Exterior
Página 2/LA NACION
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Lunes 29 de enero de 2007
De la guerra
De la posguerra
Los peores días de la posguerra
TURQUIA
• 28 de enero de 2007
Najaf
• 23 de noviembre de 2006
1000 a 3000 muertos
Más de 250 muertos
• Ubicación
Seis coches bomba y ataques de mortero dejan 202 muertos en Sadr City, suburbio chiita de Bagdad.
El 5 de abril de 2003 las tropas norteamericanas rodeaban Bagdad. Una columna blindada realizó una incursión de tres horas hasta el centro de la ciudad y mató a su paso a entre 1000 y 3000 iraquíes.
Fuerzas iraquíes y norteamericanas se enfrentaron en Najaf con milicianos de la insurgencia y mataron a, por lo menos, 250 rebeldes.
• del 20-1-2003 al 1-5-2003
Mosul
160 km al sur de Bagdad, a orillas del Eufrates
160 km
Kirkuk
• Población 600.000 habitantes, hasta 2003 (equivalente a La Plata)
• Fundación Año 791
Karbala
Najaf Nasiriyah Basora ARABIA S A U D I TA
• 5 de enero de 2006 Atentados suicidas en Kerbala y en Ramadi hechos de violencia dejan 127 muertos al fin
Kut
Amarah
• Importancia religiosa Se trata de una de las ciudades más sagradas para los musulmanes chiitas, sitio de peregrinación sólo superado por La Meca.
IRAN
Bag Bagdad Bag IRAK Rutbah
• 2 de marzo de 2004 Atentados coordinados en mezquitas de Ke Bagdad dejan 182 musulmanes chiitas mue
Tikrit
JJORDANIA JO JOR OR A
Los días más sangrientos
La guerra que no termina: la jornada más sangrienta en más de tres años
KU WA I T
• 28 de febrero de 2005 La explosión de un coche bomba frente a un hospital en Hilla deja 122 muertos.
• 1º de febrero de 2004 Un doble atentado contra las sedes de los principales partidos kurdos, en Erbil, deja 105 muertos.
LA NACION
Irak: cientos de muertos en una batalla
Por los menos 250 militantes islámicos habrían muerto en un enfrentamiento con fuerzas iraquíes y norteamericanas en Najaf NAJAF.– En lo que se convirtió en la jornada más sangrienta de la posguerra y en vísperas de una importante fiesta religiosa del islam, fuerzas iraquíes y norteamericanas mataron a por lo menos a 250 militantes en la ciudad sagrada chiita de Najaf, 160 kilómetros al sur de Bagdad, en una larga batalla en la que participaron tanques y helicópteros. La ofensiva conjunta de norteamericanos e iraquíes –“que aún no ha terminado”, según dijo una fuente del gobierno local– buscaba frustrar un atentado que un grupo hasta ahora desconocido e identificado como Los Soldados del Cielo tenía previsto perpetrar contra los santuarios chiitas de Najaf y Kerbala. A esas dos ciudades, llegaban ayer miles de peregrinos para participar hoy de la celebración anual de la As-
hura, una tradicional fiesta religiosa chiita que estuvo prohibida durante el gobierno de Saddam Hussein. “La batalla se extendió durante todo el día de ayer y continuaba al caer la noche”, dijo el coronel Ali Nomas, mientras decenas de miles de peregrinos llegaban a la ciudad de Kerbala, 70 kilómetros al norte de Najaf. “Entre 250 y 300 hombres armados murieron –dijo un vocero de la policía de la región–. La aviación estadounidense bombardeó intensamente la zona.” Un oficial del ejército iraquí en el campo de batalla dijo que la cifra de 250 muertos era una estimación inicial que podía aumentar a medida que pasaran las horas. “Había unos 500 combatientes en la zona y pensamos que los ataques aéreos los aniquilaron más o menos a todos”, dijo.
