Experiencias del productor
Diego García Área de Comunicaciones INTA EEA Bariloche
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Hipólito Caldelari - Pichileufu Así como las pinceladas van dando forma a la obra del artista, de la misma manera el productor busca el matiz más apropiado para su trabajo en el campo. El trazo del pintor lleva impresa una decisión y a cada decisión se anexa una renuncia. También esto pasa con nuestro productor. Permanentemente los sinsabores de su trabajo esforzado y diario se entremezclan con esa certeza vivificante de saber que no querría estar en otro lugar que en ese, cosechando atardeceres agrestes y rumbeando los caminos marcados por el animal. Así, este hombre, de fidelidad vocacional fue dando cauce a su empeño y al sueño de ver avanzada su obra maestra en el campo. Con los cercos primero, la huerta y la esquila después. El sabor de las primeras verduras, la ilusión de la lluvia, de la finura. Sueño imaginado, tal vez primero por su padre y heredado, después, responsablemente por él. El campo de Polo Caldelari está ubicado en la zona de Pichileufu a casi 1100 msnm y tiene una extensión de 1273 hectáreas. Su papá, Hipólito Martín se estableció allí en el año 1926.
El trabajo del productor de campo difiere según la época del año. El ciclo de desarrollo del animal va marcando las etapas de la tarea de Polo Caldelari en Pichileufu. Como ocurre a mediados de
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junio, por ejemplo, cuando es tiempo de comenzar a preparar el nacimiento de corderos para tener una buena parición. Presencia
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La ganadería en Pichileufu no era ajena por aquellos años a lo que ocurría en el resto de la región. Se trabajaba con ovinos y recién a partir de la década del “80 comenzó a incrementarse la explotación de bovinos. “Mi papá esquilaba 1500 ovejas”, cuenta. “Ahora se esquilan menos porque los animales son más grandes, pero la cantidad de lana obtenida es prácticamente la misma” Trabajo previo a la parición “Entre tantos, el servicio -el trabajo previo al nacimiento de los corderos- es muy importante y tiene lugar cada año hacia mediados de junio”, rescata Caldelari. Y cuenta detalles de su obra: “Echo los carneros en tres tandas, cada 17 o 18 días, a partir del 10 o 15 de junio. Esquilo aproximadamente el 5 de septiembre y la parición comienza a partir del 5 de noviembre. Las madres ya tienen pasto y leche abundante y evito “llantos” como los que comentaba el Gringo Morris de otros productores cuando falta calor para desarrollar
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el verdín” Además del buen pasto, Caldelari cuenta con un importante componente genético, ya que en 1989 compró un carnero PP (Puro de Pedigree) de Maquinchao, y siempre ha manejado padres puros, a veces para inseminación artificial y otros años para monta natural. “El carnero que compré a medias con Bernardo (Benroth) me ha dado buenos resultados”, recuerda. “Aquí casi ninguna oveja, de tercera esquila, dá menos de 6 o 7 kilos, y vamos por más, siempre buscando finura. La mayor contra que tengo es que el campo es muy pastoso y no puedo sacar pelo fino. Desde hace muchos años produzco mis propios carneros, razón por la cual no me preocupa que necesite muchos para completar las tres tandas.” Las descripciones se suceden y la misma satisfacción que invade al pintor que finaliza su obra se traslada a este hombre que ha hecho un buen trabajo en el campo marcado por los buenos resultados:
“La parición de noviembre ha tenido buenas consecuencias, casi no necesito reparos o cobertizos. Comprobé que entre la leche abundante de las ovejas y el buen componente genético logrado a través del tiempo, puedo destetar los corderos mucho antes de las 16 semanas, con lo cual, la primera beneficiada es la madre, que se libera de amamantar mucho antes de lo previsto en cualquier sistema tradicional. Pienso que estoy manejando la majada correctamente”. En la Patagonia es siempre difícil tener años con buena parición, buen destete y buena cantidad de corderos en la primera esquila. En Pichileufu los resultados dicen lo contrario: “Tenemos la suerte de tener un campo casi bueno en lo referente al pastizal, y nos ayudan en todo este panorama regímenes de lluvia que mejoran progresivamente” Entre 1960 y 1969 el promedio de precipitaciones fue de 294, 8 mm. Entre el 1970 y 1979 fue de 296, 2 mm. Entre el año 1980 y el año 1989 el promedio subió a 302,8 mm. La última medición, tomada entre 1990 y 1999, confirmó la tendencia registrando 432,1 mm. Algunos picos para tener en cuenta: en 1992, 507 mm.; en 1993, 708 mm.; en 1994, 478 mm.; en 1995, 574 mm; en 1997, 473 mm.; en 1999, 431 mm. y en el 2000, 559 mm.
encierro todas las tardes-noches y por la mañana largamos todo a cada potrero, ovejas y corderos. No tenemos aguachamientos; con altos porcentajes de señalada y destete. Al destetar, las madres van al campo y los corderos siguen siendo encerrados, no ya en tres lugares sino en uno solo. Para todo esto tenemos buen pastizal y al destetar pasan a otro que es un colchón de pasto. A los 10 meses son esquilados y van al campo cuando ya algunos vecinos empiezan a tener algunos corderitos, con los cuales se podrán alimentar nuestros zorros. Si no hago así, esquilo el 10% del destete”
Según relata Caldelari el año que pasó fue bueno para la esquila: “Esquilamos alrededor El procedimiento de esquila temprana, pari- de 750 en total, pero nos hemos propuesto lleción tardía y destete pronto, “no es aplicable en gar a 2000 o 3000, con F.R.A.O. (Fondo para la muchos campos de nuestra estepa”, cuenta Recuperación de la Actividad Ovina) o sin él”. Caldelari, pero “siempre deben estar presentes los dos componentes básicos mencionados: Asigna los buenos resultados al bajo perfil buena alimentación y genética de excelencia. con el que siempre se ha manejado: “Por eso No podría faltar uno.” estamos donde estamos. Bien y cómodos. Al campo le ponemos todo desde siempre. Al Las especies depredadoras también están a menos lo que podemos” la orden del día: “Nos tienen locos” se sincera. Y se resigna: ”Reconozco haber agotado La obra concluye en el campo y se inicia un medios o sistemas de combate. Me veo obliga- nuevo ciclo. El pintor ha sellado un sueño más do a proceder de la siguiente forma: divido las en su lienzo y Polo una huella más sobre su rúsmadres en tres lotes de 200 más o menos, las tico camino.
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