EL LIDERAZGO EN EL SIGLO XXI Por Leonel Nápoles Chinea Usado con permiso INTRODUCCIÓN El liderazgo hoy en día posee desafíos insospechados. La postmodernidad ofrece peligros y posibilidades para el ministerio cristiano, y no hay para muchos una base sólida donde descansar sus ideas del liderazgo. Sin embargo como cristianos tenemos algo que la sociedad secular, con todos sus libros y cursos de liderazgo, no poseen: la raíz de todo concepto de liderazgo, la savia de donde todo líder debiera beber; la santa Palabra de Dios, la Biblia. Nuestro ensayo pretende descubrir, siempre a la luz de las Escrituras, las interrogantes de qué es, quién puede y cómo debe ser el liderazgo cristiano contemporáneo. I. ¿QUÉ ES LIDERAZGO? Antes de definir un término tan común en nuestro tiempo, debemos aclarar lo que no es liderazgo. Muchos encargados de empresas, o que tienen cargos y puestos directivos en nuestra sociedad consideran que liderazgo consiste en la posibilidad de mandar y regir autoritariamente a los demás sin importar el costo que represente para ellos. Pues su actitud es “para eso son los jefes”; y este es un craso error cometido que representa la causa número uno de su deceso cuando para ellos funcionaba todo a la perfección. Para muchos el liderazgo está definido sólo en términos de posición otorgada por otro, y que no tiene en cuenta las necesidades de sus seguidores. Hoy en día se dan otras posturas al respecto, sobre todo por la influencia de la posmodernidad que rechaza las tendencias previas de liderazgo. Los líderes modernos enfatizaban la razón y el autoritarismo generalmente. Pero hoy los posmodernos enfatizan en las emociones y el rechazo a la autoridad rígida, por tanto sólo pueden llegar a ser sus líderes aquellos que les hagan sentir bien y que les den la libertad de opinar lo que deseen y en la forma que les plazca. Sin embargo vemos que de los conceptos de liderazgo que ofrecen varios autores podemos sacar algunas conclusiones: todos hablan de la capacidad y de la acción de influenciar a otros, así como el alcance de metas prefijadas. 1 Pues no sólo se debe tener la capacidad de influenciar positiva o negativamente a los demás, pues eso sería precisamente un líder en potencia, sin aplicar las capacidades que posee para beneficiar la organización a la que pertenece. Por lo tanto, es en la acción que se dan las situaciones de liderazgo; es influenciar en medio de las actividades de la vida diaria, es crear estrategias prácticas visionarias pero aplicables a la realidad de la organización. Entonces el establecimiento de metas va de la mano del liderazgo; el guiamiento basado en la inminencia de la tarea es generalmente inefectivo porque sin un propósito final y definido no hay eficacia real del líder. Si definiéramos, por tanto, liderazgo cristiano podemos entonces hablar de la capacidad y acción de motivar a otros para que alcancen las metas establecidas por Dios para sus vidas. Como vemos, las metas del líder cristiano no son definidas por él mismo, en el sentido que Dios ha declarado qué es lo que desea hacer con su pueblo, la iglesia que él mismo compró para su gloria. Es conocido el texto donde Jesús entrega (delega en sus discípulos) la misión de su “organización” (la iglesia): “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra . Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del 1
Sánchez, Jorge Oscar: El Líder Del Siglo XXI. Miami, Florida, 2001
Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”2 Por tanto, la extensión del Reino se entiende como nuestra misión, a través del método de la enseñanza y con la garantía de su presencia a nuestro lado. “Liderazgo es el resultado de vivir correctamente de acuerdo a las prioridades de Dios.”3 II. ¿QUIÉN PUEDE SER LÍDER CRISTIANO EN EL SIGLO XXI? Hoy en día los líderes tienen un desafío grande, mayor que un tiempo atrás. El cambio es algo común en estos tiempos, y también la falta de valores morales, aún entre creyentes y líderes religiosos. Pero los parámetros bíblicos siguen permanentes y están revelados algunos en las epístolas pastorales, específicamente en 1 Timoteo 3:1-13 