Espectáculos
Página 8/Sección 4/LA NACION
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Domingo 11 de mayo de 2008
TEATRO (En el mundo )
Por Pablo Gorlero
■ Inocencia y tap. No, No, Nanette es una de esas clásicas comedias musicales norteamericanas que tienen la perfecta combinación de tap, canciones pegadizas, gracia, humor y números coreográficos que le garantizan un atractivo al público. Fue uno de los disparadores de la comedia musical cuando se estrenó, en 1925, y tiene muchísimos adeptos. Tal es así que en otros musicales como Los productores, hay guiños cómplices a esta obra, que sólo captan los fanáticos. Se acaba de reestrenar en el City Center, de Nueva York, en el ciclo Encores! Great American Musicals in Concert, del que salieron musicales que luego llegaron a Broadway. El inocente libro original de Otto Harbach y Franc Mandel fue revisado en los años 70 por Burt Shevelove, y adaptado nuevamente por David Ives, la versión que tomó el director Walter Bobbie, que llevó su “encore” de Chicago a Broadway, donde permanece desde hace 12 años. Es decir, es una adaptación de una adaptación. Sandy Duncan es quien interpreta el rol que otrora hizo Ruby Keeler. Cabe recordar que la obra tiene dos de las canciones más adoradas por los amantes del musical romántico de los años 20: “Té para dos” y “I Want to Be Happy”. Las letras son de Irving Caesar y Harbach y la música de Vincent Youmans.
* * * ■ Catalanes en Madrid.
En el teatro Lope de Vega, de Madrid, acaba de estrenarse La cena, de Albert Boadella, el 33er. trabajo del grupo catalán Els Joglars. Es una locura que gira en torno de unas supuestas “Jornadas Internacionales para la sostenibilidad del planeta”, un evento por celebrarse en el lujoso Parador Nacional y en el que asistirán grandes figuras de la política medioambiental para debatir sobre el cambio climático. Además de los trascendentales temas por tratar en la conferencia, los organizadores oficiales ponen todos los medios y su máximo interés en la cena de clausura donde proyectan ofrecer una exhibición de recetas originales relacionadas con el tema. El menú de la cena estará a cargo de un gran genio mundial de la gastronomía cuyo prestigio y fama en la nueva cocina climática parecen indiscutibles. Las especiales y costosas condiciones que exige el genio para preparar el ágape son aceptadas dócilmente por los dirigentes en aras de crear un antes y un después de la singular cena. Con ella sus organizadores pretenden dejar un recuerdo imborrable entre los participantes para que España figure como nación puntera en la política de Medio Ambiente. Los intérpretes son Jesús Agelet, Xavier Boada, Jordi Costa, Ramón Fontseré, Minnie Marx,
Para acercarse a Miguel de Cervantes Saavedra Muy buena
★★★★
Cervantes, versión de un texto de María Teresa León, con José Luis Sánchez. Construcción y diseño de objetos, y dirección: Román Lamas. Al piano, Natalia Lamas. En La Manufactura Papelera, Bolívar 1589, hoy y el próximo domingo, a las 17. Duración: 50 minutos.
AP
excepcionales por su personaje protagónico de Conduciendo a Miss Daisy, que se estrenó en el teatro John Houseman, del Off Broadway, en 1987. En esta producción, a Freeman lo acompañan Frances McDormand, Peter Gallagher, Chip Zien, Remy Auberjonois Anna Camp y Lucas Caleb Rooney.
Una escena de la obra La cena, de la compañía catalana Els Joglars, en Madrid
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EFE
Lluis Olivé, Pilar Sáenz, Xavier Sais y Dolors Tuneu. * * * ■ El regreso de un actor. Morgan Free-
AP
Morgan Freeman regresó a Broadway, luego de 18 años, para estrenar The Country Girl
man volvió a Broadway luego de 18 años (su último trabajo había sido La fierecilla domada), para meterse en la piel de Frank Elgin, en la obra The Country Girl (La campesina), escrita por Clifford Odet, estrenada en 1950, y revivida por el cineasta y director Mike Nichols en el teatro Bernard B. Jacobs. Estará en cartel hasta el 20 de julio y cuenta la historia de un otrora astro del teatro, librado a su suerte en su vejez y casado con una chica campesina. El debut de Freeman en Broadway fue en una versión de Hello, Dolly! de 1967, que se hizo con actores de raza negra. El trabajaba como reemplazo de Rudolph, uno de los personajes coprotagónicos. Se especializó en clásicos de la dramaturgia, pero obtuvo unos comentarios
Nathan Gunn, como Lancelot, arrodillado ante Gabriel Byrne, como el rey Arturo, en Camelot
no puede cantar ni bailar, pero Gabriel Byrne tiene encanto y lo demuestra encarnando al rey Arturo, en Camelot”, dijo el crítico de Associated Press, sobre el protagonista de la nueva versión del musical de Lerner y Loewe, que volvió absolutamente sajona la tradicional leyenda celta de Arturo, Ginebra y Lancelot. Luego de interpretar al atormentado Dr. Paul Weston, en la serie In Treatment, de HBO, el actor irlandés volvió al teatro para protagonizar este musical, con 70 músicos, en el Avery Fisher Hall, del Lincoln Center. No es un experto en musicales así que parece que Byrne eligió “hablar” la mayor parte de las letras de la obra. Su reina, Ginebra, no tiene problemas en cantar. Marin Mazzie tiene currículum en Broadway: Kiss Me, Kate, Ragtime y Spamalot; entretanto, la testosterona de Lancelot fue puesta por el barítono Nathan Gunn. Pero el elenco también incluye a otros famoAP sos: Christopher Lloyd, como Pellinore; y “la niñera” Fran Drescher, como Morgana.
