Turismo
Página 12/Sección 5/LA NACION
[TENDENCIAS ] Virtualmente
La hora del ciberturismo Una nueva generación de sitios más completos y realistas invita a viajar
A China o Egipto, con unos cuantos clics
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ADRID (El País).– El dragón de la mueca histriónica no es una buena bienvenida. Ahí, en medio del inmenso patio gris, con esos pelos de punta y la mirada hueca, impone. Eso es lo que ha helado la sangre del eunuco. Podría ser un dragón maldito. ¿Una señal de los cielos? ¿Lo habrá mandado colocar el emperador? Peores cosas se han visto en la Ciudad Prohibida de Pekín. Bah, que sea lo que tenga que ser. El eunuco, gorro, casulla y lazo al cinto, se envalentona. Entra al templete de columnas rojas y silencio mortuorio. Mira a un lado y otro. El pasadizo está cerca. Ningún soldado a la vista. Menos mal. En la China del siglo XVII, un domingo a las 15, podría haber pasado cualquier cosa. El torneo de tiro con arco está al otro lado, tras el bosque de columnas, dorados y rojos. Es el objetivo. Avance, por favor. En la España del siglo XXI, el mismo día a idéntica hora, el panorama de una familia sentada en un sofá es más soporífero. Afuera llueve. Adentro, la televisión dispara imágenes sangrientas de Gaza. El eunuco lanza la flecha y traba amistad con una doncella. “Hola, ¿quieres conocer al emperador?”, le pregunta. El, que no se ha visto en otra ocasión mejor, acepta conocer a su todopoderoso amo, señor de todo lo que ha visto en la vida. La familia mira donde quiere. Este fin de semana no ha habido escapada, pero la computadora despliega un mundo de una estética diferente, de una época misteriosa, de un exotismo reluciente. La página www.beyondspaceandtime.org, puesta a punto por IBM, propone tours por la China más imperial. Esta sólo es la punta del iceberg. Un buen puñado de portales se ha lanzado en los últimos meses a eliminar las fronteras entre tiempo y espacio con los ciberviajes. No hace falta moverse. Algunos de ellos incluyen un avatar o personaje creado por cada usuario (el eunuco, por ejemplo) para aportar mayor realismo. Inmersión instantánea. Así que uno pasear, sentirse cosmopolita, traspasar los siglos como quien corre una cortina. Con todo lo que eso implica: interacciones y emociones.
En otra dimensión Señor emperador, mis respetos. La puerta de la Armonía Suprema de la Ciudad Prohibida se cierra. Espera el río Dorado. Un mapa se despliega y el eunuco decide explorar el palacio. Luego echará una partida de weiqi, un juego de mesa chino, con un viejo
de perilla relamida que es más listo que el hambre. Le ganará, por cierto. IBM, que ha tardado tres años en reconstruir meticulosamente este espacio turístico y ahora de fantasía, se ha autoproclamado líder en mundos virtuales. Y es cierto que éste es el primero dedicado a la herencia cultural de un país. Henry Chow, presidente de IBM en China, designa a los suyos casi como visionarios: “Esta iniciativa lleva la experiencia online a un nuevo nivel de innovación con ricos contenidos, historias educativas y aspectos sociales y comunitarios que representan la próxima generación de aplicaciones en 3D”. Pero el gigante informático se ha quedado con ganas de más: ya planea otro entorno parecido
Por los museos
Si los turistas y los museos van indisociablemente unidos, en los recorridos por Internet no va a ser menos. Los de El Cairo, el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre de París, el MoMA de Nueva York y el Thyssen de Madrid apuestan en sus sitios por recorridos virtuales por cada sala. Incluso se puede mirar de cerca algunas de las obras más importantes y escuchar explicaciones. El arte es un filón y así lo ha visto www.eternalegypt.org, donde uno puede sentirse un faraón al contemplar animaciones sobre cómo se construyeron las pirámides de Giza, webcams sobre el valle de Karnak y visiones tridimensionales de bustos de la época.
para la biblioteca del Vaticano y las pirámides de Egipto. Google, siempre con las pilas cargadas, no pierde detalle. Ha puesto sus ojos sobre las piedras de una civilización cuya expectación jamás acaba. Prepárate para explorar la ciudad como nunca antes la habías imaginado es el lema. El proyecto, dentro de su monstruo Google Earth, es mareante: la reconstrucción de Roma tal como era en el año 320 antes de Cristo, con más de 6000 edificios en 3D. Casi tesela a tesela. “Es la primera vez que incluimos una ciudad antigua en Google Earth. Volver atrás en el tiempo presenta nuevos retos”, ha destacado Bruce Polderman, product manager del subproducto. Los usos educativos no han tardado en aparecer. “Es
la creación de una máquina del tiempo virtual que nuestros hijos y nietos usarán para estudiar la historia”, ha matizado Bernard Fisher, director de Rome Reborn, proyecto de la Universidad de Virginia que ha proporcionado los datos para la reconstrucción. El vuelo rasante deja a Pablo, de 8 años, con los ojos como platos. “¿Y yo qué soy, gladiador o esclavo?”, inquiere mientras se asoma al interior del Coliseo. La imagen se acerca en un zoom a ras de las gradas. No hay muros destruidos, sino un enorme anfiteatro, orgullo de una metrópoli. “¡Sí, gladiator!” Pablo entra en el foro de Julio César, admira el Tabularium y aprende, a través de unos paneles informativos, que el río Tíber se desbordó el día de la inauguración del teatro Balbo y muchas de las personalidades tuvieron que llegar en barco hasta la puerta. El fenómeno acaba de aterrizar. Esta nueva generación de mundos virtuales es hija de una familia bien. El padre fue Second Life, con sus otras vidas que incluso gastaban dinero, y la madre fue Google Earth, con sus paisajes a vista de pájaro. El vástago les ha salido trotamundos. Sus hermanos mayores fueron las vistas panorámicas, como la de 360 cities, de Google Earth, con la que se puede obtener la fotografía panorámica de un paisaje que introduce al espectador en otra dimensión. Las maquetas de ciudades como la de Nueva York, Google Earth, han enganchado a una legión de entusiastas. Sin embargo, los cibertours aún andan a gatas. Las propuestas necesitan un tiempo que a la generación de Internet le parece siglos. El documental y el videojuego se acercan. La prueba es Hiroshi, uno de los álter ego que ofrece www.jneys.com, un sitio aún en fase alfa, por lo que puede dar lugar a fallos. Necesita algunos meses más. Hiroshi es un estudiante japonés fuera de casa. Tiene un violín, una pasión desmesurada por las matemáticas y unos tirantes que le sujetan los pantalones. Se mete las manos en los bolsillos. El reclamo de Jneys es: “Sé el mejor viajero desde la facilidad de tu silla”. Veamos. Hiroshi adquiere su propio vehículo, un globo aerostático, y parte rumbo al sur de España. Entre las rutas que le ofrecen elige visitar los puntos clave para practicar surf. Los escenarios son fotografías de calidad que incluyen notas. Hiroshi se ha cansado de olas y tira para Sevilla. Facilidad para desplazarse hay, desde luego. © EL PAIS, SL
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Domingo 8 de febrero de 2009