Hasta ahora, la jornada más sangrienta de la posguerra había sido en noviembre del año pasado, cuando una ola de atentados dejó poco más de 200 muertos. El gobernador de la provincia de Najaf, Asaad Abu Gilel, dijo que unos helicópteros norteamericanos brindaron ayer apoyo. Uno de ellos fue derribado y murieron sus dos tripulantes. La batalla de ayer tuvo lugar apenas un día después de que en Washington miles de ciudadanos pidieran el fin de la ocupación de su país en Irak en una manifestación frente al Capitolio, y una semana después de que se pusiera en marcha la primera etapa del nuevo plan del presidente norteamericano, George W. Bush, para combatir la violencia en el país árabe. El plan, cada vez más impopular, de la Casa Blanca establece el despliegue
de 21.500 tropas adicionales –ya hay 135.000 soldados norteamericanos en Irak– y el envío al país árabe de 1000 millones de dólares. Fuentes políticas chiitas dijeron que los combatientes pertenecerían a un grupo llamado Los Soldados del Cielo, compuesto tanto por sunnitas como chiitas. Este nuevo movimiento rebelde es dirigido por un clérigo llamado Ahmed Hasani. “Su intención era atentar contra las instituciones chiitas y luego declararse dirigente de los musulmanes iraquíes”, dijo Dabag. Los enfrentamientos habrían conseguido frustrar un atentado que el grupo tenía previsto perpetrar contra los santuarios de Najaf y Kerbala, que en estos días atraen a más de 2 millones de chiitas de Irak y de otros países.
Según el gobernador de Najaf, los militantes habían llegado a la ciudad en los últimos días disfrazados de peregrinos y se habían escondido en huertos que fueron comprados hace tres o cuatro meses por seguidores de Saddam Hussein. Las fuerzas iraquíes rodearon esos cultivos y atacaron a los militantes. Ante la intensidad del combate, tuvieron que pedir apoyo a Estados Unidos. Desde ayer regía en todo Irak el estado de alerta máxima por la celebración de la Ashura. Es la primera vez que el ritual anual de 10 días se celebra desde que comenzó la violencia entre la minoría sunnita y la mayoría chiita, en febrero pasado. La Ashura conmemora el séptimo centenario de la batalla de Kerbala, que ayudó a consolidar el cisma entre el islam sunnita y chiita. En ese com-
BAGDAD.– Una prueba dolorosa de cuánto ha cambiado Irak en los últimos cuatro años, desde que empecé a trabajar aquí, es la que contiene mi teléfono celular. Muchos números de la agenda son de iraquíes que han abandonado el país o que han muerto. Uno de los primeros políticos sunnitas, acribillado. Un panadero chiita, desaparecido. Una familia sunnita, exiliada en Siria. Vine por primera vez a Irak en abril de 2003, cuando terminaban los saqueos, y varias semanas después de la invasión estadounidense. En total, he pasado 22 meses, tiempo suficiente para que esta tierra, su gente y esta tragedia se hayan grabado firmemente en mi corazón. Ahora, mientras me marcho de Irak, un nuevo plan estadounidense empieza a desplegarse en la capital. Es como si hubiéramos vuelto al principio. Otra vez hay botas. Bagdad cayó en 2003 y todavía estamos tratando de levantarla. Pero Irak es ahora otro país. Los moderados, en su mayoría, ya no están. Mi teléfono tiene al menos una docena de entradas de familias de clase media que se han marchado a otra parte. Se suponía que ellos construirían la democracia aquí. Pero, en cambio, trabajan en empleos temporarios en Siria y Jordania. Hasta los líderes políticos moderados se han ido. El gobierno iraquí y el proceso político, que parecían una gran promesa hace un año, se han arruinado. Profundamente afectados por los años de abuso durante la tiranía de Saddam, los chiitas que ocupan el gobierno se han convertido también en abusadores. Como nunca había hecho antes la cobertura periodística de una guerra, aprendí a hacerlo junto con mis amigos iraquíes. Aprendí hasta qué punto la violencia cambia a la gente y cómo se erosiona la confianza, hasta convertir a la sociedad en una delgada capa de tela comida por las polillas que se rasga fácilmente. Hace un año, mis entrevistas estaban salpicadas de expresiones tales como “todos los iraquíes son hermanos”. Los entrevistados se enojaban cuando una les preguntaba a qué secta pertenecían. Ahora, algunos se presentan especificando ese dato. Conocí a Raad Jassim, un refugiado chiita de 38 años, en una casa prácticamente vacía, que recientemente perteneció a sunnitas, en la que ahora vive, en la zona oeste de Bagdad. Se mudó allí en el otoño, después de que militantes árabes sunnitas mataran a su hermano y a su sobrino y confiscaran su gran criadero de aves. Había vivido con sunnitas toda su vida, pero después de lo ocurrido, el odio lo invadió como una enfermedad. “La palabra «sunnita» me hace daño”, dijo, sentado en el suelo de una habitación vacía, con su hijo de siete años en el regazo. “Todo lo que perdí vino de esa palabra.”
