martes 7 de octubre de 2014

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música

Comienza un festival dediCado al barroCo latinoameriCano en la iglesia de san ignaCio de loyola | Página 2

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Troilo siempre presente tango. Bandoneonistas

de varias generaciones le rendirán tributo hoy, en el Maipo

gabriel Plaza LA NACiON

Terrenal es el nuevo trabajo de Mauricio Kartun, basado en el mito de Caín y Abel

Admirado por jóvenes y mayores, el dramaturgo y director recibió el premio de honor de Argentores

Mauricio Kartun. “El público nunca se ríe de lo mismo que el actor” Textos carlos Pacheco | Fotos Patricio Pidal/aFV

A

caba de recibir el Gran Premio de Honor de Teatro de Argentores y en los próximos días obtendrá el Doctorado Honoris Causa de la UBA. Mauricio Kartun se muestra feliz y, a la vez, sorprendido por estas distinciones. Son días en que, además, está muy movilizado porque estrenó Terrenal. Pequeño misterio ácrata, en el Teatro del Pueblo, una pieza en la que retoma el mito bíblico de Caín y Abel, pero dentro de un contexto particular: el conurbano bonaerense durante la década del 50. El autor de El niño argentino, Ala de criados, Salomé de chacra, por sólo citar sus últimos textos, comienza proponiendo una reflexión sobre lo que significan los honores. “Un

premio de honor no es otra cosa que un premio a aquellas cosas que uno ha elegido honrar –explica–. Me da mucha alegría el premio de Argentores en tanto y en cuanto he honrado aquello que elegí, el teatro independiente, una zona en la que trabajo de manera intransigente, haciendo un teatro con el que he intentado pensar la realidad. El doctorado me da mucha alegría, también, porque elegí enseñar de una forma atípica, trabajando dentro de lo académico con hipótesis extraacadémicas. Entiendo que el honor lo construye uno, es una elección personal. Estos reconocimientos me hacen pensar en el pasado, en la sucesión de aciertos que me llevaron hasta esta situación.” Continúa en la página 2

“Las cosas de la vida van llevando al bandoneón a que siga el derrotero de su primer dueño, esa inmortalidad que bien merecida la tiene.” Raúl Garello habla del bandoneón, pero no de cualquier bandoneón, sino del fueye de Aníbal “Pichuco” Troilo. En 1975, tras la muerte del músico, su viuda, Zita, llamó a Garello para que fuera a su casa. “Tenía todos los bandoneones de Pichuco y me dijo: «Elegite uno y te lo llevás». Yo no sabía qué decir. Pero finalmente me quedé con un Doble A y lo tuve por 30 años. Al principio no lo quería tocar porque era como tener la última guitarra de Gardel”, recuerda. El derrotero del bandoneón siguió. Garello, que había tocado con la orquesta de Troilo desde 1963 hasta su muerte, decidió sacar el bandoneón en los noventa para grabar un solo con el fueye de Pichuco en el tema “Viva el tango”, cantado por el Polaco Goyeneche. “«Fue como si hubiera estado tocando Pichuco», me dijo Horacio Ferrer en ese momento. Todavía tenía esa cosa de la marca de sudor de Pichuco en las correas, y las manos me calzaron a la perfección. Si uno era receptor de ciertas cosas podías llegar a la emoción”, recuerda el bandoneonista, arreglador y director de la Orquesta de Tango de la Ciudad. Después de tener el fueye por más de treinta años, Garello decidió donar el bandoneón de Pichuco a la Academia Nacional del Tango con dos firmes consignas: que el fueye fuera expuesto en una vitrina para que lo pudiera ver todo el mundo y que cada veinte días lo tocara algún músico. Cinco años después, el investigador y productor del tango Gabriel Soria tuvo la brillante idea de convocar a varios bandoneonistas para que grabaran con el fueye de Pichuco sus composiciones. Continúa en la página 2