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domingo viii del tiempo ordinario comentario a las lecturas

En realidad, era difícil para la gente pobre de Galilea de ese tiempo proveer lo necesario para su familia cada día. Ellos eran más bien explotados. Esta lucha los agobiaba. Jesús les dijo: "¡Confianza!" Tienen un. Padre en el cielo. Fe y confianza van juntas. Cuando uno vive situaciones bien difíciles, pesan mucho; pero si ...
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DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO COMENTARIO A LAS LECTURAS P. JORGE PETERSON, OCSO

PRIMERA LECTURA: Is 49, 14-15 SEGUNDA LECTURA: 1 Cor 4,1-5 EVANGELIO: Mt 6,24-34 La vida humana es una larga peregrinación; caminamos de una etapa a otra. Maduramos como personas día tras día. También, en la vida de la fe, desarrollamos lentamente nuestra relación personal con Dios. Normalmente pasamos por todos los estados imaginables de ánimo. Es una larga peregrinación. Hay etapas de consuelo y de gozo, otras de desierto, desánimo y agotamiento. En todo necesitamos la gracia de Dios. El Salmo responsorial presenta una actitud fundamental: "Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación... él es mi esperanza... De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme... Pueblo suyo, confíen en él, desahoguen ante él su corazón..."

En la primera lectura el pueblo estaba muy desanimado. Se sentían abandonados aun pensaban que Dios los había olvidado. La respuesta de Dios es inequívoca: dice: "¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura... Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré." ¡Imposible! Dios es Padre y Madre. Tiene un corazón paternal y maternal. ¿Por qué no? El creó cada padre y cada madre a su semejanza. El Evangelio de hoy nos enseña a tener confianza en Dios providente. Confianza es una actitud básica delante de Dios. De mil maneras, Dios ha mostrado que Él nos ama: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único." Dios ha mostrado que es digno de nuestra total confianza. Jesús quiere que conozcamos a su Padre como Él lo conoce. Para Jesús, su Padre era el centro de su entrega. Él mismo expresó la motivación para enfrentar su Pasión y Muerte: "Para que el mundo sepa que Yo amo al Padre": La clave para entender bien este Evangelio se encuentra hacia el final: "Sobre todo busquen el Reino de Dios y su justicia; lo demás se les dará por añadidura." Esta frase orienta nuestra mirada a lo único necesario. Si Dios y su Reino son lo más importante en nuestra vida, podemos confiar que Él nos cuidará. La Providencia de Dios no es mágica; pero sí es real, es verdadera y auténtica. Él se preocupa de todas sus criaturas, no solamente de los pájaros y las flores del campo. Dijo: "Uds. valen mucho más que los pájaros." Esta confianza en Dios es necesaria para todos, ricos y pobres. Aunque una persona tenga riquezas, es necesario que no ponga en ellas su confianza. No pueden ser el centro de su vida. Jesús nos advierte: "No pueden servir a Dios y al dinero." Es decir, si uno busca dinero a toda costa, este llega a ser su amo; queda esclavizado. El Papa Francisco lo dice en otra manera: "el malo entra por la billetera". S. Pablo dice que "el amor al dinero es la raíz de todos los males." Fomenta el egoísmo, Impide la solidaridad. Pero esta enseñanza fue dirigida a todos. La mayoría de sus oyentes eran personas agotadas por su lucha de poner pan en la mesa todos los días. En realidad, era difícil para la gente pobre de Galilea de ese tiempo proveer lo necesario para su familia cada día. Ellos eran más bien explotados. Esta lucha los agobiaba. Jesús les dijo: "¡Confianza!" Tienen un Padre en el cielo. Fe y confianza van juntas. Cuando uno vive situaciones bien difíciles, pesan mucho; pero si las vive sin fe, sin confianza, pesan doblemente. Jesús les invitaba a mirar la naturaleza para apoyar su confianza en Dios. Hay mucha belleza en la naturaleza, maravillas grandes y pequeñas. En nuestra sociedad, hay que parar, tomarse tiempo, para gozar de ellas. Jesús les animaba a estar contentos con lo poco que tenían. Recién leí una reflexión de una mujer: "Algunas veces pienso que la vida es como el signo de la Cruz. Nuestra mente debe estar puesta en el cielo, nuestros pies bien plantados sobre la tierra, un brazo sostiene nuestra familia y el otro el contacto con el mundo. Nuestro corazón debe estar lleno del amor de Dios, derramado del Espíritu Santo que se nos ha dado." En esta Eucaristía pidamos la gracia de confiar en Dios que nos ama.