En la violenta jornada de ayer, también murieron cinco niñas en Bagdad en un ataque con morteros contra un colegio, en un distrito mayoritariamente sunnita, en el oeste de la ciudad, y cinco personas fallecieron, víctimas de una bomba en un minibús en una zona chiita. La víctimas se encuentran entre las 18 personas que murieron como consecuencia de ataques con bombas y morteros en la ciudad, mientras que por lo menos otros seis fueron abatidos por disparos, incluido un funcionario de alto rango del Ministerio de Industria. Agencias AFP, ANSA, EFE y Reuters
■ Críticas a EE.UU. e Irán.
La tierra donde la violencia erradicó a los moderados De The New York Times
Más violencia
Dichos y hechos
Opinión
Por Sabrina Tavernise
bate, en el año 680, murió el imán Hussein, nieto del profeta Mahoma.
Un “volcán de venganza” ha crecido dentro de sí, según dijo. “Deseo despedazarlos con los dientes.” Dando otra prueba de cuánto han cambiado las cosas, el vecindario chiita de Jassim es relativamente seguro. La zona está casi libre de árabes sunnitas desde que fue barrida por las milicias chiitas el año pasado y funciona aceitadamente sobre la base de una compleja red de relaciones entre las milicias locales, la policía y un poderoso consejo local. Hacia el Sur, el barrio sunnita de Dawudi es un sitio espectral a cualquier hora del día. Anchos bulevares con palmeras solían conectar las lujosas casas. Ahora, allí se apila la basura. Un problema grave son los cadáveres. Empezaron a aparecer varias veces por semana el último verano, en las vías férreas del barrio. Pero cuando los residentes llaman a la policía para que recoja los cadáveres, nadie viene. Tiene miedo de esa zona.
El viceprimer ministro iraquí, Barham Saleh, acusó ayer a Irán y a Estados Unidos de usar a Irak como “zona de conflicto y competencia” y poner así en riesgo los esfuerzos por estabilizar el país. El funcionario instó a ambos países a resolver sus diferencias en lo que respecta a Irak y a dejar de “interferir en los asuntos internos” de su país. Estados Unidos acusa a Irán de armar y financiar a los extremistas chiitas que combaten contra las fuerzas de ocupación. (AP) * * *
■ Siria, dispuesta a ayudar. El canciller sirio, Walid al-Muallem, dijo ayer que su país está interesado en colaborar con los esfuerzos que las Naciones Unidas realizan para lograr la reconciliación y la estabilidad en Irak. El jefe de la diplomacia siria expresó esa postura durante una reunión con el enviado especial de la ONU para Irak, Ahsraf al-Qadi, de visita en Siria. (EFE)
EN ESTA EDICION
Editoriales FOTOS DE AFP Y AP
En Najaf, grupos especiales de las fuerzas armadas iraquíes se preparan para combatir con los insurgentes
Un futuro de guerra Para los ansiosos de considerar a Irak una pérdida, vale la pena recordarles un hecho. Una gran cantidad de chiitas y kurdos que, sumados, totalizan un 80% de la población, dicen que, a pesar de todos los errores que los estadounidenses han cometido en el país, el solo hecho de deponer a Saddam valida la intervención. Y el nuevo plan estadounidense, a pesar de todo, puede tener posibilidades de funcionar. Pero las probabilidades están en contra de los brillantes jóvenes oficiales encargados de aplicar el plan, particularmente porque el socio iraquí –el gobierno del primer ministro Nouri Kamal al-Maliki– parece estar absolutamente en otra sintonía. Cuando los funcionarios estadounidenses debatían la posibilidad de enviar más tropas en diciembre, fui a ver a un funcionario local. La perspectiva de más tropas lo enfureció. Tener más soldados estadounidenses sólo serviría para prolongar la guerra, según dijo. “Si no se permite que la minoría pierda, la guerra seguirá eternamente”, declaró. El comentario me resultó muy revelador del pensamiento chiita. Por haber sufrido tantos abusos durante la dictadura de Saddam, ellos siguen actuando como una clase oprimida. Eso significa que los iraquíes se enfrentan con un futuro de guerra. Hazim al-Aaraji, discípulo del clérigo chiita renegado Moktada al-Sadr, lo entiende perfectamente. Clérigo él mismo, está buscando soldados de infantería para la guerra. En una cálida tarde de octubre, dijo que los discípulos ideales debían tener una mente vacía y un arma. Sorprendido por la elección de términos, un amigo iraquí con el que yo estaba lo interrumpió para pedirle que esclareciera la idea. Una vez más empleó la palabra “vacía”. Este franco comentario dio cuenta de un nuevo equilibrio de poder, en el que dominan los radicales y los moderados no tienen voz. Traducción: Mirta Rosenberg
