Espectáculos
Página 8/Sección 4/LA NACION
2
3
Domingo 31 de mayo de 2009
MUSICA POPULAR (Grabaciones)
(La compactera)
La página de los discos
Zii e zie Caetano Veloso Perdeu, Sem cais, Por quem?, Lobão tem razão, A cor amarela, Base de Guantánamo, Falso Leblon, Tarado ni você, y otros (Universal).
PJ Harvey y John Parish
Caetano (así, a secas, ya lo hizo otras veces desde que merece esa familiaridad), inventó la voz transambas para definir estas canciones marcadas por la sonoridad que encontró junto a la juvenil banda que lo acompaña desde Cê y que remozó su vieja devoción por el rock y su conocida fascinación por el sonido de la guitarra eléctrica en la música del Brasil. Pedro Sá es el responsable de esas cuerdas decisivas (y de la producción, junto a Moreno Veloso), en este álbum rico en bellezas. En fructífero diálogo con el grupo, Caetano inventa sambas que llevan su marca (la deliciosa y sensual “A cor amarela”, “Falso Leblon” y “Sem cais”); hace maravillas con su delicadeza vocal en “Por quem?”, una joya; se aproxima más al rock en “Perdeu”, y hace de su crítica a Guantánamo una suerte de letanía hipnótica y rapera.
Youth y McCartney hicieron música y collage
Músico y productor, una pareja imbatible Se acaban de editar Electric Arguments, de Paul McCartney y Youth, y el segundo del “dueto” que forman de PJ Harvey y John Parish Trabajar de a dos, encontrar en otro el eco de lo que se piensa-sientecanta, como un espejo que, al deformar, permite que otras posibilidades pasen a primer plano. Casi siempre, es por allí por donde anda la búsqueda de un productor artístico, pero en otros, como en dos muy recientes ediciones locales, se pide un poco más: encontrar en el productor un compañero de ruta. Paul McCartney lo acaba de hacer con Youth y, desde las mismas tierras, llega el resultado del trabajo de Polly Jean Harvey y John Parish. A esa seguidilla de excelentes entregas del ex beatle que está en una de sus mejores rachas creativas –Chaos and Creation at the Backyard, Memory Almost Full y ese rapto de amor por la disquería, Amoeba’s Secret– se suma ahora (gracias a un sello local que con poco ruido viene poniendo en bateas las mejores nueces) Electric
Arguments, el tercer disco de The Fireman, el nombre que oculta (y, en principio, ocultó tan bien que casi nadie sabía de qué se trataba) el proyecto de McCartney y Youth, el productor y eventual colaborador del grupo Orb y Killing Joke. Si los dos anteriores resultaron experiencias instrumentales y electrónicas, en éste, a pesar de su nombre, sumaron voces y canciones con todas las de la ley, pero con un tratamiento tal que esconden en ellas trucos, viajes y juegos. Con la premisa de dedicar un día y sólo uno a cada tema (versión siglo XXI de aquellas sesiones beatles en las que en pocas horas terminaban discos que sacudían al mundo), este dúo trabajó codo a codo (como muestran, en otro registro de lectura, las fotos del libro interno con la construcción del mural-collage que resultó la tapa del disco) en estos trece temas desarrollan de todo: rocks
potentes, pero deformados, al estilo “Helter Skelter” (“Nothing Too Much Just Out of Sight”); canciones bellas que recuerdan a “Blackbird” beatle o al “Jenny Wren”, de Chaos and Creation in the Backyard; otras, electrónicas y ambientales (“Lovers in a Dream”, “Universal Here, Everlasting Now”); vocecitas gospel que piden amor; composiciones poptimistas y mañaneras (“Sing the Changes”, “Highway”, “Sun is Shining”) y hasta dejó traslucir aquí y allá –algo de lo que se había cuidado en Memory Almost Full– la bronca y el dolor por el amor fallido y con final judicial (aunque, si le creemos, fue casi fruto exclusivo del azar o del inconsciente, hablando gracias al azar, porque contó McCartney en algunas entrevistas que las letras, en este juego de un tema- un día, fueron hechas al estilo cut up de William Borroughs, tomando un poco de un libro de poesía y otro poco de otro).