y en Tito 1:5-9. Estos pasajes contienen muchas virtudes esperables en los líderes cristianos. Algunas de ellas son tan elevadas que en ocasión nos pareciera imposible albergarlas todas en una misma persona, pero a fin de cuentas son deseables a alcanzar por todo líder del Señor. Pablo nos revela que la pureza de corazón y de conducta son de esperar: sin avaricia, amable, dispuesto al trato con los demás sin hipocresía, prudente, ejemplo de familia, con madurez espiritual, entre otras. Hoy es difícil encontrar personas dispuestas a servir en la viña del Señor, y más difícil es encontrar los requisitos bíblicos en algunos de ellos. Sin embargo los que somos llamados a servir al Rey, no debemos conformarnos a pretender que son imposibles de alcanzar dichas virtudes y por ello obviar cultivarlas en nuestra persona. Pablo fue un ejemplo de líder, y cuando él le encomienda estos requisitos a Tito y a Timoteo estaba claro que no buscaba ángeles sino a humanos; así el mismo Dios que inspiró a Pablo para aquellos días nos habla hoy a través de estos textos. Es más, las palabras de Pablo estaban relacionadas con su propia vida, y no exigía lo imposible. Es verdad que el Siglo XXI nos trae desafíos, los timoteos escasean en nuestro medio, pero Dios sigue llamando a hombres y mujeres de Dios para servirle. El líder cristiano debe estar dispuesto a sufrir por causa del Señor, cosa que está clara en la propia vida de los grandes apóstoles, sobre todo del propio Pablo que recuerda haber sufrido penalidades por causa del servicio a Cristo: “Y quiero que sepáis, hermanos, que las circunstancias en que me he visto, han redundado en el mayor progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones por la causa de Cristo se han hecho notorias en toda la guardia pretoriana y a todos los demás; y que la mayoría de los hermanos, confiando en el Señor por causa de mis prisiones, tienen mucho más valor para hablar la palabra de Dios sin temor.”4 Lo más difícil es encontrar de entre los jóvenes posmodernos; que tienen como su valor la falta de compromiso, la desconfianza de las autoridades, la dependencia de las emociones circunstanciales; las personas idóneas para el servicio sacrificial y humilde en la viña del Señor. Pero creo que no todo está perdido. Los líderes cristianos subsisten hoy en día y subsistirán, pues contra la iglesia de Jesucristo las puertas del Hades no prevalecerán (Mateo 16:18). Además, el líder cristiano es uno que entiende que su liderazgo no es a la manera del mundo, sino que entre nosotros los cristianos es el que usa la autoridad delegada por Cristo en una actitud de siervo, capaz de “lavar los pies” a sus ovejas, que a la vez son sus hermanos. 2
Lockman Foundation (La Habra, CA): Santa Biblia : La Biblia De Las Americas : Con Referencias Y Notas. electronic ed. La Habra, CA : Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman, 1998, c1986, S. Mt 28.18-20 3 Sánchez, Jorge Oscar: El Líder Del Siglo XXI. Miami, Florida, 2001, S. 260 4 Lockman Foundation (La Habra, CA): Santa Biblia : La Biblia De Las Americas : Con Referencias Y Notas. electronic ed. La Habra, CA : Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman, 1998, c1986, S. Flp 1.12-14
Por último, se debe aclarar que aunque es muy difícil de evaluar en otros, el líder cristiano es alguien que tiene claras sus motivaciones al respecto, no buscando satisfacer su ego sino la edificación de la iglesia (2 Co. 13:10). III. ¿CÓMO PODEMOS LIDERAR HOY EN PLENO SIGLO XXI? Luego de encontrar el personal idóneo para servir al Señor, debemos luego preguntarnos cómo hacer la obra del ministerio. Jesús nos encomendó alcanzar a todas las naciones con su evangelio. Pero aún él dejó claro el cómo realizarlo: Primero nos dejó la compañía de su Espíritu que es nuestro mejor guía, entonces, su Palabra contiene el material necesario a compartir a través del método del discipulado cristiano, y, por último, la iglesia que fundó es el medio por el cual se propaga la semilla del evangelio. Pero también debemos dejar claro que el líder cristiano debe ser desafiado, él mismo por la Palabra que enseña. Si