de 18? – No... – Para nosotros los orfebres no es tan importante porque es igual de fácil

de trabajar que el de 24 pero en el uso diario, un anillo de 24 se revela demasiado blando, mucho más sensible a golpes, roces y desgaste. – Entiendo. En tus luminosos expositores muestras pendientes de oro gris y lacado. ¿Quién los crea? – Sabine, Sabine Hauss. Está embrujada por la técnica, dificilísima y extrema, del lacado japonés. Le dedica gran parte de su existencia y de su capacidad creativa. – Ese orífice, ese orfebre que mencionábamos al principio, ¿admitiría que el ébano y el hueso puedan ser materia de la que están hechos un collar, unos pendientes? – Pienso que sí. Sobre todo si llegan cargados de historia como lo están este ébano y estos huesos. – Cuenta.

LAS OTRAS GENTES Sabine y Laida: No es el de la calle Marina coto cerrado para las creaciones de Emili. Se exhiben hermosas y cargadas de futuro, piezas de Sabine Hauss y Laida Usandizaga. De Stefanie Kölbel y Chari Manjarés. De Enric Majoral y Yolanda Rubiano. De Ulrike Hamm. Y piezas de relojería suiza o nórdica.

«Es curioso que el hombre occidental rechace la joya por ‘blanda’ cuando en otros mundos la usan los guerreros y chamanes»

– Adoro la música del órgano. Y el instrumento como tal. Tanto que me compré uno. En las últimas crecidas de los ríos, nuestro órgano fue arrastrado por las aguas. Rescaté la teclas. Que son, precisamente, de ébano y hueso. Y trabajo con ellas. El hueso lo engarzo en plata, una plata a la que mediante papel y telas arranco una textura rugosa. – Bello. Perdón, ¿eso es un pin? – Sí. – ¿Y qué hace una ‘chapa’ en la mesa de un orfebre? – Podría responderte que la (r)evolución de la joyería contemporánea no está solo en el uso de materias ‘no nobles’ sino en la reconversión de objetos cotidianos en joyas. ¿Te has fijado en el dibujo de este pin? – Parecen formas geométricas. O florales. Hasta puede que sea un dragón gaudiano. – Es un mosaico hidráulico, pavimentación usada de finales del XIX hasta los 60 del XX. También por Gaudí, sí. En Casa Milà. Hoy es el pavimento del Paseo de Gràcia. En orfebrería moderna y engarzado sobre bata de metal resurge como un pin convertido en pieza de creación. Buen adorno para el hombre moderno. – ¿Por qué para el hombre? – Porque es a él a quien tenemos que atraer a la joyería de este siglo XXI. Es curioso que muchos hombres rechacen el adorno por considerarlo ‘blando’ mientras que en otras culturas los guerreros, los chamanes, los jefes de una estirpe muestran y demuestran su valentía, su poder, su carisma con grandes plumas y abalorios... Al hombre de hoy hay que conquistarle incluso con un buen broche. Romper la tiranía del traje, la corbata y su alfiler. Se impone un broche de diseño en la solapa de esa americana bien cortada. – Luces un reloj hermosísimo. – Diseño suizo. Puro y simple. Inspirado en los relojes de las estaciones de tren de la Confederación Helvética. Los vendo, sí. Pero no soy relojero. Y menos ese ‘cambia pilas’ que mucha gente cree que es ahora el antiguo maestro relojero. – Malos tiempos para viejos oficios. – El nuestro, renace. En el Norte de Europa es disciplina universitaria. En Múnich hay cátedra de ¡cincelado en plata! Pero le falta mostrarse al público o compartir conocimientos. Ha sido un mundo de secretos donde el verdadero orfebre no firmaba esa pieza que se vendía bajo marca comercial. Por eso trabajo yo a la vista de la gente y comparto expositores con alumnos del Politécnico y diseñadores de prestigio.

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