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Leyes secundarias de la Reforma energética: oportunidad para las energías renovables
E
n diciembre de 2013 el gobierno mexicano aprobó una reforma constitucional para el sector energético que va en contra del desarrollo sostenible: impulsa la exploración y extracción de minerales radioactivos e hidrocarburos como petróleo y gas en aguas profundas así como la generación de energía nuclear, permite la explotación de aceite/gas shale (fracking) y ofrece pocas e insuficientes medidas de apoyo a las energías renovables (solar, eólica, geotérmica, mareomotriz y pequeñas hidroeléctricas). De acuerdo con una investigación de Greenpeace, para el año 2020 la producción de electricidad con fuentes renovables podría cubrir 44% de la demanda energética, y para 2050 este porcentaje incrementaría hasta 93% (1). Con energías renovables, el país podría contribuir a la disminución de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que incrementan el calentamiento del planeta y generan más cambio climático. Las leyes secundarias de la reforma energética, a discutirse en las próximas semanas por el Poder Legislativo, son la oportunidad para estipular reglas y compromisos claros que impulsen las energías renovables y su implementación con justicia social.
Las demandas de Greenpeace
Greenpeace presenta seis demandas que convertirían la reforma energética en un instrumento para fortalecer la generación de energía baja en emisiones de GEI en México y marcan la pauta hacia la seguridad energética sustentable. 1) Definir un plan detallado para garantizar el 35% de energía renovable para el 2024 Las leyes secundarias deben incluir un plan con metas intermedias claras para reducir las emisiones de
GEI que contribuyen al cambio climático -un problema que generaría pérdidas de hasta 6.2% del PIB del país en el presente siglo(2)- y tener criterios social y ambientalmente justos que respeten los derechos humanos de las comunidades donde se implementen proyectos de energías renovables con una consulta previa e informada, respetando la tenencia de la tierra. De esta forma, México podría cumplir con la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y para la Transición Energética promulgada en 2008, que establece una meta de 35% de participación de energía proveniente de estas fuentes para el 2024(3). 2) Aumentar y transparentar el presupuesto para inversión en energías renovables En 2014, los recursos públicos asignados a sustentabilidad y eficiencia energética fueron de menos de 3 mil millones de pesos, incluyendo el Fondo para la Transición Energética, esa cantidad no representa ni el 1% de la inversión en Pemex para la extracción de combustibles fósiles (569 mil millones de pesos)(4). Las leyes secundarias deben cambiar ese escenario, transparentar y aumentar la asignación presupuestal para energías renovables para alcanzar la meta del 35% de energía renovable para el 2024, una tarea que debe estar abierta al escrutinio de la sociedad civil. 3) Prohibir la explotación de aceite/gas shale (fracking) La explotación de aceite/gas shale, también conocida como fracking, violenta el derecho humano de acceso al agua, debido a que el procedimiento para su extracción requiere grandes cantidades del líquido y contamina los acuíferos con metales pesados. El gas extraído procede de un mineral llamado lutita que es un recurso no renovable, sucio y que contribuye al calentamiento global.
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4) Garantizar que la reforma energética esté vinculada a todos los compromisos del gobierno relacionados a preservación ambiental y cambio climático La legislación secundaria debe garantizar que todas las acciones relacionadas con la reforma energética sean congruentes con los acuerdos y compromisos, nacionales e internacionales, para la preservación ambiental y la lucha en contra del cambio climático. 5) Reglamentar la generación distribuida de energía renovable con incentivos fiscales a productores Siguiendo el modelo de países como Alemania y Dinamarca, las leyes secundarias deben reglamentar la generación distribuida de energía renovable ofreciendo incentivos fiscales a todos los que generen más energía de la que consumen, para estimular a individuos y empresas para invertir en alternativas como la energía solar y eólica, reduciendo a largo plazo sus gastos en electricidad y garantizando subsidios cuando devuelvan energía a la red eléctrica. 6) Definir a los gases de efecto invernadero (GEI) como una externalidad de la producción de energía procedente de combustibles fósiles y atribuir valor financiero a su impacto Las leyes secundarias deben definir a los GEI como una externalidad de la producción de energía y atribuir un valor financiero a sus impactos con mecanismos como impuestos y multas para aquellos que contaminan y de esta forma desincentivar la emisión ilimitada de estos gases, producto del consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) que generan gran impacto negativo en la economía y en el medio ambiente.
Notas: 1. Greenpeace. 2013. [R]Evolución energética. Una perspectiva sustentable sobre la energía en México. Disponible en: http:// www.greenpeace.org/mexico/Global/mexico/Docs/2013/GP%20 E%5bR%5d%20mexico%20WEB.pdf 2. Gobierno Federal de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2009. La economía del cambio climático en México. Disponible en: http://www.eclac.org/dmaah/noticias/paginas/2/35382/Sintesis2009.pdf 3. Cámara de Diputados. 2008. Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LAERFTE.pdf 4. Cálculos propios basados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2014. Disponible en: http://www. apartados.hacienda.gob.mx/presupuesto/temas/pef/2014/index.html