PJ Harvey, en cambio, tras el disco en el que cambió guitarra por piano (White chalk) dejó en manos de John Parish (productor de algunos de sus discos e invitado habitual en ellos) la composición musical de A Woman A Man Walked By para abocarse a la tarea de escribir letras y cantar canciones que juegan en el más amplio sentido de la palabra. Ya la primera línea de canto da el tono de un álbum con muchas tonalidades. “I think I saw you in the shadows”, cree PJ y ve sombras por aquí y allá. Arma el juego y el conteo de las escondidas entre Erica y Daniel, cantado con voz casi de niña sobre sonido de cuerdas y golpes de manos sobre el cuerpo; se pone sombría para hablar de la peor de las pérdidas; se despide de California y le habla al mes de abril, como una bruja que desconfía de la llegada de la primavera sobre un órgano que parece sali-
Fernando López Mar adentro Marina Santillán Mar adentro, No me olvides si me muero, Corazón, Marina, Lo que usted merece, La media pena, La retirada, Para un amanecer, Zamba del duraznillo, De la raíz a la copa, Por no dejar de amar (La Cantora Discos).
do de una iglesia pagana; casi grita en “Pig Will Not” (inspirada en “The Rebel”, de Baudelaire) y definitivamente incomoda al género masculino en el tema que da título al álbum y que, según las crónicas de sus recientes presentaciones en vivo, realmente perturba (“risas nerviosas de todos los hombres”, dice Randall Roberts de su show en Los Angeles; “versos que hicieron a los hombres cruzar sus piernas nerviosamente”, comenta Alex Petridis del de Londres). Artista camaleónica, potente, inquisidora, PJ retoma un linaje femenino que se extiende al punk rock y a los gritos primales de Yoko Ono y aún más atrás y a quien no le interesa tanto hablar de lo suyo sino de lo de todos, que no ve apocalipsis futuros sino los abismos que perturban cada instante.
Es agradable la voz, es bello el repertorio, son buenos los arreglos. Solo falta decir que es buena la interpretación y con eso se obtiene un disco que dará gusto escuchar. Porque este Mar adentro, de Marina Santillán, además de ser una producción de muy buena factura, puede resultar de ésas que den gusto escuchar si por buen gusto el oyente entiende a la música folklórica (o de esa raíz) con instrumentaciones acústicas y muy cuidados arreglos que no despersonalizan la voz de la protagonista, a pesar de que fueron varios los músicos que metieron mano en los pentagramas de este CD. Marina Santillán logra lucirse en temas propios y ajenos. Suenan piezas de Sebastián Monk, Galo García y María Wernicke, Juan Falú, Pepe Nuñez, Jorge Fandermole, Oscar Alem y Lima Quintana, entre otros.
Adriana Franco
Mauro Apicella
CLASICA Lo que vendrá En lo alto de la temporada. Con visitas extranjeras imposibles de eludir, la semana que comienza se muestra fuerte y atractiva Hoy N A las 17, última función de Il
trovatore, de Verdi, con dirección musical de Carlos Vieu y régie de Marcelo Perusso. Teatro Argentino, Av. 51, entre 9 y 10, La Plata. Desde $ 15.
clásica de Andrés Madariaga y Luis Carrillo. Museo Fernández Blanco, Suipacha 1422. Entrada: $ 1.
torio Belgrano, Virrey Loreto y Cabildo. Desde $ 10.
seo, Marcelo T. de Alvear 1125. Entradas desde 30 pesos.
Martes
Viernes
N A las 20, De Pavarotti a Nino
N A las 20, Trío Sine Nomine. Ho-
Bravo, con Walter Sabarese. C. C. Borges, Viamonte y San Martín. Desde $ 35.
menaje a Mendelssohn, Haydn y Castro. Auditorio Amia, Pasteur 633.
Lunes
Miércoles
N A las 20.30, Mozarteum presen-
N A las 19, Orquesta Sinfónica de la PFA, con dirección de Salvador Motzo. Universidad Tecnológica Nacional, Medrano 951. Gratis.
N A las 19, Orquesta Sinfónica Nacional, con dirección de Pedro Ignacio Calderón. Con Luis Roggero (violín) y Silvia Dabul (piano), como solistas. Bolsa de Comercio, Sarmiento 299. Gratis (las entradas se comienzan a entregar a las 17).
