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eDITORIALeS | CARTAS
| Domingo 16 De junio De 2013
Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre
La imperiosa necesidad de recrear el diálogo Ha llegado la hora de reactivar una mesa de discusión entre todas las fuerzas políticas con el fin de restablecer la armonía y la concordia perdidas
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ingún país acosado por divisiones, odios y resentimientos puede proponerse con serias probabilidades de éxito objetivos superadores. Sólo una fuerte voluntad política y social por recrear mecanismos idóneos para el diálogo podrá conducirlo hacia un camino de armonía y concordia. La sociedad argentina viene asistiendo a sucesivas manifestaciones de animosidad y rencor que no hacen más que degradarla. La violencia verbal se ha convertido en cotidiana, no sólo en el poder político, sino también en no pocas redes sociales y medios de comunicación. Como en los peores momentos de nuestra historia, las diferencias políticas han derivado hasta en conflictos familiares. Los crecientes niveles de inseguridad que se palpan a diario, la acción de las barras bravas del fútbol y de las patotas sindicales, la expansión del narcotráfico y la impunidad de quienes siembran la corrupción en la función pública son cuestiones que potencian la indignación social. Tanto como una situación económica donde el trabajo precario y la exclusión de muchos dista de haber sido superada, y donde los impuestos al trabajo castigan a cada vez más trabajadores que perciben el creciente deterioro de su poder adquisitivo frente a una inflación galopante, al tiempo que se premia con la posibilidad de un blanqueo a grandes evasores. La paz social es un requisito inevitable para un mejor futuro y, especialmente, ante la necesidad de corregir las distorsiones de un modelo económico que se ha agotado y de un estilo de gestión cuya lógica de construcción de poder por la vía de la confrontación ya ha demostrado sus nefastas consecuencias para la salud de la República. Pero reconstruir la paz social demanda como mínimo que se deje de ver en el otro un mal o un enemigo al que sólo cabe destruir. La edificación de barreras ideológicas o sectoriales conspirará siempre contra el objetivo de la concordia, en la medida que retroalimenta los resentimientos y las exclusiones, al tiempo que puede desencadenar un proceso de violencia capaz de espiralizarse. Se debe evitar que una chispa derive en un incendio de proporciones imprevisibles y de duración incalculable. Nuestra historia nos refiere las ocasiones en que los resentimientos y las antinomias constituyeron el motor de venganzas que provocaron graves enfrentamientos. Si bien el momento actual no es afortunadamente comparable al de los trágicos años setenta, donde la violencia política y social adquirió niveles extremos, nunca está de más advertir sobre las consecuencias que puede desatar la inoculación del odio en la sociedad. Así como se aprende de las tragedias del pasado, también es menester aprender de las positivas experiencias que aporta nuestra historia. En 2002, cuando el país ardía por estallidos sociales derivados de una de las más graves crisis políticas, económicas y sociales, una feliz iniciativa impul-
sada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Iglesia Católica y diversas organizaciones no gubernamentales condujo a la conformación de la Mesa del Diálogo Argentino. Ese espacio, al que tanto contribuyó el diplomático español Carmelo Angulo Barturén y al que se integraron dirigentes políticos, sociales, empresariales y sindicales, contribuyó en aquellos momentos aciagos a la pacificación de los ánimos y a la elaboración de políticas sociales. Fue una red invisible de contención que impidió que el caos se adueñara del difícil escenario. Ha llegado la hora de reactivar esa mesa, con la participación activa de todas las fuerzas políticas, sin exclusión alguna En más de una ocasión, desde que llegó al Poder Ejecutivo en diciembre de 2007, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, realizó convocatorias al diálogo. Por distintos motivos, todas naufragaron. Las invocaciones jamás se tradujeron en una práctica activa. Las actitudes mezquinas pudieron más. Pero sería hipócrita no admitir que en esos fracasos también incidió una dirigencia opositora que, envuelta en rencillas personales, rara vez fue capaz de debatir coincidencias programáticas que derivaran en una estrategia común con miras a un diálogo expectable con el Poder Ejecutivo. Con la fortaleza y la autoridad moral que le confiere la llegada de Jorge Bergoglio a la Santa Sede, la Iglesia es hoy la institución en mejores condiciones para realizar una convocatoria a ese diálogo tan necesario para superar los agravios y avanzar, mediante gestos de grandeza y de encuentro, hacia una convivencia civilizada, dentro de la cual puedan buscarse las soluciones más adecuadas a los complejos desafíos del presente. Así como el papa Francisco aspira a una reunión cumbre de líderes religiosos cristianos, judíos y musulmanes con la intención de ofrecer al mundo un mensaje conjunto de paz, de condena a la violencia y de rechazo a la utilización del nombre de Dios para justificar las acciones terroristas, los argentinos deberíamos ser capaces, con la guía espiritual de la Iglesia, de sentarnos alrededor de una misma mesa para dialogar sobre la base de la buena fe. En su paso como titular del Episcopado y de la arquidiócesis de Buenos Aires, Francisco fue un gran impulsor del diálogo interreligioso. Con gestos y hechos concretos, tendió lazos de unión entre creencias con enormes diferencias que, incluso, llegaron a enfrentarlas, y las invitó a encarar el futuro con capacidad conciliadora. Es cierto que el diálogo que pueda dar lugar al auténtico progreso se torna harto dificultoso cuando la calidad institucional queda relegada y el principio republicano de división de poderes pasa a ser letra muerta. No obstante, los argentinos deberemos entender que sin diálogo no podremos dejar atrás el retroceso institucional. Porque la política, entendida como la búsqueda del bien común, sólo puede nutrirse del diálogo y de la tolerancia, y nunca de actitudes autistas que sólo nos conducirán a una mayor discordia y desunión.