Lotería Nacional, bajo sospecha. Las denuncias sobre irregularidades en la adjudicación de una campaña publicitaria de Lotería Nacional debe ser investigada a fondo y en un período prudencial. Pág. 14
Indice 1 Primera Exterior Política Cultura Salud Inform. Gral. Editoriales 2 Economía Davos The Wall Street
En Bagdad, atacaron una escuela
La batalla con los militantes dejó decenas de soldados iraquíes heridos
Bush, cada vez con menos apoyo Pierde respaldo en el Capitolio; exigencia de Hillary Clinton WASHINGTON.– El poderoso jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Joseph Biden, advirtió ayer que apenas 20 senadores consideran que el presidente George W. Bush “marcha en la dirección apropiada”. Y añadió que una gran mayoría de la Cámara Alta –que incluye decenas de legisladores republicanos– apoyará la resolución de rechazo del nuevo plan de la Casa Blanca para Irak, esta semana. “No son el pueblo estadounidense ni el Congreso quienes están envalentonando al enemigo”, dijo Biden, en relación con la acusación de la Casa Blanca de que las críticas demócratas a su plan no hacen más que dar energía a la insurgencia. “Es la fallida política de este presidente: ir a la guerra sin estrategia, ir a la guerra prematuramente, lo que los envalentona”, añadió. A la firmeza de Biden se sumó ayer el desafío de la senadora Hillary Clinton, en campaña para la Casa Blanca.
La ex primera dama exigió a Bush que retirara todas las tropas norteamericanas de Irak antes de que expire su mandato. El Congreso, bajo control demócrata tras 12 años, planea comenzar esta semana un debate sobre una resolución, no vinculante pero con gran valor simbólico, que declara la propuesta de Bush de enviar 21.500 soldados “contraria al interés nacional”. La medida, que cuenta con el apoyo de los demócratas y de varios republicanos, ha revelado un nuevo escenario en la política del país: una revuelta republicana en el Senado contra los planes de guerra de Bush, según indicó el Washington Post en la portada de su edición de ayer. La Comisión de Relaciones Internacionales del Senado aprobó la semana pasada la resolución por 12 votos contra 9, en la cual un senador republicano, Chuck Hagel, votó con la oposición demócrata. El voto de ese senador no pasó inadvertido para la Casa Blanca. El
vicepresidente, Dick Cheney, lo criticó con dureza durante una entrevista publicada ayer por la revista Newsweek. Pero el malestar con la guerra en filas republicanas no se limita a Hagel. El Post informó que el influyente senador republicano de Virginia John Warner “está liderando una revuelta bipartidista” en “su propio partido”. Warner, de 80 años, dijo al diario que no está dispuesto a cometer los mismos errores que en el pasado, cuando permaneció callado durante la Guerra de Vietnam. El descontento con la política de Bush no se limita al interior del Capitolio. Anteayer, miles de manifestantes marcharon frente a él, lo que constituyó la mayor movilización nacional en contra de la ocupación de Irak. Hoy volverán a marchar pacifistas de 47 estados para exigirles a los demócratas que cumplan su promesa de dar “un nuevo rumbo” al país. Agencias ANSA, AP y EFE
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La frase del día “Si yo fuera otro jugador, estaría impresionado de ver que gana siempre el mismo tipo.” Del suizo Roger Federer, tras ganar en Australia el décimo torneo de Grand Slam de su carrera. Deportiva, Pág. 14
Mañana en LA NACION
■ La Argentina multiplica la oferta de alimentos diferenciados, de alta calidad y sofisticación. Com. Exterior