Ana María Stekelman convierte a la pieza en un ballet clásico bien porteño
★★★★
seño escenográfico de Tito Egurza, que construye mediante imágenes una sucesión ininterrumpida de arquitecturas visuales, recurso que se ve subrayado por la iluminación de José Luis Fiorruccio, sobre todo en el juego de los contrastes. En el vestuario, Renata Schussheim acierta una vez más con los diseños, modelos y colores que le permiten ajustarse a las épocas señaladas sin desentonar en ningún momento y despliega su imaginación con los trajes de la murga y los candomberos. En cuanto a la música, Sergio Vainikoff elaboró una partitura variada en la que por momentos se reconocen sonidos folklóricos y tangueros. Resulta atractiva tanto la línea melódica como la armónica, sobre todo por la presencia en escena de los Tamboreros del Río de la Plata, con una variedad de instrumentos de parche que
José Luis Sánchez y su Cervantes
Con perfecta dicción, expresividad corporal y los recursos de un eficaz titiritero (su profesión), José Luis Sánchez despliega una síntesis de la novela original de María Teresa, valiéndose de sus habilidades mímicas y vocales, y de un muñeco que encarna al autor de Don Quijote de la Mancha. Presencia inquietante la de este muñeco, verdadero protagonista de la obra, con una formidable carga de humanidad doliente y una alucinante presencia física. En torno de él y en las manos y en la voz de Sánchez, luces, viejos libros, papeles, vendas, un tenue fondo musical, van construyendo, con un interés sin pausa, una vida azarosa y una novela inmortal, que nunca deja de ser actual para sucesivas generaciones. Este Cervantes confirma el dicho popular de que el mejor perfume viene en frasco chico.
Ernesto Schoo
RADIO
La trágica historia de Felicitas Felicitas. Amor, crimen y misterio. Con Cecilia Figaredo, Lucas Segovia, Benjamín Parada, Raúl Candal, Soledad Drago, Lucas Oliva, Jonatan Luján, Valentín Fernández y el Ballet Argentino, con dirección de Julio Bocca. Guión: Elio Marchi. Música: Sergio Vainikoff. Diseño de vestuario: Renata Schussheim. Diseño de escenografía: Tito Egurza. Diseño de iluminación: José Luis Fiorruccio. Producción artística: Lino Patalano. Coreografía y puesta en escena: Ana María Stekelman. Duración: 90 minutos. En el Opera.
En la frondosa cartelera porteña de los fines de semana, corre el riesgo de pasar inadvertido este mínimo, encantador espectáculo. Mínimo en las dimensiones: unipersonal, interpretado con escasos accesorios, con una duración de menos de una hora. Pero grande en las intenciones y en los logros, porque a partir de un texto de María Teresa León, la primera mujer del poeta Rafael Alberti y notable escritora por derecho propio (que falleció en España, no hace mucho), se trata de narrar la vida y la obra maestra de Miguel de Cervantes Saavedra, a quien el subtítulo de la obra define como “el soldado que nos enseñó a hablar”.
■ El rey Arturo. “El
DANZA
Muy bueno
Un pequeño espectáculo de muy grandes logros
Mara Davis y el elenco de la producción de los Encores! No, No, Nanette, en el City Center, de Nueva York
aportan su buena dosis de energía. Finalmente, la interpretación y en este sentido Cecilia Figaredo vuelve a exponer su talento al encarar el estilo clásico con una emoción vibrante y sensual. Domina la levedad como pocas, hasta el punto de que, por momentos, parece estar suspendida en el aire. Es etérea, pero también carnal. Los bailarines masculinos, tanto Lucas Segovia como Benjamín Parada, demuestran muy buena técnica y expresividad, pero les falta transmitir la potencia de esos sentimientos que emanan del juego pasional. Raúl Candal, más allá de sus dotes de bailarín, está magnífico con su dominio y su prestancia escénicos. El protagoniza a la muerte en una escena de gran belleza visual. Algo similar ocurre en la secuencia de la tormenta donde Candal, Cecilia Figaredo, Soledad Drago y María Eva Prediger, impecables todos, interpretan una coreografía de brillante resolución estética, apoyados en el sonido de los tambores. El elenco del Ballet Argentino aprovecha su momento de lucimiento al tiempo que demuestra una armónica labor de conjunto. En la hechura final, se nota la mano creativa de Ana María Stekelman, no sólo por el diseño coreográfico, sino también por la puesta en escena que convierte a Felicitas en un ballet clásico porteño.