Insólita decisión presidencial
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i la decisión de trasladar el Monumento a Cristóbal Colón de su emplazamiento actual, en la plaza que lleva su nombre, a la ciudad de Mar del Plata no tuviera implicancias tan graves, la opinión pública argentina podría considerar todo el episodio como un capricho más de la autoridad máxima de la Nación. Como se recordará, el proyecto del Gobierno es reemplazar el monumento del Almirante, donado en 1910 por la colectividad italiana en la Argentina como homenaje al Primer Centenario de la Revolución de Mayo, por otro dedicado a exaltar la figura de Juana Azurduy –luchadora por la emancipación del virreinato del Río de la Plata, ascendida post mórtem por Cristina Kirchner a Generala del Ejército Argentino–, una obra escultórica de casi 10 metros de alto, donada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, por decreto (como donación de poco más de un millón de dólares a la Argentina). No importa que los expertos más reconocidos en preservación y restauración de patrimonio ya se hayan pronunciado en contra de la conveniencia de desmontar y trasladar el monumento. Las inspecciones realizadas arrojaron como resultado que esa obra emplazada en la plaza Colón, espacio proyectado y construido por el genial arquitecto Carlos Thays, presenta daños –fisuración y fracturación de buena parte de los bloques de mármol– que no inciden hoy para su actual emplazamiento, pero que comprometerían definitivamente la integridad del conjunto escultórico de ser removido. Y, si se lograra trasladarlo entero a Mar del Plata, exponerlo a la agresividad del ambiente marino sería una segura condena a un inexorable deterioro.
No importa tampoco que tanto la oposición como las ONG que defienden el patrimonio porteño, y, más aún, la colectividad italiana se opusieran al proyecto, entre otras razones, porque el monumento fue un regalo a la ciudad de Buenos Aires, o que, por ser el original, ese emplazamiento forma una unidad paisajística indivisible con su entorno. Desechados entonces los argumentos del Ejecutivo para trasladar el Monumento a Colón para repararlo, quedan otras explicaciones igualmente poco convincentes: por ejemplo, seguir la tendencia inaugurada por Hugo Chávez, que declaró genocida a Colón, pidió un juicio en su contra e hizo desaparecer de todo el país las estatuas del navegante genovés, o el hecho de que Cristina Kirchner prefiera que detrás de ella, cuando da sus discursos, se vea la futura estatua de Juana Azurduy. Lo cierto es que, finalmente, y ante la presentación de un recurso de amparo por la asociación civil Paren de Demoler, la jueza en lo contencioso administrativo federal, Claudia Rodríguez Vidal, ordenó que se evite “concretar cualquier acto que implique el desmantelamiento y traslado” del monumento. Es de esperar que esa obra, que desde 1921 es un hito patrimonial e histórico ciudadano, no sea trasladada. De serlo, no sólo los porteños sufrirían el despojo de parte de su identidad, sino también todos los argentinos, que veríamos una vez más triunfar la sinrazón y el abuso indiscriminado del poder. Finalmente, este intento repetido de mirar hacia el pasado de manera iconoclasta, para reinterpretarlo según conveniencias partidarias y personales, revela una profunda incapacidad para poder construir el futuro.
