LA REGLA DE ORO Lucas 6:27-42 Por Bryan Smith INTRODUCCIÓN: Reciprocidad – esta palabra describe la norma que por lo general dirige en el comportamiento humano. Si alguien nos trata bien, nosotros también les tratamos bien, pero si alguien nos trata mal, sentimos que podemos responder con mal. En inglés hay un dicho que dice, “si tú me rascas la espalda, yo te rasco la tuya.” Quizás el dicho equivalente en español sería “pagar con la misma moneda.” Y así es natural que tratemos a la gente. Pero cuando Cristo vino a la tierra, él nos enseñó una manera completamente diferente de cómo debemos vivir, y cómo debemos tratar a las personas que nos rodean. Se puede resumir con la regla de oro: Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. Lucas 6:31 (NVI) Si todos podríamos vivir nuestras vidas con esta regla en mente el mundo sería muy diferente, ¿verdad? Dios nos ha llamado a ser diferentes a los que todavía son dirigidos por el sistema de este mundo. El cambio tiene que empezar con nosotros. Conforme nosotros vamos aplicando estos principios a nuestras vidas y permitiendo que Dios cambie nuestras vidas y actitudes, el mundo verá algo diferente, más personas se acercarán a Cristo, y el mundo cambiará. Pero tiene que empezar el cambio en nuestros corazones. Va en contra de nuestra naturaleza humana, por eso tenemos que depender de Dios para poder vivir de esta manera. Pablo resume este tipo de vida con estas palabras: 17
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:17-21
* Leer Lucas 6:27-42 * Orar * Bosquejo: I. Introducción (1:1-4) II. Historias de nacimiento y niñez (1:5-2:52) III. Preparación para el ministerio de Jesús (3:1-4:13) IV. El ministerio galileo de Jesús (4:14-9:50) A. La primera fase (4:14-6:16) B. El gran sermón de Jesús (6:17-49) C. Su ministerio hacia varias necesidades humanas (7:1-9:17) D. El punto culminante del ministerio galileo (9:18-50) I. AMANDO A NUESTROS ENEMIGOS (Vv. 27-36) A. Un amor incondicional (vv. 27-31) 1. Este es el amor agape – el amor que no tiene condiciones y ama sin importar como es tratado 2. Este tipo de amor: a. Hace bien a los que odian b. Bendice a los que maldicen c. Ora por los que tratan mal y hablan mal de uno d. No busca venganza cuando uno es herido físicamente e. Da libremente a los necesitados sin esperar nada a cambio 3. Este es el amor que Dios nos muestra a través de su Hijo Jesucristo:
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8 4. Este amor se resume con la regla de oro (v. 31) a. Esta regla de oro funciona bien porque todos sabemos cómo quisiéramos que nos trataran. *¡OJO! – No dice que tratemos a otros como nos traten - eso es una mentira satánica. De hecho, en la “Biblia Satánica” hay lo que se llama la “regla dorada modificada” que dice “trata a los demás como te traten a ti” b. Mateo dice en el pasaje paralelo, Mateo 7:12, que “esto es la ley y los profetas” c. Si viviéramos siguiendo esta regla, lograríamos muchísimo d. ¿Cómo se ve esta regla en acción? Ayúdenme. B. Un amor diferente (vv. 32-34) 1. Este amor es diferente a lo que vemos en el mundo en que aun pecadores: a. Aman a los que les aman b. Hacen bien a los que les hacen bien c. Prestan a los que les prestarán o a los que les pagarán con intereses *(Esta descripción del amor de “pecadores” o el mundo me recuerda de la “regla dorada modificada” satánica) 2. Nuestro amor debe verse diferente al amor del mundo 3. Este tipo de amor se describe otra vez en los próximos versículos como: C. Un amor misericordioso (vv. 35-36) 1. Este amor, en comparación al amor del mundo: a. Ama al enemigo, no solo a los que le aman b. Hace bien a todos, no solo a los que le hacen bien c. Presta sin esperar nada a cambio, aun ser pagado, mucho menos con intereses 2. Este amor es recompensado por Dios 3. Este amor demuestra que somos hijos de Dios, porque él es bueno y misericordioso con los ingratos y malos, ¡incluyéndonos a nosotros! Todo el mundo, y los regalos preciosos de la vida son para todas las personas, no solo los “buenos”. 4. ¿Cómo podemos mostrar este tipo de amor a nuestros enemigos? II. NO JUZGANDO A NUESTROS HERMANOS (Vv. 37-42) A. Recibiremos lo que damos (vv. 37-38) 1. En otras palabras: 7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Gálatas 6:7-10 *Ejemplo de unas semillas – (mostrar unas semillas) Es una ley de la naturaleza que cualquier semilla que yo siembre, eso mismo voy a cosechar. No puedo sembrar maíz y esperar cosechar trigo. No funciona así. 2. En nuestro pasaje entonces dice que: a. Si damos juicio, recibiremos juicio b. Si damos condenación, recibiremos condenación c. Si damos perdón, recibiremos perdón d. Si damos generosamente a otros, recibiremos generosamente 3. Usa la ilustración de un vendedor justo de esos tiempos que te daba una medida justa. Hasta apretaban, sacudían, y llenaban hasta que se desbordaba para asegurar que la medida era buena. 4. Si nosotros usamos ese principio para tratar a otras personas, recibiremos nuestra recompensa, pero si tratamos a la gente con una medida falsa, también recibiremos lo que merecemos. B. Tres ilustraciones del juicio
1. El ciego guiando al ciego (v. 39) a. Cuando queremos juzgar a otros, somos como un ciego guiando a otro ciego. Nosotros mismos tenemos fallas, y queremos enderezar a otros. ¡Los dos caeremos! b. Mejor permitir que Cristo, el que devolvió la vista a los ciegos y la luz del mundo, juzgue y endereza a nuestros hermanos. 2. El discípulo y su maestro (v. 40) a. Cuando juzgamos, nos ponemos en el rol de un maestro, pero un discípulo sólo llegará al nivel de su maestro, y ese nivel tiene sus límites con nosotros. b. Mejor permitir que Cristo, el gran Maestro, nos enseñe a todos. Con él no hay límites. Es nuestro ejemplo perfecto. 3. La paja en el ojo (vv. 41-42) *Ejemplo: Mostrar una astilla y una viga a. Cuando juzgamos a alguien por algo, muchas veces somos culpables de lo mismo, o peor, y queremos señalarlo en otros. b. Me imagino que los oyentes de Jesús se rieron con esta ilustración, pero quizás una risa nerviosa, sabiendo que así lo hacían a veces. c. A veces somos muy buenos en señalar las faltas de otras personas, pero no nos enfocamos en lo que nosotros mismos tenemos que cambiar. *(El codazo o la mirada) C. Pensando en nuestra vida 1. Hay muchas áreas donde esto nos puede afectar. ¿Me pueden ayudar a nombrar algunas? (el hogar, el matrimonio, la familia, el trabajo, la iglesia, etc.) 2. Cada uno de nosotros tenemos que enfocarnos en nuestras propias vidas, y lo que Dios quiere hacer en nosotros. Daremos cuentas a Dios de nuestras vidas, no de otra persona: 12
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Romanos 14:12
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: El mundo nos está viendo como seguidores de Cristo e hijos de Dios. ¿Qué es lo que están viendo? ¿Ven algo diferente en nosotros? ¿Ven un amor ferviente entre nosotros, y un amor misericordioso hacia los que nos dañan? 34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:34-35
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