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ESPECTACULOS

I

Sábado 15 de enero de 2011

TEATRO s LOS LIDERES DEL VERANO

Barbieri-Bal: una pareja bravísima El matrimonio de actores encabeza la propuesta más taquillera del verano marplatense DARIO PALAVECINO CORRESPONSAL EN MAR DEL PLATA MAR DEL PLATA.– Ama esta ciudad tanto que está en busca de departamento propio. Pero el aire de mar le sienta mal a su garganta, así que nada de playa. Terraza de hotel, a lo sumo, a la que sube con anteojos negros para esconder los ojos llorosos tras ver, en un programa de TV, aquel triunfo en “Bailando por un sueño”, casi una catapulta para su regreso a la revista y a un protagonismo tal que en pocos años la llevó a liderar la cartelera marplatense y desplazar a históricos como Nito Artaza y Miguel Angel Cherutti, que se mudaron a Villa Carlos Paz. Ella es Carmen Barbieri; inseparable de su Santiago Bal, compañero arriba y abajo del escenario. Aquí también, entonces, la sombra de Marcelo Tinelli para la construcción de un éxito. Pero, además, para acercarle más de un problema. Como no cederle a Belén Francese para el día del estreno de su Bravísima, o tentar a Matías Alé para que haga TV en vivo durante las tardes y viaje con segundos contados por la ruta 2 para llegar a la función de cada noche. –¿Lograron la revista soñada? CB: –Uno sueña un espectáculo que luego se hace realidad pero no en su totalidad. Para mí es un 9 con respecto a lo que soñé. Es casi perfecto. Tenía nombre desde el año pasado y tenemos tres nombres para el próximo. Con la ropa para mí es un 10. Escenografía es un 10, con luces le falta un touch, mandé a comprar un cortinado más. –¿Quién es el más obsesivo? SB: –Yo soy obsesivo. CB: –Yo más. Filmamos y vemos desde atrás para corregir. –Santiago se quejó por críticas de colegas. ¿También son celosos de su espectáculo? CB: –No pretendo que digan que soy genial y que somos Liza Minnelli y Sinatra juntos arriba del escenario. Pero sí que respeten mi trabajo, mi lugar y mi espectáculo. Si no te gusta, listo, pero no vengas a corregirme. SB: –Hay gente a la que escucho, pero otra a la que no, porque no creo que haya tantos capacitados para

Sin pelos en la lengua, Santiago Bal y Carmen Barbieri se refieren a sus compañeros, al medio y a Marcelo Tinelli FOTOS DE MAURO RIZZI

corregirme. Y no me importan. Al público sí lo escucho. Acepto a pocos que me hagan observaciones. Con Gerardo (Sofovich) tengo diferencias, pero lo escucho. Si viene Moria (Casán), la escucho. A Gasalla (Antonio), también; a Zulma Faiad, a Ethel Rojo… Pero con otros no tengo tiempo. –Se quedaron aquí casi como abanderados de la revista. ¿Se pierde cómo género? CB: –Hacemos la revista clásica. ¿Si sobrevive? Aquí revivió gracias a Cherutti y Artaza, porque estaba olvidada como género. Estaba como muerto o en terapia intensiva. Hay que saberlo hacer y ellos se hicieron millonarios de su profesión y bien merecido. Después me atreví yo y gracias a (Javier) Faroni, (Carlos) Rottemberg y Mariano Bal, que confiaron en esta idea, me pude animar. La gente lo necesitaba. SB: –Lo quisimos hacer cómo lo conocimos nosotros. CB: –Dicho por Artaza, yo me quedé con el género de la revista.

–Artaza y Cherutti se fueron a Carlos Paz. ¿Sentís que no resistieron la competencia? CB: –No creo que ellos se hayan ido a Carlos Paz porque yo estoy acá. SB: –El mercado está restringido. Hay 2000 personas por noche para ver revista y había dos. Tenían mil una y mil la otra. Cuando apareció Carmen, las 2000 era entre tres y ya no era lo mismo. CB_ –De la torta que repartimos me quedé con la mejor parte en la última temporada. Y ahora quedé sola. Bueno… Hay mucha revista. Bah… no sé. No vi la de Tristán, dicen que es una revista. Hay que ver si es eso o music hall. Hay que ver si tiene esquema revisteril como el nuestro. –¿Los escándalos entre vedettes son una necesidad para el espectáculo o una consecuencia del género? CB: –Al teatro, el escándalo no le funciona en la boletería. Sí funcionan