Cuando la complejidad de las artes escénicas (danza, teatro, ópera) está resuelta en una conjunción perfecta, entonces se está ante un hecho artístico de envergadura. Es lo que sucede con Felicitas, ballet que relata la historia de Felicitas Guerrero, una joven porteña enfrentada a su destino trágico por la muerte de su familia y por un mal amor. Ubicada la acción en Buenos Aires, la historia se remonta a 1860, continúa en 1872 y reaparece en 1950, para señalar la eterna vigencia de las pasiones humanas. El guión, muy hábilmente desarrollado, hace innecesaria la palabra frente a la elocuencia de una coreografía que sorprende por el logro que se obtiene al encarar el estilo clásico con matices muy modernos. A esto se suma el di- Cecilia Figaredo y Raúl Candal, en una escena de gran belleza visual
HERNAN ZENTENO
Susana Freire
(Protagonistas )
Por Alicia Petti
Cómo entrar en sintonía con el medio Portugal y Yudchak, los autores FERNANDA COIRBANI
Se editó una guía práctica para interesados en emprender proyectos radiales Hacer radio, guía integral: cómo se hace un programa de radio, paso a paso, escrito por Mario Portugal y Héctor Yudchak, es una guía que incluye todas las cuestiones imprescindibles para resolver a la hora de emprender un proyecto radial. Portugal (48 años) es periodista, locutor y docente; trabajó en varias emisoras y hoy conduce por Del Plata los domingos por la noche Semanario 1030. Yudchak (47), es periodista, experto en talleres de radio y periodismo, autor de El diario y la radio van a la escuela; actualmente es director de Modernización en el municipio de Lanús. “Este proyecto –dice Yudchak– surge de la observación sobre las miles de radios que hay en la Argentina y las decenas de miles de personas que quieren hacer radio. Un fenómeno que no parece detenerse. Desde la explosión del fenómeno de las radios zonales, apareció un espacio posible para que la gente usara. Hay una gran avidez por hacer radio y a mucha de esa gente le faltan el oficio y algunos conocimientos específicos: desde la distancia con el micrófono hasta cómo se hace una entrevista radial. No están todas las respuestas, pero sí creemos que sirve para hacer mejor un espacio radial.”
–¿Podría decirse que es una suerte de vademécum radial? Portugal: –Nelson Castro, que es el prologuista del libro, dijo que va a ser un libro de catálogo. Alfredo Leuco señaló que a partir de ahora íbamos a tener los libros básicos de la radio: los de Ulanovsky y Hacer radio... Creo que los de Ulanovsky, excelentes, por cierto, son más históricos. El nuestro pretende significar cómo hacer radio. Yudchak: –Es un libro de texto, e incluye un aspecto que habitualmente no se trabaja en las academias, que es el económico. El tema es fundamental: hay que conseguir los recursos para hacer un programa. –Es un tema discutido, quizá por la arbitraria compra y venta de espacios radiales. Yudchak: –Sabemos que hoy en día hay programas independientes perfectamente hechos por profesionales de trayectoria. Esa es la esencia del libro. Queremos que se haga la radio con calidad y respeto por el oyente y con producción, pero es necesario también observar y darle una guía a quien va a salir a vender su producto, porque no es fácil venderse. Y también hablamos acerca de cómo se obtienen recursos o de cómo se arma una tarifa para salir a vender.
Portugal: –A eso le agregaría la capacitación, que me parece fundamental, el respeto y la pasión por la radio. Y no solamente nos referimos a los medios privados, porque también contamos nuestra experiencia en la radio pública y cómo mejorarla. También nos ocupamos de las radios universitarias y de las emisoras de baja frecuencia. –El libro contiene testimonios de grandes figuras de la radio. Portugal: –Decimos que es un seleccionado, aunque no pretendemos hacer la historia de la radio. Decidimos reunir a referentes de la radio, gente escuchada por públicos de todas las edades, desde Sebastián Wanraich hasta Betty Elizalde. Yudchak: –Creo que el libro brinda un buen camino para quien quiera ingresar al mundo de la radio desde el aspecto de la producción, cómo hacer el programa o incluso desde afuera, desde la coordinación: todos los roles de la radio están contemplados. También hay información interesante como el listado de emisoras disponibles con sus teléfonos y frecuencias. Esto es para que todo aquel que quiera hacer su programa sepa adónde ir, y aportamos herramientas para la era digital, que le dan una autonomía interesantísima al profesional.