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Carta de la semana
Falta de voluntad política Cuando el que dirige una empresa como la ferroviaria es corrupto, toma decisiones en función de su conveniencia personal. Cuando el que ocupa ese puesto es un político lo hace en función de su conveniencia política. Por consiguiente, en ambos casos, es altamente pro-
Declaraciones de Randazzo Empecinamiento “No nos pidan que hagamos en un año lo que no se hizo en cincuenta”, expresó el ministro. Una quinta parte de este tiempo, la última, es la que el gobierno al que él pertenece ha llamado “la década ganada”. Expresaron claramente que “iban por todo”. Eso sí: jamás dijeron que pensaban asumir responsabilidades. Hace algo más de un año se prometió la continuación del soterramiento de la línea Sarmiento. Durante los partidos de fútbol nos contaron todo lo que hicieron para mejorar la seguridad de la línea. Pero otra vez la tragedia se empecinó en irrumpir. “No nos pidan...” ¿No será hora de dejar de invertir los dineros públicos en correr a Colón o construir gigantescos museos de Madres o del Bicentenario, e invertir lo necesario para que no siga creciendo la lista de víctimas por omisión? Digo, para realmente comenzar a ganar la siguiente década. Daniela María Mariño
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Loable autocrítica Debemos valorar las sorprendentes palabras del ministro Randazzo como un loable ejemplo de una tan esperada autocrítica, sin precedente en este gobierno, cuando dijo, refiriéndose al estado de los ferrocarriles, que no se puede hacer en un año lo que no se ha hecho en los últimos 50 años, dado que dentro de ese período los recientes 10 fueron gobernados por los actuales funcionarios, y de los otros 40 una gran proporción fue gobernada por el mismo partido político al que dice pertenecer el kirchnerismo. Luis Fernando Tornquist
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Materia pendiente Me encuentro sorprendido por las curiosas declaraciones del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, en cuanto al choque de dos trenes de la línea Sarmiento camino a Castelar. En éstas reconoce que el sistema ferroviario “es una materia pendiente” para este modelo de país y en las que nos invita a reflexionar ante cualquier reclamo al respecto, ya que según sus palabras “no se puede hacer en un año lo que no se hizo en 50”. Si no es mucha molestia: ¿podrán hacer entonces un poquito de lo que no hicieron en 10? Esteban Uribe
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bable que esas decisiones sean técnicamente erróneas. La solución es poner a los técnicos probos y honestos por arriba de los amigos, los políticos y los corruptos. No es nada difícil: sólo falta la voluntad política.
Ernesto Lacalle
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que el señor ministro se encuentre aquejado por un severo ataque de amnesia aguda le recuerdo que desde el retorno de la democracia, hace treinta años, fueron gobierno veintidós años los herederos del que nacionalizó los ferrocarriles en la década del cincuenta pagándoles a los ingleses por una concesión que se vencía en días y se entregaba gratis. Y por si todavía la amnesia no se le va, le recuerdo que el gobierno al que pertenece hace diez años que está en el poder. Por favor, señor ministro, no nos subestime ni crea que los argentinos somos idiotas y/o desmemoriados, porque si ustedes no tiene vergüenza propia, los argentinos sentimos por usted mucha vergüenza ajena. Ana María Caussat
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Blanqueo de capitales Desde la AFIP, Ricardo Echegaray reglamentó la ley que legaliza el ingreso de capitales a la economía formal. Promete investigar los fondos que se blanqueen. ¿Le creemos a quien fue denunciado por dar irregularmente millonarios subsidios desde la Oncaa? ¿Le creemos a quien cajonea pedidos de datos sobre lavado que remite la Unidad de Información Financiera? Interrogantes sobran. Los sospechados de corrupción, ¿ingresarán al mercado los fondos que permitieron su enriquecimiento? ¿Es ésta una ley de amnistía al dinero en negro, hecha a medida de gobernantes corruptos y sus testaferros, para que declaren como legales ingresos que no pueden justificar? ¿O desecharán acotar la brecha entre el patrimonio real y el declarado, porque aspiran a perpetuarse en el poder y seguir siendo impunes? ¿O sólo aprovechará el blanqueo la delincuencia organizada en narcotráfico, prostitución y trata de personas, robos secuestros y demás crímenes? ¿Es grato vivir en un país que premia a ladrones y corruptos, mientras castiga a honestos y trabajadores? Ricardo Fuentes
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Per saltum Los argentinos de buena voluntad, quienes respetamos y exigimos respeto a la Constitución nacional,
