Viernes 8 de enero de 2010
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la contra
lasituación
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EN EL NOMBRE DEL PADRE
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EL PODIO DE PALERMO
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LAS POLLAS
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EL DEBE
Juan Carlos (h) y Carlos Daniel, relajados después de un gran año para los dos // CA R LOS
LA R ES
La dinastía Etchechoury Carlos Daniel y Juan Carlos (h) dominaron las estadísticas de San Isidro y Palermo, respectivamente Por José Maestre De la Redacción de LA NACION anar la estadística de un hipódromo no es algo sencillo para los entrenadores, por eso la importancia que los profesionales le dan al hecho. Que además sean dos hermanos los que por segundo año consecutivo dominen en Palermo y San Isidro, ya es algo que se sale de lo común. En charla con LA NACION, Carlos Daniel y Juan Carlos Etchechoury (h.), Dany y Carly en el ambiente del turf, hablan sobre su exitoso 2009. –¿Qué les produce ganar la estadística? Dany –Uno no va pensando en la estadística hasta que vas llegando a fin de año y se va dando; ahí valorás el esfuerzo y los buenos resultados que hubo. Ves que estás cerca y es bueno. No la buscás, pero una vez que la lográs se le da mucho valor. Es muy importante para todo el equipo. Carly –Ganar la estadística significa que durante el año ganamos bastantes carreras. No pienso durante el año en ganar la estadística. Trabajo para cubrir las expectativas que tienen los propietarios, que son los que apoyan para que logres todo esto. Eso, sin querer, te va llevando a lo otro, obviamente que es lindo ganarla. –¿Estar primero para que te den más y mejores caballos? Dany –Creo que cuando lográs una estadística ya tenés una base hecha de buenos caballos y propietarios. Ganarla te sirve para mantenerte y lograr que sigan confiando en vos. Indudablemente tenés
G
que estar muy bien apoyado; no lo lográs sólo con cantidad de caballos. La más importante es la estadística clásica. Carly –Indudablemente, ganar carreras, sacar buenos caballos, y ganar una estadística ayuda a que la gente te mire de una manera diferente. *
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A los fines numéricos de una tabla, las carreras poco importantes valen tanto como un Carlos Pellegrini, pero para los entrenadores tienen un gusto diferente. Y los Etchechoury no son la excepción. Aunque ambos tuvieron suertes dispares en este aspecto. Dany: “Para mí la más importante es la estadística clásica. Este año gané más de treinta clásicos y además tuve la suerte de meter tres G1 en el día de las estrellas”. Carly: “Yo creo que más que nada importa ganar los clásicos. A mí, personalmente, me faltó un poquito de eso. Se ganaron carreras y estuve muy cerca de repetir lo del año pasado, que fue el mejor, pero me hubiese gustado ganar otro clásico. Tenía a Carisma Gulch, Bombón Suizo o Snapy Halo, con el que gané las Estrellas, pero después se vendió”. La llegada de los hermanos Etchechoury al tope de las estadísticas desplazó dos nombres que habían dominado la escena turfística en los últimos años Roberto Pellegatta en Palermo y Juan Carlos Maldotti en San Isidro. Dany: “Siempre me tocó estar cerca, segundo de Pellegatta o Maldotti. Después me empecé a llenar de caballos y propietarios y entonces pude estar más arriba. Si se piensa en los primeros años cuando arrancamos es
Juan Javier, el tercero de los Etchechoury Juan Javier es el más joven de los hijos de Pochi Etchechoury, y se hizo más al lado de sus hermanos, Carly y Dany, que de su consagrado padre. Estuvo unos años en Maroñas, contratado por La Pomme, y de regreso a nuestro país prepara la mayoría de los ejemplares del stud Rubio B. en Palermo.
increíble estar ahora acá. Es una gran satisfacción”. Carly: “Los dos son entrenadores muy buenos que tienen muy buena caballada y es una enorme alegría estar primeros porque sabemos que competimos con dos grandes cuidadores. Si entramos segundos de ellos también está bueno. El tema es poder mantenerse. Es lo más importante, ver que van pasando los años y nosotros estamos ahí…” *
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–¿Qué esperan para 2010? Dany –Me acuerdo cuando terminé el 2008, que había sido muy bueno y, pensaba cómo iba a encarar el 2009. Al final fue un año brillante. Lo importante es tratar de mantener el nivel porque hay mucha gente que confía en uno. El objetivo es ése, mantener el nivel de lo que se está haciendo. Carly –Se ganaron carreras y estuve muy cerca de repetir lo del año pasado que fue el mejor. Lo que está pasando en los últimos años es que los buenos caballos se venden apenas empiezan a destacarse y a uno le gustaría tenerlos un poco más. Eso te quita un poco la posibilidad de hacer una campaña más duradera, más divertida, y llegar a los grandes premios, pero soy consciente de que también es necesario para que el propietario gane y siga invirtiendo en esto. Los Etchechoury saben que hoy están en un lugar privilegiado y que, como en todo, lo más difícil no es llegar sino mantenerse. Por eso, cuando tienen que elegir una frase final para cerrar esta nota ambos coinciden en el mismo deseo: seguir ganando carreras.
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Juan Carlos Etchechoury, el padre de Carlos Daniel y Juan Carlos (h.), es un entrenador que ganó innumerables estadísticas en Palermo y San Isidro. De 1979 a 1990 fue primero en San Isidro, con la única excepción de 1988. Además obtuvo la del Argentino en 1992, 1994 y 1995. Carly resume el sentimiento de los hermanos hacia su padre: “Todos nosotros nos debemos al gran padre y maestro que tuvimos en esto. Un grande al enseñarnos la profesión y cómo hay que caminar en la vida. El fue un entrenador que ganó todo y ahora descansa cuidando algunos pocos caballos suyos y de sus amigos. Y yo sé que se siente orgulloso y está contento con este presente que nos toca vivir a nosotros”.
La tabla del hipódromo de Palermo muestra una particularidad que es difícil de encontrar en cualquier lugar del mundo: tres hermanos en las primeras colocaciones. Al frente, Juan Carlos Etchechoury (h.), en segundo lugar Carlos Daniel y tercero Juan Javier, el menor de los hermanos.
Como si se hubieran puesto de acuerdo para darle una alegría a su padre, Dany y Carly se repartieron las Pollas de Palermo. El primero ganó la de Potrillos con el zaino Don Valiente y, una semana después, su hermano se quedó con la de Potrancas, de la mano de La Severa.
Un denominador común en las personas que consiguen grandes éxitos es la autoexigencia y la ambición. Por eso al momento de hacer un balance del gran año que tuvieron, los Etchechoury no se olvidaron de lo que les quedó en el tintero. Carly expresa principalmente que hubiera querido ganar más clásicos y Dany, que arrasó con la estadística clásica, sigue recordando que tiene su propio Moby Dick y es la copa que nunca pudo levantar: la del Gran Premio Nacional.
LOS PROPIETARIOS Durante toda la nota ambos profesionales se preocuparon por destacar la importancia de un personaje insoslayable para cualquier entrenador: el dueño del caballo de carrera. Sin ellos, coincidieron ambos hermanos, no se podría lograr nada y a su vez el propietario busca al mejor cuidador para confiarle su ejemplar. Probablemente muchos se guíen para su elección mirando las estadísticas anuales.