N A las 17, recital de Eleonora Noga
Alberti (soprano) y Haydée Trinca (piano). Canciones italianas, españolas y arias de óperas. La Manufactura Papelera, Bolívar 1582. Entrada: $ 30, con consumición. N A las 18, Víctor Torres (barítono)
y Fernando Pérez (piano) en Música en Plural. Centro Nacional de la Música, México 564. Gratis. N A las 19, concierto de guitarra
ta al ensamble Concerto Köln junto a la mezzo Vivica Genaux. Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125. Informes, 4816-3789. Repite el martes, a la misma hora. N A las 20.30, Coro y Orquesta
de Ars Hungarica, con dirección de Sylvia Leidemann y la actuación de Roberto Rutkauskas (violín). Audi-
N A las 19, recital de piano de Valentina Díaz-Frenot. Museo Fernández Blanco, Suipacha 1422. $ 1.
Jueves N A las 20.30, Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, con dirección del belga Bartholomeus-Henri Van de Velde. Obras de Vivaldi, Arnold, Haydn y Mendelssohn. Teatro Coli-
N A las 20, Fundamus presenta
La flauta mágica, de Mozart, con la actuación de Carlos Ullán, Graciela Oddone y otros. Teatro Avenida, Avenida de Mayo 1222. Desde $ 30.
SOLEDAD AZNAREZ
La flautista Alison Hayhurst y el director Ross Pople, dos de los responsables de una noche memorable
De lo moderno a lo clásico, con amor El público ovacionó a la London Festival Orchestra, que trajo Nuova Harmonia Excelente ((((( London Festival Orchestra Concierto organizado por la Fundación Coliseum, para su ciclo Nuova Harmonia 2009, con la participación de la London Festival Orchestra, que dirige Ross Pople; actuación de los solistas Alison Hayhurst (flauta traversa) y Malcolm Messiter (oboe). Programa: Divertimento para orquesta de cuerdas, de Béla Bartók; Suite N° 2 para flauta en Si menor BWV 1067, de Johann Sebastian Bach; Concierto para oboe en Re menor, de Alessandro Marcello; y Sinfonía N° 5 en Si bemol mayor, de Franz Schubert. En el teatro Coliseo.
Fue éste un bello concierto, pleno de incentivos para el oído musical, con el interés que sin duda habrá despertado en la numerosa concurrencia al ofrecer en primer término una pieza de la música del siglo veinte como el Divertimento para orquesta de cuerdas (1939) de Béla Bartók, seguida de la célebre Suite N° 2 para flauta y cuerdas, de Bach. La riqueza y el rigor del lenguaje de uno de los genios memorables del pasado siglo, cuyo pensamiento permanece pleno de actualidad fueron expuestos con ejemplar ajuste y
natural espontaneidad por los eximios músicos visitantes; la característica prosodia del lenguaje bartokiano, cuyas melodías, colores e imaginación se hallan encerrados en un firme esquema concertante tuvieron fácil acogida en sus atriles reflejando la admirable síntesis entre la voluntad de expresión y la voluntad de la forma del genial húngaro. Su perfección fue recorrida por el director Ross Pople con el logro de una sonoridad perfectamente calibrada en su rica dinámica, su rigor rítmico y su balance sonoro. La vitalidad del “folklore imaginario” del allegro non troppo inicial, sus danzas bruscamente interrumpidas por pasajes líricos, así como las sobrecogedoras tensiones del siguiente molto adagio, con sonoridades extremas y pasajes de clima sombrío culminaron en un allegro assai final exultante en sus danzas campesinas.
Contraste La Suite N° 2 para flauta en Si menor de Bach ofrecida a continuación, como se dijo, habrá ofrecido a no pocos el saludable contraste de un salto hacia atrás de dos siglos que muchas veces posibilita una
mejor comprensión de las obras pretéritas. Traspuesta la solemne Ouverture la flexibilidad de su discurso, de cuidada orquestación, dio lugar a la aparición de una flauta traversa admirablemente ejecutada por Alison Hayhurst que afirmaría, con suficiente solvencia, el carácter de instrumento solista buscado por Bach. Fueron admirables los tutti orquestales de los arcos junto a la flauta, unida al primer violín, así como la Bourée II, ejecutada entre la primera y su repetición. El virtuosismo de Hayhurst tomó cuerpo y elegante brillo en la Polonaise y, especialmente, en la Badinerie final sobre el pujante ritmo orquestal. Restaba aún la participación de otro intérprete virtuoso de primer nivel como lo es el oboísta Malcolm Messiter, cuyo protagonismo en el Concierto en Re menor de Marcello estuvo unido a un exhaustivo rendimiento interpretativo generando la ovación de la audiencia, algo que aconteció, asimismo con la versión de la Sinfonía N° 5 de Schubert. Todo ello hace desear que las visitas del conjunto británico no se distancien demasiado.
Héctor Coda