En la Red Condena a Menem Facebook
Poder casi absoluto “La vida es así, nada es perfecto.” Ésta es la frase que utilizó la presidenta Cristina de Kirchner para referirse a la tragedia de Castelar, en la que murieron 3 personas y hubo más de 300 heridos, algunos de ellos muy graves y varios son menores de edad. El ministro del Interior y Transportes dijo sobre este tema: “No se puede hacer en un año lo que no se hizo en 50 años”. Cuánta impunidad deben sentir o creer que tienen. Son 10 años de poder casi absoluto; esto los hace confundir entre saber administrar los bienes de la República, ya que piensan que son propios y, por eso, no tienen por qué dar mayores explicaciones a nadie. Mientras tanto siguen sumando muertos de una larga lista de tragedias, por desidia, ineficiencia y corrupción porque las obras de infraestructura no se hacen, sólo se anuncian. Carlos Lo Tártaro
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Vergüenza ajena Ante las declaraciones del señor ministro del Interior y Transporte, acerca de no podérsele pedir resultados en un año, por cincuenta años en los que no se hizo nada en materia ferroviaria, frente a la posibilidad de
“Lástima que llega tan tarde la condena” Pablo Fuchs
“Si Menem va preso, todos los que estuvieron con él también deberían estar presos. Es injusto que sea sólo él el culpable” Liduvina López
“Le dieron poco. Mayor tenía que ser la pena. Y seguro que va a ser domiciliaria por la edad” Graciela Espinosa
“Qué sentido tiene si la condena va a ser en su propia casa. Vergüenza da la Justicia que tenemos” Lore Ley
esperamos y confiamos que la Corte Suprema de Justicia de la Nación mantenga la intangibilidad del sistema republicano. Será Justicia. Gastón Passeggi Aguerre
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Carlos Fayt El doctor Fayt prestigia nuestra Corte Suprema de Justicia. Es una persona lúcida, honesta y criteriosa. Un ejemplo que debería seguir nuestra clase dirigente. Silvia Patron
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Ángeles Rawson Siento un gran dolor e impacto como muchos por la noticia del crimen de Ángeles Rawson. Los muertos hablan; a veces sus susurros se transforman en alaridos de verdad. Ángeles seguramente seguirá gritando hasta ensordecernos por este crimen inundado de desidia, crueldad y horror. María Beatriz Burroni Zubeldía
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Inversión absurda Fútbol para Todos es una de las tantas herramientas de manipulación del Gobierno, que absurdamente causa un importante déficit económico en el país. Se estimó que en 2012 se invirtieron alrededor de 1000 millones de pesos. Entonces, Fútbol para Todos es bueno, ¿para qué? ¿En qué podríamos invertir todo este presupuesto? Paren de gastar plata en zanahorias. Sebastián Bergadá
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Periodismo policial Totalmente de acuerdo con la carta del señor Campanelli del 15 de junio último y sus críticas al periodismo policial de la televisión. Una vergüenza escucharlos opinar, suponer, etcétera, con tremenda ligereza. Florencia L. de Soares Gache
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Lanata y el fútbol Desde el 14 de abril, Jorge Lanata y su equipo en el programa Periodismo para todos están dando pruebas fehacientes e inobjetables de la corrupción que envuelve a este gobierno. En un principio pensé que con el transcurso del tiempo, PPT se quedaría sin tema y su rating iría disminuyendo, pero sucedió lo contrario. Con el paso del tiempo se conocen nuevos casos de corrupción y aunque el Gobierno ha intentado enfrentar el rating del programa emitiendo el fútbol no ha logrado vencerlo. Hoy jugarán River y Lanús y con esta nueva tragedia ocurrida en esta semana, producto de la corrupción, creo que Lanata vencerá nuevamente al fútbol y a la Presidenta, porque en realidad el que está perdiendo rating no es el fútbol, sino la Presidenta. Al parecer con los casos de corrupción existentes en la Argentina, que de ninguna manera son un invento, sino una realidad, se podría emitir un ciclo periodístico con material inédito cada semana durante varias décadas. El verdadero progreso de la Argentina ocurrirá cuando los argentinos tomemos conciencia de que hay que luchar conjuntamente contra la corrupción generalizada e imponer un programa educativo de calidad. Sólo entonces podremos comenzar a participar entre los países más serios y desarrollados. Alejandro Olmedo Zumarán
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Feliz Día del Padre Hoy se festeja nuestro día y no puedo dejar de dedicarles un brindis a las mujeres que con su amor, abnegación y paciencia nos dieron la oportunidad de ser padres. ¡Gracias a todas ellas podemos festejar algo tan maravilloso! Oscar Furman
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