Apostillas

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fotos como todo dato informativo. Ejemplo 3: lo mismo pasa en el que entregan al entrar a ver Fortuna 2, de Ricardo Fort. No hay manera de saber bien, con certeza, el nombre de los distintos actores, bailarines o cantantes. Algunos son conocidos, pero otros, definitivamente, no. Estaría bien, por respeto a quienes trabajan en las obras y por respeto al público que va a ver el espectáculo y tiene derecho a saber quién es quién,

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La revista de Carmen

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estar en el programa de Tinelli. CB: –Hemos sufrido varias bajas por Tinelli, pero tenemos cierto código o acuerdo en el que cada uno da y cede algo. SB: –Días atrás, Matías llegó tarde y yo estaba en escena preguntando si ya estaba, porque entraba en el cuadro siguiente. Así no se puede…. Como director me afecta. Hay 50 personas que dependen de la llegada tarde de un actor. –¿Es difícil que surjan capocómicos? CB: –Ahora tenemos a Toti Ciliberto, que está haciendo el camino del capocómico. Puede y va a llegar. SB: –A sugerencia de Carmen, hicimos una variante muy acertada. Antes hacíamos estilo francés, con cuatro viejos (Tristán, Rolo Puente, Alberto Martín y yo) y un joven (Matías Alé). Este año la quiso hacer más americana, más joven y ágil, y ahora son cuatro jóvenes y un viejo (se señala). Los jóvenes tienen muchas ganas y son respetuosos.

–¿Cuánto le debés a Tinelli para que estés otra vez en este lugar destacado, Carmen? CB: –Deber es estar en deuda. El año que gané el “Bailando…” venía de hacer “Money Money” y al final de esa temporada Reina (Reech) me convocó para hacer con Cherutti la temporada. Después me abrí sola. –¿El teatro, como la TV, también se volvió tinellidependiente? CB: –Es que la gente es popular. SB: –El nos provee de gente y nosotros le proveemos gente a él. Le pregunta a Carmen qué chicas nuevas tenemos. Hago audiciones y aparecen chicas nuevas que Tinelli las hace famosas. Algunas siguen conmigo y otras siguen su carrera, que también está bien. Les das las alas y ellas vuelan. Es una escuela. –¿Habrá más Carmen con Tinelli? CB: –La verdad es que no sé. No sé si habrán llamado o no a Mariano Bal, que es el que arregla todo. Tengo mis historias porque octubre y noviembre son catastróficos para mí. Aunque le convino el cambio porque Moria es buena. –Pero te fuiste golpeada. CB: –Me fui fue porque no me gustaba verme como había pasado. Me tocaron mi trabajo y mi gente. Me vi fea, no de imagen sino por dentro. No me gustaría volver a pasar por lo mismo. –¿Te gustaría estar de vuelta? CB: –Y sí, es muy lindo, pero ya te digo que no sé qué va a pasar. ¿Te hablaron a vos? (pregunta a Mariano Bal, que confirma llamados de la producción de Tinelli). Yo no puedo ir y venir. Creo que no le va a convenir. –No le convienen tus tiempos, sí el personaje. CB: –Creo que sí. Yo soy un personaje, un poco loca: me río, lloro, ataco. –Sos muy vos ahí... CB: –Soy yo, sí. No es que sea ciclotímica, sino que voy con el tiempo. Me decís una cosa y te contesto, no me quedo callada. Y si no, irónicamente te mato con la lengua. Soy brava, tengo una personalidad fuerte.

TEATRO

Flojo de papeles. Así están varias de las obras de la cartelera marplatense. Hay un claro problema con los programas de mano. Ejemplo 1: en el de Cuando Harry conoció a Sally no aparecen mencionados cuatro de los actores que participan de la obra, por lo que es una odisea enterarse de sus nombres. Ejemplo 2: en el programa de Bravísima no está el nombre de las primeras figuras, de ninguna. Apelaron sólo a las

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los mediáticos. A Belén Francese la gente la ama, porque es mediática. Pero el escándalo y las peleas no rinden, nunca rindieron. SB: –No depende del género sino del sexo. Tengo una docena de hombres en la compañía y nunca tuvimos un problema entre ellos. Con las mujeres, siempre, por razones de origen. La mujer es competitiva, es envidiosa. CB: –Es cierto. Nos fijamos en los minutos que tiene cada una. Y discuten por segundos en escena. –¿Hasta dónde desgasta esto de atender conflictos a diario? CB: –Estamos aprendiendo a reaccionar diferente. Estamos entendiendo el juego que hay que jugar. Santiago también se enojó en algún momento con Tinelli, porque no nos dejaba traer a las chicas para arrancar la temporada. Eso no cambió tanto, pero reaccionamos de distinta manera. SB: –¿Sabés lo que significa faltar a un debut? Y Belén Francese faltó para