no, estaríamos hablando de un árbol seco y sin vida en sí mismo que, aunque comunique la Biblia, su vida dista de mostrar sus enseñanzas. Por tanto, la comunicación del evangelio en pleno Siglo XXI aún requiere que sea proclamado de una manera genuina y a la vez compasiva, para que los oyentes más reacios a escuchar sean ganados con prudencia y amor, (“Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona”5) y siempre mostrando que las convicciones cristianas no son dañinas sino beneficiosas a aquellos que las viven de forma real. El líder cristiano debe, con la ayuda del Espíritu Santo, definir su visión que no puede ser otra que aquella que él mismo revela a través de una mente y una vida que ejercita sus talentos para la obra de Dios, y desde la trinchera del servicio cristiano, no ajenas a la misma. Por tanto es prudente en planificar y prever los eventos antes que ellos sucedan; no a manera de un adivino sino de quien. ante su visión espiritual, toma en cuenta “el tiempo de Dios” para cada cosa, y las oportunidades que el Señor le presenta. Además la realidad del ministerio nos lleva a que el uso de un equipo sea indispensable. En tiempos pasados los pastores eran los hombres orquesta que realizaban “toda” la obra. Sin embargo, hoy queda claro que es necesario delegar en otros y colegiar las decisiones con otros siervos que hombro a hombro se encuentran trabajando para Dios. Pues el mismo Jesús escogió a sus doce y Pablo recomienda a su discípulo: “lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos , eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.6 El camino del discipulado requiere que muchos lo realicen. Pues si deseamos realizarlo como Jesús, requerimos que varios líderes tomen a algunas ovejas bajo su supervisión, y así repetir el ciclo hasta donde sea posible. Se debe estructurar la enseñanza para su mayor efectividad por grupos con similares edades o intereses, con el fin de que ésta llegue de la manera más óptima posible. Como líderes del siglo XXI debemos considerar los eventos que hoy suceden en el mundo para estar informado y preparado para brindar una ayuda pertinente a las necesidades de sus fieles.
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Lockman Foundation (La Habra, CA): Santa Biblia : La Biblia De Las Americas : Con Referencias Y Notas. electronic ed. La Habra, CA : Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman, 1998, c1986, S. Col 4.6 6 Lockman Foundation (La Habra, CA): Santa Biblia : La Biblia De Las Americas : Con Referencias Y Notas. electronic ed. La Habra, CA : Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman, 1998, c1986, S. 2 Ti 2.2
Además, debemos entender nuestro liderazgo como una oportunidad que Dios nos da para mostrar al líder por excelencia, al Señor Jesucristo. No hemos de desanimarnos; pues la recompensa no es del todo terrenal sino celestial. Las relaciones interpersonales es el medio por el cual nuestro ministerio puede formarse; sin ellas no es posible liderazgo cristiano. Por tanto, es de más decir que este se basa en las relaciones armoniosas con base en el amor a Dios y a los demás. Y nos debe quedar claro que nuestra meta es “presentar a todo hombre perfecto en Cristo”.7 Esto es, llevarles a la madurez cristiana en todo el amplio espectro de la vida. CONCLUSIONES De esta forma hemos visto que el verdadero liderazgo es aquel que busca, a través de la capacidad y acción, motivar a las personas a que alcancen los propósitos de Dios con sus vidas terrenales. El líder es una persona que hace uso de sus virtudes cristianas para beneficio de los demás, haciendo uso de todo lo que Dios ha puesto a su disposición: la ayuda del Espíritu, la Palabra de Dios y toda su estrategia revelada en ella para el cumplimiento del plan de Dios hoy en pleno Siglo XXI. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.
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Lockman Foundation (La Habra, CA): Santa Biblia : La Biblia De Las Americas : Con Referencias Y Notas. electronic ed. La Habra, CA : Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman, 1998, c1986, S. Col 1.28