“En forma irónica te puedo matar con la lengua”

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L BRAVISIMA L LIBRO Y DIRECCION: SANTIAGO BAL L INTERPRETES: CARMEN BARBIERI, MATIAS ALE, MONICA FARRO, BELEN FRANCESE, TOTI CILIBERTO, EMILIANO RELLA, ANDREA GHIDONE, ANDREA ESTEVEZ, ALICIA BARCELO, NOELIA RAMELLA, BARBARA FUENTE RUBIO, TAMARA GALA, AYELEN PALEO, ALEJANDRO GALLEGO, LEANDRO ANGELO, DAMIAN DUARTE, CRISTIAN PONCE, MATIAS SAYAGO, MARTIN WHITENCAMP, RODRIGO ESMELLA, JACQUELINA PIETRANI, EMILIA CHAYA Y YAMILA RAMIREZ L VESTUARIO: GABY GIRL’S L ESCENOGRAFIA: DANIEL FEIJOO L LUCES: SANTIAGO GONZALEZ L MUSICA ORIGINAL: DANIEL VILA L COREOGRAFIA: ALICIA BARCELO L TEATRO: ATLAS L DURACION: 160 MINUTOS

VERONICA PAGES ENVIADA ESPECIAL MAR DEL PLATA.– Mujeres bravas si las hay. Esas son las que trata de mostrar Santiago Bal (como autor y director) en esta tercera revista que presenta en Mar del Plata. Y empieza por su mujer, Carmen Barbieri, indiscutible capocómica que se mete con facilidad en el bolsillo a la platea en pleno. Carismática, divertida y sensible, Barbieri se ríe de sí misma y de esa manera desactiva con frescura críticas de colegas y rivales. Por ahí arranca la propuesta de esta dupla que tiene el conocimiento, las herramientas y el talento para llevar adelante una revista multifacética que, esta vez, tiene su punto fuerte en el vestuario. Parece colateral, pero con sólo ver los primeros números ya salta a la vista que ahí está puesta toda la artillería de esta producción; lo que pone en blanco sobre negro algunas deficiencias, algunos claros desniveles. Es cierto que este género es en sí mismo heterogéneo, pero, esta vez, la obra de Bal y Barbieri traslada esa heterogeneidad a la calidad entre cuadro y cuadro. Apoyados en un elenco donde

el humor simplón y liviano, por un lado; y repleto de doble sentido –que deja de serlo con pasmosa facilidad–, por el otro, van hilando sketches con cuadros musicales donde aparecen esas mujeres bravas a las que se alude desde el título. Así aparece una fántástica Andrea Ghidone haciendo de Marilyn Monroe a ritmo del tap, en lo que es, sin dudas, el punto más alto de la obra. Ghidone baila maravillosamente, tiene un cuerpo pequeño y fibroso que la asemejan a una joven Madonna a la que le calza como un guante el rol de la actriz norteamericana. Pero, más tarde, ella misma es la que interpreta a una vendedora de diarios que resulta simpática hasta que los parlamentos la obligan a un giro dramático que desentona e incomoda. Así son un poco los vaivenes de esta revista. A la torpe, fresca y rendidora simpatía de Belén Francese se contrapone una durísima Mónica Farro. Entre los hombres la cosa está un poco más pareja, quien se luce más con sus personajes aparatosos y delirados es Toti Ciliberto; Santiago Bal sigue demostrando que no sólo puede dirigir una megaproducción sino que también puede

rendir bien en escena (la que comparte con Ciliberto en la historia de Cleopatra es desopilante); Matías Alé continúa contando chistes bobos y Emiliano Rella acompaña, aunque no demasiado. También está Javito, un bailaor que protagoniza uno de los números finales y que se corre absolutamente de cualquier humorada. Y está ella, Barbieri, que canta y vuelve a echar mano a la historia de su abuelo (guitarrista de Gardel) y de su famoso padre. El punto es que a veces la sensiblería y la mirada autocompasiva se pasan de rosca. Van y vienen. Y la gente con ellos, los adoran. El público festeja los guiños cómplices, los morcilleos, todas y cada una de las tentadas; sacan fotos, gritan cosas, intervienen sin ningún problema. Es que reciben lo que fueron a buscar, caras conocidas, música, brillo, humor, un aceitado cuerpo de baile que se luce en jugosas coreografias, y mucha y monumental desnudez. Lo que pudo haber extrañado algún viejo conocedor del género es el monólogo político o de actualidad, tema que apenas se rozó esquivando así cualquier polémica.